Pasar al contenido principal

Opinión

Observatorio Electoral Venezolano

Cuando María Gómez entró a la Universidad Central de Venezuela (UCV) por la puerta Tamanaco, pasó de la felicidad al desconcierto al escuchar de otra egresada que las elecciones del 26 de mayo estaban siendo suspendidas. Eran pasadas las 2:00 de la tarde. Llevaba montada en transporte público desde primera hora de la mañana, cuando empezó su travesía en Charallave, estado Miranda.

Si Gómez asumió que había perdido los 60 kilómetros de recorrido desde su casa hasta la UCV, María Mujica, egresada de la Facultad de Ciencias, rodó incluso el triple desde Valencia, estado Carabobo, para encontrarse con el mismo escenario: la sorpresiva paralización de las votaciones al haber transcurrido más de media jornada a marcha forzada.

La masiva participación de la comunidad universitaria, expresada en el ánimo de la mañana y en las largas filas de miles de electores que plenaron los alrededores de las 11 facultades, se vio empañada por los errores y las deficiencias en la organización del proceso de votación. El civismo imperó en las colas, a pesar de la molestia.

Durante la mañana y a mediodía, se constató cómo en facultades como Farmacia no había llegado material electoral para la votación de administrativos y obreros, mientras que la mesa contigua de los estudiantes funcionaba con pocas boletas. En Derecho, por citar otro caso, recibieron unas 400 papeletas, aunque el padrón esperado era de 1.500 estudiantes, y apenas 200 boletas para egresados, una población electoral que allí ascendía a 10.000 electores.

En Odontología permanecía estoica la fila de profesores, quienes nunca pudieron empezar a votar no solo en esa facultad sino en prácticamente todas las dependencias. Esta, la boleta de mayor ponderación a la hora de contar los votos resultó la más ausente de la jornada. Pero también faltaron sellos, cuadernos y otros elementos del cotillón electoral. Nunca se sirvió la mesa completa, sino algunos componentes en cantidades limitadas y con retraso.

Lo que se sabe, a cuentagotas

¿Qué pasó? Los ucevistas debieron abandonar el campus con la misma duda. Duda que se prolongó por lo menos por tres días. Y que, al cierre de este boletín, mantiene todavía varias incógnitas sin ser despejadas.

Según un informe presentado por la Comisión Electoral de la UCV el lunes 29 de mayo, a petición del Consejo Universitario, el cumplimiento del cronograma electoral se cumplió hasta el 12 de mayo, cuando se publicó el boletín de impugnaciones al registro definitivo y la lista de candidatos. Pero justo el 15 de mayo empezaron a salir las cosas mal.

Esa era la fecha pautada en el cronograma para la publicación del Registro Electoral Definitivo. Según el relato de la Comisión Electoral, ese día “se presentó la contingencia de la pérdida de la información debido a los errores cometidos por el personal de apoyo contratado por la Comisión Electoral para verificar toda la data de los registros electorales”.

Hablamos no de uno sino de, en realidad, cinco registros electorales que, unidos, conforman un universo electoral de más de 221.000 personas con derecho al sufragio, entre profesores activos y jubilados, estudiantes regulares de pregrado, personal administrativo y obrero tanto activo como jubilado y egresados de pregrado sin importar su tiempo de graduados.

Este hecho trajo como consecuencia que el personal técnico de la Comisión Electoral tuviera que rehacer nuevamente todo el registro y los procesos informáticos asociados, lo que perjudicó los procesos subsiguientes. En el Twitter de la Comisión, sin embargo, lo que se alegó en su momento para no publicar el Registro era la falta de internet en la sede del organismo. Un dato que, luego, no figura como limitante en el informe presentado al CU.

La tarea es compleja

Sin Registro Electoral Definitivo, por ejemplo, ¿cómo se elaboran e imprimen los cuadernos de votación? Resulta imposible. ¿O cómo se calculan cuántas boletas son necesarias para imprimir, en función del número de electores?

Pero, vamos más allá: si se decidió una elección única para 293 cargos principales, cada grupo de boletas amerita una especificidad: no puede ser igual el instrumento de votación para un profesor activo que para uno jubilado de Ingeniería, y tampoco es igual la papeleta para un administrativo o un egresado de esa misma facultad, porque el número de votos a emitir es distinto. Y, si miramos el panorama completo de 11 facultades y 37 escuelas, la oferta electoral también es diferente. Hablamos, en resumen, de más de 100 tipos de distintas boletas con diferentes opciones, que luego deben ser ordenadamente embaladas y dispuestas para una efectiva distribución por el campus.

El Registro Electoral Definitivo fue publicado el 23 de mayo, tres días antes de la votación. Ante la cercanía del proceso electoral, directivos de la Comisión Electoral preguntaron nuevamente al área técnica si podían cumplir con la impresión de cuadernos y boletas antes de la fecha prevista, a lo cual respondieron afirmativamente, según se narra en el informe.

“Desde ese mismo día, todo el personal de la Comisión se encontraba abocado a los procesos de impresión y elaboración de cotillones electorales, incluyendo actas, credenciales y demás material que interrumpió en algún momento la impresión general”, cuenta la Comisión Electoral en su informe explicativo.

En entrevistas varios candidatos a rector han criticado que, en el Consejo Universitario del 24 de mayo, dos días antes de la votación, la Comisión Electoral afirmara que todo estaba a punto y marchaba bien para la fiesta electoral del viernes 26.

Ante esto, la Comisión Electoral argumenta que, bajo el principio de buena fe, nunca tuvieron dudas sobre el trabajo y capacidad de su personal para llevar adelante el proceso, debido a que ya han ejecutado estos procedimientos en elecciones anteriores, sin inconvenientes. Y aquí, un mea culpa de la Comisión: “Reconocemos la supervisión inadecuada de los procesos, derivado de lo anterior y de la premura en los tiempos que nos acercaban al día de la elección”.

Un desorden en las mesas

En este informe también aclaran el porqué de la desorganización del material electoral que fue entregado a las subcomisiones por parte de la Comisión Electoral: si bien en Twitter informaron sin mayores razones sobre la postergación del inicio del proceso electoral una hora, la causa de fondo era que “no había finalizado el embalaje para el traslado del material al sitio donde iba a ser entregado a las subcomisiones en la UCV”. Es decir, el mismo día de la votación, a la hora de inicio de la votación, seguían embalando material electoral para trasladarlo.

Luego, una vez entregado el cotillón electoral, la Comisión Electoral dice que fue informada por las subcomisiones de las distintas facultades de que “el material estaba incompleto en los cotillones”, pudiendo comprobar solo hasta entonces los “errores” en su elaboración. Hablan de fallas en cuadernos y boletas electorales.

En un comunicado publicado el 28 de mayo, dos días después de la frustrada votación, la Comisión Electoral “lamentó profundamente” los hechos y se mostró “afectada profundamente” por la situación. Pidieron “sinceras y sentidas disculpas” a la UCV y al país. “Como ente organizador asumimos la responsabilidad ante la comunidad ucevista y ante el país”, se excusaron, al tiempo que agradecieron y reconocieron el trabajo “arduo y comprometido” de las subcomisiones electorales.

Mientras en la Ciudad Universitaria de Caracas las cosas salían mal, los procesos electorales llevados a cabo en las facultades de Agronomía, Ciencias Veterinarias, EUS de la Facultad de Humanidades y EDU de la Facultad de Arquitectura, en las regiones, se realizaron sin inconvenientes. Estas votaciones también deberán repetirse, según se informó en el Consejo Universitario del 29 de mayo.

