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Mensaje y deseos

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Editorial

Termina otro año sin que la realidad logre imponerse y que los venezolanos todos, convencidos de que por donde hemos transitado solo nos conduce a ningún sitio, encontremos el camino hacia la Venezuela que queremos y nos merecemos.

Es imposible justificar el estado de cosas que impera en nuestro país, ya que no hay argumento de ningún tipo que avale las penurias a las que estamos sometidos. No es que pensemos distinto, no es que estemos enfrentados por diferencias de clase social o económica. Lo cierto es que pequeñas minorías, de todos los colores, centradas en la defensa de intereses meramente materiales, han logrado que la inmensa mayoría no pueda hacer valer su derecho a una vida digna, en el marco de un sistema político que permita que todos, independientemente de como pensemos, podamos convivir no solo aceptando, sino valorando nuestras diferencias.

Como individuos tenemos aspiraciones que no necesariamente coinciden con las de otros, pero eso en ningún caso implica que podamos imponer solo lo que las privilegien, olvidando que el logro de satisfacciones personales depende de que los que compartimos espacios nos sintamos a gusto y convenientemente reconocidos en nuestras necesidades, las cuales no son exclusivamente económicas, pero que, si estas no están cubiertas, el disfrute de las otras se hace muy difícil de alcanzar.

Nos proponemos continuar acompañando el encuentro de todos los venezolanos a través de la convivencia democrática, esa que implica la gestión de acuerdos ante lo que discrepamos, como el accionar indispensable para el logro de una sociedad civilizada y consciente de que somos parte de un todo que, a pesar de los obstáculos, debe ser cada vez más inclusivo.

Desde Dígalo ahí deseamos lo mejor para todos, iniciando un receso que consideramos indispensable en los envíos de nuestro boletín y que culminaremos los primeros días del año próximo; hasta entonces, toda la felicidad posible y el mejor ánimo, convencidos de que Venezuela puede ser distinta y mejor para los que tenemos el privilegio de poder permanecer en ella.