LA PANDEMIA ENDÓGENA (45)
El número de venezolanos muertos en el exterior, a consecuencia de la pandemia, es superior a las cifra oficiales de fallecidos por la misma causa en Venezuela. El registro endógeno de 333 casos de COVID-19 evidencia que el nuevo coronavirus no está causando los estragos que en otras latitudes genera exponenciales contagios, curvas ascendentes y el saldo fatídico de pérdidas de vidas. La alianza con China, Rusia y Cuba ha permitido acceder a material de bioseguridad, tratamientos y baterías de pruebas y la asistencia de la OMS, La ONU y la Cruz Roja Internacional ha contribuido a la dotación de insumos y equipos al grupo de hospitales centinelas. “No hay mal que por bien no venga”, reza el dicho popular, y es que incluso en su vuelta a la patria, en medio de la pandemia, la diáspora que fue estigmatizada e ignorada durante las oleadas migratorias, es ahora objeto de la visibilización y del reconocimiento oficial gracias a los avatares de la política.
Las autoridades sanitarias se apoyan en la herramienta de la “Plataforma Patria” para desarrollar una estrategia preventiva que incluye la visita domiciliaria a objeto de efectuar pruebas diagnósticas. Para muchos las estadísticas oficiales no son confiables porque provienen de la misma fuente que resolvió esconder los índices de inflación del BCV, acabar con los reportes criminológicos, y prohibir la publicación del boletín epidemiológico del Ministerio de Sanidad. En todo caso, la verdad sea dicha, afortunadamente en Venezuela los centros asistenciales no están abarrotados de contagiados de COVID-19, la curva de la pandemia evidencia un curso moderado y la emergencia sanitaria no acusa los casos dantescos entierros en fosas comunes. En conclusión, nuestros problemas parecen ser otros.
Una entidad excepcionalmente privilegiada parece ser Carabobo que no registra ningún caso vinculado a la pandemia. La cuarentena no es radical en lugares emblemáticos de la Gran Caracas como la Redoma de Petare, El Boulevard de Catia o el Mercado de Coche. El distanciamiento social no se cumple a cabalidad por las aglomeraciones en torno a las bombas de gasolina que a consecuencia de la crisis de combustible en el país petrolero, en el que también se deambula por la calle con bombonas de gas para reponer los cilindros. Otro tanto ocurre en los llenaderos comunitarios de agua donde los ciudadanos acuden con carruchas y garrafas para paliar la escasez del vital líquido. La gobernador de Lara ha dicho que “sin luz se puede vivir pero sin agua no” dejando al descubierto las carencias y reclamos de la gente sobre ambos servicios públicos.
Nos adentramos a la segunda mitad de la extensión de la cuarentena social. Resultan oportunas la palabras del padre Luis Ugalde al señalar que tiene la impresión de que el gobierno ha manejado con decisión, firmeza y éxito la primera etapa contra la pandemia -y seguidamente agrega- “En cierto sentido, lo que es bueno para frenar el virus es terrible para acabar de matar la enferma economía nacional y llevar hambre a millones de familias”. Se han adoptado tímidas medidas de relajamiento pero el levantamiento progresivo y gradual de la cuarentena estará –acotamos- más vinculado a la disponibilidad de combustible para garantizar la movilidad de la gente y el transporte de mercancías que de las variables asociadas a la COVID-19.
¡Amanecerá y veremos!
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PANDEMIA, DESEMPLEO Y TRABAJO (44)
La Organización Internacional del Trabajo ha señalado que la pandemia es una amenaza para la salud pública, y las repercusiones nivel económico y social ponen en peligro los medios de vida a largo plazo y el bienestar de millones de personas. El director general de la OIT, el británico Guy Ryder ha señalado que la crisis tendrá un especial impacto negativo en la economía informal, de la que viven más de la mitad de los trabajadores del mundo por lo que se estima que 1.300 millones de ellos "corren peligro inminente de ver desaparecer sus fuentes de sustento", subraya en un estudio el ente internacional del trabajo.
La emergencia sanitaria global ha teniendo impacto no solo en los trabajadores no dependiente o por cuenta propia, sino en las relaciones laborales que para muchos empleados y colaboradores ha supuesto desde despidos o suspensiones temporales hasta reducciones de la jornada de trabajo, modificaciones de los turnos, e incluso incidencia en el cómputo del tiempo de la cuarentena como período especial de vacaciones. También se han registrado cambios en las condiciones de la jornada como adopción de medidas de protección de higiene y seguridad, y la implementación acelerada del teletrabajo y de labores complementarias a distancia como alternativa en ciertas actividades tradicionalmente presenciales.
En el mundo un número importante de trabajadores de la salud, personal de vigilancia, protección y seguridad ciudadana, entre otros han fallecido o resultado afectados por la pandemia. Hay legislaciones que desestiman que el contagio de la COVID-19 pueda ser considerado una enfermedad profesional o un accidente de trabajo lo cual evitaría la obligación de compensaciones e indemnizaciones por parte de los patronos. Existe un debate sobre las exigencias actuales en el desempeño de gestiones laborales que se profundizará en la medida en que se produzcan reactivaciones graduales y progresivas de actividades económicas y servicios administrativos y de atención al público. Por su parte la OIT instó a realizar una evaluación de riesgos en cada lugar de trabajo y extremar medidas de bioseguridad para evitar la exposición de los trabajadores a la COVID-19. Líderes sindicales con motivaciones diversas han convocado, a propósito del 1 de mayo, protestas virtuales, encuentros digitales y hasta manifestaciones públicas con distanciamiento social para poner en evidencia la cotización de las relaciones laborales.
