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No los entiendo

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

Conozco personas con quienes tengo amistad, unas de vieja data y otras a través de la lectura de sus libros, escritos y opiniones y de otras tengo las mejores referencias. Ellas son gente de un buen nivel cultural y académico, por cierto muchos obtuvieron su especialidad en prestigiosas universidades del exterior gracias a becas otorgadas por La Fundación Gran Mariscal de Ayacucho que contribuyó notablemente al desarrollo del país hoy lamentablemente desaparecida.

Hablo de gente que aún se mantienen afectas a este llamado "proceso" y algunos lo defienden con frenesí. Ellos me tienen confundido, no los entiendo. No concibo que personas de buena formación, equipados cívica y moralmente de una manera adecuada, después de lo vivido y ocurrido en estos últimos veinte años se mantengan al lado de este régimen.

He hecho esfuerzos mentales para despejar mi confusión y falta de entendimiento y no lo he logrado. En lo político no encuentro razones, la conducción del país ha sido sin exageración alguna catastrófica y hoy nuestra Patria está administrada por instituciones carente de legitimidad en su origen y ejecutorias, a excepción de la Asamblea Nacional el resto de los Poderes Públicos con ilegítimos y como tal sus actos son nulos.

En lo económico son gente que no se entrega por dos platos de lentejas y sé que para ellos no es lo fundamental de sus vidas.

En lo ideológico tampoco identifico razones. Algunos de ellos se definen socialistas y como son inteligentes deben saber que este régimen es una mezcla de pragmatismo y efectismo rayano en el totalitarismo, que como sabemos es ausente de ideología de ética y de moral. Los ideólogos del socialismo en el mundo han marcado diferencia con este régimen venezolano afirmando preocupación por el desprestigio que le propina a la corriente ideológica y a la causa.

En lo moral son gente que sospecho tengan una escala de valores bien definida y adecuada. Por desarrollo nacional creo están percatados de la involución, retroceso y destrucción de la que el país ha sido objeto.

Por venganza no los creo capaz, ella es de monopolio exclusivo de los hermanos Rodríguez que públicamente lo han afirmado. Por todavía mantener resquemores hacia los cuarenta años de democracia, parece que el remedio ha sido peor en sumo grado que la enfermedad.

En cuanto a esperanza tampoco hay motivos para pensar que la situación va a mejorar, han pasado veinte años y todo ha sido para peor y además el régimen no asoma el menor indicio de rectificación, al contrario, insiste en un modelo fracasado en todas partes del mundo donde se ha pretendido implantar.

Así que a mis apreciados amigos y conocidos no los logro entender, menos a aquellos que con firmeza han entregado buena parte de vida a la defensa de los Derechos Humanos que este régimen a diario desconoce y violenta y a la defensa de la democracia, la libertad y la justicia.

Hay suficiente razones y motivos para concluir que la dinámica que tenemos no es la que queremos, muchos afirman que no estamos en democracia y que el régimen se transformó en dictadura con algunos resquicios de libertad, yo diría que en totalitarismo.

La administración de justicia, que es la reina de los Poderes Públicos es totalmente manejada por los jerarcas del régimen ejecutivo al extremo que ex magistrados han afirmado que no se sentencia sin previa consulta con Miraflores y que semanalmente se reúnen en las oficinas del gobierno el Tribunal Superior de Justicia, el Fiscal General, y el Contralor de la Republica y deciden a quien le cortan la cabeza y a quien no.

La pluralidad y el respeto a la disidencia no solamente está conculcada si no que persiguen, acosan, encarcelan, torturan y hasta asesinan al oponente.

Estamos pues en presencia de un régimen cuyo desenvolvimiento es contrario a las más elementales normas de convivencia civilizada que atenta a diario contra nuestra condición humana.

Estimados amigos no los entiendo. No sé si mi condición de opositor me ha colocado en el otro extremo, pero sinceramente no los entiendo. Aspiro y deseo que en análisis de conciencia en solitario y reflexión se coloquen del lado correcto de la historia. Son suficientemente inteligente para apartar las piedras subalternas del camino y seguir andando con el pecho erguido de emoción y la cara en alto de optimismo en la búsqueda de un país mejor. El Señor se alegró enormemente cuando la oveja descarriada volvió al rebaño.