Una comisión contralora

Para velar por la buena marcha de la diferida votación, todos los actores estuvieron de acuerdo en la designación de una Comisión Asesora de Apoyo Técnico, nombrada por el Consejo Universitario. La coordina el profesor Froilán Lozada y también la integran los docentes Norman Guzmán, Félix Arroyo y Alberto Fernández junto a la estudiante Patricia Briceño.

Su misión será supervisar el cumplimiento de la continuación del proceso electoral, y garantizar que se realice de forma efectiva la primera y la segunda vuelta.

El nuevo cronograma propuesto al Consejo Universitario y ratificado en la sesión del 31 de mayo contempla celebrar la primera vuelta el viernes 9 de junio.

El 26 de mayo falló también el ofrecimiento de información oportuna y veraz por parte de la Comisión Electoral a la comunidad universitaria y al país a través de los diversos medios de comunicación desplegados en la UCV.

Además del asunto transversal y fundamental de la información institucional, otros desafíos que, consideramos, tiene por delante la Comisión Electoral de la UCV son:

La revisión detallada de todo el material electoral que se imprima y embale.

La validación o los ajustes necesarios -si fuere el caso- al Registro Electoral Definitivo.

Una necesaria prueba técnica que compruebe el correcto funcionamiento de las lectoras ópticas una vez finalizada la jornada, porque las boletas durante el acto de votación apenas se introducen en una caja de resguardo de cartón y no se pasan de inmediato por las lectoras ópticas como erróneamente informaron algunos medios internacionales.

La participación del electorado, ahora más que antes, se alza como un aspecto fundamental. La comunidad universitaria espera que sea tan o más masiva que el 26 de mayo.

Boletín 106. Segunda quincena, mayo de 2023

https://oevenezolano.org/2023/05/boletin-106-las-causas-conocidas-del-di...

 7 min


Edgar Benarroch

LA ELECCIÓN PRIMARIA DE LA OPOSICIÓN

La llamada elección primaria de la oposición, que es el evento en el que seleccionaremos nuestro candidato a la Presidencia de la República, está convocada para el día 22 del inmediato mes de octubre. Esta elección está organizada y convocada por la Plataforma Unitaria, que agrupa una buena parte, creo que la inmensa mayoría, de la oposición nacional.

Por otro lado, considero que un gran consenso nacional, donde participen y opinen todos los sectores organizados del país, todas las sociedades intermedias, es decir, políticas, sociales, culturales, universidades, gremios profesionales y hasta jerarcas de credos religiosos, sería lo adecuado para seleccionar nuestro candidato presidencial, allí, en el consenso, importara solamente las credenciales, la formación, equipamiento y condición de estadista del escogido y no solamente la popularidad y sagacidad, que enamora y entusiasmo a advenedizos, por supuesto inadecuadamente, que pensando en la popularidad que le dan los medios de comunicación y sin ninguna credencial para conducir el país, menos en este tiempo tan profundamente crítico, pretendan de repente ser nuestro candidato. Considero que la popularidad y sagacidad son importantes, pero con ellas solas no se puede gerenciar una República, máxime cuando nunca se ha tenido inquietud política ni de servicio comunal.

Pero bien, no podemos o no debemos ignorar lo que opina y piensa la inmensa mayoría popular y creo que ella apunta a la elección primaria donde participarán todos los venezolanos mayores de 18 años y expresar su voluntad, porque, sin ser cierto, le gravita en la mente la idea que el consenso es acuerdo de cúpulas en la obscuridad y creo no estamos en tiempo, tampoco lo tenemos, para proponernos cambiar ese pensamiento.

Todo indica pues, que nuestro candidato será seleccionado en elección primaria, salvo que se presente lo no imaginado que obligue al consenso, el escogido será el candidato de toda la oposición, de todos quienes deseamos cambio radical cuanto antes, será el líder de la Venezuela nueva, que debemos acompañar con mucho entusiasmo, voluntad y ganas de ganar.

Seleccionaremos a quien debe invitar a todos los venezolanos para enfrentar el inmenso reto que significa reconstruir el país, a quien debe crear condiciones para quienes se fueron encuentren razones para retornar, a quien debe trabajar sin descanso por alcanzar el Bien Común y la Justicia Social, quien debe retornarle a todos bienestar y felicidad, a quien debe dar una respuesta rápida al terrible drama que afecta a todos, pero más aún a los débiles y vulnerables.

Dios permita que el seleccionado, además de popular, esté suficientemente preparado y formado para enfrentar con éxito el profundo desafío que tendrá.

La Fuerza Armada, obediente, como debe ser, al poder civil, se pondrá a la orden del cambio radical de lo que tenemos y así sumarse al gran sentimiento nacional.

31 de mayo de 2023

RECONSTRUCCIÓN NACIONAL

Algunos “tips” muy ligeros que considero tener en cuenta para la reconstrucción del país, que no será nada fácil pero apasionante y salir de la debacle social, económica y cultural en que nos encontramos:

1.- Concebir un programa, ambicioso pero totalmente realizable, que trate lo micro y lo macro económico, a muy corto plazo, a mediano y a más largo plazo.

2.- Sacar a PDVSA, nuestra principal industria generadora de ingresos, del marasmo y debacle que se encuentra y llevarla a la producción estimada en 1997 de cinco millones de barriles de petróleo todos los días y ello supone actualización, modernización de equipos y una gerencia eficiente, ética y moral.

3.- Diversificar la economía nacional.

4.- Asistencia financiera y técnica al agro, para elevar la producción y productividad.

5.- Reindustrializar el país.

6.- Estabilización fiscal y monetaria, para dominar la inflación.

7.- Agresiva inversión pública y estímulo a la privada, con prioridad en salud, educación y

viviendas populares.

8.- Economía a muy corto plazo para paliar cuanto antes la decadencia.

9.- Restablecer garantías económicas. No más expropiación y seguridad jurídica.

10.-Replantear la deuda pública y solicitar dinero fresco.

11.-Crecimiento sostenido, acelerado y sostenible.

12.-Reincorporar el país al mundo financiero internacional.

13.-Pensiones dignas y decentes.

14.-Revertir expropiaciones y regresar a sus dueños los bienes, máxime cuando lo que hubo

fue confiscación.

15.-No al Estado intervencionista y si al promotor y subsidiario.

16.-Reglas claras sostenidas y sustentables.

17.-Estímulo a la industria de la construcción como empleadora de alto rango.

18.-Seguridad pública, personal y de bienes.

19.-Depuración de los organismos de inteligencia, seguridad y policiales del Estado.

20.-Servicio públicos continuos y eficientes.

21.-Rescate de la moral y ética pública.

22,-Especial atención a la Universidades.

23.-Dotación moderna y adecuada de los hospitales.

24,-Reinstitucionalización del país y en particular de la Fuerza Armada. Militares a los

cuarteles.

25.-Repatriación, en lo posible, de más de cuatrocientos mil millones de dolares

vulgarmente robados al país ya nosotros,

Como advertí, son pinceladas muy sucintas que estimo analizar y dejó a los lectores para su segura talentosa consideración.

30 de mayo 2023

EXPORTAMOS CAPACIDAD

La agencia Bloomberg, que ofrece datos en tiempo real de todos los mercados; así como noticias, facilita herramientas para el análisis , comunicación y ejecución, en una solución totalmente integral; nos dio un reportaje sobre la fuga de talentos venezolanos, afirma que durante los últimos cincuenta años ningún país latinoamericano produjo tantos graduados en educación superior como Venezuela.

