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Enredados en las redes sociales

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 3 min.

Mucho se ha discutido en diferentes escenarios sobre la utilidad de las redes sociales y respecto al uso inadecuado que se hace de ellas. Todos reconocemos los medios digitales como alternativa para obtener información al instante, desde cualquier lugar del mundo e indiferentemente de las circunstancias. Las redes sociales son un instrumento para expresar con libertad lo que sentimos y pensamos; intercambiar opiniones con grupos de interés común; facilitar la comunicación entre docentes y alumnos, facilitar la comunicación entre las instituciones; y tantos otros usos provechosos para la comunidad. Informar, informarse y exponer libremente sus opiniones, percepciones y demandas sobre asuntos políticos y sociales. Son una forma de escape, una ventana por la cual poner a circular discursos alternativos de comunicación, ejerce un contrapeso al poder y una forma de expresión de diversidad. No obstante, en el ámbito político venezolano las redes se han convertido en una espada de doble filo, un mecanismo de manipulación, un medio para falsos positivos, una forma de crear matrices de opinión, de acusar, ofender y sentenciar el comportamiento de dirigentes, militantes o ciudadanos.

En estos años en los cuales el régimen desde el poder la hegemonía comunicacional con un desmedido aumento de los medios oficiales, que combinado con el cierre de medios privados, el estricto control sobre la distribución de papel, las amenazas cada vez más frecuentes sobre los espacios de opinión, las redes sociales han pasado a ser una herramienta para que los ciudadanos se organicen y participen, planteen los problemas y exijan soluciones; además de promover opiniones en la comunidad nacional e internacional. Debemos agregar que muchos han desdeñado la influencia de las redes sociales al indicar que llegan sólo a un 1% de la población; sin embargo, sobran los ejemplos, como las elecciones de Colombia, del Parlamento Europeo y de algunas naciones del viejo continente donde el papel de esta herramienta tecnológica ha sido primordial.

No vamos a extendernos en el manejo oficialista de las redes. Es obvio que las han usado, y las seguirán usando, para crear matrices de opinión con base a la mentira y el engaño, criminalizar a la oposición y crear desaliento y desesperanza en la población. Tales hechos son propios de la dictadura. Grave es el uso que se hace en la oposición venezolana, donde Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, Telegram y demás medios digitales son aprovechados para agredir, acusar sin pruebas, difundir rumores, desarrollar agendas ocultas, y lo más grave aún, compartir publicaciones y mensajes sin comprobar su origen cuyo emisor por lo general es el gobierno y sus salas situacionales y que van dirigidos contra factores opositores. Ejemplos sobran. Ha sido común la difusión de mensajes como que Capriles Radonski recibió dinero de Ordebrech, que los hijos de Ramos Allup tienen negocios con PDVSA, que el padre de último hijo de Lilian Tintori no es Leopoldo, que la MUD es una mafia que tiene negocios con el gobierno, que María Corina es una burguesita disfrazada de Caperucita, que tal artista opositora era amante del difunto Chávez, y pare de contar. El colmo es que la mayoría de los casos los comparten y le dan “me gusta” sin leerlos, o los dan como ciertos sin un análisis sobre las fuentes y el contenido. No es que mostremos incredulidad ante todo lo que circule, ni que creamos que todos los actores políticos son unos bandidos o angelitos caídos del cielo. La cuestión es informarnos, buscar las fuentes y determinar su credibilidad, y actuar en consecuencia.

Necesario es promover que cada día, ante las dificultades para opinar y recibir información veraz, tengamos más ciudadanos participando en las redes sociales, y activados políticamente. Eso sí, con conciencia y responsabilidad cuando se difundan imágenes o informaciones sobre lo que pasa en el país, de manera que sea cierta la información que se publica o comparte. Aprovechar los medios digitales para la discusión, la suma de voluntades y la movilización, en función de un objetivo común, la unidad para derrocar al régimen.

Guanare, 12/07/2018