Una frase de Maduro, que tomo como cierta, inspira esta nota, endulzada por las recientes ofertas sobre la producción petrolera. Dice así la frase:
“No podemos dejarnos torcer por falsos teóricos que quieren imponerle al pueblo una utopía. Nosotros tenemos que venir de la práctica a la teoría, con los pies sobre la realidad.”
No se si esta afirmación de Maduro es o no verdadera, pero tiendo a creer que lo es a juzgar por los últimos acontecimientos económicos y por las decisiones que viene tomando en ese terreno, aquel en el cual se invoca al pragmatismo. Deseo aprovechar esa frase para evaluar, no en el contexto actual, sino en la perspectiva de los principios e ideas que guiaron a la “revolución bolivariana”, desde su principal conductor, “teórico” e ideólogo.
Fundamentos y evolución en el tiempo.
Puede demostrarse que lo que fue su planteamiento original, con lo del juramento del Samán de Guere y con los primeros pronunciamientos de ese grupo, dirigidos a reordenar la Republica, a la lucha contra la corrupción y a reivindicar a los pobres, se fue transformando en un proyecto, expresados en textos como el “Oráculo del Guerrero” o su “Libro Rojo”, con los cuales se comenzó a fundamentar la transición de Venezuela al socialismo bolivariano, incluyendo aquellas afirmaciones en las que Simón Bolívar terminaba, no solo siendo el iniciador de esas ideas, sino también socialista.
De allí en adelante se produjo el salto de la convencional escaramuza militar del 4 de febrero a la construcción de la patria socialista, inspirada, según el mismo Chávez por la antología marxista y, por supuesto, con la asesoría de Fidel y la excelente experiencia cubana. Llegamos al evento que, sin solución y aprobación Constitucional, con dos Asambleas Constituyentes se dieron a la tarea de emprender la lucha anti-capitalista, a la denuncia anti- imperialista, pero sobre todo a la deliberada destrucción de lo que quedaba de sector privado. Expropiación tras expropiación, confiscaciones y persecución lo fueron liquidando sin contemplaciones. Así pues, primera “teoría” era que, para salvar a Venezuela, había que destruir toda huella de capitalismo, en especial del venezolano.
El “Hombre Nuevo” de Chávez
La otra versión “teórica”, que debemos agregar en la mente de esos dirigentes, y en especial en la de Chávez, era la vieja tesis revolucionaria de “crear” el hombre nuevo, desprendido de las “alienaciones burguesas”, como habría dicho Marx y emprender la batalla para acabar con todas las “enfermedades” del capitalismo, el consumismo, la exagerada existencia de centros comerciales tipo Miami, la prevalencia de la híper producción por encima del nuevo concepto de “pro consumidores”, elogiando la producción artesanal y el regreso al conuco. Además, esa transformación conllevaba una percepción moral distinta que se expresa en frases como esta:
“La columna más importante de un modelo socialista debe ser el hombre nuevo, la mujer nueva”a.
No cabe la menor duda de que se intentó modificar la conducta de los venezolanos con distintos instrumentos como los cambios en la educación y en la doctrina militar, sobre los cuales existen sobradas evidencias en la literatura que produjeron los intelectuales de la “revolución”. Quizás podamos rememorar aquellos discursos que le eran preparados por un viejo amigo y general que, quien sabe, viendo los actuales acontecimientos, se sienta profundamente avergonzado, sobre todo si ese “hombre nuevo” se le parece a uno del Bodegón o a otro del Casino del Humboldt. Por supuesto, donde más se lució la “teoría revolucionaria” fue en la gama de ofertas y promesas.
Las promesas de la revolución.
Presento a mis lectores, de seguidas, esta breve referencia de las metas que se propusieron cumplir en el diseño de uno de los tantos planes socialistas. Allí están a grandes rasgos las que se elaboraron para el 2013 – 2019, las que complemento con dos principales en el plan del 2019 al 2025, esto es el vigente ahora. Toca a nuestros lectores encontrar las coincidencias entre la “utopía” y la realidad.
No vamos a incluir aquí las que se realizaron para alterar las relaciones de pobreza y desigualdad, tema que dejamos para otro momento, no solo porque exige un tratamiento diferenciado, sino porque tienen ellas una enorme influencia el apoderamiento de las dos principales instituciones que producían información estadística en Venezuela, el Banco Central y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), cuya imparcialidad fue también destruida.
Las metas que hemos tomado de documentos gubernamentales son las siguientes:
“Metas Nacionales para el Período 2013-201b
METAS MACROECONÓMICAS
Producto Interno Bruto: Tasa de crecimiento promedio anual entre 3,0% y 4,0%.