Al menos 5.500.000 venezolanos viven actualmente en el exterior y ello equivale al 20% de nuestra población, siendo el número de hombre y mujeres similar, prácticamente igual. De esa cantidad, alarmante y profundamente preocupante, no menos de 2.000.000 son con títulos avanzados que en su mayoría han logrado emprender negocios que han generado miles de empleos en el país de acogida y otros han entrado al mundo de la investigación y el servicio.

Dicen los estudiosos e investigadores expertos en migración y el Fondo Monetario Internacional, que los venezolanos tienen una inmensa ventaja sobre otros contingentes migratorios porque tienen una educación, formación y manera de ser y comportarse mejor y más altas que el promedio de las economías de destino y agregan en sus informes que las barreras idiomáticas y culturales son inmediatamente superadas por los nuestros.

La formación de talento universitario desde 1970 y hasta 1998 fue inmensa y en buena parte con posgrados en prestigiosas universidades del mundo, acordémonos de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho.

Estos venezolanos que han huido del país a otras tierras, por no soportar la lamentable situación que vivimos y en busca de mejores condiciones de vida, están prestando servicios de primera calidad en el destino escogido, que bien pudiera ocurrir en el nuestro si las condiciones fueran otras, distintas y mejores al desastre que soportamos y sufrimos.

Que bueno sería que esa inteligencia, talento y capacidad retornara al país y nos dieran sus conocimientos. Creo que eso, en buena medida, ocurrirá cuando cesen las razones por las que se fueron y este régimen ya no exista y se integrarán con entusiasmo y sentido patriótico a la ardua pero apasionante tarea de la reconstrucción nacional.

Creo con inmensa firmeza que la luz siempre vence a las tinieblas y tengo la convicción que está muy cerca la salida de la obscuridad para vivir y disfrutar la claridad.

29 de mayo 2023

EMPOBRECIMIENTO ESPIRITUAL

El empobrecimiento lógicamente existe, lo hay espiritual y material. Este último lamentablemente afecta a la inmensa mayoría nacional, producto de una bestial inflación que a su vez se origina de políticas absolutamente equivocadas y contraproducentes. Pero ese empobrecimiento material es perfectamente superable si contamos con voluntad, ánimo y disposición de superación. El empobrecimiento espiritual es mucho más grave porque afecta seriamente nuestra humanidad y nos hace distintos para mal.

Una de las consecuencias más trágicas del confort y la riqueza desbordante, cuando se es demasiado frágil y sin sólidos valores, es el empobrecimiento espiritual del hombre. Muchas gente posee las últimas novedades materiales, disfruta de inmenso confort y tiene resueltas con creces sus necesidades materiales, pero la cabeza la tiene vacía. Si se les quita lo material, que se corrompe y fenece, que le da el confort, queda boca abierta, sin fantasías y sin pensamientos elevados.

Hay que oponerse definitivamente a vivir solo de la materia y del goce que ello produce, porque nos amenaza a todos y corremos el grave riesgo de reducirnos a un autómata que se maneja y vive por fuera, pero muerto por dentro. Por ello es siempre necesario buscar silencio y tranquilidad para la meditación. Es necesario tener conversaciones trascendentes; leer mucho, tanto como se pueda y esforzarnos en tener una opinión personal, un camino propio y una vida propia.

Debemos liberarnos de clichés de moda. Podemos disfrutar del bienestar y confort, pero jamás permitir que nuestro espíritu y corazón se decoloren por la materia que es una existencia incolora y sin sentido. La alegría y la felicidad siempre crecen desde adentro, nunca desde afuera.

El empobrecimiento espiritual nos reduce a materia y ello es prácticamente la pérdida de la vida en su integridad. Caminamos, nos movemos, actuamos y hablamos, pero sin sentido de la vida trascendente. Vivimos un mundo hedonista donde solo el placer material cuenta e importa y nos distanciamos seriamente del amor a la Patria y al prójimo y pasamos a desenvolvernos en una burbuja donde nos movemos como autómatas.

Debemos disfrutar del confort y de los placeres que la vida ofrece, pero nunca jamas permitir que ese disfrute sea en sacrificio de nuestra inmensa potencialidad espiritual que es lo fundamental en la vida. El espíritu es el primer valor y la materia la primera necesidad, nunca dejemos que el disfrute de la materia nos aparte de los valores. Somos espíritu y materia y esos dos elementos se corresponden uno al otro y otro al uno. El espíritu sin materia sería un sueño, una fantasía, una ilusión, algo intangible. La materia sin espíritu sería una masa orgánica sin alma, sin sueño, sin pensamiento y sin ilusión, carne y huesos andantes.

Alguien le dijo a otro, el amor no existe, existe la conveniencia, yo no puedo ver ni tocar el amor. El otro le respondió, tu madre está viva y él dijo si, ¿Por qué?. Porque estoy seguro que ella te ama. Cuando ella muera y le practiquen la autopsia, pregúntale al médico forense si le encontró un pedacito de amor, te dirá que no, pero existe. El amor nace desde el espíritu y es similar a él en cuanto lo disfrutamos pero no lo podemos ver ni tocar.

28 de mayo 2023

 8 min


José Ignacio Moreno León

En el país, dada la profundidad de los cambios que se requieren para reconstruirlo y las enormes resistencias internas y externas a vencer, la incorporación del paradigma de Economía Social y Ecológica de Mercado debe estar sustentado en un sólido desarrollo del capital social como factor de confianza.

Para reinventar el país o refundar la República, como se ha señalado en el caso de Venezuela, no solo se requiere entender a cabalidad la naturaleza de la crisis nacional y sus nefastas consecuencias, sino igualmente es necesario tomar en consideración factores y realidades externas que deben confrontarse para hacer viable ese cambio necesario, algunos de los cuales representan serias amenazas para la libertad y la democracia y otros suponen graves retos para enfrentar las nuevas realidades globales, ya no desde las perspectivas de la histórica primera revolución industrial y de los agotados paradigmas de la Guerra Fría, sino considerando el dinámico proceso de cambios impuestos por la revolución científica y tecnológica que está generando transformaciones inéditas e impredecibles, poniendo en evidencia que en el futuro cercano será la economía del conocimiento la que defina el nuevo entorno empresarial y las nuevas relaciones en los negocios.

Igualmente deben considerarse las amenazas que para la libertad, la democracia, y los valores fundamentales de la cultura occidental, representa la llamada agenda globalista y el progresismo como nueva careta del social comunismo y de otras tendencias totalitarias en el empeño de imponer un nuevo orden mundial (NOM), con objetivos de implantar una sociedad global igualitaria y multicultural y promover la ideología de género, la destrucción de la familia, las fronteras abiertas y la destrucción de la soberanía nacional y de la identidad nacional. Todo lo cual contrasta con las ideas del patriotismo y amenaza el tradicional Estado Nación.

Ese reto de profundos cambios que el país requiere supone la promoción de un paradigma con visión integral y holística para responder eficientemente frente a los factores internos y externos, que deben superarse para lograr el desarrollo humano sustentable al que todos tenemos derechos y estamos obligados a promover, preservando la libertad y la dignidad de la persona humana como valores irrenunciables. Ese paradigma lo integra la Economía Social y Ecológica de Mercado (ESEM) que como sistema económico y social generó el llamado Milagro económico alemán de la postguerra y mantiene a Alemania como la más poderosa economía de la Unión Europea. Cabe destacar que Alemania se destaca como la cuarta economía a nivel mundial, luego de Estados Unidos, China y Japón y junto con varios países nórdicos resaltan en el grupo de los diez países de mayor desarrollo humano y mayores indicadores de capital social.

