Dos amigos españoles, conversaban animadamente, en la barra de “La Taberna del Chato” en Madrid. Uno de los temas, era la crítica situación que en la actualidad se vivía en Venezuela.
Degustando unas tapas de tortilla y gambas al ajillo, Pepe le señaló a su amigo Santiago que no entendía bien el papel jugado por Rodríguez Zapatero en ese problema.
-Arza hombre, respondió Santiago, ese tipejo, que fue escogido como mediador, siempre estuvo cuadrado al lado del “Gobierno” de Maduro. Nunca arrimó una pa’l mingo de la oposición.
Me cuesta creer, lo que estás diciendo, siempre lo veía en televisión hablando de las maravillas del proceso del dialogo que se estaba celebrando en República Dominicana.
-Deja que termine este pulpo a la gallega que esta exquisito para explicarte los detalles: siempre cargó el peso de la responsabilidad por el fracaso del proceso de diálogo a los dirigentes opositores, exonerando al chavismo. Por otro lado, coloca al régimen como un niño de pecho, mientras se mostraba exigente con una oposición perseguida, encarcelada, exiliada, asesinada.
Espérate un momento, ripostó Pepe, mientras saboreaba un vino Rioja blanco, él hizo un llamado a los sectores de la oposición para que firmaran el acuerdo, que según su criterio era lo mejor del mundo para resolver la crisis.
-Siiii Pepe, ponte a creer. Ese mamotreto no era un Acuerdo de Paz, sino una rendición ante la dictadura. Ese panfleto avalado por Zapatero les quita derechos a los venezolanos y lejos de solucionar la crisis, la profundiza, no plantea elecciones libres ni transparentes, son convocadas por una ilegitima Asamblea Nacional Constituyente y dirigidas por el brazo electoral de la dictadura que es el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Me cago en la ostia, que le pasa a ese señor Zapatero, que no distingue entre democracia y dictadura.
-Déjame decirte que si sabe cuál es la diferencia entre una y otro. Lo que pasa es que se hace el pendejo para proteger sus intereses o negocios que desde hace mucho ha tenido con el régimen chavista.
Explícate, no me dejes en el aire.
-Ya va. Déjame terminar este queso manchego que está del carajo.
-Listo, ahora un vinito para aclarar el gañote: Ese tipejo de Zapatero, vendió su alma y su conciencia a la dictadura por la “módica suma” de ¡¡¡38 millones 610 mil euros!!!
¿Queeeé? exclamó Pepe, en medio de un ahogo por culpa de un pedazo de chorizo a la sidra que se le atragantó al escuchar a su amigo.
-Para tu conocimiento, déjame darte los detalles: En el año 2005 el bichito de Zapatero, siendo Presidente de España, suscribió un acuerdo con el Gobierno de Venezuela -entonces presidido por Hugo Chávez-, para la venta de cuatro barcos para la Armada de ese país. En ese entonces, el ministro de Defensa, y máximo responsable de la venta de material militara otros países, era José Bono, quien ocupó esa cartera en tiempos de Zapatero entre los años 2004 y 2006.
El acuerdo firmado entre los dos gobiernos incluía la construcción de cuatro Buques de Vigilancia Litoral con un costo total de 508,68 millones de euros; y de cuatro Patrulleros Oceánicos con un precio de 698,71 millones de euros.
El costo total de la negociación fue de 1.207,39 millones de euros. Precio final del acuerdo, pero que en los papeles varía sensiblemente: El gobiernote Venezuela abonó 1.246 millones de euros en la operación, es decir, 38.610.000 de más.
Este sobre costo se debe a que en las fases finales de la operación de venta, se dio cabida a una gran empresa dedicada a la consultoría internacional, que habría de embolsarse el 3,5% del total del dinero del contrato.
Se trataba de la compañía Rebazve Holding S.L., que está inscrita en el Registro Mercantil de Vizcaya, y que está dirigida por dos venezolanos, Juan Rafael Carvallo López y Pedro Enrique Malavé Benavides.
Juan Rafael Carvallo López es uno de los grandes empresarios “bolivarianos” de la época de Hugo Chávez, mientras que Pedro Enrique Malavé, el otro administrador de Rebazve Holding S.L., también es responsable de otra empresa española: Fashion Canary Islands.
Hasta el sol de hoy, ni Zapatero ni su ministro de la defensa han ofrecido ninguna explicación.
-Que mantequilla, dijo Pepe. Claro, empleando testaferros y empresas fantasmas se embolsillan millones de euros y siguen con su cara muy lavada frente a la opinión pública. Ahora entiendo, el apego de ese tipejo con el régimen chavista. Parafraseando un viejo refrán popular, pudiera decir “Zapatero, a tus zapatos o mejor dicho a tus negocios”
Mesonero, traiga otra ración de queso y la cuenta por favor.