Retomar la Iniciativa de Las Américas de George Bush en 1990 debería ser el tema que López Obrador en México debería proponer al CELAC.
Hace una semana en una entrevista con la CBS, López Obrador, presidente de México pidió a Estados Unidos subsidios de 20.000 millones de dólares anuales para evitar que los latinoamericanos emigren hacia EE.UU.
López Obrador nada mencionó que esos $20.000 millones anuales probablemente nunca llegaran a los más pobres de Latinoamérica, por lo que no pararían el flujo de emigrantes. La gran mayoría de los emigrantes a EEUU desde Latinoamérica se marchan de sus países hacia los EEUU debido a que sus gobernantes pocas veces usan el dinero del fisco para generar bienestar en la población, para mejorar la educación, la infraestructura, etc.. Esta desviación de fondos públicos ocurre debido a los altos grados de corrupción. Trump inmediatamente rechazó las peticiones de López Obrador y sugirió que, si él estuviera en la Casa Blanca, el mexicano ni siquiera se habría atrevido a hacer esa petición. “Conmigo nunca me dirían eso”, afirmó Trump, añadiendo: “No le daría ni 10 centavos”.
López Obrador ha estado solicitando desde hace años a Estados Unidos que subsidie miles de millones de dólares en el desarrollo de países empobrecidos en Latinoamérica y el Caribe, como estrategia para evitar que sus nacionales se vean obligados a migrar al norte.
López Obrador en lugar de pedir limosna debiera retomar la Iniciativa de las Américas que lanzó el gobierno de los EEUU en la década de los años noventa a través de George Bush padre. Esta iniciativa contempla que Estados Unidos estaría dispuesto a generar un fuerte flujo de capitales hacia América Latina siempre y cuando los inversionistas encuentren los adecuados incentivos y las economías tengan estabilidad económica y todo para el desarrollo de Latinoamérica y reducir así la migración. Una zona continental de libre comercio constituiría una opción para evitar el creciente marginamiento de la región de los flujos de comercio, inversión y financiamiento mundiales, consecuente con la tendencia a la conformación de bloques de carácter continental que fortalezcan la dinámica económica y el poder de negociación de sus integrantes en el intercambio mundial.
En el contexto de la "iniciativa Bush" podrían obtener algo más importante a cambio de abrir sus economías: un mayor acceso a los mercados de los Estados Unidos y Canadá ́. Un nuevo "Fondo de Inversión Multilateral", al que los Estados Unidos destinará US$100.000 millones de dólares adicionales por año y espera convencer al Japón y a la Comunidad Económica Europea a que aporten otro tanto. el reconocimiento de que es necesario aliviar el peso de la deuda externa como una condición para crear un clima atractivo para la inversión privada en América Latina. En segundo lugar, la propuesta de incluir al Banco Interamericano de Desarrollo, En particular, tiene el mayor interés la propuesta de ofrecer fórmulas de reducción y reestructuración de la deuda oficial con los Estados Unidos, tanto de carácter concesional (de la AID) como comercial (del Eximbank y del Commodity Credit Corporation - CCC-). Bush se comprometió a solicitar al Congreso autorización para poder vender, con reducción, deuda de estas instituciones.
Este aspecto de la iniciativa resulta de la mayor trascendencia para varios países pequeños de Centroamérica y del Caribe, Lo más apropiado, en consecuencia, es que América Latina retome de inmediato la "iniciativa", y que comprometa a los Estados Unidos a moverse con rapidez y encauce el procedimiento y el contenido del desarrollo de la propuesta en la dirección que más convenga a la región.
La Iniciativa de las Américas fue tan importante que la usó el Canciller Kohl de Alemania para la reunificación alemana. Los gobiernos latinoamericanos harían bien en guiarse por los siguientes criterios: i) Deberían solicitar procesos de desgravación más lentos para ellos y más rápidos para los Estados Unidos, habida cuenta de las diferencias en niveles de desarrollo y bienestar. De esta forma se anticiparían los potenciales beneficios, y la industria nacional de los países latinoamericanos tendrían tiempo de ajustarse, reduciendo los costos del proceso. Este principio está ya bien asentado en los procesos de integración regional. ii) De ninguna manera deberían solicitar dejar por fuera (o dar un tratamiento especial a) productos o sectores específicos, pues ello conduciría a que Estados Unidos exceptúe algunos de los que más interesan a los países de la región (v. gr. productos agropecuarios, textiles, confecciones, calzado y productos de cuero). iii) Se debería evitar que las negociaciones con Estados Unidos se entraben por, o entraben los procesos de integración regional en curso.
Retomar la Iniciativa de Las Américas de George Bush en 1990 debería ser el tema que López Obrador en México debería proponer al CELAC.
X: @alejandrojsucre
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