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Las opiniones de Benarroch

Tiempo de lectura: 6 min.

CUIDEMOS LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Hace aproximadamente un año elaboré una nota sobre los partidos políticos, que hoy considero prudente volver a publicar por la insistencia en el ataque a que con sometidos casi a diario.

Hemos afirmado muchas veces la necesidad de la existencia de partidos políticos organizados, que busquen el Bien Común y la Justicia Social y actúen con ética en el acontecer nacional. Ellos son fundamentales en la vigencia de la democracia como sistema perfectible de gobierno y de alguna manera como modo de vida ciudadana.

Hoy como nunca los queremos organizados, formados y actuando para servir al alto interés nacional, que consulten a su militancia y simpatizantes sobre sus autoridades y sobre las propuestas de interés general, sobre los candidatos que se proponen a cargos ejecutivos o de representación popular. Si queremos respeto, participación, solidaridad y disciplina, debemos practicarlos adentro para ser auténticos. Lo otro sería exigir para afuera lo que no practicamos adentro y eso nos presenta como deshonestos y sin ninguna credibilidad.

De la salud de los partidos políticos depende la salud de la democracia y del quehacer público. En la medida que tengamos organizaciones dedicadas al servicio, que privilegien los intereses colectivos más allá de los propios, que sean auténticos, que entiendan que la ética limita su acción y en fin que sean instrumentos útiles y eficientes en la lucha por alcanzar el Bien Común, en esa misma medida la actividad pública será elevada y la democracia será menos imperfecta.

La política tiene que ver con la suerte del país, tiene que ver con nuestro presente y futuro y en consecuencia todos estamos impelidos a participar activamente en ella, no necesariamente a estar inscrito en algún partido político, pero si pendientes y preocupados por el acontecer nacional. Podemos no ser afecto a algún partido político, pero no ser apolítico que nos coloca de espalda a la suerte del país y a nuestra sociedad y en corto plazo, paradójicamente, a nosotros mismos.

Si las organizaciones políticas son fundamentales para la existencia de la democracia por ser los pilares que la sustentan, tenemos el legítimo y normal derecho a exigir movimientos coherentes, organizados, auténticos, morales, éticos y movidos por el sagrado interés general y colectivo. Cuando está en discusión el alto interés nacional no debe existir algo que nos distancie de la atención para cumplir el inmenso deber que tenemos con la Patria.

Los partidos políticos son sociedades intermedias que deben funcionar como una correa de transmisión en doble sentido, del pueblo al gobierno y de éste al pueblo. Los errores e imperfecciones de los dirigentes les son propias y no debemos endosarlas a la organización, por ello no debemos caer en el error de atribuir las fallas de las partes al todo.

Pensar y preocuparnos por los partidos políticos y colaborar desde nuestro espacio y posibilidad para su perfeccionamiento, es colaborar con el régimen de libertades y con la democracia no solamente como sistema de gobierno perfectible, sino como modo de vida.

La democracia es el gobierno del pueblo y nosotros decidimos dárnosla como sistema para desenvolvernos civilizadamente en convivencia, paz, bienestar, desarrollo y felicidad. Aspiramos, que si es así, todos participemos en su desarrollo y siendo los partidos políticos sostén y contenido de ella, estamos obligados a colaborar para que esas bases sean sólidas, estables y útiles no sólo en su sostenimiento sino también en su desenvolvimiento.

20 de enero 2023

¿VENEZUELA SE ARREGLÓ?

Cuando leo o escucho a alguien decir que Venezuela se arregló, de inmediato lo dejo de leer o escuchar, porque se trata de una persona trastocada mentalmente y con severos problemas de sentimientos y percepción y por razones de higiene mental es bueno no leer y no escuchar.

Dicho por quién detenta la Presidencia de la Republica es una escandalosa mentira con pretensiones de confundirnos, pero ello no es nada fácil, la realidad es incontrovertible y testaruda y la vivimos a diario.

El país cerró el pasado año 2022 con una inflación mayor del 310% anual, lo que nos coloca en los primeros del mundo con este grave problema; los servicios públicos todos están colapsados y cuando funcionan lo hacen de manera intermitente, el año pasado hubo más de 240.000 interrupciones de energía eléctrica; existe un 80% de insuficiencia de insumos médicos con instalaciones hospitalarias en el suelo que carecen de equipos y de lo más elemental; el salario mínimo es de 7 dólares americanos, el más bajo del mundo; el desempleo y la informalidad laboral crecen de forma exponencial y más del 70% de nuestras industrias han cerrado; el 90% de la población está por debajo de la línea de pobreza y de ese porcentaje dos tercios en situación crítica; la inseguridad pública, personal y de bienes es escandalosa y nos constriñe a diario; la administración de justicia está mediatizada y es el régimen quien resuelve de acuerdo a sus obscuros intereses; más de trescientos presos por razones políticas que son torturados física y psicológicamente; los ladrones se han llevado del país más de 350 mil millones de dólares que tienen colocados en el exterior en bienes raíces y efectivo; además diariamente se atenta contra el ecosistema provocando graves problemas de desequilibrio; acabaron con la agricultura y la cría y la intermediación comercial ha desaparecido en un 40%.

Como es posible que con esas condiciones se pueda afirmar que Venezuela se arregló. Creen que el estado de pobreza y hambre nos ha transformado en distraídos, lelos con déficit mentales que con falsedades y mentiras podemos ser confundidos.

Por vivir a diario la situación, es porque luchamos sin desmayo para salir cuanto antes de este horror que lamentablemente aún tenemos.

19 de mayo 2023

PARA PREOCUPARNOS Y REFLEXIONAR

Vi en las redes un vídeo donde aparece una señora, creo dirigente sindical, convocando a la manifestación que ocurrirá el siguiente 23 de este mes y llama a los partidos políticos y a sus dirigentes a no presentarse con emblemas, consignas o algo que los identifique y que sean uno más de la manifestación sin alardes de ninguna naturaleza, es decir, estar sin estar.

Esta exigencia de la dirigente sindical denota un claro rechazo a los partidos y a sus dirigentes, contrario al llamado del pasado cuando se requería la presencia de la clase política dirigente. ¿Qué ha ocurrido?, no lo sabemos con precisión, pero lo que está claro, de bulto, es que existe una pérdida de confianza del pueblo en los partidos políticos y en sus dirigentes que llega al extremo de pedir que no se acerquen porque “rayan”.

Este es un sentimiento muy grave toda vez que los partidos políticos son pilares fundamentales en el sostenimiento de la democracia y el régimen de libertades; sin ellos no hay democracia y el pueblo no está organizado para decidir su presente y futuro y si lo hace es con inmenso riesgo de un salto al vacío.

Es necesario y urgente que el pueblo vuelva a confiar en los movimientos políticos y en sus dirigentes y para lograr ello es fundamental revisarnos y diría reinventarnos para corregir errores y estar a la altura del inmenso desafío que este tiempo nos propone como reto histórico. Hagamos conciencia por qué en el sentimiento popular no están presentes las organizaciones políticas y sus dirigentes y se les ve como obstáculos y no solución.

Un pueblo sin partidos políticos organizados es presa fácil del oportunismo y populismo demagógico. Lo vimos y sentimos en el pasado que con el deterioro de los partidos políticos fundamentales surgió Chávez cuyas consecuencias conocemos. El rechazo del pueblo también es un reclamo a la revisión y rectificación; nos mejoramos o nos mejoran, hagámoslo pronto porque el tiempo transcurre y no regresa, vienen otros tiempos pero distintos y diferentes.

18 de enero 2023