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En el día 24 de la crisis se retoma la represión

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Tiempo de lectura: 5 min.

En algún momento, el régimen de Nicolás Maduro iba a tener que intentar retomar la iniciativa política. La historia de estos 20 años lo ha demostrado. Y además, ha resistido el primer y más fuerte envión de la coalición internacional que lo adversa sin sufrir fracturas militares

Hasta ahora, y a diferencia de 2017, el régimen ha evitado ofrecer una foto que sirva como símbolo mundial sobre la represión en Venezuela, y aunque ha reprimido, y muy duro (40 muertos) lo ha favorecido, desde el punto de vista de las relaciones públicas mundiales, el hecho de que estos no hayan caído en Altamira, sino en el barrio José Félix Ribas. E incluso luego de la reacción represiva inicial, el régimen, incluso, ha tratado de bajarle dos a su imagen. Ha permitido las manifestaciones opositoras, y cuando ha detenido civiles por ellas, los ha liberado rápidamente.

“A quien le queda un solo instante de vida, no tiene nada que disimular”
Edgar Allan Poe, Manuscrito hallado en una botella

Esa tendencia al disimulo se rompió en el día 24 de la crisis. En la medida en que arrecia la campaña opositora para la entrada de la ayuda humanitaria, la represión, aunque selectiva, empieza a mostrar otros dientes: en Valencia se detiene al presidente de una ONG, con lo que se le manda un mensaje a todas las ONG; en Táchira se cierra la frontera y se detiene a dos maestras, con lo que se le manda un mensaje a los gremios que ayer se reunieron con Guaidó.

En Caracas, en tanto, la Dgcim toma el Ministerio Público, mandan a los empleados a su casa y prenden y analizan todas las PC: no puede uno concebir un mensaje mayor de sumisión de lo civil a lo militar, ni un temor mayor en un cuerpo colegiado (el de la Fiscalía) que, por el contrario, tendría que sentir mucha seguridad de que su información sensible no va a ser violada.

Se dirá que en comparación con 2017, esto es casi una anécdota, una vez que se retira el número de víctimas de la ecuación. Pero el régimen comienza a mandar mensajes, porque, por supuesto, tiene absolutamente limitados los demás campos.

Las decisiones cuidadosamente medidas del Tribunal Supremo, los retruécanos dramáticos de un Tarek Saab aparentando una legitimidad, incluso ética, de la que carece, son inefectivos en tanto y en cuanto Guaidó sigue en la calle, y cada vez con más poder y reconocimiento.

Dispuesto a todo

En todo caso, si el Gobierno apuesta al camino de la represión, tiene un largo camino por recorrer aún. Pero en ese terreno encuentra reacción, encuentra respuesta a sus dudas existenciales. En ese y en el de llevar a los límites su intromisión en la vida privada de los ciudadanos.

Las mismas técnicas fraudulentas que llevan a cabo los que clonan claves de bancos la ha llevado adelante el régimen, y no solo a la página voluntariosxvenezuela.com, sino a Twitter, Facebook, Gmail…

Es la respuesta a cómo se le han venido dando las cosas desde que esta crisis comenzó. Porque desde el 5 de enero, el régimen ha venido perdiendo terreno. Primero en lo simbólico y ahora en lo fáctico. La fecha límite del 23 de febrero comienza a preocupar enormemente al régimen. Le reduce las opciones y la violencia siempre es un terreno en el que se ha sentido cómodo.

A la oposición, en cambio, le preocupa el 24 de febrero. Cómo administrar las inmensas expectativas que se han colocado en la fecha. Cómo presentar tres posibles resultados (la ayuda entra, no entra o se la roban), ante una parte de su público que no se imaginaba que la ayuda humanitaria entraría con un concierto, sino con algo como la Operación Overlord.

La crisis entra en territorios desconocidos, en paridades de fuerzas, en “terreno de muerte”, como diría Sun Tzu. El terreno donde hay que “pelear enérgicamente”. Y no se está hablando necesariamente en sentido literal, pero también; ¿qué está dispuesto a hacer Maduro para frenar la ayuda humanitaria? ¿Qué están dispuestos a hacer la coalición y la oposición venezolana para introducirla al país y hacerle entender a los pocos que aún creen en el madurismo que el balance de fuerzas cambió?

En el fondo, entre esas dos resoluciones se dirimirá todo en los próximos días. Si la coalición está más resuelta, prevalecerá; si Maduro y los que están alrededor son los más dispuestos a inmolarse, vendrán tiempos muy oscuros. Mucho más que los actuales. Esto es una alarma de tsunami ante la que la comunidad internacional reaccionó. Y ese tsunami son 7-8 millones de personas saliendo de Venezuela en los próximos meses.

Pelea de lodo

Mientras esto sucede, la comunidad internacional, que ha guardado evidencias durante más de diez años, empieza a sacarlas, a mostrar barajas. A la embajadora venezolana en Inglaterra, Rocío Maneiro, le “encuentran” 4 millones de dólares en Andorra; a la exembajadora en Alemania, le “encuentran” en una casa que ocupó (aunque no es diplomática desde 2017, se advirtió) 686 plantas de marihuana.

Estamos hablando de una hermana de Alfredo Maneiro, referente histórico del chavismo, y una hija de Alí Rodríguez, Laura Medina. El mismo día, un tribunal obliga a pagar a Rafael Ramírez 1.400 millones de dólares, como si eso fuera cosa que se pudiera cancelar con una tarjeta de crédito.

Este es el tipo de noticias que van a comenzar a proliferar, porque el madurismo-chavismo ha dejado demasiadas evidencias del gigantesco latrocinio que ha cometido, de cómo ha violado todas las reglas, aunque arme un “Grupo de Derecho Internacional” con países violadores del derecho doméstico (e internacional) y en ese grupo de las dictaduras del mundo, ha pasado de aspirante a miembro destacado. Cada día, al régimen le tocará atender cuatro o cinco incendios.

Mientras tanto, Estados Unidos asoma, además, que sí, que es cierto, que sus unidades militares andan merodeando por la región. Y agrega sanciones. Y CNN dice que el Gobierno de EEUU, en efecto, quiere sentarse con Maduro… para negociar su salida. Lo llama “expresidente” en una declaración oficial.

Todo parece un acomodo de posiciones para dar un ultimátum muy pronto.

Y el régimen, en tanto, se atrinchera, ahora sí, de verdad.

Y el 23 empieza a parecer, de verdad, una fecha límite.

Aunque después venga el 24.

Análisis Noticiero Digital