Cobardía es falta de ánimo, se puede decir que es un delito contra el deber. Es falta de valentía y temor fácil. Ahora bien, no confundamos prudencia, lo recomendable y aconsejable y lo lógico cuando se trata de conservar la vida y mantener libertad para atender con satisfacción los compromisos, máxime cuando son con el pueblo; con cobardía, sería un error que nos llevaría a un nivel que podría ser de injusticia. 

Lo que precisamente hizo nuestro Presidente Electo Edmundo González fue lo que una persona normal, consciente y sensata, ante la disyuntiva fatal de “la vida o la muerte” debe hacer, mantener su presencia, su actividad, vitalidad y vigor para poder atender la inmensa responsabilidad que el pueblo masiva y soberanamente le entregó. En la disyuntiva fatal, elegir lo segundo, la muerte, no es de gente cuerda, es irresponsabilidad y ello si es cobardía.

En una situación tan difícil y decisoria se supo desenvolver con inmensa inteligencia para lograr desde afuera seguir cumpliendo con el rol que le corresponde. Si no firma estuviese en las más obscuras ergástulas del régimen, sometido a las torturas físicas y psicológicas más dolorosas e infamantes que lo podrían en una situación de dudar su existencia y lo perderíamos para siempre, que creo nadie desea.

El señor Jorge Rodríguez recientemente calificó de cobarde a Edmundo por firmar, bajo presión, amenaza y coacción, el documento donde acepta la insólita decisión del Tribunal Supremo de Justicia avalando el fraude anunciado por el régimen. Fuese cobarde si se compromete a quedarse y ponerse a disposición del régimen arrepentido de su acción pasada. 

Firmó porque era el único camino que tenía para conservar su vida y desde afuera, España, continuar con la lucha para hacer valer la verdad. No es de una persona colocada entre la vida o la muerte, elegir lo segundo porque por cobardía no implementa nada para conservar la vida y la libertad que por deber ante Dios y el pueblo estamos obligados. 

Elegir la muerte es inmolarse que es una manera cobarde de huir de la realidad. Cobarde es quien valido del poder atropella, persigue, tortura y desconoce la voluntad popular. Cobarde es quien viola sistemáticamente la Constitución porque carece de valentía para sujetarse a sus limitaciones y deberes. Cobarde es quien fabrica hechos y falsos positivos para mostrar como logro lo que es levantado sobre la mentira con la idea de enjuiciar a la disidencia, es decir, cobardes son quienes han incumplido con la misión de luchar por alcanzar el Bien Común y la Justicia Social y nos han sumido en el doloroso rincón donde están los países más pobres y con más hambre del mundo.

Quien defiende su vida y la de los suyos está muy distante de ser cobarde y atiende su deber de mantenerse activo. El Creador nos dio vida y libertad para disfrutarlas, cuidarlas y preservarlas y a ello debemos responder en todo momento y circunstancias.

El régimen pretendió callar al Presidente Electo con la firma lograda con violencia criminal, pero más adelante lo vimos en un vídeo donde denuncia con mucha claridad y valentía el trato cruel al qué fue sometido indicándole atenerse a las consecuencias sino firmaba.

Viva la valentía de nuestro Presidente Electo y muera la cobardía del régimen. No callaran a Edmundo y tampoco a nosotros. Hemos empeñado nuestra palabra y voluntad que la lucha iniciada es hasta el final y así es y será.