En el sistema ESEM el desarrollo no se entiende solamente como un problema económico que puede concebirse en términos exclusivamente modelísticos, sino que tiene que promoverse con toda su compleja integralidad social y humana, lo cual exige propuestas sistémicas que reconozcan la interrelación entre los sistemas políticos y económicos y la necesidad del consenso social, combinando en el mercado los principios de libertad, equidad social, respeto a la dignidad de la persona humana y preservando el interés medioambiental. Por ello se postulan como principios constituyentes básicos de este sistema para garantizar la competencia perfecta la política de precios libres, la estabilidad monetaria garantizada por la autonomía del Banco Central, el libre acceso a los mercados, la garantía de la propiedad privada y su libre disposición, la libertad contractual e individual, la plena responsabilidad de los agentes económicos en el mercado y la constancia o continuidad y transparencia en las políticas económicas. En base a esos principios se define el campo de acción del Estado para asegurar tanta competencia como sea posible y tanta planificación como sea necesaria, todo ello fundamentado en los principios de solidaridad y subsidiaridad y en el reconocimiento de la humanización del trabajo y las transferencias sociales focalizadas, sin generar dependencia ni promover clientelismo político sino para contribuir a incorporar a la economía de mercado a los ciudadanos más vulnerables –ayuda para la autoayuda-.

En el caso venezolano, dada la profundidad de los cambios que se requieren para reconstruir el país y las enormes resistencias internas y externas a vencer, la incorporación del paradigma de Economía Social y Ecológica de Mercado debe estar sustentado en un sólido desarrollo del capital social como factor de confianza y en un sistema de normas y valores cívicos que aseguren la libertad y el correcto funcionamiento de la democracia y la transparencia de la gestión gubernamental a todos los niveles. Ello supone la práctica de la solidaridad, de la asociatividad, del emprendimiento y la promoción de redes comunicacionales entre las personas integrantes del conglomerado social actuando éticamente. Supone igualmente la formación de ciudadanos con sólidos principios morales y capaces de saber elegir en los procesos democráticos y de reclamar cuando no cumplan los elegidos. Supone finalmente fortalecer las instituciones de la sociedad civil como actores fundamentales en el programa de cambios propuestos que debe orientarse hacia el desarrollo humano sustentable.

El paradigma de la ESEM luce sobre todo como el sistema idóneo para superar la cultura del rentismo y del clientelismo político y para tratar de erradicar el maligno vicio de la corrupción. Pero además este sistema puede ser la vacuna apropiada para exterminar en nuestra sociedad y en nuestra cultura el mesianismo y el caudillismo y clientelismo político que han sido rémoras para el desarrollo democrático del país y han impedido la conformación de una verdadera democracia de ciudadanos.

Un cambio radical en nuestro sistema educativo se hace imprescindible para lograr las metas de cambio señaladas, por ello a este objetivo debe dársele la máxima prioridad en la reconstrucción del país. Se impone entonces impulsar una educación que en todos los niveles del sistema incluya la formación en valores y el desarrollo de la cultura cívica para formar ciudadanos conscientes del compromiso democrático y la responsabilidad social que implica su desempeño como protagonistas de las transformaciones implícitas en el paradigma propuesto. Las instituciones de educación superior, en especial las universidades, además de tener que adaptar sus procesos y modelo educativo a las condiciones impuestas en la era digital, en la que ya no tendrán un papel protagónico en la transferencia de información, deben comprometerse activamente en la promoción de los valores y principios ciudadanos que aseguren la libertad, la democracia y la paz social.

Para asegurar la gobernabilidad del proceso de cambios referido se hace necesaria la conformación de un Gran Acuerdo Nacional que debe ser promovido por genuinos líderes, con visión de largo plazo y que entiendan su desempeño como un apostolado al servicio de la sociedad y del bien común y no como la oportunidad para el logro de oscuros beneficios personales. En ese Acuerdo deben participar igualmente empresarios y dirigentes laborales y de la sociedad civil y las Iglesias convencidos de la necesidad de su aporte patriótico para lograr los objetivos propuestos.

28 de mayo de 2023

RevistaEnElTapete

https://revista.eneltapete.com/eneltapete/notas/19034/economia-social-co...

 5 min


Fernando Mires

A primera vista es, o por lo menos era, un club exclusivo, hecho para millonarios, o como dicen los ultraizquierdistas de distintas latitudes, la vanguardia del capitalismo mundial. Sin embargo, el denominado G7, a pesar de haber sido visto hasta ahora como una asociación informal de países occidentales altamente desarrollados, ha llegado a ser, sobre todo hoy, en tiempos de guerra, un organismo internacional de coordinación política más que económica.

ACUERDOS Y CONSENSOS

Habiendo desaparecido las naciones comunistas (solo quedan deshechos como Cuba o Corea del Norte) el G7 ha pasado a ser una institución que convoca a los países líderes del espacio político occidental (en cierto sentido: político-cultural) tan distinto al occidente geográfico. Así podemos ver que bajo las condiciones determinadas por la invasión desatada desde Rusia, el G7 ha llegado a ser el núcleo central de la alianza occidental que apoya política y militarmente a Ucrania. Más todavía si se tiene en cuenta que los objetivos de esa guerra, anunciados por el propio Vladimir Putin, van mucho más allá de Ucrania, apuntando hacia la conformación de un bloque mundial cuyo eje dominante deberá ser China, en estrecha alianza con la dictadura rusa y la tiranía clerical de Irán.

Estados Unidos y Canadá, Inglaterra, Francia, Italia, Alemania y Japón, sin ostentar el título, son por el momento naciones líderes del occidente político. Sin la participación conjunta y activa de ese grupo de autoelegidos, Occidente carecería de representación política estatal para enfrentar problemas mundiales en contra de declarados enemigos anti-democráticos como también frente a dilemas de dimensión global (como el cambio climático y las pandemias, por ejemplo)

De tal manera, si tuviéramos que hacer un catálogo de los temas discutidos por los gobernantes presentes en Hiroshima (19.05.2023) habría que dividirlos en dos grupos. A los primeros podemos llamarlos temas globales. A los segundos -los más candentes, los derivados de la guerra de Rusia a Ucrania y los latentes conflictos geo políticos, económicos y militares entre China y los EE. UU- podríamos denominarlos, temas geo-estratégicos.

Acerca de los primeros, los gobiernos del G7 estuvieron de acuerdo en continuar trabajando hacia un objetivo que, por ahora, parece imposible: la desnuclearización militar del globo. No se trata por cierto de un proyecto de paz mundial -eso sería aún más utópico– sino simplemente de un intento para impedir que gobiernos anti- democráticos como son los de Rusia, Corea, Irán, entre otros, pretendan poner de rodillas al resto del mundo mediante el chantaje nuclear, como lo ha venido intentando Putin durante la invasión a Ucrania. Evidentemente, en ese punto los gobiernos del G7 esperan contar con la colaboración de China, cuyo gobierno, a diferencias del de Rusia, no tiene ninguna vocación suicida, entre otras razones porque el crecimiento económico de China depende de las economías occidentales. En ese mismo orden, los siete gobiernos reunidos en Hiroshima, habiendo extraído las enseñanzas de la reciente pandemia, también se comprometieron a trabajar en conjunto en la formación de un sistema mundial de la salud. Los epidemias y pandemias, fue la fatal lección que dejó el COVID 19, no reconocen barreras políticas, ni culturales, ni mucho menos, geográficas.

