¡Qué solos se quedan nuestros presos!
Eddie A. Ramírez S.
El poeta lloraba la soledad de los muertos, pero en Venezuela y en otras dictaduras como en Nicaragua y Cuba los presos políticos están aún más solos.
Desde que tomaron el poder evidenciaron ser perversos y el grado de sus acciones aumentó a medida que perdían popularidad. Hay muchos ejemplos, pero quizá uno de los más evidentes fue el asesinato del teniente Ronald Ojeda, asilado en Chile. Después de la paliza electoral que recibieron el 28 de julio quedaron turulatos por la organización que logró María Corina para divulgar las actas que evidencian el contundente triunfo de Edmundo Gonzáles.