Pasar al contenido principal

Opinión

Centro de Estudios de Integración Nacional (CEINA)

Presentación

La Revista de Integración Nacional es un órgano de divulgación del Centro de Estudios de Integración Nacional (CEINA) de la Universidad Monteávila. Su objetivo principal es divulgar los principios, valores, proyectos y acciones relacionados con el concepto de Integración Nacional, en su sentido más amplio y siempre dentro del espíritu académico de la Universidad Monteávila.

Con este fin, el CEINA se propone estudiar, investigar y analizar diversos aspectos políticos, económicos, sociales o de cualquier otra naturaleza, siempre relacionados con la Integración Nacional, entendida ésta como la conversión de la pluralidad política, económica y social de Venezuela en una unidad relativa, que sume la conducta y actuación de personas y grupos sociales, sus valores éticos y los sistemas de poder, para alcanzar los fines de libertad, paz, justicia, crecimiento económico, equidad social y progreso.

Su segundo objetivo es que se constituya en un medio de debate y deliberación sobre la Integración Nacional, mediante la publicación de artículos relacionados con el tema que, si bien son de la estricta responsabilidad de los autores, siempre deben basarse sobre principios de intercambio y respeto de las ideas.

En Revistas anteriores han participado varios autores en distintos temas, pero en este número hemos incluido un artículo muy especial en el cual se dibuja nuestra Pasión por Venezuela, desarrollado especialmente para la Revista por Inés Muñoz Aguirre, periodista, escritora y editora de Pasión País. Como un complemento a esta contribución presentamos Venezuela: Elementos para una Visión de Integración Nacional, elaborado por los Directivos de nuestro Centro de Estudios, Juan Garrido Rovira, José Gregorio Medina y Maxim Ross.

Ambos documentos, que se explican por sí solos, pretenden hacer llegar un mensaje de gran altura, con los grandes valores de nuestra Venezuela y unas ideas de concordia sobre las cuales sugerimos pensar y trabajar.

 1 min


Guillermo Mendoza Dávila

Entendemos claramente que hacer oposición es una tarea muy difícil en un país donde el Poder Ejecutivo controla todos los otros poderes públicos, sin separación alguna entre ellos y mucho menos autonomía. No obstante, las licencias que se toman los voceros del bando opositor explica por qué dicha oposición tenga tan poco respaldo popular. Actualmente, con medición tan reciente como septiembre del 2022, cerca del 60% de la población se identifica políticamente como Ni-Ni. Esto debería darles mucho en que pensar, a ambos bandos.

Si se trata de oponerse a una cierta corriente ideológica, lo propio sería mezclar los hechos y evidencias con argumentos sólidos que permitan al ciudadano común percibir una forma diferente de pensar, una propuesta alterna, otra visión del país que queremos. Nada de eso por ahora, en todos los 24 años del proceso, más allá quizás del titánico esfuerzo de Henrique Capriles en su fallida campaña electoral, donde hubo planteamientos muy concretos y otra perspectiva de cómo hacer las cosas.

No obstante, vemos con absoluta perplejidad y otros tantos adjetivos subidos de tono como en diciembre de este difícil año pueda decirse que esta es “una economía de bodegones.” Mayor insulto. Pareciera como si el gigantesco esfuerzo y el denodado empeño del sector empresarial por mantenerse y sobreponerse a todos los archiconocidos elementos que enfrenta no importase. Pues sépanlo bien, eso no es así.

Por siempre he pensado que si aquellos que declaran las guerras tuvieran que pelearlas al frente de sus tropas, y además acompañados de todos sus hijos, habría mucho menos guerras en los libros de historia de la humanidad. Por ejemplo, si los hijos del temido Putin hubieran tenido que marchar y morir de primeros, al lado de su papá en la innecesaria contienda, quizás el delirante monstruo soviético se lo hubiera pensado un poco mejor. Bien lo dice el taurino, es más fácil ver los toros desde la barrera.