Al ítem de los temas globales pertenece también la revolución energética de nuestro tiempo.

Los siete firmantes estuvieron de acuerdo en mantener una política tendiente a la reducción de la energía fósil y su reemplazo por energías verdes, eólicas y solares, entre otras. Un proceso que avanza aceleradamente en América del Norte, en el sudeste asiático y, esto es muy importante, también en China, cuyo gobierno ha avistado la posibilidad de ejercer liderazgo en la producción de tecnologías en el rubro de las energías renovables. Sin embargo, en ese punto, es posible que China se vea obligada a navegar entre dos mares.

Por una parte China dispone de mecanismos para liderar junto con Europa y los EE. UU las transformaciones energéticas que tienen lugar a nivel mundial. Pero, por otra, su gobierno mantiene a nivel geopolítico una estrecha relación con las mal llamadas potencias emergentes, las que en su mayoría viven de la venta de materias primas tradicionales, como gas y petróleo (sobre todo Rusia, Irán, Arabia Saudita y las naciones de Asia Central)

De una manera u otra, la reunión del G7 demostró claramente que, mientras la agresión de Rusia a Ucrania es el problema más inmediato y por eso mismo el más grave, el problema central se llama China. O para formularlo en un dilema: ¿cómo mantener una relación pacífica con un gigante territorial que a la vez es y seguirá siendo un socio comercial, un competidor tecnológico y financiero y un rival (a veces, un enemigo) sistémico, vale decir, político y militar? Un tema, sabemos, en el que no hay acuerdo total entre los Estados Unidos y los demás miembros del G7.

Francia y Alemania, tal vez Italia, no parecen demasiado dispuestos a bajar su nivel de cooperación económica con China si el conflicto entre China y EE. UU llega a incentivarse. La frase brutal de Macron en Pekín, “No hay que dejarse arrastrar por los Estados Unidos” fue compartida por personeros del gobierno y de la oposición alemana, aunque si bien, como es su costumbre, Scholz se limitó a no decir nada. Tal vez con el objetivo de no hacer públicas sus discrepancias los gobiernos asistentes optaron por un “acuerdo de caballeros”: reducir las dependencia con China en áreas llamadas estratégicas (no se mencionó ninguna) a fin de evitar una crisis como la que estuvo a punto de producir en Europa el corte de gas ruso, pero a la vez solicitar al gobierno de Xi Jinping que modere sus pretensiones geopolíticas en el mar de China y que intente bajar las tensiones sobre la soberanía de Taiwan, lo que evidentemente China no hará.

No es demasiado probable, como advierten algunos observadores, que China invada a Taiwan arriesgando una guerra de desarrollo impredecible. Pero por otro lado tampoco le convendría bajar las tensiones, pues ha descubierto que el problema Taiwan puede ser reactivado cada vez que China necesite mostrar sus dientes a EE. UU, más todavía si existe la posibilidad de un retorno de Donald Trump, cuya chinofobia va más allá de la simple rivalidad económica. En todo caso, las tensiones derivadas de Taiwan no las bajará China mientras no termine la guerra en Ucrania (y eso ni Dios sabe cuándo puede ocurrir).

El pedido del G7 a China para que interceda frente a Putin en la guerra a Ucrania, fue solo un acto pro-forma. Todos los habitantes del mundo –quizás con la excepción de Lula- saben que Rusia es un aliado, si no estratégico, por lo menos táctico: una especie de brazo armado del proyecto chino orientado a alcanzar la hegemonía económica mundial. Reiteramos económica, porque acceder a la hegemonía política será muy difícil, pues para ejercerla se requiere de cierta hegemonía político-cultural, y esa hegemonía –por su imposibilidad- es lo que menos parece interesar a los comunistas-capitalistas de China.

OCCIDENTE COMO AMENAZA POLÍTICA Y CULTURAL

Probablemente los dirigentes chinos no han estudiado a Max Weber, a Antonio Gramsci, mucho menos a Hannah Arendt (como tampoco los miembros del G7 han estudiado con intensidad a Confucio y Lao Tsé) y al parecer no han reparado en la estrecha relación que en la zona política occidental se da entre pensamiento, debate y política. En el discurso político chino por ejemplo, no existe la noción de hegemonía política, la que en Occidente es imprescindible. Da la impresión incluso de que dentro del discurso político de China la palabra hegemonía es un sinónimo de dominación o, en el mejor de los casos, de supremacía. En esos dos ámbitos, dominación y supremacía, China podría lograr, por lo menos periódicamente, objetivos económicos y geoestratégicos. Puede ser entonces que los observadores chinos se hubieran sentido desconcertados cuando en la declaración de Hiroshima aparecieron dos puntos muy inusuales en los encuentros inter-estatales. Uno es el que se refiere a la necesidad de mantener control sobre la expansión de la llamada inteligencia artificial. El otro se refiere al apoyo conjunto de los gobiernos del G7 a las libertades sexuales y de género logradas en los países occidentales por movimientos como los articulados bajo la sigla LGTB.

Con respecto al tema de la inteligencia artificial, los gobiernos occidentales han tomado noticias de los alertas que diversos estudios han emitido sobre el problema que surge al sustituir al pensamiento humano –por ser humano, equívoco y contradictorio- por otro tipo de pensamiento superior en precisión, claridad y objetividad, cuya aplicación puede ser muy útil en diversos aspectos de la vida cotidiana, sobre todos en los referentes a tecnología, la ciencia y la producción de bienes y servicios. Pero aplicado más allá de la esfera de la racionalidad instrumental, puede derivar en el deterioro de esa otra esfera del pensamiento constituida por la afectividad, la emocionalidad, y no por último, por la espiritualidad, vale decir, sobre esa capacidad del humano de “pensar más allá del pensamiento” de acuerdo a un pasado revivido, orientado hacia el futuro (Arendt), capacidad que lo lleva a emitir y rectificar juicios en el debate colectivo, fase previa a la decisión que lleva a la acción política.

La extensión de la inteligencia artificial a los espacios de lo privado y de lo público, llevaría al deterioro de lo privado y de lo público a la vez, es decir, a asumir como normal un estilo de pensamiento propio a los regímenes totalitarios. De más está decir que un proyecto de extensión acrítica de la inteligencia artificial contaría con el apoyo entusiasta de gobernantes como Xim Jong Un, Xi Jinping, Vladimir Putin.

No es casualidad que Putin haya declarado que los países que mejor dominen los mecanismos que demanda el desarrollo de la inteligencia artificial, controlarán al mundo. En otras palabras, lo que ha captado el asesino presidente, es la posibilidad de imponer un tipo de pensamiento puramente instrumental, ese que a él mismo impide sentir el más mínimo dolor frente al asesinato en masa de niños, mujeres y ancianos que cada día manda a ejecutar en Ucrania. Para decirlo con cierta sorna: la inteligencia de dictadores como Putin es, de por sí, artificial.

