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Si voy pa la ONU no vuelvo más

Opinión
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Tiempo de lectura: 2 min.

Sudoroso y agitado, se despertó Maduro esa mañana. Pasó toda la noche con una terrible pesadilla.

Al verlo en esas condiciones, el reclamo de la Primera Combatiente no se hizo esperar. ¡Cansada estoy de decirte que no sigas comiendo mondongo y tomando refrescos fríos en las noches antes de acostarte!

-¿Qué soñaste?

Que estaba en la Asamblea General de la ONU en su 73º periodo de sesiones y en mi derecho de palabra denuncié el cerco económico al que nos tiene sometido el imperialismo yanki en su búsqueda permanente de acabar con nuestra revolución. También, expuse a los ojos del mundo, los continuos intentos de magnicidio que el gobierno títere de Colombia ha realizado en contra de mi persona.

Dejé constancia explicita, de nuestra preparación para enfrentar la invasión de los Marines en nuestro suelo patrio. La presentación de los 13 millones de firmas Anti-Trump provocó una sostenida ovación por parte de los representantes de Rusia, China, Turquía, Cuba, Corea del Norte y Nicaragua quienes entre aplausos coreaban “Maduro seguro a Trump dale duro”

-Que bien. Ese sueño, refleja lo que tú eres mi amor, un revolucionario a carta cabal, que no se amedrenta en ningún escenario dijo Cilia con gran satisfacción. Ya voy a preparar mis maletas para acompañarte. Tú sabes que New York a mi me encanta. Las tiendas de la Quinta Avenida me vuelven loca.

Pero, ¿Y si lo soñado se vuelve realidad?...

-No entiendo, mi amor. Háblame claro, ¿Cuál fue tú pesadilla?

Bueno, dijo con voz temblorosa, en pleno discurso entró la DEA para ponerme los hierros, acusándome de narcotraficante en base a informaciones suministradas por el Pollo Carvajal. Y mientras me sacan del salón, subió Trump a la tribuna de oradores, y sonreído expresó “Fo, it smell like shit here”… tomando venganza por lo que le hizo el Difunto Eterno a Bush.

-Tranquilo mi amor, mente positiva. Yo te veo en mis sueños como Frank Sinatra cantándome New York, New York.

¿Y si en verdad me ponen preso?

-Estás loco…tú eres presidente y gozas de inmunidad .., déjate de vainas y vámonos para allá…el Waldorf Astoria espera por nosotros…no pelemos ese boche…Rumba o Muerte es la orden, señalaba la primera combatiente.

No estoy seguro. Déjame consultar con mis Babalaos a ver que me dicen. Enseguida llamó al Palero Mayor, enviado por Raúl Castro directamente de Cuba y entre humo de tabacos y baños de ron, el sacerdote de Orula, a través del sistema adivinatorio de Ifá, dijo solemnemente que la lectura de los caracoles indicaban explícitamente que “los sueños recientes se harían realidad muy pronto”

Al oír aquello, el camarada Maduro, se desmayó.

-Despierta mi amor, despierta, eran las palabras angustiadas de Cilia. Al cabo de unos minutos, previa aplicación de primeros auxilios, logró despertarse y todo mareado le pidió al babalao que volviera a lanzar y leer los caracoles para ver que señalaban en esa segunda oportunidad.

Así lo hizo, y tras una bocanada de humo expresó “Yo digo cantando lo que veo” y comenzó a tararear una vieja canción de Nelson Pinedo y la Sonora Matancera, pero con un arreglo referido a la situación del momento:

… Si yo me voy pa la ONU / no vuelvo más / el imperio me va a agarrar.

Suspendan ese viaje del coño, suspendan ese viaje, ordenaba desaforado el camarada Maduro. Y copiándose la letra de una de las canciones de la oposición democrática comenzó a cantar a todo pulmón

… Yo no me voy / Yo me quedo aquí.

Y Cilia se quedó con las maletas hechas, rumiando su arrechera.