De esa misma manera creo que algunos de los políticos de oficio deben darse una baño de realidad, salir de su trinchera intelectual y cotejar sus argumentos con quienes están día a día en la calle produciendo lo mucho o poco que se genera en el país. Sin dudas verían que hay mucho más que bodegones en este momento en el país. Indudablemente, el sector industrial está muy menguado y aun así reporta un ligero pero meritorio crecimiento del 12% este año. Consecomercio, a pesar de todo logra reportar números positivos para el año. El agro, igualmente golpeado y “haciendo de tripas corazón” ha tratado de reinventarse, y como ejemplo cito la cosecha de maíz que este año logra casi un 50% por encima del 2021. Todo esto sin financiamiento, con gravámenes imposibles, controles excesivos, falta de combustibles, sanciones y pare usted de contar.

Ahora bien, los gremios se reúnen a diario en todas las regiones buscando incansablemente conquistar los espacios que les permitan a sus representados seguir adelante, contra viento y marea. Hay ferias y eventos de todos los sectores, en todo el país, tratando de abrir alguna puerta de las muchas que se han cerrado. Aquellas empresas del sector petrolero que aun existen han aguantado estoicamente, las del sector construcción igual o peor, los comerciantes sobreviven haciendo maromas entre la inflación y la brecha cambiaria que los golpea a discreción y así podríamos seguir enumerando héroes empresariales que siguen marchando de forma admirable. Los profesionales independientes de igual manera; usted levanta el teléfono y consigue a su médico, su abogado, su contador y tantos otros que siguen fajados a diario.

Que nadie venga aquí a enarbolar banderas opositoras mentando a los empresarios o minimizando sus logros. El solo hecho de poder usar ese apelativo es meritorio de sendas medallas al empeño, la constancia y la resiliencia. Ciertamente, estamos pasando aceite con lata y todo, pero aún no hemos tumbado el rey. ¡Aquí hay mucho más que bodegones!

Y ya que estamos en esto hago una propuesta a la oposición. Escojan los candidatos a las primarias por su currículum, descarten de una vez todos los bates quebraos' y le presentan al país solamente aquellos pocos que estén calificados por su trayectoria y su hoja de vida para regir los destinos del país. No propongan una lista que tenga a Calderón Beri al lado de Bernabé Gutiérrez. Por favor.

guillermomendozad@gmdconsultor.com

 3 min


Jesús Elorza G.

Al igual que Qatar, Arabia Saudita también quiere la joya de la corona en el fútbol: la organización de la Copa del Mundo. Esta ambición podría hacerse realidad tan pronto como en 2030, ya que ese país planea presentar una oferta tripartita con Egipto y Grecia para organizar la Copa Mundial de la FIFA 2030.

Para apoyar esta oferta, uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos ha sido contratado como la “cara bonita” del régimen dictatorial saudita. Lionel Messi ha sido presentado como el nuevo embajador de turismo de Arabia Saudita. Lo que quieren es usar el deporte para lavar su represiva y sangrienta reputación, para reforzar la legitimidad política, no ser asociada con el brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi y dejar ser vista como un régimen violador generalizado de los derechos humanos, en particular la libertad de expresión y creencia.

Arabia Saudita ha sido sede de un gran número de importantes eventos deportivos internacionales en los últimos años. Desde eventos de automovilismo como el prestigioso Rally Dakar y la Fórmula Uno, combates de boxeo de alto perfil, en varios torneos de golf hasta la Supercopa de Italia y España en fútbol, solo por nombrar algunos.

