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La huevonada de Nicolás

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 2 min.

Yo, Judas Iscariote, condenado al desprecio eterno de la humanidad por mi traición al amigo y al hombre más noble del que se tenga referencia, estoy obligado por la fuerza de la costumbre y la tradición venezolana a hacer un testamento que habrá de ser leído el domingo de resurrección.

Quisiera no dejar nada a nadie, para por lo menos una vez en la historia ser consecuente conmigo mismo, pero como ya dije, la tradición me impone la pena de dejar mis bienes a aquellos que mucho tienen en común con la forma como concebí la vida.

Las treinta monedas de plata que me dieron por la traición al Maestro, las lego a quienes mejor representan la venta del alma por unas monedas. Los “camaradas magistrados” de la Sala Constitucional del TSJ. En particular a Maikel Moreno, le dejo la soga que usé para pasar a mejor vida. Espero que encuentre un palo como El Samán de Güere y le dé el mismo uso que yo le di. Los otros magistrados tendrán como penitencia, llevar sobre sus hombros por el resto de sus vidas y más allá, las sentencias golpistas 155 y 156.

Mi beso, ese beso con el que hasta última hora quise aparentar afecto por mi maestro, se lo lego al Gordo Escarrá alias IBM (Inmensa Bola de Mierda). Él, que si sabe lo que es cambiar de amigos o de ideas por dinero, es quien mejor merece heredar mi forma de besar.

Mi ¨amor¨ por Cristo. Ese amor simulado al que le puse precio y en cuyo desempeño actué como el mejor de los actores, no puedo dejárselo a cualquiera. Ser merecedor de ese arte significa carecer de moral para no tener problemas al hablar en nombre de Cristo y actuar como un verdadero Judas. El ser que sin lugar a dudas merece este reconocimiento es Aristóbulo Isturiz. Su parodia de jalabolismo, sobre la “Emboscada de amor” que le hicieron a Nicolás en San Félix no tiene precio.

La cobardía, ésa cobardía que me hizo elegir la muerte antes de enfrentar las consecuencias de mis actos, se la lego a Tarek William Saab. Nadie mejor que él, para merecer ser calificado de tan cobarde como Judas. El tipo no ha asumido jamás la responsabilidad de sus actos como Defensor del Pueblo, ni nuca lo hará.

Al Comandante de la Guardia Nacional y al jefe de la Policía Nacional Bolivariana les dejo un arsenal completo de Bombas Lacrimógenas “vencidas” para que las lancen desde sus helicópteros. A ellos, los espero en la Quinta Paila del Infierno por sus actos criminales de disparar y asesinar a mansalva a venezolanos que pacíficamente protestan en las calles contra la dictadura.

Al camarada Nicolás, no me queda otra, que dejarle mi sartén preferido, para que en él, Cilia pueda prepararle la “Gran Huevonada” con las miles de postura de gallina (léase huevos) que le lanzaron en San Félix. Estoy seguro, que este domingo, el país entero no va a celebrar la Quema de Judas sino “La huevonada de Nicolás”

A los millones de venezolanos que hoy luchan por sus valores democráticos en contra del régimen dictatorial solo me resta decirles que: para el 19 están convocados/ con invierno o con garúa/ a decir todos resteados/que la lucha continúa.