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Solo una advertencia razonable

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 1 min.

¡Fascistas, apátridas, lacayos, escuálidos!!
¡A la derecha hay que exterminarla!!
¡Pagarán con cárcel hasta el último centavo que se robaron!!
¡Corruptos, narcotraficantes, traidores!!
Estas expresiones sobresaturadas del más profundo odio, unidas al crecimiento exponencial de la crisis que estamos padeciendo, me hacen presentir que estamos a un pasito de una nueva revuelta armada, por no llamarla guerra civil. Y esto nada tiene de extraño; pues, en 187 años que llevamos de vida republicana, se produjeron en Venezuela 166 conflictos armados que paradójicamente culminaron en una mesa de diálogo y acuerdos mutuos, pero eso sí, después que el país había quedado social, económica, política, militar y moralmente destruido, acabado y escoñetado de norte a sur y de este a oeste.
Y aquí estamos, sin aprender la lección y preparándonos para llevar a “feliz término” la revuelta armada número 167; en consecuencia, vayan estas recomendaciones que presumo podrían contribuir a evitar la posibilidad de la trágica ocurrencia de un fratricidio.
RECOMENDACIONES
1).Reconsiderar la convocatoria a una Constituyente.
2).Diseñar un proyecto de país con la participación activa de todos los sectores representativos de la sociedad venezolana.
3).Convocar a elecciones previamente autorizadas por una enmienda constitucional.
4).Promulgar una ley de amnistía general que entre en vigencia inmediatamente después de conocerse los resultados de las elecciones.
5).Acordar, que independientemente de quien gane las elecciones, el plan de gobierno a cumplirse debe tener como base fundamental, el proyecto de país sugerido en el punto número dos (2) de este escrito.
Ahora bien, todos estos comentarios amigas y amigos en Facebook, porque aunque estoy consciente de lo limitada de mi área de influencia, considero un deber haber planteado esta advertencia.
Para concluir, ojala que Dios y la Virgen de Lourdes de Villa de Cura, mi pueblo, les den sabiduría a estos señores para que resuelvan sus contradicciones dialécticas y luego nos pongamos a convertir este país en la tierra donde todo sueño, será posible.
Finalmente: Dios Bendiga a Venezuela.