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Simbiosis

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

Muchas veces, cuando me apresto a redactar un artículo para exponer mi criterio sobre la realidad venezolana, quisiera estar equivocada; si hubiese sido así, probablemente viviríamos en libertad y prosperidad. Hoy, no es la excepción, pero la fuerza de los hechos no me permite escapar hacia el mundo de las ilusiones.

El régimen y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), conviven en perfecta simbiosis, entendiéndose como tal la «asociación de individuos animales o vegetales de diferentes especies, sobre todo si los simbiontes sacan provecho de la vida en común.» (DRAE).

Si el régimen que asuela este hambreado País desapareciera hoy, la MUD no lo sobreviviría veinticuatro horas, pues desde siempre la savia que alimenta a esa organización multilateral es el antichavismo, la desesperada necesidad del venezolano común de poner pan sobre la mesa y esperanzas en el corazón.

Prueba irrefutable de que el chavismo es la fuente de vida de la MUD, es la forma en que una abrumadora mayoría de votantes lo hizo por los candidatos «opositores» el 6 de diciembre de 2015, aun cuando muchos de ellos eran desconocidas fichas de partido, cuyos nombres ni siquiera fueron averiguados por el votante.

El régimen tiránico de Nicolás Maduro es el río revuelto que le produce las ganancias a los pescadores de la MUD y, lo que es más, su razón de existir.

Entre el régimen y la MUD se ha generado una comunidad de intereses muy fácilmente apreciables: la MUD actúa como oposición simulada, copando el lugar que le corresponde a una verdadera; sirve como válvula de escape de la presión social y siembra ilusiones para aletargar el desespero popular; ladra y gruñe, pero no muerde y habla de paz mientras ofrece los tobillos del pueblo para que le sean colocados los grilletes de la esclavitud. Se niega a hablar de la nacionalidad de Maduro, como del carácter extranjero e invasor de su régimen.

Todo nos obliga a pensar que la asamblea nacional constituyente fue un invento consensuado para desviar la atención de lo que verdaderamente desea la gente: el fin de la tiranía y la vuelta a la prosperidad.

Antes de la absolutamente nula convocatoria a la ANC por incompetencia evidente del Órgano convocante, el régimen no tenía materia prima para negociar ni la MUD «demonio» al cual oponerse. La ANC no es más que un trapo rojo de tamaño heroico que le alarga la vida a los simbiontes e inmola en el altar de las mentiras a los hijos de Venezuela.

Si Maduro y su comparsa dejara de existir para el mundo político, de consuno desaparecería la MUD y con ella los efectos prácticos de su existencia: la candidatura presidencial única para el 2018; la desaparición del voto automático antichavista/promudista; el carácter omnímodo y omnipotente de «el dedo» para señalar candidatos a los cargos de elección popular; pérdida del escudo unitario detrás del cual se esconden AD, UNT, PJ y otros directa o indirectamente culpables de esta tragedia, por sus 40 años de malos gobiernos (No olvidar que UNT y PJ son desgarramientos de AD y Copei, respectivamente).

Muy a mi pesar, cada día se fortalece más el criterio de que régimen y MUD, más que adversarios, son socios atados por una comunidad de intereses vitales. Aparentan una enemistad inexistente y se dan empujones de utilería, cuidando de no causar daño alguno al adversario.

Cada día se hace más evidente que la MUD y el régimen desean llegar a las elecciones presidenciales de 2018 y al constitucionalmente programado traspaso de poder en 2019.

La irresponsable oposición oficial parece no recordar el arrebatón de que fue objeto en las presidenciales del 2013, o de la castración pública a que fue sometida la Asamblea Nacional con el retiro de los diputados de Amazonas.

Roguemos a Dios para que los olvidos de unos no se conviertan en la tragedia de todos.

turmero_2009@hotmail.com

@DulceMTostaR

http://www.dulcemariatosta.com