Poco antes de que el Grupo de Contacto Internacional (GCI) para la crisis de Venezuela se encontrara en la capital de Ecuador, por primera vez a nivel ministerial, desde el Parlamento Europeo salió la décima resolución en lo que va del mandato (desde 2014) y la segunda de este año con respecto al país caribeño. En el texto, que debe ser entendido como una recomendación, se piden, entre otras cosas, más sanciones para los líderes venezolanos que acompañan a Nicolás Maduro en su gobierno.
De los 751 votos posibles, esta petición de la Eurocámara fue aprobada con 310 votos a favor, 120 en contra y 152 abstenciones. Si bien el texto rechaza intervenciones militares como posible salida a la crisis venezolana, sí aboga por seguir la línea del Grupo de Lima.
Seguir a un grupo que no descarta ninguna opción, ¿no representaría debilitar la apuesta por la solución pacífica y electoral que ha recalcado el Consejo Europeo, en voz de su Alta Representante para la Política Exterior, Federica Mogherini?
"Es verdad que el Grupo de Lima ha sido muy frontal en la resolución de la cuestión venezolana. En esa medida pienso que merece apoyo. Pero no apoyamos una intervención militar, ni de las fuerzas democráticas -Estados Unidos o Grupo de Lima- ni de las fuerzas antidemocráticas como es el caso de Rusia”, explica a DW Jose Inazio Faria, eurodiputado portugués del bloque conservador, promotor de la resolución junto con el bloque liberal.
Una labor desacreditada
A pesar de que los cancilleres del GCI aún no habían empezado su tarea en Quito, la mayoría de la Eurocámara que aprobó la resolución habla ya de "fracaso”.
"El Parlamento da un aviso a la UE al subrayar el fracaso del Grupo de Contacto, que se creó para facilitar unas elecciones libres sin que hasta el momento haya conseguido progreso alguno, con la cuenta atrás en marcha para cumplir su plazo de 90 días para validarse”, dice Beatriz Becerra, eurodiputada española del bloque liberal. Cabe recordar que, cuando se creó este instrumento, se previó un plazo de tres meses: de no haber avances, el grupo se disolvería. Eso sería a finales de abril de 2019.
Mientras que desde el bloque socialista –de donde vinieron gran parte de las abstenciones- se apoyaba la labor del GCI y se recalcaba su importancia como el único espacio político a través del cual se tiene acceso a todos los actores, conservadores y liberales consideran este esfuerzo, en el que participan 16 cancilleres de Europa y América Latina, inútil.
"Siempre he creído que ese grupo de trabajo no sirve para nada. Es una pérdida de tiempo. El GCI no ha logrado nada. Creo que tenemos que actuar de otra forma”, agrega Faria. El apoyo de toda la UE a Juan Guaidó como presidente legítimo, aunque interino, sería uno de los siguientes pasos a dar.
Temas recurrentes y avances
Como en anteriores ocasiones, en la más reciente de las peticiones del Parlamento Europeo con respecto a Venezuela se habla de la liberación de los presos políticos, del cese de hostigamiento a la oposición, de la imperiosa necesidad de que se apruebe la entrada de ayuda humanitaria.
Al respecto, justo esta semana, el comisario europeo de Ayuda Humanitaria, Christos Stylianides, anunció 50 millones de euros en ayuda humanitaria para Venezuela. Desde el 2018, la asistencia humanitaria europea dentro y fuera del país asciende a 117,6 millones de euros. Parte de la labor del GCI es, precisamente, lograr un instrumento para que esta asistencia sea distribuida en el país a través de organizaciones internacionales independientes. Los grupos de trabajo que han estado en el terreno han allanado el camino hacia ello.
Otro grupo de trabajo especializado en elecciones ha estado abriendo camino –tanto con gobierno como con oposición y organizaciones internacionales- hacia una convocatoria a comicios.
No obstante, para los que favorecen la línea más dura, nada de esto dará frutos. "El presidente legítimo es Guiadó. No hay nada que hablar con un Maduro que ha creado un círculo en torno al Palacio de Miraflores y va a gobernar para sí y para los suyos. El pueblo está fuera de ese círculo. Eso tiene que terminar. Maduro tiene que irse ya”, remarca Faria.
Por el contrario, los que votaron en contra de la resolución, muchos de la bancada verde, prefieren no apoyar "declaraciones de guerra” y esperar a ver qué resultado dan los esfuerzos del GCI por una salida pacífica y dialogada.
DW
https://www.dw.com/es/eurocámara-y-venezuela-el-fin-de-la-paciencia/a-48103791