En la nueva situación del mercado petrolero, dominada por la sobreoferta, la OPEP ha perdido su capacidad de controlar los precios. La sobreproducción ha sido generada por una revolución tecnológica que ha impulsado la oferta de petróleo. Como parte de esta revolución el sistema de producción fracking ha cambiado las reglas de juego de la industria. En este contexto, el régimen bolivariano sumergió a PDVSA en un estado de postración, como consecuencia del cual la producción ha venido disminuyendo. En el entorno actual del mercado, dominado por bajos precios, la empresa es inviable y su producción continuará declinando, en una lenta agonía, a menos que se implementen reformas para adaptarla a la nueva situación del mercado.
En el pasado mes de marzo de este año CNN Dinero dedicó otro programa al tema petrolero. En esta oportunidad, entrevistaron al experto petrolero Evanán Romero, quien se desempeño como viceministro de energía y minas en el segundo gobierno de Rafael Caldera. El tema planteado por el entrevistador Xavier Serbiá, fue el relacionado con el comportamiento de los precios del petróleo y la incapacidad de los productores de la OPEP de generar una recuperación significativa de los mismos. El acuerdo de la OPEP impulsó los precios hasta un pico en enero, cuando rondaron los 60 dólares el barril, pero a partir de allí los precios comenzaron a bajar hasta ubicarse en alrededor de 50 dólares y la tendencia del mercado continuaba a la baja. El fracaso de la OPEP en controlar los precios, ha llevado al banco de inversión Goldman Sachs a concluir que ya la OPEP no es una organización “hacedora de precios sino una gran administradora de recursos petroleros”.
Ante estos planteamientos, el experto entrevistado señaló que el fracaso de la OPEP era normal en un mercado dominado por la sobreoferta de petróleo. Los avances tecnológicos, que han impulsado la oferta de petróleo, han cambiado las reglas del juego del negocio. Un elemento clave de esta revolución tecnológica es el sistema de fracturación hidráulica conocido como fracking, el cual ha contribuido a impulsar la producción de crudo de los Estados Unidos y convertido a este país en el primer productor de crudo del mundo. Según Romero, Arabia Saudita trató, en el año 2014, de cambiar esta situación y eliminar la producción basada en el fracking, a tal fin inundaron el mercado y bajaron los precios hasta llegar a los 26 dólares. Sin embargo, fracasaron en su propósito y lo que lograron fue presionar a los productores de fracking a incrementar su eficiencia y productividad. 60% de los pequeños productores basados en este sistema sobrevivieron. Las grandes empresas estatales de producción de crudo, como la de Arabia Saudita, fracasaron y debieron renunciar a su intento de eliminar el fracking, ya que su situación fiscal había sido afectada y era insostenible. Este evento fue un hito que reveló hasta qué punto los productores OPEP perdieron el control del mercado.
A continuación el entrevistador del programa señaló, que el sistema fracking también había sido afectado por los bajos precios, pues se vieron obligados a endeudarse. Si los precios bajan de 45 dólares los productores enfrentarán problemas de financiamiento, ya que los bancos cerrarían el grifo.
Ante esta posibilidad, Romero respondió que esto es correcto, la situación de ahora en adelante será de precios bajos y las perspectivas que se avizoran es que ahora van a entrar al fracking las grandes compañías transnacionales, que tienen recursos propios y no tienen que recurrir a los bancos. En consecuencia los pequeños productores serán desplazados. Esta es la prioridad de estas grandes compañías, que ya no están entrando en la explotación petrolera en el golfo, Siberia o Alaska. Estima que el precio no va a pasar de 65 a 70 dólares.
Al final de la entrevista, el experto petrolero señaló que esta nueva situación pone en un predicamento a las grandes empresas estatales productoras de petróleo. A su juicio estos dinosaurios corren el riesgo de desaparecer. Con estos niveles de precios no hay forma en que los estados puedan mantener estos parapetos ineficientes, burocráticos y dominados por la corrupción. Ellos van a desaparecer. Los que no incluyeron las reformas, caso PDVSA de Venezuela, van a desaparecer. Pemex de México está acelerando las mismas.
La aseveración de Romero sobre PDVSA es confirmada por varias fuentes. Por un lado el estado de postración de PDVSA ha sido reconocido por instituciones como el IESA. El jefe del Centro de Energía y Ambiente del IESA Francisco Monaldi y Diego Guerrero del mismo centro, han resaltado el declive de la producción de la estatal y los factores que han incidido en ello, destacando el descuido en cuanto a atender las necesidades de inversión y mantenimiento de la empresa. El régimen bolivariano cifró sus esperanzas en que la OPEP lograría un incremento sustantivo en los precios del petróleo y orientó los recursos para mantenimiento e inversión a otros fines, raspando la olla sin contemplación alguna. El incremento de la burocracia y la dispersión de la empresa en diversos propósitos diferentes al de una empresa petrolera, ha incrementado su ineficiencia. Adicionalmente a ello, el flujo de caja (flujo de efectivo) de la empresa se ha reducido, ya que una buena parte de la producción se destina a pagar los compromisos con China y otra parte a apoyar los compromisos del Pacto de San José y el apoyo a Cuba. El precario flujo de caja limita la posibilidad de que la empresa pueda afrontar los gastos de mantenimiento y la inversión necesaria para impulsar la producción y recuperarse.
Analistas de firmas financieras informaron recientemente, en la página de Bloomberg especializada en noticias de negocios y mercados, que PDVSA necesita un precio mínimo de 100 dólares para tener un flujo de caja que le permita realizar las inversiones requeridas para impulsar la producción y comenzar un proceso de recuperación. A los bajos precios, que se prevén dominarán el mercado, la empresa no es viable y su producción continuará declinando tal como lo afirma el experto entrevistado por CNN.
En síntesis, el chavismo ha llevado a la compañía petrolera a un estado de postración que pone en duda su sostenibilidad, en la nueva situación de bajos precios que dominarán el mercado petrolero de ahora en adelante. En consecuencia la agonía de PDVSA se prolongará en el tiempo, a menos que se emprendan reformas para adaptarla a las nuevas características del mercado.
Profesor UCV