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La Viuda Roja

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 1 min.

No es la viuda negra, ni la viuda blanca, ni catira ni morena; es La Viuda Roja, esa cuyo padre legítimo sometió a las más viles y aberrantes torturas exhibiéndola ante todo el mundo como la única, la mejor, la originaria, la insuperable, la inmejorable, la vergataria, la milenaria, la bicha, la que estaría más allá de su vida y de su muerte por los siglos de los siglos…

Fue vejada, violada y ultrajada al derecho y al revés, pa’rriba y pa’bajo. La manosearon y la babosearon; fue obligada a manosearlos, a babosearlos y acompañarlos a cuanto acto había para que le gente la viera y la sintiera, se relamiera con sus encantos, con sus medidas, con su atractiva figura. Fue entregada a los traficantes de constituciones de Cuba, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Honduras… Fue presentada y prestada a los pornogobernantes del África y del Oriente Medio como la única que faltaba en sus harenes.

Con ella y dentro de ella, todo; sin ella y fuera de ella, nada. Se fue deteriorando, ajando, marchitando, más por los abusos a los que fue sometida que por el uso que le dieron su padre, sus hermanos, sus tíos y sobrinos. La invocaban como los malandros que gobiernan invocan a Dios para cometer sus fechorías y atropellos de expropiación y confiscación de bienes mientras propagan los males y el hambre por toda la nación.

Ella era la Sra Constitución (Vda) de Chávez, la inigualable, que fue legada a su padrastro y hermanastros que después de sacarle y gastarle, dilapidarle, su inmensa fortuna ya no les sirve para nada y tratan de matarla para borrar todo vestigio de su breve pasado y triste historia. Ya la Sra Constitución de Chávez debe morir porque no se adapta ni se ajusta a los intereses de la pandilla que la heredó.

Incluso aquellos que la ponderaron, la alabaron, la elogiaron y hasta le adularon hoy se ponen del lado de los verdugos como una manera de contribuir a su deceso y salvar el pellejo, quizá, con la asamblea nacional prostituyente, aunque no creemos que alguien del Pueblo Soberano (otro que ya no vale) pudiera prestarse a contribuir con este constitucionicidio propuesto vilmente por el aberrado padrastro que no quiso, no pudo y no supo hacer el mandado y ahora culpa a La Viuda Roja rojita de todos los males que padece y sufre la república creyendo que podría escapar de la justicia divina o terrenal y salirse con la suya…

Nos veremos en las urnas…