Esto no es accidental, sino parte de su cuidadosamente planificada “Visión 2030” con la intención de presentar a Arabia Saudita como una nación moderna, con una próspera escena de entretenimiento deportivo y con suficiente dinero para la compra de votos necesarios para obtener la sede del mundial de fútbol y construir los estadios que sean necesarios para el evento. Y lo más importante la seguridad jurídica con las leyes islámicas del régimen para garantizar “La Paz Laboral” o mejor dicho “la Paz de los Sepulcros” que garantice la ausencia absoluta de protesta por parte de los trabajadores, ya que Arabia Saudita es una monarquía absoluta, es decir, que su rey tiene bajo control los tres poderes (legislativo, ejecutivo y judicial)

El deporte es un pilar clave en este marco estratégico, sobre todo por su alcance y popularidad. Al igual que los países vecinos: Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, la monarquía absoluta gobernante de Arabia Saudita se ha dado cuenta de que el deporte, con su capacidad para crear entusiasmo y pertenencia nacional, proporciona un vehículo fantástico para obtener buena voluntad política, nuevas relaciones diplomáticas e inversiones, y por lo tanto se ha convertido en un actor político importante para sus líderes.

Dado que el deporte y la celebración de eventos deportivos forman parte de un marco estratégico, Arabia Saudita está tratando de adquirir los derechos de acoger eventos que tendrán lugar en el futuro. Por lo tanto, han expresado su interés en organizar la Copa Asiática Femenina 2026 de la Confederación Asiática de Fútbol, y en octubre de 2022, Arabia Saudita ganó una oferta para organizar los Juegos Asiáticos de Invierno 2029 y también serán anfitriones de los Juegos Asiáticos de 2034 en Riad.

Si bien el fútbol tiene un alcance global que interesa a todas las edades, la escena de los mal llamados “deportes” electrónicos, su real denominación es JUEGOS, está dominada por jóvenes, que es un grupo atractivo para que Arabia Saudita ejerza su influencia. Su compromiso en el área de los “deportes” electrónicos se consolidó aún más cuando el príncipe heredero Mohammed bin Salman, en septiembre de 2022, dio a conocer una "Estrategia nacional de juegos y deportes electrónicos", un nuevo marco para las inversiones de Arabia Saudita.

Aunque Arabia Saudita comenzó un poco más tarde que Qatar y los Emiratos Árabes Unidos en algunas áreas deportivas, han tomado la delantera en el campo de dichos “deportes” electrónicos, compitiendo con el consorcio transnacional de China “Ali Baba”.

En 2022 Arabia Saudita estableció Savvy Gaming Group y compró ESL Gaming y FACEIT, dos de las marcas de “deportes” electrónicos más grandes, por un valor reportado por la prensa internacional, de 1.500 millones de dólares estadounidenses, así como organizando el evento más grande del mundo, el llamado Gamers8.

Para Arabia Saudita, el deporte no es solo una práctica de lavado de imagen que ayuda a pasar por alto un terrible historial de derechos humanos; se trata de mucho más: poder en las relaciones internacionales. Por ello, para decirlo de una manera futbolística, después de Qatar 2022 pretenden tomar el control del balón.

 3 min


Benjamín Tripier

Este es el momento del año en el que se terminan de afinar las expectativas para el año siguiente. Y el escenario inercial es el que termina imponiéndose como el que tiene mayor probabilidad de ocurrencia, al menos en el primer trimestre del año.

Lo cual significa que en lo político no se esperan cambios, que en lo social la pobreza seguirá muy alta, aunque muy sensible a bajar cada vez que haya un mínimo de reactivación económica, y que en lo económico continuará la pulseada entre el ala dura del chavismo de Chávez y del Plan de la Patria, contra el ala liberal -neo chavismo, le llamo- de Maduro y de Delcy que está más fuerte que nunca antes desde que comenzó esta nueva manera de hacer revolución, permitiendo que el dólar fluya primero y dejando al mercado hacer su trabajo después, lo cual produjo el milagro del reabastecimiento en 2018.

