Arrechisísimos, se encontraban los miembros de los colectivos armados de La Piedrita, los Tupamaros y Alexis Vive, por la reciente Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia, aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente.
-¿Se volvió loca la camarada Delcy? Preguntó uno de los comandantes.
- ¿Qué es lo que buscan con esa ley? ….que nos callemos la boca frente a los golpistas de la derecha,...no me jodan, dijo el comisario político de la Brigada de Milicianos del 23 de Enero.
- Ay papá, esa tipa como que se pasó pa los contras, señaló el jefe de los motorizados,
Realmente estamos frente a una grave distorsión del proceso revolucionario, manifestó Valentín Santana, Jefe Supremo de La Piedrita. Nosotros, los verdaderos revolucionarios, somos fieles a las enseñanzas de nuestro Máximo y Único Líder, el Difunto Eterno. Quien, desde hace mucho tiempo nos ha guiado en lo que debe ser nuestra irreductible posición frente a los enemigos de la revolución. Recordemos, que su primera enseñanza fue la de decirnos “Que iba a freír en aceite hirviendo la cabeza de los adecos”
A partir de ese momento, sus enseñanzas se fueron multiplicando exponencialmente. En cada discurso, en cada entrevista o en cada intervención pública o privada lanzaba uno o varios calificativos contra la derecha reaccionaria. Vienen a mi memoria algunos de ellos: Moribunda, escuálidos, golpistas, pitiyanquis, arrastrados, aprátidas, pagados por la CIA, delincuentes, hijos de papá, analfabetas, cachorros de los Estados Unidos, peones del imperio, váyanse pal carajo yanquis de mierda, con el bate que me regaló Sammy Sosa le voy a caer a batazos, frijolito, etc, etc, etc.
- Valentín, no te olvides de aquella famosa frase “Métanse su victoria de mierda por el culo”, grito uno de los presentes.
-Así es camarada. Por eso no entiendo cómo nos van a venir ahora con esa posición moralista desde la constituyente. Recuerdo también, como el pana Tascón contribuyó al deslinde e incentivación del rechazo a los contrarrevolucionarios con su Lista. Y en la confrontación con la iglesia, no titubeo nuestro Líder en calificar a la oligarquía eclesiástica como demonios, entupidos y vagabundos.
Más que una ley que pretenda callarnos, debemos hacer nuestro el pensamiento del Che Guevara “EL odio revolucionario como factor de lucha, es el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo”.
Honremos este pensamiento y fortalezcamos nuestro odio revolucionario.
-Aplausos y vivas …llenaron el recinto.
- Valentín, dijo un representante de las Fuerzas Bolivarianas de Liberación Nacional, yo le agregaría un pensamiento de Mao Tse Tung que leí en uno de sus libros rojos “Concentra tu odio y aprieta el gatillo”
Vale camarada, lo debemos imponer como lema de la Guardia Nacional.
Con el tiempo, nuestro glosario de odio revolucionario fue enriquecido por nuestros camaradas Rafael Ramírez con su famosa expresión Rojo-Rojito, La Fosforito con su típica expresión hijo de puta y coño de madre y no podía faltar el camarada Nicolás con su calificativo de Mariconson.
Por todo ello, camaradas, si queremos honrar nuestro acervo cultural, propongo que marchemos unidos hacia la Asamblea Nacional Constituyente para exigir de la derogatoria inmediata de ese instrumento legal que pretende ponernos una mordaza.
Digámosle NO a ese adefesio jurídico.
Voceando la consigna “Delcy, tu ley No pasará”, marchó la manifestación hacia la sede de la asamblea.
Megáfono en mano, Delcy salió para atender el reclamo de los manifestantes: Camaradas y camarados, creo que hay una ligera confusión en la interpretación de lo aprobado. Es nuestro deber revolucionario, defender por encima de todo a nuestra revolución. No cabe, en nuestro proceso ninguna crítica proveniente de la derecha reaccionaria, no podemos permitir manifestaciones de odio contrarrevolucionario. Nuestro norte es la construcción de la sociedad revolucionaria y el Hombre Nuevo con pensamiento único. Con esta normativa, de la Ley contra el odio se consagra un arma de retaliación política contra la disidencia de los oligarcas imperialistas de la derecha, y solo se garantiza la libre expresión de pensamiento único.
Finalmente, quiero decirles que con esta revolucionaria normativa jurídica, hemos fortalecido nuestro odio de clase, nuestro odio revolucionario y nuestra consigna es y será por siempre “Aquí no se permite hablar mal de la revolución socialista del Siglo XXI”
Los colectivos se retiraron alegres y contentos a celebrar con las cajas Clap de ron que le suministraron en la asamblea.