Al terminar la reunión, del camarada Nicolás con el Alto Mando Militar, los efectivos allí presentes entraron en un laberinto de confusión, incertidumbre o temor por la aplicación de la directriz presidencial que implicaba de manera obligatoria “Alejarse de familiares opositores al régimen o perder la carrera”.
Con el paso de los días, las conversaciones entre los generales giraban solo alrededor de ese tema:
-Hola, como andan las cosas, le preguntaba uno otro.
-Del carajo, fue la respuesta. Aproveché la orden presidencial y mandé pal carajo a mi mujer.
¿Y eso por qué?
-Bueno, ella es enfermera y se la pasa manifestando en las calles. No iba a pelar ese boche y me divorcié inmediatamente.
-Otro, manifestó que estaba preocupado porque su segundo frente está inscrita en Vente Venezuela, el partido de María Corina Machado.
-A mí me pasó lo siguiente, dijo un almirante, me fui para Colombia, con un culo que me levanté y los organismos de seguridad me ubicaron a través de mi teléfono, Ahora me acusan de estar conspirando con Uribe, Santos y Duque….creo que me jodí.
-A mí me van a joder por culpa de mi suegra y mi mama, que se niega a sacar el carnet de la patria, dijo un comandante de la Guardia Nacional.
-Yo creo, que no tengo escapatoria.
¿Por qué?
-El padrino de la promoción de bachiller de mi hijo, es nada más y nada menos que Julio Borges.
-Dígame yo, que paso mis vacaciones en Orlando, señaló un oficial del ejército. Cuando le diga a mi mujer y a mis hijos que ahora solo podemos ir a Cuba, seguro se van a arrechar.
-A mí no me salva nadie, salí de pendejo a comprarle un Dron a mi hijo para su cumpleaños y vino lo del atentado, dijo un comandante de la aviación.
-Yo no tengo problemas, pero me pregunto ¿Si el Fiscal Tareck William Saab va a imputar a su hijo como terrorista y dictarle auto de detención? para salvarse de la aplicación de la directriz de Nicolás, expresó un funcionario de los Tribunales Militares.
-¿Por qué andas vestido de civil? Le pregunto un general a otro.
-Bueno, lo que pasó fue que estaba en un programa radial y se me ocurrió decir que el atentado no fue un magnicidio sino un Tiranicidio en grado de frustración…y no había salido de la emisora cuando ya estaba botado de la fuerza sin derecho a pago de prestaciones y sin pensión.
En este laberinto revolucionario de agresiones y atropellos no queda otra alternativa que la del cambio de gobierno, señaló uno de los generales, que pidió la reserva de su nombre, para evitar ser detenido por el G-2 cubano.