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Entretelones de una propuesta

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 6 min.

Deseo antes que nada hacer una aclaratoria pertinente. Las opiniones que emito desde este blog son de mi entera responsabilidad. No son de ningún grupo al que pertenezca o apoye. Y es pertinente porque desde que estoy escribiendo en relación al tema constituyente se han confundido mis opiniones con las del cuerpo colegiado al que pertenezco, la Alianza Nacional Constituyente. He agradecido a la ANC el respaldo que han dado a las propuestas que he formulado, respetando siempre mis apreciaciones en relación a la situación política del país y de aquellos a quienes considero responsables del agudo desastre que padecemos, apreciaciones que no siempre coinciden con las mías.

Es necesaria esta aclaratoria porque la ANC tiene su propia línea informativa y sus canales, en los que participo conjuntamente con extraordinarios venezolanos empeñados en cambiar a este país. Este es mi blog, no el de la ANC.

Hecha la aclaratoria, deseo entonces expresar mi opinión en relación al Mensaje a la Nación realizado ayer por la ANC, a cargo de su Coordinador Nacional, Enrique Colmenares Finol, acompañado con la distinguida venezolana Blanca Rosa Mármol de León (leer Mensaje a la Nación en http://ancoficial.blogspot.com/2017/01/mensaje-la-nacion.html). La he llamado entretelones de una propuesta porque quisiera remarcar las cosas que no se ven a simple vista pero que son fundamentales, y que a mi juicio resultan ser a veces lo más importante de lo que se quiere expresar.

La ANC tiene poco tiempo de fundada. El 17 de Marzo cumplirá un año de su lanzamiento público. Pero quienes acompañan la propuesta tienen muchísimo más tiempo que eso. Por ejemplo, Enrique Colmenares y su grupo del Táchira tenían desde el 2002 (¡15 años!) recorriendo Venezuela intentando convencer a los sectores políticos, sociales, académicos, y gremiales de la necesidad de ella. Yo me tope con esa propuesta en Abril del 2013 y escribí de ello luego del descalabro electoral de Henrique Capriles (ver La Hora de la Sociedad Civil, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/04/la-hora-de-la-sociedad-civil.html). En otras palabras, no acabamos de descubrir el agua tibia como ahora pretenden hacer algunos grupos de alumbrados, que están intentando confundir a los venezolanos con otra propuesta tapa amarilla de corte socialista, posiblemente salida de los laboratorios del régimen.

A veces las cosas no suceden por casualidad. Poco a poco los venezolanos han ido comprendiendo la necesidad de un cambio político. La ANC surgió como una necesidad organizativa para cumplir un solo propósito: discutir el cambio y el rumbo del país a través de la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente de carácter Originario. Ese propósito existía mucho antes de Maduro ser Presidente.

Antes de existir la Alianza, el grupo de Enrique Colmenares Finol recorría al país convenciendo a todo el que quisiera oír de la necesidad de un cambio estructural que solo es posible dentro de una Asamblea Nacional Constituyente. Esos cuadros ahora se conocen como Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario. Luego surgió la necesidad de un organismo superior que diera cabida a las más disimiles voluntades para lograr el propósito común de cambiar el modelo político de Venezuela a través de un proceso Constituyente. De allí surgió la ANC.

La primera vez que se realizó el lanzamiento público de esta propuesta, fue en Septiembre de 2013 en el Táchira, desde el seno de una universidad (ver video en https://youtu.be/qEQw16kzs-U), la Universidad Nacional Experimental del Táchira, UNET. También escribí sobre eso en su oportunidad (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2013/09/desde-el-tachira-un-proyecto-pais-p...). Creo que ese fue el verdadero lanzamiento porque tuvo el bautizo de quienes son los herederos de Venezuela, su juventud. El Proyecto País Venezuela es para ellos.

Entonces el Mensaje a la Nación que escuchamos el 17 de Enero por parte de los principales voceros de la ANC no es nada nuevo. Es un hito de este largo convencer a los venezolanos de que no existe manera de salir del grave problema donde estamos si no lo hacemos entre todos, provocando nosotros mismos las transformaciones que necesita el país. Pero el mensaje va mucho más allá.

El planteamiento fundamental del mensaje está dirigido al desarrollo de la insurrección civil constitucional de la población. No se trata de un mero llamado a las calles porque el gobierno es pésimo. Es el llamado a los venezolanos a recuperar la conciencia dormida en nosotros que los gobiernos están allí porque nosotros los ponemos, pero también los sacamos. Y no por golpes o manifestaciones violentas sino por el ejercicio efectivo de nuestra soberanía. Una vez que el pueblo se manifiesta concretamente a través del instrumento que da la Constitución, ningún órgano del Estado, especialmente las Fuerzas Armadas, pueden mirar para otro lado, siendo estas las garantes de su seguridad y soberanía. Los civiles primero, los portadores de las armas de la Republica, después.

El mensaje de la Alianza Nacional Constituyente a Venezuela no solo refiere a la necesidad urgente de resolver el problema grave pero puntual del gobierno nefasto de Nicolás Maduro, sino a poner fundamentalmente de manifiesto que Venezuela necesita revisarse a fondo para resolver la destrucción a la que ha sido sometido el país.

La comparación del barco que hace aguas en el Mensaje, retrata la realidad mezquina de nuestros dirigentes políticos de preferir tener los galones del capitán antes de remar a favor de salvar a los pasajeros. Allí no se pueden hacer concesiones. Nuestra dirigencia opositora no está a la altura histórica del problema que tenemos. Demasiados errores lo demuestran. Y esto no es “anti política”, ¡es anti políticos!

Y no se trata de lanzar a nadie en sustitución de este liderazgo mediocre que conduce a la oposición, sino permitir que haya un proceso que haga surgir de las entrañas de este maravilloso país a las nuevas personas que conduzcan el nuevo rumbo que debe tomar Venezuela. ¡Esas personas existen en toda la geografía nacional, esperando que solo se les dé la oportunidad de dar lo mejor de sí en cada rincón del país! Y eso solo se logra cambiando las cosas desde el fondo, dándole a las regiones la oportunidad de desarrollarse solas. Ya es el momento de discutir los términos porque para nosotros ir a eso es un hecho indiscutible.

Algunos han advertido si esta pudiera ser una “nueva decepción” para los venezolanos, como si esto se tratara de un nuevo partido político que viene a salvarnos a todos. Algunos han puesto en duda incluso las motivaciones de sus principales promotores. Cada ladrón juzga por su condición.

Nadie se cree que en este país, que ha llegado a estos niveles tan graves de insuficiencia ética y moral, haya alguien que todavía diga, sin más interés que el bien de Venezuela, que tenemos que cambiar las cosas sin que medie en su accionar una candidatura para un puesto público asociada. Así de graves están las cosas en el departamento de Moral y Luces de Venezuela. Por eso nos han llamado “soñadores” como en una especie de descalificación. Pero les digo con toda seriedad: a Venezuela le hace falta que la sueñen. Y más allá de eso, que se haga algo concreto para perseguir ese sueño. Porque mientras más de nosotros lo persigamos más pronto dejará de ser sueño para convertirse en realidad.

Pues bien, eso es lo que le manifestaron Enrique Colmenares Finol y Blanca Rosa Mármol de León a Venezuela, la posibilidad de un país mejor pero ya no de manos de otro, sino de nosotros mismos. Hagamos entonces realidad ese sueño.

Caracas, 19 de enero de 2017

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