Venezuela debiera también tratar de reconectarse no a BRICS solamente sino a Europa y más a la economía de EEUU que es la más cercana territorialmente y la más próspera del planeta. EEUU se separa por varios cuerpos del resto de las economías del mundo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) atribuye la reciente aceleración del crecimiento económico de Estados Unidos al aumento de la inversión no residencial y al mayor gasto de los consumidores, impulsado por el aumento de los salarios reales. A medida que las empresas se vuelven más productivas, pueden permitirse pagar más a los trabajadores, lo que genera estos aumentos salariales.
La inversión en Estados Unidos ha aumentado debido a factores como la confianza de los inversores y los importantes paquetes legislativos que apoyan la energía y la infraestructura verdes. Los suministros energéticos internos gracias al fracking también han protegido a las empresas estadounidenses de la escasez de energía y los shocks de precios observados en otros lugares. Esto ha impulsado la productividad, el motor clave del crecimiento a largo plazo y la mejora de los niveles de vida.
La ola de inversión en EEUU no sólo está beneficiando a los mercados de valores sino que también está remodelando el panorama económico global, ya que Estados Unidos ha aumentado su influencia económica en relación con otras economías desarrolladas en los últimos 20 años.
Según el FMI, se espera que la formación bruta de capital fijo de Estados Unidos aumente un 4,5% en 2024, superando significativamente la tasa de crecimiento promedio del 1,4% en todas las economías avanzadas. De 2016 a 2025, se estima que la inversión estadounidense crecerá a una tasa anual promedio del 3,3%, en comparación con el 2,3% de otros países desarrollados.
Mientras tanto, se prevé que el gasto en inversión en Alemania, la tradicional potencia económica de Europa, caiga un 2,7% en 2024, lo que pone de relieve un cambio significativo. Durante la década anterior (2006-2015), el gasto en inversión de Estados Unidos creció a una tasa anual promedio de solo 1,2%, alineándose con el promedio de las economías avanzadas.
La inversión sostenida en software, equipos y propiedad intelectual ha ampliado la brecha entre las economías de Estados Unidos y otras. La independencia energética ha sido un factor clave, ya que Estados Unidos aumentó la producción interna de energía mediante el fracking, aumentando la productividad y aislándose de las crisis energéticas globales.
Mientras las empresas europeas luchan con los altos costos de la energía tras la invasión rusa de Ucrania, las empresas estadounidenses se han beneficiado de precios de la energía más estables, lo que les permite centrarse en inversiones que mejoran la productividad. Las empresas europeas, por el contrario, están desviando fondos para cubrir los crecientes costos de la energía, lo que limita su capacidad para invertir en nuevas tecnologías.
El FMI ha destacado que los aumentos de productividad de las principales empresas estadounidenses son un factor crítico en la divergencia económica entre Estados Unidos y Europa en los últimos años. Sin embargo, existen dudas sobre si estos avances se deben exclusivamente a la eficiencia o en parte a factores temporales como jornadas laborales más largas.
En 2023, Estados Unidos siguió siendo el principal destino de la inversión extranjera directa (IED), atrayendo alrededor de 388.000 millones de dólares en entradas. En cambio, los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) recibieron en conjunto aproximadamente 355 mil millones de dólares en entradas de IED. Esto refleja una contribución sustancial global tanto de Estados Unidos como del bloque BRICS, y Estados Unidos ha mantenido una ventaja competitiva en los últimos años debido a su estabilidad económica, liderazgo tecnológico e independencia energética.
Durante la última década, los flujos de IED a los BRICS han aumentado significativamente, pero se han estancado un poco desde 2011, mientras que Estados Unidos ha seguido atrayendo más inversiones, particularmente en sectores como la tecnología y la energía verde. Los países BRICS, sin embargo, representan más de una cuarta parte de la economía global y han seguido siendo actores importantes en la inversión global, a pesar de las fluctuaciones en sus entradas individuales de IED.
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