Muchos países han visto aumentar exponencialmente las solicitudes de paro laboral y en algunos han acordado bonificaciones y asignaciones especiales para quienes han perdido sus puestos de trabajo o se encuentran cesantes temporalmente. A determinados sectores los programas de asistencia deberán ser prolongados como los dependientes de la actividad del turismo, la recreación y el entretenimiento. Rápido y furioso ha resultado el nuevo coronavirus para diversas tareas sean estas industriales, comerciales, profesionales o de servicio. Independientemente de la naturaleza del trabajo los trabajadores deberán tomar conciencia de las medidas de prevención y protección en el desempeño de las labores.
¡Amanecerá y veremos!
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SALARIO, PRECIOS Y PANDEMIA (43)
Un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe describe un panorama desalentador para la región en medio de la pandemia. La CEPAL apunta a que la crisis desatada por la emergencia sanitaria incidirá negativamente el valor de exportaciones de las materias primas, fomentará el deterioro de los indicadores laborales, -y añade que- la contracción económica incidirá en el Producto Interno Bruto de los países del área, todo lo cual tendrían un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas.
En Venezuela la pandemia está afectando cualitativamente la continuidad laboral, el desarrollo de las actividades empresariales y comerciales, la inflación y los precios de los bienes, incluidos los alimentos y los servicios básicos como agua, luz, gas, combustible y telefonía, y particularmente el nivel de ingreso familiar. Los planes de bonificaciones a la población más vulnerable, que para muchos constituye una fuente complementaria de ingresos, son exiguos ante el ritmo de la inflación y la devaluación. Si bien hay programas de asistencia alimentaria los mismos resultan insuficientes. Ciertamente hay servicios públicos subsidiados pero la calidad o el acceso a los mismos resultan limitados, por lo que en la práctica no son de carácter universal.
En el curso del mes de abril, en plena cuarentena, el valor de cambio de las divisas arbitradas por el Banco Central de Venezuela acusó un aumento superior al cien por ciento con relación al bolívar Los precios acusaron un alza vertiginosa mermando la capacidad de compra de los ciudadanos. Como paliativo se estableció un esquema de ajuste de precios de una treintena de rubros y presentaciones de productos, por primera vez indexados a la tasa oficial del BCV, y también un aumento del salario mínimo pagado en la moneda de curso nacional. Así las cosas los precios irán por el ascensor y los sueldos por una escalera. Como bien lo advirtió el articulista Julio Castillo se trata de una nefasta “política de precios en dólares y salarios en bolívares” por lo que el periodista Plinio Carbajal comentó que “si no fuera por lo trágico sería cómico”.
Las distorsiones en el ámbito económico están generado un grave cuadro de insostenibilidad para la vida cotidiana. La oposición atribuye los males generalizados a la corrupción, el clientelismo político, la ineficiencia administrativa y la incapacidad gubernamental. El gobierno aduce que la guerra económica y las sanciones unilaterales son las responsables de la crisis. Posiblemente, en mayor o en menor proporción, ambos tengan razón ya lo cierto es que esa combinación de factores influye en la explosiva situación que el país tiene por delante.
¡Amanecerá y veremos!
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GAS, LUZ Y PANDEMIA (42)
La Organización Mundial de la Salud emitió en el año 2014 un comunicado, que cobra importancia vital en estos tiempos en Venezuela, en torno a las directrices sobre la calidad del aire en los hogares a propósito de la quema de combustibles sólidos. “Casi 3000 millones de personas –señala el documento- entre las más pobres del mundo siguen dependiendo de combustibles sólidos (carbón vegetal o mineral, excrementos de animales y residuos agrícolas) que queman en cocinas y estufas de baja eficiencia y muy contaminantes para cocinar y calentar sus hogares, lo cual causa unas cuatro millones de defunciones prematuras de niños y adultos cada año por enfermedades respiratorias, cardiopatías y cáncer.
En Venezuela la escasez de gas y los recurrentes cortes del servicio eléctrico han incentivado el uso en particular de la leña en los fogones. Una escena que era típica de las de las zonas rurales se ha vuelto más común en las áreas urbanas Cada vez son más frecuentes las protestas y reclamos de la colectividad por la ausencia de gas doméstico y las manifestaciones por las suspensiones intempestivas del suministro de energía eléctrica. La distribución del gas doméstico a través de las organizaciones comunales permite a los vecinos reabastecer las bombonas a precios subsidiados aunque la periodicidad de los operativos es irregular. El costo de una bombona fuera de esos planes vecinales supera el salario mínimo mensual.
Los hogares que cuentan con cocinas a gas o de hornillas eléctricas enfrentan los embates de las dificultades propias de la vida cotidiana, de las cuales tampoco escapan las menos comunes cocinas de querosén. La reposición de los cilindros de gas y el reabastecimiento de las plantas eléctricas a gasoil, gasolina o gas, cuyo uso se ido extendiendo en la medida de las posibilidades de las familias, confronta limitaciones asociadas a los precarios suministros.
En el último reporte situacional de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios sobre el caso venezolano se acoge el informe de una comisión de expertos de la salud para hacer frente a la pandemia del coronavirus, publicó los resultados de una encuesta nacional de impacto del COVID-19, en la que se reflejan fallas en la disponibilidad de insumos médicos y de higiene básicos en el sector salud, así como interrupciones en los servicios públicos de agua, electricidad, combustible y gas. “A nivel nacional –señala la OCHA- se han reportado fallas en los servicios públicos como electricidad y agua, especialmente en los estados Bolívar, Carabobo, Cojedes, Guárico, Lara, Falcón, Portuguesa, Táchira, Trujillo y Zulia. Estas fallas en el servicio crean desafíos para que las personas puedan adoptar las recomendaciones de higiene preventivas del COVID-19 en las comunidades”.
¡Amanecerá y veremos!
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