El segundo nuevo punto introducido en la declaración de Hiroshima, el de apoyo a las demandas que claman por la aceptación de las diferencias sexuales, debe haber sorprendido a los jerarcas de los países regidos por dictaduras, sea en China, en Rusia y en la mayoría de los países islámicos. Para sus gobernantes quedaría confirmada la tesis de que Occidente es un espacio decadente y, por cierto, marcado por la degeneración sexual. Por lo demás, la persecución sistemática a que son sometidos los homosexuales en Rusia o en Irán (no en China) cuenta con el apoyo más decidido de las extremas derechas occidentales. De ahí que tanto a esas derechas, como a las sectas putinistas e islamistas, la declaración del G7 -que no solo lleva a la aceptación de las diferencias sexuales sino (¡horror!) a su apoyo- debe haber aparecido como una afrenta a la moralidad y a la tradición que ellos imaginan representar en sus respectivos países. Visto desde ese prisma, la des-occidentalización que debe comenzar en sus naciones, es una obligación moral, e incluso, para los ayatolas y los monjes ortodoxos de Rusia, una misión sagrada.

Así como en las castas dominantes de los países anti-occidentales, existen en los países occidentales grupos no siempre minoritarios que jamás aceptaran la idea de que entre el sexo, como actividad reproductora y el género como identidad social y cultural, debe haber una diferencia. Por eso mismo nunca aceptarán que las constituciones reconozcan la diversidad de la vida en el marco de una igualdad que solo puede ser ante la ley.

Las demandas por más libertades sean de sexo o de género (es decir, las demandas por la libertad de ser) son sentidas por los gobiernos autocráticos como una ofensa a la integridad del poder. Y en cierto modo lo son. Las libertades del ser siempre serán ofensivas -y contaminantes- para las autocracias y otras formas autoritarias de gobierno. Más todavía si esas formas sustraen los cuerpos a quienes se han adjudicado el derecho a controlarlos mediante los “dispositivos del poder” (Foucault) sean estos privados o públicos.

La democracia, se comprueba una vez más, no solo es una forma de gobierno, o no solo es un sistema político, sino sobre todo, un lugar de reproducción de la lucha por la libertad del ser, sea como ciudadano, sea como entidad corporal. Eso significa que alguna vez deberemos reconocer el legado político de esa línea intelectual iniciada por Freud quien estudiando la polimorfía sexual de sus pacientes logró separar a la reproducción de la sexualidad (separación entre sexualidad y género, según la terminología actual). Línea después continuada por Lacan, al entender que no es el objeto el que construye al deseo sino el deseo al objeto y, no por último, por Foucault, quien de modo directamente político planteó –ante el espanto de la patanería pseudointelectual- que no existe la represión corporal pues la represión será siempre corporal, sea ejercida en un cuerpo social, en un cuerpo laboral o en un cuerpo biológico y sexual (bío-poder). En otras palabras –y ese es el hueso de la proposición de Foucault- es imposible una liberación social sin una liberación corporal.

El ser no es solo una noción filosófica. El ser del humano es un cuerpo-ser y un ser-cuerpo. Eso quiere decir que las libertades originarias del liberalismo filosófico han bajado del cielo de las ideas para materializarse en el lugar donde pertenecen: el cuerpo humano. Ahora bien, ese encuentro entre la libertad como idea y la libertad como cuerpo que estamos presenciando en el asomo desordenado, anárquico, a veces exhibicionista y hasta antipolítico de los movimientos orientados a las demandas por la diversidad de género, porta consigo el sello de la revolución democrática occidental. En efecto, las demandas de género se encuentran en continuidad con las demandas liberales del siglo XlX, con las demandas sociales del siglo XX, con las demandas feministas de los siglos XX y XXl. Frente a todas esas demandas han surgido contra-movimientos e incluso contrarrevoluciones, muchas veces triunfantes. Con mayor razón aparecen con furia en países como China, Rusia e Irán, donde nunca ha habido ni siquiera un asomo de revolución democrática.

No son pocas las críticas a la exclusividad del G7, o al hecho de que sus participantes no hayan invitado a Rusia o China a formar parte de la institución. El problema es que si China o Rusia hubieran formado parte del grupo, una declaración a favor de la libertad y de las diferencias como fue la firmada por los gobiernos presentes en Hiroshima, no habría sido posible.

Hay momentos en que Occidente necesita estar a solas consigo. Hay momentos también en los que la democracia debe ser desafiada para entender todo lo que perderíamos si es que alguna vez ella se nos va. Todos sabemos, por ejemplo, lo que significaría para la ciudadanía ucraniana una rusificación forzada o para la población de Taiwan, una des-occidentalización no menos forzada. Las libertades nacieron no solo para gozarlas, también para defenderlas.

27 de mayo 2023

Polis

https://polisfmires.blogspot.com/2023/05/fernando-mires-los-acuerdos-de-...

 12 min


Humberto García Larralde

El elemento determinante de la estrategia económica de Maduro es que no hay estrategia. Discurre a tientas, dando tumbos en lo económico, con la esperanza de que la providencia venga al rescate. Encima se encuentra entrampado, como explicaremos más abajo. No olvidemos que el socialismo que Chávez le legó a Maduro se basa en el reparto, no en la actividad productiva como expuso Carlos Marx. Nada de “liberar las fuerzas productivas”; más bien, su parasitación. Si se definiese a los detentores de este curioso “socialismo” en función de cómo se relacionan con el proceso productivo –la metodología con que Marx elaboró su teoría--, serían terratenientes. Viven (¡y cómo!) de la renta de la tierra, en este caso, de la que se capta por la venta de crudo en los mercados internacionales, así como de exacciones que, al posesionarse a la fuerza y en exclusividad del territorio (Venezuela), les imponen a sus moradores. Invocando un cambio de cara al futuro –el socialismo, en el imaginario marxiano—estos “revolucionarios” han ido consolidando un arreglo más afín al feudalismo. Para completar, la soberanía, que “reside intransferiblemente en el pueblo”, fue usurpada por el eterno con el cuento de que “Chávez es el pueblo”. Como cuando la monarquía. Pero estos émulos trasnochados de pasados señoríos se caen a embuste autocalificándose de “revolucionarios”, denunciando al imperialismo y a la oligarquía, para encubrir su depredación. Y, desde las antípodas del socialismo pregonado por Marx, asumen sus categorías discursivas y los clichés de la mitología comunista, para aparecer del lado “correcto” de la Historia.

Chávez llevó hasta el extremo la cultura rentista del país. Cosechó la convicción, asumida por muchos, de que la percepción de rentas petroleras nos hacía ricos, por lo que nuestros problemas se debían a desaciertos, ineptitudes o corruptelas de quien estuviese en el poder. Pero, a diferencia de AD y Copei, que procuraban erigir una institucionalidad en la cual la renta contribuyese a financiar una batería de incentivos a la actividad productiva para así “sembrar el petróleo”, él y su designado a dedo se avocaron a destruirla –incluida la propia PdVSA, que “ahora era de todos”--, alegando que la “oligarquía” esquilmaba al pueblo. Beneficios (y pérdidas) de actividades mercantiles amparadas por el marco legal de la democracia representativa, si bien sujetas a ciertas intervenciones del Estado, fueron superados por las posibilidades irrestrictas de lucro profesando lealtad incondicional al líder y a la “revolución”, y tocando las teclas adecuadas. Estas nuevas “reglas de juego”, cuyos premios y castigos se basan en criterios políticos que moldean la conducta de los venezolanos, fueron plasmando una institucionalidad “de facto” que terminó por socavar la institucionalidad “de jure” explicitada en la Constitución de 1999.

