El dictador Maduro y la Plataforma Unitaria democrática iniciaron una negociación porque ninguna de las partes puede imponerse sobre la otra. Por ello, es una insensatez oponerse a negociar. Quien tenga una mejor opción que la ejecute. Lo fundamental es qué negociar y cómo garantizar que el usurpador cumpla. Por otra parte, el votar cuando no existen condiciones de transparencia siempre desata discusiones sobre las ventajas y desventajas. Quizá lo procedente es tomar una decisión acorde con la visualización de lo que puede venir después.
Negociaciones: En lo que va del siglo XXI solo ha habido una negociación, los otros encuentros entre gobierno y oposición han sido solo conversaciones. La negociación que se llevó a cabo en mayo del 2003 produjo acuerdos satisfactorios para los demócratas. Lamentablemente, la dictadura no cumplió y los garantes, la OEA y el Centro Carter, se hicieron los desentendidos. No tiene sentido oponerse a la negociación porque los anteriores encuentros fracasaron o porque un régimen dictatorial plagado de criminales no va a ceder. A las dos partes les conviene y ambas deben ceder en algo.
Críticas: Hubiésemos preferido que se realizara en otro país como Costa Rica o Suiza. También que el Memorando de Entendimiento firmado no dijera que una de las partes es el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y la otra la Plataforma Unitaria de Venezuela, pero entendamos que Maduro es quien está en Miraflores y es reconocido por la mayoría de los países de la ONU. Otra crítica es que en la Agenda no se incluyera el punto de la libertad de los presos políticos. Asumimos que eso no fue aceptado por el régimen. Si este actúa inteligentemente, se podría esperar que está en su interés soltar a todos, porque mantenerlos le crea un ambiente de rechazo entre los demócratas del mundo. Nos alegramos que Freddy Guevara ya esté en libertad, aunque quizá sea condicional.
Confianza en nuestros negociadores: Confiamos en el Coordinador del equipo democrático, el distinguido constitucionalista Gerardo Blyde y en el resto del equipo. La presencia de Carlos Vecchio y de Roberto Enríquez, ambos perseguidos por la dictadura es un triunfo del bando democrático. Solo Stalin González despierta dudas, que ojalá él despeje. Además, tenemos la fortaleza del Informe Bachelet y del paso dado por la Corte Penal Internacional. Los siete puntos de la Agenda contemplan lo deseable en cualquier democracia. Esperemos lo mejor, a pesar de la desconfianza.
Votar o no votar: El tema de las elecciones regionales de noviembre es ineludible. El presidente interino Guaidó asumió la posición correcta de esperar a que en la negociación el régimen acuerde otorgar las condiciones de transparencia propias de una democracia. Henry Falcón y sus sargentos se volvieron a plegar al régimen al adelantar que participarían en las elecciones. Por su parte, los recién llegados alacranes ruegan que, aunque sea, les den real y medio y cuartillo. ¡Qué infelices!
El problema es que el tiempo se acaba. Lo pertinente sería que en México se lograra aplazar las elecciones. La situación se complica caso de que no se logre, ni haya apertura para que el proceso sea transparente. La escasez de gasolina dificulta la movilización de nuestros posibles candidatos, escasez que no afectará al oficialismo. La realización de primarias para elegir a los nuestros se dificulta. La ausencia de un comando opositor con peso específico inducirá una proliferación de candidatos de oposición. Unos con méritos, otros sin él. Esta situación, aunada al ventajismo y trampas del oficialismo harán cuesta arriba ganar a los nuestros.
Escollos a superar: 1-Un Consejo Nacional Electoral (CNE) parcializado e ilegítimo. 2- Registro Electoral Permanente (REP) desactualizado y abultado. 3- La votación con máquinas despierta muchas sospechas. Hay que insistir que se cuenten todas las papeletas que emiten las máquinas, pero el CNE ha resuelto, que lo que vale es la información de las máquinas y no las papeletas. 4- Los cambios de votantes de su centro de votación tradicional a otro lejano dificulta votar. 5- El voto asistido a personas sin discapacidad es una trampa que ha proliferado, al igual que el amedrentamiento a los testigos por paramilitares rojos.6- El Plan República, mediante el cual la Fuerza Armada custodia las Mesas de votación, a veces da órdenes indebidas. 7- Los candidatos de la oposición nunca han tenido igual cobertura por los medios de comunicación del Estado y casi no existen medios privados; el régimen ha utilizado los recursos del Estado para promover y movilizar a sus votantes .
Lo anterior se puede subsanar, solo en una pequeña parte, con testigos en todas las Mesas y votación masiva. La trampa principal se produce cuando no tenemos testigos y los rojos operan las máquinas con votantes ficticios. El amedrentamiento de testigos, sobre todo en zonas rojas es casi imposible de evitar. En caso de que no se modifiquen las condiciones señaladas es cuesta arriba lograr ganar la mayoría de las gobernaciones y alcaldías, como debería ser de acuerdo con las encuestas.
A pesar de todo: Muchos, con argumentos válidos, predican que es necesario votar para prepararnos para un posible revocatorio presidencial. Revocar a un usurpador suena contradictorio, pero la realidad es que ocupa Miraflores. La pregunta es si es más fácil revocarlo contando con algunas gobernaciones y alcaldías o sin ninguna. Ello nos inclina a pensar que, a pesar de los obstáculos, es conveniente votar con miras al revocatorio. Con las abstenciones anteriores se logró que la comunidad democrática internacional desconociera a la Asamblea Nacional impuesta en diciembre 2020 y la reelección de Maduro, lo cual fue muy importante. Las regionales son un caso distinto. Parafraseando a Churchill refiriéndose a la democracia, el votar en una dictadura es la peor opción, con excepción de las otras.
Como (había) en botica:
Muchos amigos fallecidos. Entre ellos el economista Luis Semprún, hombre de principios y valores. Nuestro pésame a su esposa la luchadora Neneta Hernández y a su hijo. También los compañeros Antonio Guanipa, Cruz Chacón Marcano, Argenis Quijada Jiménez, José García y Jorge Ramírez de Gente del Petróleo y de Unapetrol.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!