Nada más oportuno que un 12 de octubre para hablar de la “segregación racial”, cuando celebramos el “día de la raza” o “el encuentro de dos mundos” que, en Venezuela, por razones ideológicas o políticas han rebautizado de otra manera. Originalmente pensaba abordar el tema solamente con el caso de Suráfrica y la lucha contra el “apartheid”, pero creo que es imposible hacerlo sin referirme primero a la lucha contra la “segregación racial”, o por los “derechos civiles”, en los Estados Unidos de América.
La lucha por los derechos civiles
El tema de los “derechos civiles” y contra la “segregación racial” y la discriminación está presente en Estados Unidos desde su primer día como nación, el 4 de julio de 1776. Pero no me remontaré a esos albores, apenas lo haré hasta mediados del pasado siglo, especialmente desde 1955 hasta finales de los años sesenta, cuando despertó en toda su complejidad y amplitud el problema racial con la población negra norteamericana. En los estados del sur, principalmente, entre la población negra hubo cientos de muertos por asesinatos −que en muchos casos quedaban impunes−, se le impedía el acceso al estudio a todos los niveles a dicha población, igualmente se le impedía el acceso al trabajo o se los empleaba en pésimas condiciones laborales, se les relegaba a condiciones de vivienda, insalubre, míseras y sin servicios básicos, se los condenaba a cárcel con trabajos forzados y sin juicios justos, etcétera.
Algunos gobernadores, y autoridades en general, arremetían contra la población negra o favorecían abiertamente a los blancos racistas y hostigaban a las organizaciones que defendían los derechos civiles y luchaban contra la segregación. Hasta principios de los años cincuenta del siglo XX la lucha por los derechos civiles, especialmente de la población negra en los estados del sur, se desarrolló básicamente en tribunales y cortes de justicia, tratando de que se respetaran los derechos que las leyes garantizaban a todos por igual y que no se respetaban. De nada, o muy poco, sirvieron las decisiones de la Suprema Corte del país, en contra de la discriminación, ni los esfuerzos de los presidentes de Estados Unidos, desde Dwight Eisenhower hasta John F Kennedy tratando de forzar, incluso con la Guardia Nacional y el ejército, el cumplimiento de las leyes.
Modalidades de la lucha civil
Pero a mediados de los años cincuenta del siglo pasado la lucha tomó otro cariz, se hizo mucho más “militante”, con acciones directas, tomas de edificios y locales, movilización de masas contra la segregación, por parte de negros y blancos −que por igual se sumaron a esa lucha−; “sentadas” en restaurantes, bibliotecas, escuelas y calles; “plantones” en comedores de universidades y escuelas; tomas de edificios y locales públicos; “arrodilladas” en bancos de Iglesias reservados para los blancos; grandes caminatas y manifestaciones; tomas de autobuses y desplazamiento de negros y blancos en ellos y “viajes por la libertad” en diversos estados del sur de Estados Unidos. Se presentaron también hechos violentos, con saldo de muertos y heridos; sin embargo, la violencia armada, preconizada por algunos grupos más radicales, nunca tuvo una significación importante, fue completamente disipada y la lucha, adquirió una tónica claramente no-violenta con la incorporación en ella de las Iglesias Protestantes y algunos importantes líderes, como Martin Luther King Jr. −el más conocido, pero no el único− que activamente participaron en la lucha por los derechos civiles.
Principales hitos y algunos protagonistas
Varios hitos importantes en esta lucha, que apenas resumiré, para quien los quiera investigar más a fondo, son:
– El asesinato de Emmett Till, en 1955, un adolescente brutalmente asesinado en Misisipi, acusado de acosar a una mujer blanca; un jurado integrado únicamente por ciudadanos blancos, declaró inocentes a los asesinos, quienes sabiendo que no podían ser juzgados nuevamente por ese delito, años más tarde alardearon del asesinato y la supuesta víctima declaró, también años después, que el adolescente asesinado ni siquiera le había dirigido la palabra; el caso fue reabierto judicialmente en 2018. Desconozco cuál es la situación actual.
