La estrategia es el arte y la ciencia de conciliar los fines con los medios disponibles. Los estrategas militares no pueden depender de la suerte para intentar ganar una batalla, aunque alguno piense que “la fortuna favorece a los audaces”. Necesariamente se debe contar con una base mínima de recursos. Lo mismo es válido para los políticos, pero estos frecuentemente se engañan y engañan a sus seguidores con cuentos de camino. ¿Cuál es la estrategia de María Corina Machado, Antonio Ledezma, Capriles, los integrantes de la nanomesa, los usurpadores de las tarjetas de los partidos y del presidente (e) Guaidó?
María Corina es digna de admiración por ser una luchadora valiente. Contra viento y marea, ha venido incrementando su porcentaje de aceptación popular. ¿Cuál ha sido su estrategia? Seguir en la lucha frontal contra el régimen, pero fundamentalmente marcando distancia de otros líderes y partidos de la oposición. Para ello, critica lo que realizan otros dirigentes y ofrece una opción atractiva para los venezolanos desesperados que se sienten frustrados porque no se ha logrado salir de la usurpación.
El punto débil de su oferta de Operación Paz y Estabilidad (OPE), es que la misma requiere que venga a Venezuela una fuerza militar extranjera a sacarnos la castañas del fuego. Nuestros representantes lo han explorado en reuniones internacionales, pero ningún país ha estado dispuesto a intervenir. Tampoco reconoce que, inevitablemente, habría enfrentamientos con pérdida de vidas. Con todo respeto por ella, pensamos que quizá haya subido en número de simpatizantes, pero ha perdido en el nivel de los mismos. Por apostar al hoy, pone en riesgo su futuro político.
Antonio Ledezma también nos merece respeto por su lucha en contra del régimen. Fue el primer político que denunció la existencia de una dictadura, con presos políticos y exiliados. Es un político nato y por ello extraña que no acepte que su opción, similar a la de María Corina, no logra conciliar el fin con los medios. Para diferenciarse y mantener presencia en los medios a pesar de estar exiliado, realiza algunas críticas al resto de la oposición, unas sustentadas y otras no válidas.
Henrique Capriles también tiene méritos y es injusto descalificarlo, como hacen muchos, al achacarle la culpa por supuestamente no cobrar su victoria electoral en el 2013. Si hubiese convocado a la calle lo más probable es que la mayoría se hubiese retirado con los primeros asesinatos y lacrimógenas. En caso extremo también pudo ocurrir una gran matanza. Su estrategia parece ser mantenerse en la palestra. Sin embargo, su discurso es ambiguo. Critica al presidente(e) Guaidó sin mencionarlo. Pareciera que aboga por votar en la farsa de las parlamentarias, pero tampoco aporta elementos que la justifiquen.
Los integrantes de la nanomesa y los usurpadores de tarjetas no son verdaderos opositores. Este señalamiento no es solo por su posición de participar en la farsa de las parlamentarias, sino por declaraciones de sus miembros reconociendo a Maduro. Definitivamente optaron por cohabitar con el régimen y probablemente bien remunerados. Es la estrategia más clara y más inmoral.
El presidente(e) Guidó ha soportado una avalancha de críticas injustas y otras que sí tienen fundamento. La mayor acusación es que no cumplió con su oferta de poner fin a la usurpación. Este señalamiento es malintencionado, ya que no es un mago para tener los medios necesarios para lograr el fin. Tampoco otros han identificado una opción viable para contrarrestar el apoyo a Maduro por parte de la Fuerza Armada y del TSJ espurio. Su estrategia fue apoyarse en los miembros mayoritarios de la Asamblea Nacional. La misma puede lucir sensata, pero olvida que el país es más que el llamado G4. Está a tiempo. Sin descartar a los diputados, debe incluir a ciudadanos independientes y a ONG. Su equipo de comunicación luce sin punch suficiente. Un nuevo referendo tiene sus riesgos, ya que el del 16J fue exitoso, pero no se le vio el queso a la tostada. Su llamado a la unidad debió ser mucho antes. Tiene respaldo internacional y del Frente Amplio.
Solo la unidad de quienes persiguen el mismo fin y un lenguaje sin ambigüedades puede despertar el entusiasmo de la gente para volver a la calle no solo para reclamar por la ausencia de luz, agua, gasolina y gas, sino también para exigir elecciones presidenciales y parlamentarias transparentes con estricta supervisión internacional. María Corina, Ledezma y Capriles deben entender que en estos momentos es imprescindible apoyar al gobierno interino y colaborar con las rectificaciones que hagan falta. Tienen derecho a disentir, pero no a descalificar. Es la única estrategia con visos de éxito.
Como (había) en botica:
Las sanciones al régimen son imprescindibles para presionar por el cese de la usurpación. Sin embargo, sugiero a nuestra dirigencia que evalúe la posibilidad de que se pueda importar gasolina para aliviar el sufrimiento de la población.
Al diputado Requesens lo cambiaron de sitio de reclusión.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!