Pasar al contenido principal

Uslar Pietri: el mensajero de la rectificación

Opinión
Tiempo de lectura: 3 min.

Este 26 de febrero se cumplen veinticuatro años del fallecimiento de quien fue uno de nuestros intelectuales más destacados, quien tuvo la virtud de compartir parte de sus conocimientos con los ciudadanos de diferentes estratos a través  de su programa Valores Humanos. Nadie dudaba de su integridad, hasta que en sus últimos años expresó su angustia por el rumbo equivocado que llevaba el país y asomó correctivos. Anunció la catástrofe, pero cuando estalló, algunos políticos, opinadores y compatriotas desinformados le endilgaron parte de la culpa por el derrumbe de la democracia, sin percatarse de que fue el mensajero de la necesidad de rectificar.   

El caso del doctor Arturo Uslar Pietri no es la excepción. En general tenemos la perversa tendencia a descalificar a quien no piensa como nosotros, achacamos a otros los errores para eludir nuestra responsabilidad y cada quien se cree dueño de la verdad. 

A continuación, copiamos algunas frases de dos discursos de Uslar que evidencian su talante democrático y honradez intelectual. El 27 de agosto de 1991, expresó en la Academia Militar que:   Es mucho lo que la democracia venezolana le debe a las Fuerzas Armadas Nacionales. Ha habido fallas. Ha habido unos hombres mejores que otros, pero en su conjunto esta democracia que tenemos, con todas las insuficiencias, ha sido posible y es posible no por la actitud pasiva y sometida de las Fuerzas Armadas, sino por la actitud voluntaria de cooperación y de fe en la causa democrática de Venezuela. Eso ha permitido que en estos treinta y tantos años la democracia venezolana no haya corrido tantos riesgos como en otros países de América Latina. 

En 1995, ante una Asamblea de periodista expresó: Venezuela sufrió en los últimos veinte o treinta años una deformación gigantesca, de ser el país con el desarrollo más estable, con los mejores servicios, con la sociedad más madura, con la mejor educación, con la mejor salud, con las mejores comunicaciones, está sumida en una gran crisis. Con la inmensa riqueza entre los años 1973 a 1989, Venezuela debería ser la envidia de América Latina. Hicimos un Estado monstruoso que remplazó a la nación y que creó un tipo de gobierno clientelar y paternalista. Hay que realizar inmensas, dolorosas y difíciles rectificaciones. ¿Alguien puede estar en desacuerdo con lo dicho por Uslar? 

Entre 1964 y 1966 apoyó al presidente Raúl Leoni en el gobierno de Amplia Base. En 1975, Carlos Andrés Pérez lo designó embajador ante la UNESCO y, en 1985, Lusinchi lo nombró presidente de la Comisión del Proyecto de Educación Nacional. Desde luego fue muy crítico de los gobiernos de Acción Democrática (AD) y de COPEI, pero eso no lo convierte en desestabilizador de la democracia. Tampoco fue el responsable del juicio político y posterior destitución del presidente Carlos Andrés Pérez. Esa responsabilidad le corresponde a los senadores y diputados de AD, a otros miembros del Congreso Nacional y a la Corte Suprema de Justicia controlada por AD. Su propio partido lo expulsó de sus filas. 

En diciembre de 1991, Uslar advirtió de la posibilidad de un golpe militar y, después de la insurrección de Chávez el 4 de febrero de 1992 declaró que sería muy grave pensar que los militares alzados no compartían con otros venezolanos un soberano disgusto por la manera en que funcionaba el gobierno ¿acaso estas advertencias no las hicieron muchos otros? 

¿Acaso no era cierto el deterioro de la economía señalado en los libros de Humberto García Larralde, Maxim  Ross y de José Guerra, por  citar algunos? ¿Acaso no era cierta la crisis de los partidos políticos y la corrupción? Desde luego que la hecatombe después que Chávez asumió el poder no tiene comparación con los cuarenta años de una democracia imperfecta, pero perfectible. Lamentablemente, ni los políticos, ni el resto de los ciudadanos impedimos que llegara el lobo. Solo algunos, como Uslar, alertaron que era necesaria una rectificación.  Únicamente los fanáticos o desinformados se atreven a decir que nuestro destacado novelista actuó por resentimiento debido a que los sucesos del 18 de octubre de 1945 lo perjudicaron.

Como (había) en botica

Edmundo González, nuestro presidente electo, María Corina, líder de la oposición y los partidos integrantes de la Plataforma Unitaria han señalado los motivos para no votar en las regionales si Maduro no reconoce el resultado del 28 de julio, libera a los presos políticos y otras condiciones para una elección libre.  Los demócratas debemos respetar esta decisión. 

Alarma y extraña que el prestigioso Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil no haya tomado acciones fuertes para exigir el salvoconducto y que permanezca indiferente ante el corte de energía eléctrica, de agua y de suministro de medicinas a los cinco venezolanos asilados en la embajada bajo su custodia.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados! 

eddiearamirez@hotmail.com