El desmantelamiento progresivo del Estado de derecho por parte de Chávez fue expresión de una nueva correlación de fuerzas políticas, urdida con prédicas populistas orientadas a cosechar las expectativas frustradas y las esperanzas incumplidas en 40 años de democracia. Lo que prometía ahora era adscribirse a un movimiento que profesaba su lealtad a Chávez. Sus jefes podían, a discreción, abrir puertas y garantizar la impunidad para contrataciones ilegales, sobreprecios, comisiones, extorsiones, apropiaciones indebidas y otras prácticas formalmente vedadas por el ordenamiento jurídico. Fueron sembrándose redes de complicidad a lo largo y ancho del aparato de toma de decisiones, que fraguaron en verdaderas mafias, dedicadas a expoliar la riqueza social en nombre de la “revolución”.

En contraposición a los deberes y el disfrute de derechos atinentes a la observancia de la ley y a la valoración social de facultades o competencias a través del mercado, en el ámbito del trabajo y/o por la comunidad, emergió una idea alterna del “deber ser” social basado en el imaginario que fue construyendo de sí mismo la “revolución bolivariana”. El criterio de verdad y de lo que se considera correcto y justo pasó a depender de su funcionalidad para con los intereses del poder. “Dentro de la Revolución, todo; fuera de la Revolución, nada” como sentenciara el nuevo padrino de Chávez, Fidel Castro. De manera que el poder político se fue transfigurando en una alianza entre mafias, aunado por las oportunidades de lucro que deparaba el abatimiento del andamiaje de contrapoderes, normas y obligaciones del ordenamiento constitucional. Sin estas restricciones, el Estado deviene en instrumento para ejecutar las preferencias de quienes controlan el poder. Ello cual hace imperativo su conservación, como sea, so pena de perder tales prebendas y enfrentar las penas legales correspondientes.

A diferencia de las dictaduras clásicas, las mafias que se han apoderado de Venezuela disponen de una moralidad que ampara y legitima sus desmanes, construida con base en una falsa realidad que se nutre de las “verdades” de la mitología comunista y de la tergiversación patriotera con que Chávez construyó su ascenso al poder. No existe resguardo moral, ético o legal que restrinja sus apetencias. Su mundo ficticio es refractario a críticas externas, pues los criterios de verdad y de justicia liberal le son ajenos. Se sienten así blindadas moralmente y no tienen por qué considerar argumentos que cuestionen su proceder. Como dolorosamente hemos comprobado, esta ausencia de frenos se ha materializado en la violación extendida de derechos humanos en el país, con un balance de centenares de acribillados en manifestaciones de calle, de presos políticos, muchos de ellos torturados, y de millones de migrantes huyendo de las penurias que han resultado del régimen de expoliación que se fue instalando.

Y he aquí la trampa a que hacíamos referencia. La depredación de las alianzas mafiosas con base en las cuales se sostiene el poder que encabeza Maduro ha agravado hasta tal punto las condiciones de vida de los venezolanos que la conflictividad social amenaza con desbordarse, poniendo en peligro la sustentabilidad del régimen. Asimismo, la economía, disminuida hasta cerca de la cuarta parte de hace una década, no alcanza como botín para satisfacer las apetencias de quienes viven del poder. Si bien la liberalización de precios y de la transacción en divisas ha detenido su caída, los intereses creados y la dinámica consustancial a las instituciones de facto –“reglas de juego”-- que han venido imponiéndose impiden reformas adicionales necesarias para que rindiesen sus frutos plenamente. Ello implicaría restituir derechos y garantías, acabar con las corruptelas y eliminar las prácticas depredadoras, para así poder generar la confianza que fundamentaría la reactivación de la economía.

En un intento por contener la protesta social, Maduro anuncia aumentos salariales, ahora bonos sin incidencia en las prestaciones, para los cuales no cuenta con ingresos para pagarlos. La ruina económica y la destrucción de PdVSA lo han dejado con una base impositiva mínima y el impago de la enorme deuda, contraída alegremente hasta hace poco, junto a las sanciones que le han impuesto a su gobierno, le impiden acceso al financiamiento externo. Recurre, entonces, a la emisión monetaria –el dinero “inorgánico”—para financiar esos aumentos / bonos, lo cual, como ya ha aprendido bien el venezolano, es gasolina para la inflación. Intentar contenerla reduciendo aún más el gasto público, secando el crédito bancario y gastando divisas escasas para estabilizar su precio, lo que hace es agravar la situación de la economía: mayor deterioro de los servicios públicos, sueldos miserables y un ambiente hostil a las empresas por la ausencia de financiamiento, la inseguridad y la sobrevaluación del bolívar.

Maduro aspira a contar con mayores ingresos para superar este atolladero consiguiendo que le levanten las sanciones a la comercialización del petróleo venezolano y que restringen su acceso a dinero fresco afuera. Para ello tiene que acceder a la convocatoria de elecciones confiables, requisito exigido por los gobiernos de EE.UU. y de la U.E. Pero sabe que no puede cumplir, pues, salvo que la oposición se haga un harakiri acudiendo dividida, perdería inexorablemente. El régimen de expoliación, con sus instituciones de facto que amparan la depredación, sería desmantelado para poder restaurar el ordenamiento constitucional y el imperio de la ley. Inadmisible para las alianzas mafiosas que sostienen a Maduro. En la medida en que se le achican sus opciones, arremete contra los eslabones más vulnerables en la cadena de complicidades –aquellos asociados a Tarek El Aissami--, con la ilusión de recuperar espacio de maniobra. ¿Cuántos eslabones más tendrá que desmontar, sin que ello termine desestabilizando su mando? Porque las reformas para restablecer las garantías y poder contar con las inversiones y el financiamiento internacional requerido, no parecen entrar en su agenda.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

 6 min


Eddie A. Ramírez S.

En la guerra, un pelotón puede tomar una determinada posición estratégica. Sin embargo, para mantenerla es imprescindible que otras unidades le suministren apoyo logístico. Esto también es valedero en la política. Un candidato difícilmente puede ganar contando solo con la intención del voto reflejada en encuestas. Mucho menos podrá gobernar sin acuerdos políticos, sobre todo cuando se enfrenta a un régimen inescrupuloso como el que tenemos. Analistas y opinadores más calificados lo han dicho, entre ellos el distinguido Ramón Guillermo Aveledo, pero hay que insistir

Por razones que la razón no entiende, algunos de nuestros candidatos a las primarias pareciera que no lo practican. Proliferan las descalificaciones abiertas y las zancadillas a hurtadillas a los competidores. Por esa vía quizá puedan ganar en las primarias, pero les será cuesta arriba vencer en la presidencial, así como mantenerse en el poder durante el período constitucional.

El régimen hace trampas inhabilitando candidatos y cuando no tenemos testigos en las Mesas electorales; si se siente derrotado, apela al Tribunal Supremo de Justicia, al Consejo Nacional Electoral (CNE) y a la intervención de algunos militares de Plan República. También, desestimulando el voto. Los demócratas solo tenemos en nuestras manos evitar la trampa en las Mesas, para lo cual requerimos testigos bien formados y con carácter para enfrentar los abusos, así como convencer a los electores que sí se puede ganar a pesar de los obstáculos.

Desde luego esto no es fácil. Como lo evidencia el trabajo realizado por el Observatorio Electoral Venezolano, entre el 2006 y 2010 el CNE creo 886 nuevos Centros Electorales en parroquias tradicionalmente rojas, versus 418 en las de tendencia opositora. Esta situación se agravó entre el 2010 y el 2015, cuando creó 1470 Centros en zonas rojas y solo 311 en las de influencia opositora. El 83 por ciento de los nuevos Centros son de una sola Mesa electoral. Evidentemente, ello le facilita al oficialismo amedrentar tanto a testigos, como a electores, y a los partidos demócratas se les dificulta tener representantes.

