Mientras los expertos estiman que el próximo año aumente la inflación y el tipo de cambio, los venezolanos se muestran cada día más preocupados por la disminución de su capacidad de compra. Economistas y ciudadanos plantean la urgencia de cambios en las políticas económicas y ven con discreción la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Se vaticina un dólar oficial a 91 bolívares y una economía que estará movida por la situación política
«Medio cartón de huevos ya está en 130 bolívares. Todo va para arriba. Si ahorita no me alcanza, ¿cómo será el año que viene?», se lamenta la costurera María Castaño mientras compara precios en el bulevar de Catia, al oeste de Caracas. Una risa de ironía acompaña el rostro de Castaño tras ser consultada sobre sus expectativas para el 2025.
Incertidumbre es la palabra que repiten ciudadanos y expertos al preguntarles sobre la economía venezolana de cara al próximo año. Mientras los economistas alertan sobre un aumento de la inflación para el 2025, los venezolanos ven la situación cada día más preocupante, especialmente tras el reciente repunte del dólar y el incremento de precios que genera la inestabilidad cambiaria.
«Nunca había sentido tanto el impacto económico como este año», dijo el mototaxista José Martínez. «No puede ser que vaya al supermercado, compre dos cositas y sean 40 dólares. ¿Cómo llenas la nevera para un mes?», lamentó el caraqueño al ser consultado por El Pitazo.
«Cada año la situación es peor, porque cada día el dinero alcanza menos (…) Expectativas positivas no tengo», dijo por su parte la trabajadora informal Abigail Sarmiento.
Para la secretaria Ana Carolina Gutiérrez el próximo año será similar al 2024 en materia económica, aunque tiene la certeza de que el dinero cada día alcanzará menos. «Si antes comprabas un kilo de carne, probablemente compres medio, pero como todo, nos vamos a acostumbrar y seguiremos mal», dijo.
La crisis política es otro de los elementos que destacan los caraqueños consultados como una de las causas de las distorsiones económicas del país. «No sabes si estará Maduro, si se juramentará Edmundo (González), de lo que sí estamos seguros es de que el dólar seguirá aumentando y el gobierno no habla de aumento salarial», señaló el mototaxista Carlos Pérez.
Los economistas de la firma Ecoanalítica Asdrúbal Oliveros, Graciela Urdaneta, Luis Arturo Bárcenas y Jesús Palacios coincidieron con los caraqueños en que la economía venezolana de 2025 estará marcada por un ambiente de incertidumbre, tanto por el nuevo período presidencial en Venezuela, que inicia el 10 de enero, como por las consecuencias que para Venezuela puede representar el triunfo de Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos.
Un 2025 con más inflación
Los economistas de Ecoanalítica y los panelistas del XXVIII Congreso de Actualidad Económica de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) destacan el incremento de la inflación como uno de los elementos que marcará el 2025.
Para el cierre de este año Ecoanalítica estima un crecimiento económico de 4,4 %; una inflación de 25,2 % y un tipo de cambio de 48,2 bolívares por dólar en el mercado oficial y de 57,2 bolívares por dólar en el mercado paralelo.
Por su parte, esta firma calcula que el crecimiento será más bajo en 2025, de 2,3 %; la inflación de 60,7 %, aunque descarta un nuevo episodio hiperinflacionario incluso con un escenario de nuevas sanciones; y un tipo de cambio de 91,9 bolívares por dólar en el mercado oficial y 94,8 bolívares por dólar en el mercado paralelo.
«Son elementos que probablemente van a ir de la mano con el riesgo que existe con la generación de crudo, siendo esto una palanca fundamental en la estabilidad cambiaria de Venezuela, se plantea el hecho de que por más que se inyecten recursos puedan haber fricciones transaccionales», dijo el economista Luis Arturo Bárcenas durante el foro Perspectivas Económicas 2025 de Ecoanalítica realizado el pasado 6 de noviembre.
El economista Asdrúbal Oliveros explicó que las fricciones transaccionales tienen que ver con problemas a la hora de pagar. «Problemas como los que se ven hoy, donde te cobran en euros, no te aceptan bolívares, si pagas en bolívares el monto es más alto. Eso termina afectando la dinámica de compra de la gente», indicó.