Y no hay que perder de vista el ámbito internacional que por razones del alta geopolítica y de la guerra en Ucrania y en Rusia nos está alejando de las amistades que el chavismo cultivó (Irán, China, Rusia y Turquía), por lo que nos hemos quedado aislados en este lado del mundo, sin poder de contrapeso en una zona que responde íntegramente a EE UU.

De allí que buscando organizar contrapesos, hayamos regresado en forma reactiva a la estrategia de las asociaciones regionales, reviviendo el ALBA, reimpulsando la Celac, y reactivando el Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla. Claro que, sin petróleo, es difícil reconstruir el entramado de antes, pero todo el 2023 se nos irá intentándolo.

De cara adentro, el chavismo mantendrá el poder absoluto que hoy ostenta, y la dirigencia de oposición, sin ideas nuevas, seguirá moviéndose al ritmo que el chavismo le marca, en una estrategia que ha venido funcionando sistemáticamente los últimos años, que es que todo se mueve, pero al final, Maduro sigue en el poder, y la dirigencia de oposición, bueno, sigue oponiéndose. Ambos lados de la política, distanciados de las bases que son esencial y mayoritariamente opositoras.

En el marco anterior, cada ida y venida (que siempre terminan en el mismo lugar: “Maduro sigue en el poder, y la dirigencia de oposición, oponiéndose”) producirá olas de expectativas positivas y negativas que acompañarán a los movimientos devaluatorios del dólar, los cuales, a su vez, inducirán una inflación creciente donde siempre los ingresos correrán detrás de los precios y los que no puedan alcanzarlos, pues caerán en la pobreza.

Aunque hay que estar claros que hay una alta sensibilidad entre el aumento de la utilización de planta y la baja de la pobreza. Porque estos crecimientos de entre el 5 y el 8% que algunas instituciones mencionan en realidad son solo mayor utilización de la capacidad instalada existente, porque en realidad estamos impedidos estructuralmente de crecer por las restricciones de energía eléctrica y de las energías primarias que están detrás de la electricidad. Y de la hidráulica del Caroní, tenemos restricciones de equipos de generación, de vulnerabilidad en la transmisión mayorista, y de los problemas de mantenimiento en subtransmisión y distribución a todos los niveles.

Por eso es que una mayor inyección de recursos monetarios a la economía, si se levantara el encaje y se expandiera el crédito solo aumentaría la presión sobre la oferta, pues esta, como les decía, no depende para crecer de la inyección de recursos monetarios, sino de inversión focalizada en el sector eléctrico. Porque sin electricidad cualquier expectativa de crecimiento, sería una fantasía. El PIB de un país, es la electricidad que tiene… o que no tiene.

Por lo que este 2023 nos depara un reacomodo de los recursos con los que ya contamos, optimizando su utilización. Y ya con eso, aunque no haya cambios mayores, será suficiente como para al menos mantenernos.

Político

Mientras en la dirigencia opositora siguen trabajando en las primarias y haciendo presencia en México, el chavismo continúa en un proceso interno de poner orden entre sus fuerzas, las cuales se debaten entre el chavismo clásico del Plan de la Patria, o el neo chavismo de Maduro y Delcy. Todo indica que el neo chavismo terminará imponiéndose, pero en la diatriba la que sufre es la economía.

Lo que está pasando con el dólar y la sensación de retroceso por lo del IGTF y la Sundde nuevamente en la calle, son una muestra de que el chavismo clásico se fortalece con el freno a cualquier idea privatizadora, y con la vuelta de las declaraciones altisonantes del “dólar mayamero” y del empresario especulador. Que del lado “neo” saben que no es así, pero que deben mostrar empatía con el ala dura, para evitar una ruptura sin retorno.

Difícilmente esa ruptura ocurra, pero habrá que hacer concesiones internas de forma tal de reunificarse, por lo que es difícil esperar que, al menos en este año 2023, haya cambios mayores en el ámbito político. No imposible, pero si difícil que ocurra.

