Apreciación de la situación #76
La convocatoria a una manifestación masiva nacional en Caracas por parte de la MUD nacional no podía más que generar grandes expectativas en la población de un país como el nuestro, sometido a diferentes crisis por un gobierno incapaz de reconocerlas y que cuyo único interés es mantenerse en el poder sin importa el costo que eso signifique para la mayoría de las venezolanos.
La MUD nacional y los otros factores democráticos de la oposición han definido, claramente, el objetivo de la convocatoria masiva para que las autoridades del CNE observen, en la calle, la gente que desea conocer la fecha para la recolección del 20% de las firmas para activar el referendo revocatorio, la fecha final del referido evento y la fecha para la elección de los nuevos gobernadores y diputados regionales de los concejos legislativos, visto que el próximo diciembre vence el periodo de los actuales. Una presencia masiva, como se espera, en las calles de la capital con nutrida participación de personas proveniente de las diferentes regiones del país, podría considerarse que cumpliría con las expectativas de la sociedad política opositora convocante luego de lo cual, sin agenda oculta, los manifestantes deberán regresar, pacíficamente, a sus sitios de origen por lo que no debería esperarse otras acciones que generen algún tipo de incertidumbre.
Un cura, con un discurso difuso, asume la convocatoria y sale del oriente del país en una peregrinación individual para sumar voluntades a la convocatoria de la MUD; desde el occidente, unos discapacitados en sillas de ruedas ya vienen transitando las vías para llegar a la capital y hacerse presentes; desde el sur, un nutrido grupo de indígenas de nuestra amazonia también emprendieron una marcha para llegar a la capital el primero de septiembre y hacer valer, con su presencia, sus derechos a revocar al régimen actual.
Pero se aprecia que la convocatoria ha calado hondo en todas las regiones del país y en los diferentes sectores que están, desde ahora, haciendo arreglos para participar en la manifestación, lo que anticipa que las expectativas de los convocantes serán satisfechas, pero ¿cuáles son las expectativas de estos convocados? ¿van a la capital para hacer acto de presencia y luego retornar a sus hogares sin que se produzca un cambio definitivo en la actitud del régimen y de las autoridades electorales? Para muchas de estas personas, afectadas sin dudas por la crisis, la expectativa es que el cambio del régimen sea una posibilidad lo antes posible, pero las expectativas también van acompañadas de incertidumbres de lo que pueda ocurrir ese día, o el siguiente, acompañadas de un deseo subconsciente de que pase “algo” que precipite la salida del régimen.
Para el régimen, y sus seguidores, no hay dudas de que las expectativas de los opositores serán cumplidas. El problema para ellos es que se puedan revivir los hechos del 11 de abril 2002 y ocurran sucesos que desplacen al gobierno, lo terminen de desestabilizar, o lo fuercen a una renuncia anticipada, cuestión que luce, desde el lado opositor, exagerada, pero ¿quién garantiza que las masas no se desborden y se salgan del control de los organizadores?
Las reacciones previsibles del gobierno no se han hecho esperar. El comandante de la guardia nacional ya manifestó que tiene 77.000 efectivos disponibles a lo largo del territorio para que no se produzcan acciones desestabilizadoras, las autoridades aeronáuticas prohíben el vuelo de aviones privados y drones hasta el 05 de septiembre sin explicar el motivo, la autoridad única de la soberanía alimentaria anunció para ese día la implementación de cinco megamercales en la capital para que la población se surtiera de productos de primera necesidad ese mismo día, el alcalde del municipio Libertador anunció que no se daría permiso para manifestar en ese municipio y también convoca una marcha en apoyo del gobierno para el mismo día, el Sebin hace lo suyo y cambia de sitio de reclusión a diferente dirigentes políticos detenidos, se multiplican las alcabalas de control en todas las vías principales del país y en síntesis, el régimen está dando muestras de que aplicará todas las medidas represivas y disuasivas para minimizar la presencia masiva de manifestantes en la capital.
Finalmente, en este país, ante estos niveles de expectativas e incertidumbres políticas y sociales siempre aparece la pregunta crucial que pudiera dar respuestas a esas expectativas e incertidumbre ¿qué harán los militares? ¿cuáles son sus expectativas?
29 de agosto de 2016