Estimado y apreciado Presidente:
Te trato de estimado y apreciado no por obligada tradición epistolar sino porque en corto tiempo tienes la estimación y aprecio del pueblo venezolano y también su admiración y respeto por tu valentía y coraje. Por ahora también te tuteo por considerarte uno más de nosotros y tal vez empujado también por la diferencia de edades. Te duplico y un lustro más en tiempo vivido. Además, como tú sabes es costumbre muy venezolana tratar de usted a los mayores y de tú a los jóvenes.
Resido en Maracay, Estado Aragua y de mi existencia he dedicado 61 años a la política, más de las cuatro quintas partes. De ellos 32 he sido parlamentario (municipal, regional y nacional). En la actualidad soy parlamentario jubilado por el Instituto de Previsión Social de la ahora Asamblea Nacional desde enero de 1999. Estuve 15 años como integrante de la Cámara de Diputados del otrora Congreso de la Republica. Milito desde febrero de 1958 en las filas de la Democracia Cristiana en donde aprendí que la política es el mejor camino para practicar la caridad y que el servicio es la razón de la actividad pública. Servir primero a la Humanidad y a la Patria y por último a nosotros mismos, en el intermedio están los otros intereses. Presumo que esta escala tú la tienes bien organizada.
Disculpen los lectores estas líneas tan personales, las hago con el único propósito que Guaidó, aunque sea someramente sepa quién le escribe.
Sé que la estrategia concebida ha sido suficientemente bien estudiada y analizada y hasta ahora muestra excelentes resultados. Espero que lo que te sugeriré no esté en contradicción con ella.
Lo que más adelante expongo de alguna manera fue planteado en mis anteriores líneas "EL RETO", que un buen amigo me dijo que fue una carta dirigida a Maduro. Creo que sí, pero no la quise titular como tal, como ahora sí lo hago contigo,
El usurpador té retó a que te midieras con él en unas elecciones para propinarte "un revolcón", fue exactamente el término que empleó. Deduzco dos cosas: la primera, que reconoce la existencia de la crisis tan aguda que se debe ir a elecciones y la segunda, supongo que lo hizo en serio, aunque cueste presumirlo, porque el país no está para mamadera de gallo. Te sugiero que "recibas el guante" y aceptes el reto. Me parece que de producirse en el tiempo deseado puede ser el inicio de lo que todos queremos.
Claro está, tenemos derecho a poner y exigir algunas condiciones que, creo entre otras pueden ser las siguientes:
PRIMERA: Debe despojarse Maduro de su condición de usurpador y tal vez tú del interinato presidencial y dar paso a un gobierno de transición.
SEGUNDA: Hay que poner fecha, día y hora al reto. Dejarlo abierto para quien sabe cuándo carece de sentido y razón. Solo debe transcurrir el tiempo estrictamente necesario para organizarlo debidamente.
TERCERA: Debe producirse de inmediato la selección y elección de un nuevo Tribunal Superior de Justicia y de un nuevo Consejo Nacional Electoral que son poderes ilegítimos y rechazados masivamente por el país e integrarlos con gente que a todos nos merezca confianza y sean garantía de buen desempeño. Y
CUARTA: Todo con acompañamiento nacional e internacional de personas de reconocida solvencia moral, dignas y serias que den fe y sean testigos de los pasos que se dan y de sus resultados.
Me parece que si el retador acepta estas condiciones la mesa estaría servida para la celebración de comicios que también pudieran ser para elegir a todas las autoridades ejecutivas y representantes nacionales, regionales y municipales, es decir, una mega-elección.
Espero que estas líneas lleguen a tus manos o te las hagan llegar y si te parece prudente recibir tu respuesta. Con mi gratitud anticipada me suscribo a la espera de tu parecer manifestándote deseos por tu buena salud y rogando a Dios, nuestro Señor, continúe siempre a tu lado y mantenga tu batallador espíritu, más aún en esta hora tan menguada de la Republica.
Abrazo solidario.