El conflicto entre Rusia y Ucrania ha afectado a un sistema alimentario global ya debilitado por la pandemia, debido a la importancia de ambos en el suministro alimentario. Rusia y Ucrania aportan el 12% de las calorías comercializadas a nivel global, el 28% del trigo, 29% de la cebada y 75% del aceite de girasol. Muchos países dependen de las mismas. Rusia y Ucrania aportan la mitad de los cereales importados por Líbano y Túnez, en el caso de Libia y Egipto la cifra es de dos tercios.
La invasión de Rusia a Ucrania ha interrumpido los suministros. Adicionalmente a ello, eventos climáticos han afectado a la India y China y otros graneros mundiales, lo cual amenaza con reducir aún más el volumen de alimentos disponibles a nivel global. El elevado costo de los alimentos ha incrementado el número de personas que no están seguros de acceder a los alimentos que necesitan, de 400 millones a 1.600 millones. Aproximadamente 250 millones están al borde de la hambruna. La pobreza y la inestabilidad política se esparcirán en especial en los países africanos.
Los políticos angustiados por la situación, podrían empeorar la misma disminuyendo las exportaciones a fin de salvaguardar el consumo interno. Un número importante de países lo ha hecho agravando la escasez de alimentos a nivel global. Algunos han corregido decisiones temporales orientadas a restringir las exportaciones. El ejemplo de estos últimos debe imponerse a fin de que los mercados permanezcan abiertos.
Una elevada proporción de alimentos se utilizan para la elaboración de combustibles y alimentación animal. Un 10% de los granos y un 18% de los aceites son usados para producir combustibles. De acuerdo a la FAO un 13% de los granos se utilizan para la alimentación del ganado. Esta situación genera un margen de sustitución que de ser utilizado aliviaría la situación de escasez de alimentos.
Rusia y Ucrania deben actuar para permitir la navegación por el Mar Negro, Ucrania desminando las aguas y Rusia permitiendo el paso de los barcos que transporten los granos almacenados en Ucrania. Es difícil que ello ocurra en el marco del conflicto actual. Otros países no involucrados en el conflicto como la India y China deberían ayudar a persuadirlos. Es necesario construir una coalición internacional que permita que convoyes que transporten los granos almacenados en Ucrania naveguen protegidos por buques armados y atraviesen el Bósforo (estrecho de Estambul) con la autorización de Turquía. Alimentar a un mundo frágil es una tarea de todos.
Un reciente informe del Banco interamericano de Desarrollo revela que la guerra entre Rusia y Ucrania ha elevado el precio de las materias primas incluyendo tanto alimentos como cobre y petróleo. Ello ha beneficiado a los países de América Latina exportadores de estos productos cuyo valor se ha incrementado y ha incentivado un crecimiento del volumen de las mismas en un 10%. El incremento del valor de las exportaciones ha aliviado la situación de déficit fiscal que enfrentan países como Venezuela y también ha contribuido a compensar el incremento del valor de las importaciones de alimentos de importadores netos como es el caso del país caribeño.
Fuentes:
Abc. 2022. La Guerra de Ucrania afecta de modo positivo a las exportaciones latinoamericanas de petróleo, alimentos y minerales. 7 de junio.
The Economist. 2022. The coming food catastrophe. May 21st.
Profesor UCV