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"LA TOÑECA" y su juguete

Opinión
Artículos de opinión
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Tiempo de lectura: 4 min.

En los pasillos del Ministerio de Deporte, Pedro Infante tomaba aire y decía con orgullo que el apoyo a María Soto para la Presidencia de la Federación Venezolana de Sofbol (FVS) era incondicional, ya que ella era como una hija de Chávez, "su toñeca", parte del legado del comandante eterno. Ese incondicional apoyo se hizo con violación de toda la normativa legal del deporte, incluyendo la Constitución vigente. Lo importante era apoderarse de esa federación como fuera, lo importante era colocarla en las manos de María y del gobierno. Después por medio de la ya típica servidumbre de Eduardo Álvarez, el Comité Olímpico le dio su reconocimiento; mientras que mediante ofertas de recursos y montar eventos internacionales en Venezuela, se logró el apoyo de la WBSC Panamericana y Mundial.

Estos hechos ocurrieron a menos de un año de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 y el Campeonato Mundial de Sofbol Femenino de Japón, lo que dio lugar a las mayores perversidades que han sucedido en el deporte. Se desplazó a todo el personal técnico de la FVS, y se dejó sólo a los que juraron fidelidad a María y al régimen. Esto le permitió a"la toñeca" convertirse en. directora tecnica, manager, y coach de la Selección Nacional Ah, claro, los viáticos en dólares no podrían desperdiciarse, ni menos la oportunidad de favorecer amigos para incorporarlos al grupo de técnicos. Algo parecido sucedió con los atletas, pero en forma de chantaje. Se incorporan a la preselección en las condiciones impuestas, o quedan fuera y pierden los beneficios, incluidas las becas.

Con el pretexto de renovar las selecciones, con el apoyo del gobierno se organizaron sendos campeonatos nacionales, mejor llamarlas caimaneras nacionales, donde se violaron la casi totalidad de los artículos de las Bases y Condiciones de Campeonatos Nacionales y el Reglamento de Pases y Fichas, al ignorase la legalidad de las asociaciones estadales para participar, la ficha nacional como requisito indispensable para que un atleta participe en un juego, y el pase como requisito para estar en nómina (roster) de una entidad diferente al de origen. De ese modo, no hubo chequeo de nóminas y fichas, atletas de Vargas ahora eran margariteñas, y zulianas eran gochas del Táchira, los de Barinas aparecían con Mérida, y de Aragua con Distrito Capital. Aparecieron representaciones de Nueva Esparta, Vargas y Táchira que tenían más de un lustro sin Asociación ni participación.

Pero lo más notorio es que esos eventos en nada sirvieron para renovar las selecciones nacionales. Las renovaron, aunque usted no lo crea, con atletas traídas del archienemigo, del maldito imperio injerecista, del territorio de Donal Trump, de Estados Unidos.

Así es. La selección fue escogida de acuerdo a criterios subjetivos, con base a la opinión de María Soto y la actitud complaciente de los técnicos seleccionadores . La selección nacional de sofbol femenino incorporó de esta manera, desestimando a prometedoras atletas venezolanas, a tres gringas: Michelle Marie Floyd, hija de padres norteamericanos, Dan Floyd y Julee Mon, vive en Arizona; Jamee Juarez, de Ohio, lanzadora y tercera base; y Desiree Ybarra, Coach asistente en el Rhodes College, jugadora profesional en Estados Unidos y con participación en la Liga Italiana. Hasta donde hemos investigado ninguna de ellas tiene vínculos consanguíneos o de afinidad con Venezuela. La guinda que le faltaba a la torta, fue que la “toñeca” presidenta de la FVS, María Soto fue incorporada como atleta a la selección, contrariando normas estatutarias del propio ente cuya Junta Directiva encabeza.

En este peregrinar se presentan los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, donde Venezuela, en ediciones anteriores habia obtenido resonantes triunfos : medalla de Oro en los Juegos de 2002, 2006 y 2010, y por primera vez en la historia quedó fuera del cuadro de medallas; mientras en masculino, a fuerza de mucho corazón y pundonor nuestros muchachos lograron la medalla de Plata. De Colombia, la selección femenina de Venezuela viajó a Japón para participar en el Campeonato Mundial de la modalidad. Penúltimo en su grupo fue el resultado de su actuación en la fase clasificatoria, luego de obtener un solo triunfo a costa de Botswana, el equipo más débil del evento. Otro triunfo alcanzarían al derrotar a Nueva Zelanda en el torneo de consolación. Concluyeron así con balance de dos ganados y siete perdidos, en el puesto 12 entre 16 equipos. La atleta presidenta apenas ligo 2 hits en 21 turnos, y por supuesto fue titular en todos los partidos. La yanqui Jamee Juarez, a la ofensiva se fue de 8 – 1, y como lanzadora no ganó y perdió un juego, con efectividad de 9.75 carreras por cada 7 innings. Por su parte, Desiree Ybarra cargó con tres derrotas, sin ganar, y una efectividad de 6.36. La mejor yanqui “venezolana” fue Michelle Floyd quien logró los dos victorias criollas, cayò en dos oportunidades y tuvo una excelente efectividad de 1.38. Total entre los dos eventos Venezuela ganó 4 partidos y perdió 12.

Mucho descontento causó en las atletas el manejo de la selección por parte de directivos y técnicos, que tienen que ver con la manera como se escogió el combinado, el manejo de las relaciones interpersonales, y el autoritarismo de la atleta presidenta. Un primer hecho llama la atención, que presumimos consecuencia de los conflictos generados, y es el retiro de Yurubí Alicart y Jineth Pimentel de la selección. La primera, ha sido la mejor bateadora del sofbol femenino en los últimos 15 años y que con 19 años representando a Venezuela, aún puede aportar mucho. La segunda es una atleta en plenas condiciones que debe ser uno de las piezas fundamentales de cara al futuro. En su publicación de retiro en las redes sociales, Jineth reconoce el apoyo que le brindó la anterior directiva federativa, y critica duramente la gerencia de la actual directiva y su dirección técnica.

Pero todo este cuadro poco importa a la “toñeca” del supremo. Lo importante son el viaje y los dólares recibidos como viático. Total, la FVS para ella es un juguete donado por la revolución.