El Papa es la más alta autoridad de la Iglesia Católica como Vicario de Cristo que es. Tiene esa potestad por ser sucesor de Pedro, a quien Jesucristo confirió la primacía entre los apóstoles. El Papa es una línea directa con Jesús; en este sentido nosotros los católicos vemos al Enviado presente en el papado. Es elegido el Papa en Cónclave de Cardenales, que es una suerte de Congreso absolutamente cerrado, solo con la presencia de quienes eligen, que guiados por El Espíritu Santo emiten su pronunciamiento; por ello afirmamos que es el Espíritu Santo, es decir la actividad de Dios Padre Eterno entre nosotros, quien elige, acompaña y guía al sucesor de Pedro.
Ahora bien, Francisco, el argentino Mario Bergoglio, es nuestro Papa que en nuestra opinión es distinto; él desea despertar en nosotros las raíces del cristianismo, el amor al prójimo, especialmente a los más pobres y necesitados, practica el perdón desde el alma y la tolerancia con aceptación de quienes no se parecen a él.
Por supuesto debemos entender que debe mantenerse siempre como parte de buena fe en los conflictos universales, entre naciones o en naciones, para cuando sea llamado sea aceptado por las partes en disputa. Sabemos de sobra que él está y siempre estará al lado de la justicia que es la verdad. Francisco practica la tolerancia sabiendo que ella tiene límites que traspasarlos significa complicidad. El mide muy bien el tiempo, sabe cuándo debe actuar y lo administra con la paciencia y cordura que le exige su altísima responsabilidad.
En nuestro doloroso caso nos manifiesta sus oraciones y súplicas al Todopoderoso para superar los inconvenientes con diálogo, en sana paz, si ello es posible, los milagros existen y se manifiestan en su debido tiempo. Hay quienes piensan y desean que el Papa intervenga activamente en nuestra política interna y que, por supuesto, acompañe a la oposición, algunos extremistas y un tanto desquiciados desean que el Papa le recuerde la progenitora a Maduro; eso nunca ocurrirá y de llegar a suceder pensaríamos con justa razón que nuestro guía espiritual universal sufre de demencia en estado terminal.
Hay desfasados, que imagino en algún momento de desquiciamiento, han afirmado que el Papa es comunista, eso es una falsedad del tamaño del templo más elevado, es una barbaridad sin precedentes, es como decir que el Espíritu Santo decidió que un comunista condujera la Iglesia Católica.
El Papa es una instancia de consulta y de intermediación, es un consejero espiritual que alimenta con la mejor vitamina nuestra alma, la circunstancia de que en algún momento es llamado para intermediar lo obliga no tomar partido en las controversias.
En cuanto a Venezuela y por lo que hoy sucede, el Papa con toda claridad ha dicho: “Por mí hablan los Obispos de esa Nación” y nuestros Obispos más claros y decididos no pueden ser, el criterio de ellos ha sido publicado en variadas ocasiones en los últimos tiempos. Creo más claro y explicito no puede ser nuestro Papa Francisco.
Al final nuestro Papa es un fiel apóstol del cristianismo y posee una gran capacidad de perdón y un gran sentido de la tolerancia y la corrección. Sabe que todos somos pecadores, inclusive él, como humano, es infalible solo en materia de fe, por ello nos ha pedido que elevemos oraciones al Padre Eterno para que siempre lo acompañe y guíe.