– La acción de Rosa Parks, activista de los derechos civiles, que en 1955 en Montgomery, Alabama, se negó a levantarse de su asiento en un autobús para cederlo a un ciudadano blanco; tras ser arrestada y condenada, su acción sirvió para que se organizara un boicot de autobuses en dicha ciudad, que duró más de un año, acción que había sido común en años anteriores, pero que cobró importancia a partir de ese momento, que fue imitada en otras partes y en la que participaron numerosos activistas, entre ellos Luther King, Ralph Abernathy, Edgar D. Nixon y Rosa Parks. Esta forma de protesta terminó cuando la Suprema Corte de Justicia sancionó que la discriminación en el transporte público era ilegal. Desde luego que el problema de la segregación racial no se resolvió con esta acción, ni siquiera en Montgomery, pero el incidente tuvo honda repercusión el todo el país.
– La Crisis de Little Rock, cuando el gobernador impidió con la Guardia Nacional que varios estudiantes negros pudieran asistir en una escuela integrada; la acción del gobernador fue rechazada por el presidente Eisenhower, que ordenó a la Guardia Nacional regresar a sus cuarteles y escoltó a los estudiantes negros −conocidos como “los nueve de Montgomery”− con el ejército, para que pudieran incorporarse a estudiar.
– Movilizaciones en Misisipi; en 1962 −el más racista y peligroso de los estados sureños− un grupo de estudiantes blancos y negros antisegregacionistas apedrearon a la policía y promovieron graves disturbios, con saldo de heridos y muertos, debido a la negativa de la Universidad de Misisipi de permitir la incorporación de estudiantes negros, a pesar de una sentencia que lo permitía; la crisis se disipó cuando el presidente Kennedy envió al ejército para suprimir la acción segregacionista del gobernador del estado.
– Los movimientos en Albany y Birmingham, Alabama, entre 1961 y 1967, que fueron cruciales para dar profundidad y especificidad a la lucha por los derechos civiles de la población negra norteamericana.
– La marcha sobre Washington, el 28 de agosto de 1963, que fue un acto unitario de todas las organizaciones defensoras de los derechos civiles y congregó más de 200.000 manifestantes.
– Diferentes marchas fueron importantes para la consolidación del movimiento; además de la “Marcha sobre Washington”, una de la más famosas y decisivas fue la marcha de Selma a Montgomery, en Alabama, que se denominó el “domingo sangriento” (Bloody Sunday).
– La aprobación de la Ley de los Derechos Civiles de 1964 y la Ley del Derecho del Voto, un año más tarde, durante la administración de Lyndon B. Johnson, tras el asesinato de John Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
Todos esos eventos adquirieron gran significación por la incorporación de diversos activistas por los derechos civiles, entre los cuales se pueden mencionar: Martín Luther King Jr., Ralph Abernathy, Rosa Parks, Edgar D. Nixon, Jesse Jackson, Ella Baker, Bayard Rustin, Malcolm X, Elizabeth Eckford, Medgar Evers, Philip Randolph, y cientos más, imposible de nombrarlos a todos.
Los sucesos de Birmingham, Selma y el asesinato de Luther King.
Lo ocurrido en Birmingham, Alabama, ya mencionado, fue crucial en la campaña por los derechos civiles por el empleo de diversas modalidades de lucha no-violenta-activa, que incluyó la incorporación a las luchas antisegregacionistas de estudiantes de secundaria, jóvenes y niños (La Cruzada de los Niños), que fue brutalmente reprimida, pero al ser difundida por televisión puso en el panorama nacional y mundial la segregación racial en los estados sureños de Estados Unidos, que algunos medios comenzaron a comparar con el “apartheid” de Suráfrica. Sobre todo, tras el arresto de Luther King y su famosa Carta desde la cárcel de Birmingham (16/04/1963), las acciones tomaron otro cariz cuando el presidente Kennedy pronunció un discurso por televisión y presentó al Congreso un proyecto de Ley de Derechos Civiles, aprobado, como ya señalé, en 1964.