En ese sentido, dijo que la población es la más vulnerable, y, en especial, aquellos que ganan en bolívares y tienen cada día más limitada su capacidad de compra.
Al respecto, Oliveros advirtió que el reciente incremento de la brecha cambiaria representa una alerta de que se requieren cambios en la política económica. «Si esos cambios no se dan de cara al próximo año, los niveles de inflación y devaluación pueden ser mucho más altos», apuntó.
Para el economista José Guerra, el 2025 va a abrir de manera radicalmente diferente a lo que ocurrió en 2024, cuando hubo perspectivas positivas en lo económico y se hablaba de estabilidad política porque venían las elecciones.
Banco Central de Venezuela no tiene cómo contener la demanda de divisas y no tiene dólares suficientes para ofertar en el mercado y calmar la demanda y tener una tasa de cambio más o menos estable. Y esto ha ocurrido porque los venezolanos no quieren bolívares, porque la inflación se está acelerando y la expectativa de devaluación aumenta. El año 2024 comenzó relativamente bien, con buenas expectativas, ese no va a ser caso del año 2025, signado por una incertidumbre política, por la falta de divisas y por un mercado con un apetito gigantesco por dólares que va a presionar sobre la demanda», dijo por su parte el economista José Guerra también consultado por El Pitazo.
En ese sentido, Guerra considera que el tipo de cambio se va a depreciar mucho más en el 2025 de lo que se ha depreciado este 2024. De igual forma, pronostica una inflación mayor. «Este año podemos estar cerrando una inflación de 50 % a 55 % aproximadamente, acelerándose fuertemente en los últimos meses, después de haber estado estable entre enero y septiembre con tendencia a la caída, al menor ritmo de expansión de los precios. Pero para el año próximo, indudablemente la tasa de inflación va a ser mayor a cualquiera sea el número con que se arregla en el 2024», apuntó.
Este análisis coincide con el de la economista Rosamnis Marcano, de la firma EMFI Analytics, quien durante el Conversatorio Financiero Perspectivas 2025 organizado por MCD Servicios Financieros y EMFI, aseguró que con o sin flexibilización de sanciones, contemplan para 2025 un aumento de la inflación y del tipo de cambio.
El regreso de Trump
El triunfo de Donald Trump en la elección presidencial de Estados Unidos plantea nuevos escenarios debido a la incertidumbre que genera un cambio en la política exterior hacia el país y, en consecuencia, la posibilidad de que se impongan nuevas sanciones a Venezuela. José Guerra recordó que el crecimiento económico de Venezuela está sujeto a la política petrolera, porque sigue siendo el motor de la economía en el corto plazo.
En ese sentido, Asdrúbal Oliveros dijo que si la nueva administración de Trump impone nuevas sanciones, las cifras de la economía venezolana para 2025 «pueden ser muy malas», pues no crecerá y, por el contrario, caerá de la producción petrolera. Sin embargo, dijo que no hay certeza de que eso vaya a ocurrir.
«Más temprano que tarde una sanción implica menos ingresos en divisas, y por lo tanto menos capacidad de liquidar en el mercado cambiario», apuntó Oliveros.
Urdaneta, por su parte, aseguró que si bien existe la probabilidad de que se revoquen las licencias petroleras otorgadas por Estados Unidos, no lo ve muy factible en el futuro inmediato.
En una reciente entrevista al medio Voz de América (VoA), el economista Leonardo Buniak consideró probable que con el nuevo gobierno de Donald Trump se observe una retórica muy marcada, pero recordó que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) ya tiene 16 licencias aprobadas y 50 por aprobar, por lo que, a juicio del experto, Estados Unidos, de alguna manera privilegia los activos petroleros de empresas estadounidenses en Venezuela, que exporta 306.000 barriles de crudo diarios al país norteamericano
«Venezuela ya se convirtió, increíblemente, en el tercer proveedor de petróleo de Estados Unidos, dejando a Arabia Saudita en el cuarto lugar, y la realidad es que Venezuela hoy no le vende más petróleo a Estados Unidos porque sencillamente no lo produce», dijo Buniak.