Los totalitarios hacen su trabajo perversamente bien. Los demócratas tenemos que reconocer nuestras fallas y enmendarlas. Un error ha sido crear la expectativa de que siempre hemos sido mayoría y que el régimen manipuló las máquinas. Es lógico que quienes participamos y los que presenciaron las marchas de hasta casi un millón de personas entre el 2002 y el 2004 estuviésemos convencidos de eso. No tomamos en cuenta que la demora del CNE en convocar el referendo revocatorio y las Misiones creadas por Chávez jugaron a su favor. Allí nació el mito de que las máquinas estaban manipuladas. Realmente, nunca ha habido diferencias entre las papeletas emitidas y el resultado arrojado por las máquinas. Hay que reconocer que no hemos tenido testigos en un elevado porcentaje de las Mesas, se dice que en un 30 por ciento, sin desconocer que Chávez tuvo un carisma que atrajo votos de la población menos favorecida. Este no es el caso de Maduro, quien tiene un rechazo general.

Si algunos candidatos se siguen descalificando entre ellos, será difícil que quien gane las primarias tenga el apoyo del resto para la presidencial, sobre todo para que contribuyan aportando testigos de Mesas. Además, para poder gobernar tendrá que contar con el soporte de los otros y llegar a acuerdos con el PSUV y con la Fuerza Armada. Es imprescindible que algunos dejen la arrogancia. Tienen que estar conscientes de que un nuevo gobierno enfrentará la protesta de los desplazados y las demandas de casi el resto de la población.

Será necesario mucha ayuda humanitaria, crear empleos y reactivar la industria petrolera que es prácticamente la única que genera divisas. La recuperación de Pdvsa pasa por contar con el personal existente, cambiando solo la directiva y algunos gerentes generales. Posteriormente, el sector político decidirá si se debe o no mantenerla como empresa del Estado. Desde luego, hay que deslastrarla de filiales y empresas no relacionadas con el negocio de los hidrocarburos y enjuiciar a los corruptos. El sector agroindustrial es relativamente fácil de reactivar y es una importante fuente de empleo en el medio rural. La mayor dificultad estará en las ciudades, en donde las protestas son muy peligrosas.

Ese nuevo gobierno tendrá que tomar medidas difíciles de digerir y la situación económica tardará en mejorar. Esas medidas tienen que ser aplicadas gradualmente. En la industria petrolera hubo varios ejemplos de gradualidad: cuando se nacionalizó, Pdvsa pasó de 14 empresas filiales a solo tres sin afectar las actividades, cuando Pdvsa asumió el Instituto Venezolano de Petroquímica tuvo que salir de parte del personal, lo cual se realizó sin traumas y cuando el ingeniero Julio César Carrozo, gerente de Palmichal, emprendió la recuperación de la cuenca del rio Morón, manejó adecuadamente la situación de los campesinos ubicados en esa zona.

¿Podrán los candidatos a las primarias bajar el tono de las desavenencias y, además, aceptar que para ganar la presidencia y mantenerse durante el período constitucional deben comprometerse con un Plan País y no inventar cada quien su plan? Ojalá no se aplique aquello de que no hay peor sordo que quien no quiere oír. Desde luego, aquí cumplimos las recomendaciones de la Academia de la Lengua Española, por lo que están incluidas las dos valientes candidatas, María Corina Machado y Delsa Solórzano.

Como (había) en botica:

Miguel Alfonzo, candidato del chavismo a rector de la UCV debería usar un lenguaje de altura y no inventar conspiraciones por la suspensión de las elecciones de la semana pasada.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Jesús Elorza G.

Durante todo el mes de mayo, las calles y avenidas de Maracay han sido el escenario principal de las marchas y concentraciones de los Trabajadores de la Salud que de manera sostenida han mantenido sus denuncias y reclamos por la violación de sus derechos laborales. Los traslados inconsultos de los médicos y enfermeras que laboraban en los ministerios de salud y defensa al organismo regional de Corposalud, configuran medidas de despido indirecto y de arbitraria reducción de los salarios que afectaron, de una u otra manera, a más de 2.500 trabajadores del sector.

En el caso concreto del programa “Misión Barrio Adentro”, los médicos, enfermeras, empleados y obreros de manera unificada, llevaron sus reclamos a la Inspectoría del Trabajo en donde introdujeron un pliego con una solicitud de amparo, para todos y cada uno de los trabajadores afectados por las medidas anti obreras de los patronos. Hasta el presente no se conoce aún la respuesta gubernamental frente a este reclamo y los trabajadores se mantienen atentos a los acontecimientos, fortaleciendo su unidad y acción de lucha en sus justos reclamos.

De manera casi simultánea, en el Hospital Militar de Maracay, sesenta médicos residentes fueron transferidos, de forma inconsulta, del Ministerio de la Defensa al ya nombrado organismo regional de Corposalud. Esta arbitraria e ilegal medida fue protestada por el personal afectado. Además, dieron a conocer que, a pesar de haber firmado un contrato en diciembre del año pasado, no les habían cancelado ni un solo mes de trabajo.

Ante la protesta sostenida por los médicos, el gobierno se vio en la obligación de dar marcha atrás en su política de transferencia inconsulta del personal de una dependencia a otra, prometiendo la cancelación de los meses trabajados. Pero, de la manera más draconiana, les anunció a los médicos que a partir del próximo año ¡¡¡las residencias serían autofinanciadas!!! Esta medida colocaría al personal médico en una situación de esclavitud a todas luces inaceptable.

El médico residente es un profesional en formación que ha completado sus estudios universitarios de medicina y que se encuentra en la fase práctica de su formación especializada.

Una vez que se ha completado la carrera universitaria de medicina, el siguiente paso es especializarse en una rama concreta, como pueden ser la pediatría, la dermatología o la cardiología, entre otras. Para ello, es necesario realizar un período de formación especializada, que se conoce como residencia.

Durante este periodo, los médicos residentes tienen la oportunidad de aplicar los conocimientos adquiridos en la universidad a situaciones reales en hospitales y centros de salud, y de aprender de forma práctica las habilidades necesarias para ejercer su especialidad. Todo ello bajo la supervisión de médicos especialistas que les guían y les enseñan las técnicas y procedimientos necesarios para el diagnóstico y tratamiento de pacientes. La duración del programa de formación depende de la especialidad, que oscila entre dos y cinco años. Durante ese periodo de estudio o especialización, el médico recibe una remuneración o pago por su trabajo.

Ahora, el régimen pretende imponer a los médicos una situación de esclavitud al proponerles que ¡¡¡las próximas residencias serán autofinanciadas!!!, es decir, cada médico residente tendrá que trabajar gratis en el centro de salud asignado para sus estudios de especialización, en jornadas laborales de ocho o más horas diarias y guardias de 12 o 24 horas, cada dos semanas, sin devengar salario alguno.

Este régimen laboral propuesto por el régimen revolucionario del Siglo XXI deja ver a las claras su esencia dictatorial, en la cual el trabajador queda reducido a ser un simple esclavo, sin ningún derecho, lo que sin lugar a duda se traducirá a corto plazo, en que nuestros hospitales se queden sin médicos y los ciudadanos condenados a muerte.

 3 min