Otro episodio fundamental tuvo lugar en el puente Edmund Petrus, situado entre Selma y Montgomery. Una manifestación partió de Selma, el 7 de marzo de 1965, para recorrer los 86 km que la separan de Montgomery y protestar por la segregación de los electores negros, impedidos de registrarse para votar; en el mencionado puente, una turba violenta de blancos, apoyados por la policía, arremetió contra la movilización y les impidió el paso, arrestando e hiriendo a numerosos manifestantes. Luther King, quien no estaba en la marcha, se incorporó en las siguientes; una el 21 de marzo, cuando 3.000 manifestantes partieron nuevamente de Selma y después de varios días llegaron a Montgomery, con más de 25.000 personas, en donde Luther King pronunció otro de sus famosos discursos: How Long, Not Long. Las marchas desde Selma fueron un importante punto de inflexión en conseguir el apoyo del pueblo norteamericano, que vio en las noticias la brutalidad policial, en contraste con la política de no-violencia de Martin L. King Jr.
Martin Luther King Jr. −quien había predicado la filosofía de la desobediencia civil no violenta y quien fuera el líder más visible del movimiento por los derechos civiles, Premio Nobel de la Paz en 1964 y uno de los mejores oradores norteamericanos− fue asesinado el 4 de abril de 1968. Su funeral congregó una gigantesca multitud de más de 300.000 personas, que se convirtió en manifestación y se suscitaron varios días de disturbios, extendidos por todo el país, con cerca de 50 fallecidos y un decreto nacional de duelo del presidente Lyndon B. Johnson, primer duelo nacional por un ciudadano negro en Estados Unidos.
Las lecciones de esta campaña
Son diversas las razones que justifican considerar importante lo ocurrido en Estados Unidos al referirse a la lucha contra la segregación racial:
– Primero, porque como ya dije, en dicho país, prácticamente se lucha contra la discriminación racial desde su constitución como nación, hace más de doscientos años y a partir de los años cincuenta del siglo pasado se llamó lucha por los “derechos civiles”.
– Segundo, porque creo que la sociedad norteamericana es la que más horas hombre dedica a las más variadas tareas cívicas, de manera voluntaria y generosa, sin esperar el ciudadano nada a cambio desde el punto de vista material, sino meramente alcanzar un objetivo que considera importante para sí, para su familia o para los demás. Razón por la cual es un modelo y ejemplo a seguir.
– Tercero, y muy importante, porque ahora está surgiendo en los Estados Unidos −y se ha manifestado con fuerza en las tres últimas campañas electorales, especialmente en esta última− otra modalidad de discriminación o de segregación, que en el fondo también es racial: el rechazo a la inmigración, a los inmigrantes, sin que por ello vayamos a desconocer que pueden constituirse en un problema real para toda la sociedad. Toda una paradoja para un país que fue “construido” en buena medida por inmigrantes, por ancestros inmediatos de los dos candidatos presidenciales actuales.
Conclusión
Aun cuando la mayor parte de los derechos civiles en favor de la población negra de Estados Unidos se alcanzaron con las dos leyes mencionadas, de 1963 y 1964, el asesinato de Luther King se considera un hito que marca el inicio del fin de la lucha por los derechos civiles y contra la segregación en Estados Unidos, que continuó muchos años más al no hacerse completamente efectivos esos derechos y que hoy parece revivir con la discriminación y rechazo a la población inmigrante.
La próxima semana finalmente concluiré esta serie sobre la “resistencia política” con la lucha contra el “apartheid” en Suráfrica y compararé lo ocurrido allí con lo visto en este capítulo sobre Estados Unidos.