Inflación: Tasa de inflación promedio anual 20%.
Producción Petrolera: Producción de crudo: 3,3 MMBD1 para el año 2014 y 6MMBD1 para el año 2019.
Producción de gas natural: 7.830 MMPCD2 para el año 2014 y 10.494 MMPCD2 para el año 2019.
Desempleo: Tasa promedio entre 5% y 7%”.
Y aquí una breve referencia al periodo 2019 – 2026, el que estamos viviendo:
“Gran Objetivo Histórico N° 2: Continuar construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI, en Venezuela, como alternativa al sistema destructivo y salvaje del capitalismo y con ello asegurar “la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política” para nuestro pueblo”.
METAS
Producción de 6 MBD de crudo en 2025.
Producción de 3,4 MBD de crudo pesado y extra pesado en la Faja Petrolífera del Orinoco Hugo Rafael Chávez
Incremento del consumo de crudo pesado en el Sistema de Refinación Nacional a 47% en 2025
Incremento en el uso de la capacidad nominal de refinación a 1.200 MBD al 2025”
Por supuesto, mas allá de estas promesas en el orden cuantitativo están todas aquellas que se encontraban en esos planes para “salvar el planeta”, rehacer el orden mundial, la “potencia energética” que iba a ser Venezuela y las reivindicaciones que se le prometieron a toda América Latina y al Caribe, con el reparto más esplendido de recursos venezolanos a lo largo de nuestra historia y la de esos países. Desde luego, no podemos olvidar todo lo que estuvo detrás de Unasur, del Banco del Sur, del Alba y de esas alianzas cuya base “teórica” fue el regalo, la donación o el préstamo petrolero. Cuando se evalúe apropiadamente este infeliz periodo de nuestra historia vamos a encontrar la distancia entre:
La “teoría” y la práctica.
En el mundo científico es bastante fácil comprobar si una teoría tiene consistencia con la realidad. Quizás el mejor ejemplo sea ahora la velocidad y eficiencia con que se investigó y descubrió la vacuna contra el virus. Sin dudas, precedidas de una buena teoría y, por ello, el éxito logrado. Probablemente en el campo de las ciencias sociales sea más complicado mostrar logros, en particular en la Economía, tan sujeta a críticas de esa índole.
Sin embargo, existen casos exitosos como el de Keynes, con su Teoría General, con la cual se consiguió abatir la Gran Depresión, para que luego, las investigaciones de Friedman, dieran al traste con ella al demostrar que la inflación era, en esencia, un tema monetario y lograr controlarla en casi todo el mundo. Teoría hoy ampliamente aceptada, por los “revolucionarios” quienes, para controlarla han aprendido a manipular el encaje legal, el gasto del gobierno o, inclusive estar dispuestos a dolarizar las actividades económicas. Consciente estamos de la diferencia entre una teoría científica y las capacidades de predicción que pueda tener la economía y sabemos de las criticas esgrimidas contra la econometría y sus aciertos y errores, pero una cosa es esa y otra un salto al vacío como el que se le impuso a Venezuela.
En el campo de la política sucede lo contrario o, en todo caso, es más difícil probar la bondad de una teoría, porque la política se ha ido convirtiendo progresivamente en la principal enemiga de la verdad y, en esa dificultad intrínseca deriva que una teoría pueda estar muy lejos de su demostración en la práctica. Quizás, de allí provenga la frase que se invocó de “falsos teóricos” porque antes y ahora, como queda fehacientemente comprobado, sus teorías nos llevaron a hasta aquí.
Probablemente sea este uno de los daños históricos más grandes, causados por el hombre a sus conciudadanos , tal vez similares a los que produjo la ex–Unión Soviética, la China de Mao o la revolución cubana, cuando quedan evidencias palpables de la distancia entre teoría y práctica en todos esos intentos fallidos Desde luego, confiar en esa critica que hace Maduro a esos “falsos teóricos” es bastante difícil, si como aparentemente sugiere sustituirla por “los pies sobre la tierra”. Si apelamos a aquella conocida frase de que: “No hay mejor práctica que una buena teoría”, nos invade una sensación de angustia, de mayor incertidumbre si los “falsos teóricos” son sustituidos por nada.
aPensamiento del Presidente Chávez, Compilación de Salomón Susi, Correo del Orinoco. Julio 2011
bVer documentos del Plan publicados y sin revisión, que se sepa hasta ahora. Plan de la Patria 2019-2025
1MMBD: Millones de Barriles Diarios
2MMPCD: Millones de Pies Cúbicos Diarios
cVer: Conflicto y violencia en el sigloXXI. Tendencias actuales observadas en la investigación empírica y las estadísticas. Grupo del Banco Mundial. n/d.