La diáspora es la dispersión por el mundo de grupos humanos que se han visto obligados, por distintas causas, a abandonar su lugar de origen. La palabra, como tal, proviene del griego διασπορά (diasporá), que significa “dispersión”.
La diáspora, en este sentido, implica el desplazamiento masivo de grupos de personas de su lugar de origen hacia otros destinos que les ofrezcan las condiciones materiales o institucionales para hacer sus vidas y desarrollarse como individuos.
La diáspora venezolana viene ocasionada por el tridente violencia, escasez y hambre, un común denominador inconfundible en la desesperación colectiva en este tipo de tragedias. La escasez de alimentos y oportunidades, así como el colapso total del sistema sanitario, como luego veremos, aparecen entre las primeras causas del éxodo. El crimen, la violencia, la inseguridad y el miedo subyacen como ejes trasversales de la emigración. El éxodo es imparable y cada vez más notorio: no hay cifras oficiales, aunque muchos organismos y académicos han hecho aproximaciones de la expansión de los venezolanos por el mundo. Según la Asamblea Nacional, en el periodo 2000- 2019, aproximadamente el 10% de la población ha abandonado el país para establecerse en otras tierras.
La Organización Internacional para las Migraciones de la ONU (OIM) calcula que alrededor de 3.5 millones de venezolanos han salido del país. "Es probable que la cifra sea aún mayor, ya que la mayoría de las fuentes de datos no tienen en cuenta a los venezolanos que cruzan las fronteras de manera informal y se encuentran en situación irregular", advirtió la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Se trata de la diáspora sudamericana más notoria del siglo xxi, basada en la crisis que atraviesa el país.
El sector deportivo no es ajeno a este flagelo. Decenas de personas en su rol de atletas, entrenadores y periodistas forman parte hoy en día de la diáspora venezolana y se encuentran participando o prestando sus servicios en otras latitudes.
La periodista Eumar Essá. En uno de sus interesantes artículos publicado en Tal Cual digital el 17 de agosto 2019, señala que “Entrenadores de selecciones nacionales aparecieron en los Juegos Panamericanos de Lima dirigiendo equipos de otros países:
-Jorge Rivero, el gurú de las pesas femeninas en Venezuela, estaba a cargo del “Dream Team” de Ecuador.
- Ruperto Gascón, entrenador de Rubén Limardo, prepara en Polonia al 100% del equipo de espada masculino y 50% del femenino, y ha costeado de su bolsillo hasta los pasajes aéreos para que sus atletas asistan a eventos del ciclo olímpico. En Lima, después de que Limardo expresara su preocupación por la forma en que Venezuela se preparó a los Panamericanos, Mindeporte honró algo más de la mitad de los 87 mil euros que adeudaba a Gascón por boletería, pero ¡¡¡sigue sin pagar sus honorarios desde Río 2016!!!.
-Juan Liendo y César Bru estaban al servicio de la esgrima peruana.
-Al menos cinco entrenadores de voleibol de playa y cuatro de judo estaban con selecciones de otros países.
-Alfredo Borges, el gran impulsador de los clavados en Venezuela, dejó de trabajar en Colombia y ahora apoyaba a los peruanos.
-Rubén Herrada, cuyos pupilos actualizaron todos los récords de pruebas múltiples en Venezuela, vestía el uniforme de Ecuador”.
-Hombres como Francisco Seijas (que hoy está a cargo del tenis de mesa de Chile, y es el hombre de confianza de la Federación Internacional para los cursos avanzados de entrenadores) o Yeivic Jiménez (estadístico del equipo campeón del voleibol femenino, República Dominicana, y miembro de la Comisión de Estadística de la FIVB), por citar dos casos, son producto de un esfuerzo de preparación personal que nuestro país no está en capacidad de suplir en las actuales circunstancias.
A los nombres señalados por la periodista me permito agregarle los siguientes:
-Luis Perdomo entrenador de la selección nacional de Softbol trabaja en Guatemala previa pasantía por Argentina y Puerto Rico
-Luis Pires entrenador de la selección nacional juvenil masculino de Softbol, ahora está en Aruba luego de prestar servicio en Chile.
-Argenis Blanco entrenador de Béisbol y Softbol ahora esta en Italia contribuyendo al desarrollo del Softbol femenino en las categorías menores.
-Ángel Javier Valbuena entrenador de la selección nacional Juvenil Masculina de Softbol ahora está en Argentina
-Juan Carlos Tenorio entrenador de alto rendimiento en la especialidad de Aguas Abiertas está en Chile.
-Nieves Sansonetti entrenadora de Gimnasia Rítmica presta sus servicios en Guatemala.
-Juan Castillo entrenador de la selección nacional femenina de Softbol ahora en Colombia desempeñándose como Coordinador de la Liga Especial Femenina.
-Fernando Peñalver, Cándido Pérez, Andrea Herrera periodistas deportivo hoy en Chile y España.
También, cabe señalar el caso de Diego Vera, Paola Pérez (Natación), Antonio Diaz (Karateka) y Daniel Dhers (Ciclista BMX) atletas que emigraron a otras latitudes en busca de ambientes más competitivos para mantener un alto nivel de entrenamiento a expensas de su propio peculio puesto que no son atendidos por las autoridades deportivas del régimen.
El deporte no escapa a la crisis estructural que hoy vive el país. La corrupción, la no asistencia social integral de los atletas, la discriminación y los salarios de hambre de los entrenadores, el abandono de las instalaciones deportivas, la violación de la autonomía federativa, el derroche de los dineros del Fondo Nacional del Deporte, la suspensión de los Juegos Deportivos Nacionales, la contratación de 10.000 “entrenadores” cubanos, la no asignación de los recursos para los Planes Operativos Anuales del sector federado, la intervencionista Ley del Deporte, la incapacidad de las autoridades deportivas del Ministerio del Deporte, IND y el Comité Olímpico y la ilegitimidad del gobierno son factores que sumados a la inseguridad, la crisis de la salud, la escasez de alimentos, los salarios de hambre y la hiperinflación provocan inexorablemente el éxodo de los venezolanos.
Un cambio de rumbo que logre el fortalecimiento de las instituciones sociales, políticas y económicas es una exigencia democrática en los actuales momentos. Solo con un cambio de gobierno podemos avanzar en la solución de los ingentes problemas que hoy nos afectan.