
Hablar de socialismo no es fácil, sobre todo cuando comparamos sus ejecutorias con la teoría, con la prédica. Al término le han dado distintas y variadas interpretaciones, algunas hasta encontradas.
Socialista fue Carlos Marx, Josef Stalin y hasta Adolfo Hitler, al menos así se definieron. También socialista fue José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay; y es Michelle Bachelet, expresidente de Chile y Luiz Inácio Lula da Silva, Presidente de Brasil y como sabemos Hugo Chávez dijo ser socialista y Nicolas Maduro también afirma que lo es junto a su equipo.
De los citados sólo los expresidentes Mujica y Bachelet y el Presidente da Silva tuvieron los dos primeros y tiene el tercero un comportamiento en sus gestiones de manera moderada, aceptable tolerable, fueron y es respetuosos de la propiedad privada y también estimularon su iniciativa, se puede decir, en mi criterio, que en las cuadraturas ideológicas, ellos actuaron como de centro izquierda o socialistas modernos y moderados.
A Stalin se le atribuye la muerte de más de 60 millones de personas y como se sabe encabezó una feroz dictadura comunista en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Marx planteó la lucha de clases, el exterminio de la propiedad privada, el Estado todo poderoso en lo público y privado y la vigencia del partido único, el comunista.
En cuanto a Hitler, tal vez por la relativa cercanía en el tiempo, tenemos más información de él, se le conoció como “El anticristo” y ordenó la ejecución de más de 6 millones de judíos por la sola razón de serlo.
El socialismo de Chávez fue para acabar con la propiedad e iniciativa privada, expropió un sin número de industrias y empresas y las pasó al Estado, hoy no existen o están quebradas; se apoderó de haciendas en franca producción y de tierras fértiles, hoy monte y culebras y todo ello marcó el inicio de la debacle económica profundizada en este tiempo; actuó totalitariamente manejando a su antojo todas las ramas y órganos del Poder Público Nacional.
En cuanto a Nicolás Maduro no es fácil definirlo, se dice comunista y a la vez creyente en Jesucristo, cree en babalaos y la Virgen María. Su gestión lo bueno lo transformó en malo y lo malo en peor, somos uno de los países de mayor índice de pobreza y de hambre del mudo, lo único aparentemente reconocible es que se apartó de las criminales expropiaciones, con la dolorosa excepción de los medios de comunicación social. Los socialistas modernos y moderados han marcado una seria diferencia con él porque no convalidan el desastre y perjudica notablemente la ideología. Mauro continua con el totalitarismo y la persecución a la disidencia, carece de tolerancia y no acepta la pluralidad política, económica o social. Quienes eran sus amigos hoy dicen que es una mescolanza de totalitarismo, materialismo exacerbado y autocracia que se desarrollan dentro del populismo.
Cuando la práctica no se corresponde con la retórica y los principios, hablamos de ausencia absoluta de autenticidad, que es uno de los defectos más graves del hombre, máxime cuando es público.
Usted sea el Juez.