El experto considera que la cifra de exportación de crudo venezolano a Estados Unidos aumentará en el momento en que el país incremente su producción, lo cual es probable que suceda en 2025 con nuevas perforaciones de Chevron.
A juicio de Buniak, es necesario evaluar algunos elementos importantes en este análisis, entre ellos la seguridad energética de Estados Unidos, ya que los principales reservorios del mundo actualmente están afectados por factores de riesgos geopolíticos, por lo que pasan a tener más importancia reservorios alternativos de América Latina, entre ellos el de Venezuela.
Asimismo, mencionó la política migratoria anunciada por Trump, con la que espera deportar a 11 millones de extranjeros, entre ellos venezolanos. «Hay que ver si eso es viable, pero para llevar esto adelante le toca negociar con Venezuela y ahí es donde el tema petrolero, que tiene que ver con los factores de riesgo por la volatilidad geopolítica, más el tema migratorio, puede imponer ciertas realidades».
Escenarios
En su foro de perspectivas económicas, la firma Ecoanalítica prevé tres escenarios de cara al próximo año. La primera posibilidad que observan los expertos de esta consultora, y su escenario base con 50 % de probabilidad de que ocurra, es la que denominan «status quo», en la que los empresarios mantendrán prudencia en las inversiones, con un crecimiento económico de moderado a bajo, aproximadamente de 3 %, y con los sectores ligados al consumo como ganadores (tecnología, servicios, alimentos y salud).
Ecoanalítica estima un segundo escenario, con un 30 % de probabilidad, al que llaman «radicalización económica», en el cual, debido a la dinámica política, dependiendo de los grupos políticos que se impongan la agenda puede cambiar.
Con este escenario, la perspectiva es de menores inversiones, una contracción económica, posturas de controles por parte del gobierno que afecten la actividad privada y en la que solo los sectores esenciales tendrían visibilidad. «No es nuestro escenario base, pero hay que contemplarlo», dijo durante su presentación el economista Asdrúbal Oliveros, director de esta firma, quien destacó la importancia de hacer seguimiento a los acontecimientos.
Sobre este escenario, dijo que radicalizar la economía implica para el Estado tener recursos, pues considera que actualmente es «muy difícil» volver a aplicar controles de precio si no garantiza a la industria insumos y dólares para que pueda asumir pérdidas.
«Sino la gente va a liquidar sus inventarios y para, porque no son hermanitas de la caridad para traer mercancía y vender a pérdida, eso no existe», apuntó.
Un último escenario que plantea Ecoanalítica es la apertura de Venezuela al mercado, relacionado con acuerdos y negociaciones que conlleven a desmontaje o flexibilización de sanciones, y apoyo de multilaterales. Este panorama, con 20 % de probabilidad de ocurrencia, implicaría fuertes inversiones en áreas claves, crecimiento económico de más de 5 % en los próximos años, y el repunte de sectores rezagados, a los que les cuesta crecer en el contexto actual, como petróleo, manufactura y construcción.
«En nuestra visual, hoy nos movemos entre el status quo y la radicalización, y eso marca cómo se mirará el 2025», apuntó Oliveros.
La economista Rosamnis Marcano prevé, por su parte, dos escenarios, ambos en los que se contempla la continuidad de Nicolás Maduro en la Presidencia de Venezuela. El primero tiene que ver con la continuidad del proceso de flexibilización de sanciones, con el que aumentaría la producción petrolera a 1,01 millones de barriles diarios, la inflación a 46 % y el tipo de cambio alrededor de 73 bolívares por dólar.
El segundo escenario que contempla EMFI Analytics está relacionado con un endurecimiento de sanciones en el que la producción petrolera se estancaría y el precio del crudo venezolano caería debido a un mayor descuento. Este panorama también implicaría un menor crecimiento del sector petrolero, menos disponibilidad de divisas y una caída en las importaciones, inflación por el orden del 80 % y un tipo de cambio de 98 bolívares por dólar.
Para los venezolanos, la necesidad de ajustes de sueldos es inminente con el incremento de los precios, por lo que esperan para el próximo año nuevas medidas relacionadas con el salario que permitan, de alguna manera, mantener su capacidad de compra.
7 de diciembre 2024