EL VIRUS DE LA INFODEMIA (41)
La OMS alertó recientemente, acogiendo un neologismo, sobre el virus de la infodemia que describe la vertiginosa propagación de contenidos, algunas veces ciertos y muchos otros inexactos o incluso tendenciosos o falsos, relacionados con la pandemia. En septiembre del año pasado un grupo de trabajo del organismo multilateral describió en un informe los riesgos que para afrontar una emergencia sanitaria global suponía “a una epidemia de mala información, vía datos falsos, errados o maliciosos que se propagan principalmente en redes sociales, abonada por la creciente desconfianza a autoridades públicas”
En las redes sociales han circulado diversos análisis relacionados con teorías comparativas disímiles, y curiosamente contrapuestas, en relación al origen y la causa de la pandemia. Hay tesis peregrinas que argumentan que la tecnología de telefonía móvil 5G incide en la propagación de la COVID-19. Algunos consejos baladíes sugieren que el calor y otros que el frio destruyen el nuevo coronavirus. Hay recomendaciones falsas en torno a los supuestos efectos terapéuticos de los baños cloro o alcohol. Existe un sinfín de otros contenidos que se comparten en las redes sociales y por efecto de la incontinencia digital de la que son víctimas las personas se termina propagando rápidamente la mentira.
El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó durante la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero pasado que “no solo estamos luchando contra una epidemia, estamos luchando contra una infodemia pues las noticias falsas se propagan más rápido y más fácilmente que este virus, y son igual de peligrosas.” El jefe de la OMS urgió la cooperación de los prestadores de servicios de comunicación así como de los grandes cadenas informativas y en general de los comunicadores sociales para tratar de contrarrestar la difusión de contenidos que podrían tener consecuencias tan letales como el virus mismo.
Es así como twitter por ejemplo eliminó un mensaje de Nicolás Maduro en el cual desde su cuenta oficial recomendaba un remedio casero contra el nuevo coronavirus. Otro tanto hizo Instagram con Jair Bolzonaro en Brasil quien promovió el acercamiento social al inicio de la pandemia. El peligroso comentario de Donald Trumph, durante una rueda de prensa, sobre la ingesta de lejía “para matar el virus” no llegó a su cuenta de Facebook porque su equipo la desestimó, casi inmediatamente, aunque por desgracia se reportaron casos de envenenamiento en varias localidades norteamericanas. La Biblia enseña que la verdad nos hará libres y -habría que añadir- posiblemente nos también mantenga también con vida.
¡Amanecerá y veremos!
#CrónicasDeCuarentena (41)
AGUA Y COVID (40)
En el mundo más de ochocientos millones de personas no cuentan con una fuente de suministro de agua potable confiable, segura y regular. Cerca de un millón de personas mueren anualmente por enfermedades asociadas a la calidad del agua entre ellas diarrea, cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis. La cifra resume el calvario que representa para una parte de la humanidad el acceso a agua de manera esporádica o intermitente y el abastecimiento de fuentes contaminadas. La información es particularmente preocupante en virtud que la Organización Mundial de la Salud, a propósito de la pandemia, instruye a la población sobre la necesidad del lavado frecuente de las manos con agua y jabón como una medida vital de prevención.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios OCHA describió en su plan de asistencia a la población venezolana, para el año en curso que “en términos de necesidades, el acceso a agua potable parece ser el tema más problemático, ya que muchas comunidades reciben agua menos de una vez cada ocho días, lo que afecta desproporcionadamente a las poblaciones más vulnerables como son los niños, las mujeres embarazadas y lactantes, y las personas adultas mayores”
La OCHA puntualiza sobre Venezuela que “la prestación de los servicios eléctricos y de agua sigue siendo limitada en el interior del país. Cuando falla la electricidad suele también afectar al suministro de agua ya que las estaciones bombeo no funcionan –y por si fuera poco añade- “persisten dudas sobre la calidad del agua suministrada, especialmente dado que, los cortes de electricidad regulares afectan a las plantas de tratamiento de agua, con consecuencias negativas sobre su calidad y así afectando a los más vulnerables”.
