
Varios aspectos destacados en la reciente -y precisa- nota de Edward Luce en el Financial Times sobre la actual situación mundial son particularmente destacables. Como se desprende de esa nota, más allá de los impactos que ya va teniendo en el mundo la guerra de los aranceles desatada por Trump, el panorama es preocupante para el mundo en los ámbitos de la tolerancia democrática y, por supuesto, el crecimiento ordenado de la economía en medio de la guerra arancelaria desatada.
Crisis “por la propia mano”
Recordándonos al historiador Arnold Toynbee, Luce apunta, con precisión, que en ocasiones las civilizaciones mueren por suicidio. Como destaca Luce: “Ni una amenaza externa ni una evaluación interna de costes y beneficios llevarían a un marciano a creer que la mayor potencia de la Tierra debería estar en crisis por su propia mano”.
Redondo. Pues, es verdad. Con cada nueva “oleada” proteccionista desde Washington sobre la economía global, se recortan las previsiones de crecimiento también para los Estados Unidos.
Por eso no es exagerado asumir que este podría ser un año de recesión elegida para el país. Las divisiones causadas por la guerra de Vietnam, el Watergate de Richard Nixon e incluso la reacción violenta a la guerra de Irak de 2003 condujeron a movilizaciones y reacciones importantes. Pero, como se resalta en el artículo de Luce, a diferencia de emergencias anteriores, en esta ocasión es notable la falta de resistencia seria en la sociedad estadounidense.
Irónicamente, muchos extranjeros son hoy muy conscientes de lo que ocurre. Como destaca Luce: “Cada vez que se niega la entrada a un científico o un turista desaparece en detención, sale en los titulares en su país. Los estudiantes extranjeros viven con el temor de ser deportados arbitrariamente o incluso arrebatados de la calle por agentes enmascarados. Los posibles visitantes están haciendo otros planes”.
Evaporando el “poder blando”
Estados Unidos está evaporando su poder blando.
El ejemplo que pone Luce: “La semana pasada, Myanmar sufrió el peor terremoto en décadas. Los equipos de ayuda chinos e incluso rusos llegaron al lugar en cuestión de días. Tras desmantelar USAID, la ayuda estadounidense aún no ha llegado”.
Innecesario cualquier desarrollo o comentario adicional. Pues es un hecho que la “demolición” de USAID ya está poniendo en cuestión importantes programas. Por ejemplo, lo de “desarrollo alternativo” (o “sustitución de cultivos”) en zonas sembradas de plantas de hojas de coca en algunos países latinoamericanos.
Tradicional tierra de “protección” ante el autoritarismo, las cosas ahora parecen estar cambiando pues, como anota Luce, “(…)se planea deportar a más de 300.000 refugiados venezolanos a las garras del brutal régimen del que huyeron. Ninguna de las masas hacinadas del mundo es bienvenida en Estados Unidos, con una excepción: los sudafricanos blancos” pues serían, supuestamente, víctimas de discriminación racial por parte del gobierno de mayoría negra de Sudáfrica.
Gran paradoja … y contradicción. Además, como si lo anterior fuera poco, “se están revisando los proyectos de investigación científica en busca de palabras prohibidas, como «equidad» e incluso «mujeres»”.
Todo esto se está haciendo en nombre de la meritocracia. La nueva guardia de Estados Unidos es casi toda blanca, toda masculina y en su mayoría no está cualificada para dirigir los grandes departamentos que están destrozando. No son solo los extranjeros los que están rehaciendo sus planes. Los científicos estadounidenses, según Luce, hoy buscan trabajo en el extranjero.
5 de abril 2024
https://elpais.com/america/2025-04-05/el-suicidio-de-las-civilizaciones-en-marcha.html