Hecho una furia, llegó Nicolás a su despacho. Y de inmediato le ordenó a su secretaria que le convocara de urgencia a su comando de seguridad. No podía creer ni aceptar lo que estaba ocurriendo con el escándalo que, los medios de comunicación, titulaban como “El caso de las maletas Gucci y las actas del proceso electoral del pasado 28 de julio”.
Al primero que increpó fue a su ministro de justicia, por haberle informado, inicialmente, que los organismos de inteligencia habían detectado un movimiento extraño de maletas de lujo, que estaban siendo embarcadas en un vuelo con destino a New York, con escala previa en Bogotá. Además, se presumía que el referido equipaje pertenecía a la oligarca y terrorista señora Machado (evitó dar su nombre puesto que estaba prohibido mencionarlo en las reuniones con Nicolás).
Camarada ministro, le hago este reclamo formal con toda la arrechera del mundo, porque, con su “valiosa información” salí de atorao a dar una rueda de prensa en donde dije, con mi cara muy seria, que “esas maletas de lujo marca “Gucci” estaban llenas de pantaletas, sostenes, vestidos y pantalones de la señora que dirige la campaña para desconocer mi triunfo en las pasadas elecciones” y para darle mayor realce a mi discurso me copié una de las consignas que la oposición gritaba contra nuestro camarada, el Difunto Eterno, … “Se va, se va, se va”. También debo decirle que el impacto causado por esa rueda de prensa, tanto a nivel nacional como internacional, motivó a mi primera combatiente a modificar su frase de cariño hacia mí, “Cuchi-Cuchi” por “Gucci-Gucci”.
Pero, camarada ministro, resultó ser todo lo contrario; lo que iba en esas maletas no era prendas íntimas Victoria Secret sino ¡¡¡las actas electorales!!!, me oyó, ¡¡¡las actas de la elección presidencial!!! Pa’ más vaina, el destino de esas maletas no era otro sino el Centro Carter, organización a la que habíamos reconocido como observador internacional del proceso electoral y cuyo paso siguiente fue llevarlas a la OEA, acción esta que me dejó sin argumentos para decir que los resultados del CNE son verdaderos y hacerme quedar, frente al mundo entero, como el payaso Gucci-Gucci.
Mirando con arrechera a sus ministros, les preguntó ¿Me pueden explicar cómo esas maletas pasaron por todos nuestros controles? ¿Dónde estaban los camaradas del G2 cubano, donde estaba la seguridad del aeropuerto, donde andaban los camaradas rusos, chinos y coreanos del norte que colaboran con nosotros en materia de inteligencia?
Uno de los ministros, se atrevió a decir que ese rolling se les fue entre las piernas y para corregir ese error debían apelar a que todo eso era un montaje del imperialismo contra la revolución bolivariana, que esa maniobra estaba dirigida a ocultar la fuga que pretendía hacer la Machado y que, al ser impedida por nuestros cuerpos de inteligencia, que no le permitieron ni permitirán que abandone el país, sembraron a esas maletas con actas falsas.
Los camaradas ministros, no quedaron muy convencidos de esa estrategia, pero no habiendo otra, la dieron por aceptada. La secretaria de Nicolás, interrumpe la reunión para decir que Petro y Lula han llamado reiteradas veces para preguntar sobre las maletas y las actas y señalando que ya no tienen argumentos. En línea, tiene a un señor de Francia llamado Francois Henri-Pinault dueño y director ejecutivo de la empresa Kering accionista mayoritaria de Gucci, que desea hablar urgentemente con usted.
Pásemelo y coloque el altavoz para que todos en la sala podamos escucharlo, ordeno Nicolás.
… Monsieur Nicolas, je tiens à vous informer que notre société Gucci est heureuse d'avoir servi, sans le vouloir, de mécanisme de transport de matériel électoral aussi important que l'indiquent les médias. Nous pensons que la présentation du procès-verbal entérinera, si ses annonces sont vraies, sa victoire aux élections. Dans le cas contraire, nous serions en présence d’une fraude électorale et Gucci ne se prêterait pas à un acte aussi antidémocratique.
No entendí un coño dijo uno de los presentes, llamen a un traductor. La secretaria dijo hablar francés y de inmediato les hizo la traducción:
… Señor Nicolás, quiero informarle que nuestra empresa Gucci se siente complacida de haber servido, sin proponérselo, como mecanismo de transportación de tan importante material electoral como señalan los medios de comunicación. Creemos que la presentación de las actas ratificara, de ser ciertos sus anuncios, su triunfo en las elecciones. De no ser así, estaríamos en presencia de un fraude electoral y Gucci no se prestaría para tan antidemocrático acto.
No me jodan, grito Nicolás, me acaba de llegar un mensaje del camarada Putin diciéndome que “Gucci” fue una palabra código para la transportación clandestina de las actas y su significado es: González Urrutia Centro Carter Internacional.
Con caras largas y pesadumbre terminó la reunión.