El comentario de la semana
Son tantos los temas que ponen sobre la mesa los personeros del gobierno que no queda otro remedio que coincidir en un lugar común ¡Están provocando!
Uno de ellos y al que somos particularmente sensibles los que nos educamos en democracia es la autonomía universitaria, contra la cual la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional actual, protagonizó una embestida totalitaria con su solicitud de “investigación”, “elevada” al tribunal supremo de la república bolivariana (nunca mejor precisado).
Sin ahondar en consideraciones sobre la forma, y mucho menos sobre la falta de fondo de dicha acción, baste como suficiente señalar que, de haber mediado una intención real de conocer lo que pasa en el medio universitario e inclusive proponer medidas que ayudasen a solventar, o al menos mitigar, las causas del conflicto que mantiene paralizado al sector más importante de la educación superior venezolana, su actitud ha debido ser otra. Una asamblea nacional consciente de su papel habría convocado a las partes y después de oídas, hubiese cumplido con sus obligaciones en la resolución del conflicto (mediar y asignar un presupuesto justo) y recomendado a los otros poderes nacionales asumir sus correspondientes.
Pero como de lo que se trata es de intentar “agitar” a los universitarios y provocar reacciones “convenientes” para la intranquilidad nacional, no asumieron sus responsabilidades, prefiriendo las de buenos patriotas cooperantes.
Olvidaron que sin importar el tema que pongan sobre el tapete, la escasez, la inflación y la inseguridad nos están agitando para que el 6D la única opción sea votar por el cambio de la Asamblea Nacional, como comienzo de una transformación institucional y política que permita la regeneración de la democracia en Venezuela.
8 de noviembre de 2015