Es frecuente ver en casas de las barriadas y comunidades tambores, tanques y depósitos que son llenados a través de camiones cisternas. Muchas familias se ven en la necesidad de afrontar los costos crecientes de pagar el agua a operadores particulares. El costo de llenar un tanque de mil litros de agua para los requerimientos de un núcleo familiar representa más de un salario mínimo mensual. También es común ver en las calles a personas deambulando con carretillas y carruchas que transportan garrafones, bidones y cuñetes para mitigar la sed y satisfacer las necesidades en el hogar. Diversos entes gubernamentales regionales y municipales desarrollan operativos gratuitos para abastecer a sectores que no disponen del servicio por tubería, pero los mismos resultan insuficientes para cubrir la demanda y enfrentar la emergencia sanitaria.
¡Amanecerá y veremos!
#CrónicasDeCuarentena (40)
Escasez de combustible afecta la cuarentena (39)
La guerra de precios del petróleo entre Arabia Saudita y Rusia explotó en medio de la pandemia y el valor del crudo en los mercados internacionales marcó mínimos históricos. El acuerdo alcanzado recientemente en la OPEP para limitar las cuotas de extracción y recuperar los precios todavía no surte el efecto esperado de alcanzar un punto de equilibrio que lo coloque por encima de los costos de producción. Hay causas multifactoriales que la COVID-19 ha exacerbado tales como reducción sensible de la demanda, altos inventarios en almacenamiento y costos asociados a los procesos productivos que limitan una drástica contención de la oferta.
En casi todo el mundo los consumidores de los productos derivados se han beneficiado gradualmente del efecto que la caída de los precios del petróleo ha tenido sobre la gasolina, el gasoil, kerosene e incluso, aunque en menor proporción del gas doméstico y vehicular. En México la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo ha solicitado la asistencia del gobierno para evitar el cierre de estaciones que ya no pueden seguir operando a pérdida por la caída de las ventas. En Panamá una treintena de gasolineras se acogieron al cierre temporal por la reducción de la demanda motivado a la restricción de movilidad. En Costa Rica fue autorizada la suspensión del turno nocturno de suministro de gasolina pero los expendedores aseguran que se trata de una medida coyuntural pues disponen de suficiente inventario.
La otrora portentosa industria petrolera venezolana está en estado de postración. Aunque PDVSA achaca los problemas a la aplicación de las “sanciones unilaterales” la verdad es que el deterioro largo y progresivo se asocia con la corrupción y los déficit de caja para inversiones y mantenimiento que han minimizado la capacidad operativa de extracción de crudo y refinación de productos derivados. La gasolina es subsidiada y se comercializa a valor irrisorio por debajo de los costos de importación y distribución. Unas pocas estaciones de servicio funcionan de manera intermitente con custodiada de efectivos militares y vigilancia de funcionarios policiales y son públicas las denuncias sobre venta de combustible de manera irregular, hasta por encima de un dólar el litro.
Por estas calles el racionamiento de gasolina parecía incidir en la efectividad de la cuarentena, lo que se intentó hacer ver inicialmente como un remedio ha resultado peor que la enfermedad. Choferes, motorizados, transportistas de carga y pasajeros se agolpan en torno a las pocas estaciones de servicio habilitadas en un plan de distribución preferencial para determinadas actividades esenciales. En algunas regiones están implementando un programa de suministro basado en el terminal de los números de placas de los vehículos. Hay conductores que pernoctan en torno a las gasolineras y describen que la contingencia es más dramática que la vivida en ocasión del llamado “paro petrolero” del año 2002. Unas pocas gasolineras operan, solo un turno, y la discrecionalidad en el suministro se está convirtiendo en una explosiva situación. ¡Amanecerá y veremos!
@ADIGIAMPAOLO
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