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A los estudiantes caídos

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 2 min.

Cuando se ha ejercido la docencia porque un conjunto de jóvenes nos permitió el privilegio de haberles transmitido algunos conceptos científicos acoplados a unos cuantos valores morales, sentimos como si le hubiésemos impartido enseñanza a todos los jóvenes de Venezuela; por lo tanto, la muerte de un joven estudiante, independientemente que le hayamos dado o no clase, nos llena de un dolor tan profundo que habrá que aprender a transmutarlos por la frecuencia como se están presentando.

Ellos cayeron, por haber ejercido el derecho que tienen a soñar y aspirar a un mejor país y a una patria como magistralmente la describió el poeta del pueblo venezolano Andrés Eloy Blanco:

La Patria lo es todo: lo grande y lo pequeño; lo que pasa y lo que perdura; las realidades y los sueños; toda la alegría y todo el dolor de la vida. La Patria es el pecho de la madre que nos alimenta, el brazo del padre que nos sostiene, la cabeza blanca del abuelo que se inclina ante la inocencia de un niño, la diestra del sacerdote que nos bendice y la palabra del maestro que nos siembra de luz el pensamiento"
Quizás, los hombres que accionan estas armas en contra de la vida de estos jóvenes, provienen de las raíces más profundas del pueblo venezolano: razón y propósito de sus luchas; pues, ¿Quien no quiere al pueblo con pasión de carbonario cuando se tiene 18 años?
Finalmente, vaya la letra de la canción “Cuando un Amigo se va” compuesta por Alberto Cortez como un modesto homenaje a todos aquellos jóvenes estudiantes que con rumbo fijo y velocidad constante, volaron hacia el Reino de los Cielos.

Cuando un amigo se va queda un espacio vacío
que no lo puede llenar la llegada de otro amigo.
Cuando un amigo se va queda un tizón encendido
que no se puede apagar ni con las aguas de un río.
Cuando un amigo se va una estrella se ha perdido
la que ilumina el lugar donde hay un niño dormido.
Cuando un amigo se va se detienen los caminos
y se empieza a revelar el duende manso del vino.
Cuando un amigo se va queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar con las piedras del hastío.
Cuando un amigo se va se queda un árbol caído
que ya no vuelve a brotar porque el viento lo ha vencido.
Cuando un amigo se va queda un espacio vacío
que no lo puede llenar la llegada de otro amigo.”