La sociedad rusa está sustentada históricamente en liderazgos autoritarios y cruentos que han dejado tras de sí millones de cadáveres. Putin es parte de esta tradición. En su intento de restaurar la Unión Soviética ha recurrido a una incursión punitiva en Ucrania que es parte también de una tradición soviética.
La unión Soviética nace como consecuencia de la llamada Revolución de Octubre impulsada por los bolcheviques en 1917. Una vez en el gobierno los bolcheviques, bajo el liderazgo de Lenin, instauraron un régimen dictatorial. Como se plantea en la novela “El hombre que amaba a los perros”, que describe en forma fabulada el asesinato de León Trotsky, los revolucionarios tenían la opción de instaurar una democracia parlamentaria pero desecharon la idea.
Rápidamente el gobierno revolucionario evolucionó hacia un régimen de terror impulsado por Stalin, un pistolero georgiano, quien asumió el poder una vez fallecido Lenin. Stalin comenzó una labor de zapa a fin de suprimir toda oposición o resistencia a su liderazgo. Una vez eliminado buena parte del Comité Central del Partido la única piedra en el zapato que impedía su hegemonía era Trotsky, fundador del ejército rojo. Trotsky, aconsejado por sus allegados, puso pies en polvorosa para huir de la ira del georgiano. Este, sin embargo, ayudado por los Partidos Comunistas (PCs) distribuidos alrededor del globo y la policía secreta rusa llevo a cabo una cacería implacable. Al final dio con su víctima en México. En el país azteca un agente secreto de la policía rusa, de origen catalán, con la ayuda de artistas vinculados al PC local, terminaron con la vida del revolucionario ruso. Los detalles de la persecución y asesinato del fundador del ejército rojo son narrados por Leonardo Padura en un formato de historia novelada, donde expresa las probables angustias del líder ruso al haber contribuido a gestar un proceso que convirtió su vida y la de su familia en una pesadilla (Padura. L. 2009)
La instauración de un régimen dictatorial por Stalin y la política de terror que le siguió, no son extraños en la historia de la sociedad rusa. Por el contrario en este país hay una larga tradición de liderazgos autoritarios y cruentos. Según Richard Pipes historiador de la Universidad de Harvard “los rusos no soportan la debilidad. Les gustan los líderes fuertes. Hay una razón histórica por detrás de esto. El Estado ruso no ha sido nunca suficientemente coherente, y la única manera de darle coherencia es mediante la intervención de un líder potente. Todos los héroes de la historia rusa son personalidades fuertes: Iván el terrible, Pedro El Grande, Alejandro III, Stalin…”(El Pais.2017) . La historia de Rusia es la historia de los liderazgos autoritarios que han moldeado la sociedad a sangre y fuego dejando tras de sí millones de cadáveres.
Como lo señala el historiador de Harvard, Vladimir Putin es parte de esta tradición del hombre fuerte. En condición de tal instauró un régimen totalitario y personalista, mediante el cual busca restaurar el régimen soviético que naufragó en 1991. A tal fin ha iniciado una ofensiva contra los países que formaron parte de la Unión soviética a fin de anexarlos de nuevo a su órbita de influencia. Las intervenciones punitivas fueron también una tradición en la relación de la Unión Soviética con las naciones que formaron parte de su órbita de influencia y que a juicio de los mandatarios rusos se convirtieron en ovejas descarriadas. Un caso paradigmático fue el de la invasión a Checoslovaquia que Teodoro Petkoff describió muy bien en su libro sobre el tema (Petkoff. T. 1990). La ocupación de Ucrania es parte de esta tradición.
Profesor UCV
Referencias
El País. 2017. Richard Pipes “No hubo nada positivo ni grandioso en la Revolución Rusa”. 27 de enero.
Padura, Leonardo. 2009. El Hombre que amaba los perros. Tusquets Editores S.A. 576 p.
Petkoff, Teodoro. 1990. Checoeslovaquia: el socialismo como problema. Monte Avila Editores. 207 p.