El comentario de la semana
La muerte violenta, casi en la vía pública, de un general retirado que se desempeñaba como jefe de personal de la empresa eléctrica regional sacudió la opinión pública local. Pero antes, otros fallecimientos, igualmente de manera violenta, han afectado a funcionarios policiales locales y otros militares de menores grados y jerarquías a tal punto, de que se han vuelto cotidianos, como cotidianos son ya los asesinatos a ciudadanos comunes indefensos ante la arremetida inclemente del hampa desbordada en nuestro estado.
Mientras esto ocurre a diario, el gobernador de la entidad se dedica a otras actividades de carácter nacional totalmente ajenas a sus responsabilidades primarias con la región, maniobrando para impedir el referendo revocatorio o amenazando a manifestantes en marchas pacíficas, que lo están haciendo porque, precisamente, el gobernador, los ministros y el presidente del régimen solo se ocupan de mantenerse en el poder para no hacer nada por los ciudadanos, que somos los que sufrimos día a día los embates del hampa, amén de las angustias en las colas para conseguir alimentos y medicinas para tratar de sobrevivir la tragedia que nos agobia.
¿No saben estos gobernantes, que parece que vivieran en el país de las maravillas, que Caracas, Valencia y Maracaibo ya están figurando como las ciudades más violentas del mundo?