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Apreciación de la situación # 74
Económicamente, las causas estructurales – e ideológicas- que generan la actual crisis continúan vigentes sin vestigios de que el gobierno nacional tenga alguna intención seria de corregir el rumbo para comenzar a salir de la misma. El gobierno, o sus voceros, insisten en que el problema alimentario y de medicamentos no es de producción sino de distribución y cualquiera de sus altos funcionarios o ministros que asome o insinúe algo distinto, aunque sea muy pequeño, inmediatamente es sustituido o desautorizado por el jefe del régimen.
El nombramiento del ministro de la defensa como máxima autoridad económica del país, es una evidencia de esta convicción de que el problema es de distribución causado por la ineficiencia y corrupción de los ministerios involucrados, mayormente dirigidos por oficiales generales de la FAN. Al vicepresidente de economía, por haber declarado públicamente que se estaría analizando la conveniencia de unificar el tipo de cambio de divisas, fue inmediatamente eliminado y sacado del gabinete ejecutivo; hasta ahora no ha sido sustituido, el ministro de defensa asumió esa cartera también.
Pero el plenipotenciario ministro, después de más de un mes encargado de la economía, poco o casi nada ha logrado en mejorar la economía y la distribución de alimentos y medicinas, las colas para adquirirlos se mantienen o se hacen más largas. No se evidencia una intención del gobierno nacional para buscar financiamiento externo, unificar el tipo de cambio, generar confianza en los empresarios privados e internacionales o simplemente presentar un programa razonable y creíble por la población que indique un cambio de rumbo en el manejo de la economía; pareciera que la política económica de “como vaya viniendo, vamos viendo” es la que continuará siguiendo el régimen, por lo que la conclusión lógica es que el semestre que transcurre será igual o peor que el que ya finalizó.
Socialmente, aunque todas las encuestas y mediciones coinciden en que más del 80% de la población desaprueba la gestión del gobierno y más del 70% está de acuerdo en revocarlo, no se produce una acción masiva coordinada y con la suficiente contundencia que ponga en peligro la estabilidad del régimen. A lo largo y ancho del territorio nacional se producen diariamente manifestaciones, saqueos o intentos de saqueos, todas desarticuladas entre ellas, que rápidamente son reprimidas, silenciadas, con poca y oportuna cobertura de los medios de comunicación social. La sociedad civil, exigida para que haga la presión de calle necesaria para lograr los cambios requeridos ha sido incapaz de articularse eficientemente para estos propósitos y pareciera depender de la MUD nacional para hacerse presente en estas manifestaciones.
El mayor problema, para la actuación eficiente y eficaz de la sociedad civil es que aún no ha asumido el todo – el cambio del régimen- como su primera necesidad, sino que actúa en función de sus problemas particulares y sectoriales, sin entender que la solución de sus problemas, pasa primero, y necesariamente, por la salida del régimen. Esta desarticulación de la sociedad en general, es aprovechada por el gobierno y la propaganda oficial para argumentar que la gente está contenta y que las escasas manifestaciones son de grupos fascistas de la ultra derecha de la oposición, aunque lo más común es que lo ignoren totalmente en el sistema de información nacional al igual que hace con los fallecidos a manos del hampa.
Políticamente, el gobierno actúa monolíticamente, aunque sea con las políticas equivocadas, pero esta actuación le genera una imagen de fortaleza ante la sociedad en general, especialmente dentro de sus disminuidos seguidores o que dependen de sus favores para sobrevivir la crisis que nos afecta. Pero también afecta a un buen porcentaje de los opositores y en especial a aquellos que aspiran a una salida pronta de esta situación.
Esta sensación de fortaleza la administra adecuadamente de acuerdo a las circunstancias, reprimiendo en las manifestaciones, presionando a sus jueces y rectores, y en cualquier situación que amerite demostrar poder y fuerza. En ocasiones, e inicialmente, auspiciaba el diálogo y negociación y hasta designó voceros oficiales extranjeros, sin embargo, ahora parece dejar que estas iniciativas pasen por debajo de la mesa y que la oposición las asuma como propias.
Paradójicamente, esta actuación monolítica del gobierno, que es su mayor fortaleza, para los factores de la oposición democrática, que tienen las mayorías electorales, es una de sus principales debilidades. La MUD, como alianza electoral, ha tenido eficacia electoral, pero no así, en la conducción política del país para concretar la transición democrática que concluya con el cambio del régimen. Aunque, a diferencia de la sociedad civil, priorizan la necesidad del todo –el cambio del régimen- en el día a día, aún persisten en darle prioridad a sus intereses y cálculos partidistas. Finalmente se decidieron apoyar el RR en su totalidad, pero tímidamente hablan y exigen las elecciones regionales que deberían realizarse en diciembre, y ni hablar de las primarias; aún a esta fecha no se ha generado un criterio único al respecto.
Las recientes declaraciones de la rectora principal del CNE, donde deja en un limbo el cronograma del RR, debería haber sido aprovechado por la MUD para solicitar a la OEA se dé continuidad a la carta democrática y envíe observadores para este proceso. En ese sentido han sido muy pocas las manifestaciones.
Igualmente, la MUD debe priorizar un proceso de diálogo y negociación con la presencia de facilitadores internacionales; eso puede marcar la diferencia en el mediano plazo a favor del cambio del régimen, pero esto, al menos, de manera pública no se está realizando.
Finalmente, la oposición democrática debe ir definiendo a un dirigente político que conduzca con éxito, en nombre de la unidad nacional, el proceso de cambio o transición, así como, elaborar y publicar el pacto de gobernabilidad, incluyendo las medidas económicas a adoptar en un gobierno de transición.
El camino continua siendo complicado y tortuoso, pero la MUD deberá completar las tareas que le faltan, que son muchas todavía.
15 de agosto de 2016