Porque las elecciones del 2024, en caso de ocurrir, o si se adelantan, no producirán cambios en la estructura de poder. Diosdado Cabello dijo que “no vamos a llamar a elecciones para perderlas”, y ese es el caso duro que debería servir de referencia, al momento plantear los futuros posibles.

El 2023 será un año muy parecido al 2022 en cuestiones políticas, más que nada porque las sanciones seguirán igual o más fuertes, considerando que las posibilidades de flexibilizarlas están asociadas precisamente a algo que este año no parece que vaya a ocurrir, que es un cambio de poder o al menos una señal clara de que algo así pudiera pasar… pero algo así, no está a la vista … así que seguiremos sancionados.

El interés primario de EE UU con respecto a Venezuela, no está en el petróleo, sino en que dejemos de ser una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interna de EE UU”, y eso, según ellos, se logrará solo cuando el chavismo salga del poder, o cuando, si no sale del poder, pero Maduro sea sustituido, dejemos de ser “antimperialistas” que a todos efectos significa dejar de ser anti EE UU.

Los americanos nunca –y resalto nunca- permitirán que el actual gobierno de Venezuela cuente con recursos suficientes, que puedan luego ser utilizados en contra de ellos. Y con esa premisa en mente, es difícil fantasear con que nos permitirán algo más de holgura económica, si no se producen cambios reales.

Social

La situación de la pobreza en Venezuela se ha vuelto crítica. Es un tema del que no se habla. O por lo menos no se habla ni a nivel político, ni a nivel económico. Solo lo mencionan los interesados formales en los temas sociales, tales como la Iglesia, las organizaciones de desarrollo social o las universidades como la UCAB que tiene a Encovi.

Y al no hablarse, no se hace nada por solucionarlo. Porque el primer paso es reconocer el problema, el segundo hacer una caracterización/ diagnóstico, tercero hacer un plan, y recién luego ejecutarlo; tomando consciencia de que cuando digo “hacer un plan” digo, identificar la fuente de recursos.

Pero eso no está ocurriendo, ni siquiera el primer paso. Porque la información de Encovi es considerada como “golpista” desde el chavismo, y no tomada en cuenta, ni siquiera en los discursos, desde la oposición.

Lo único que realmente está quedando es la buena voluntad privada, ya sea personal, ya sea empresaria a través de la RSEX. Porque solo con empleos privados se sale de la pobreza. Pero mientras eso ocurre, esa gigantesca masa del 83% de los venezolanos está por su cuenta y solo le queda irse del país con la esperanza de estar mejor que aquí.

Debemos prepararnos a coexistir otro año más con la gente comiendo de la basura. Porque la rebaja de la pobreza del 94% al 83%, atribuibles al aumento en la utilización de planta del 18 al 30% solo se dio en la parte de la pobreza que aún tiene capacidad para incorporarse a la economía. Pero las capas más pobres, a nivel de miseria, no fueron tocadas, ni minimizadas por el discreto aumento de la actividad económica.

Rebajar la pobreza debe convertirse en el objetivo crítico del sector privado, porque la experiencia nos lo muestra trágicamente todos los días: el Estado solo no puede con eso. Hay que hacer algo desde el campo privado, y hacerlo rápido. Eso se llama consciencia social, y desde las empresas, Responsabilidad Social Empresarial Extendida, RSEX.

Económico

A lo largo del año el precio del dólar nos va mostrando que es el precio maestro de toda la economía, que es el precio que importa porque un porcentaje muy alto de las transacciones se hacen en esa moneda, y la diferencia se referencia en dólares.

Y su comportamiento, a su vez, es un indicador del estado de ánimo y de las expectativas. Cuando el precio del dólar crece al ritmo de la inflación se siente una cierta estabilidad, como si todo estuviera en equilibrio, pero cuando ese precio aumenta en mayor grado la percepción cambia y los equilibrios se pierden.

Lo anterior pudiera ser visto como que estamos permanentemente en un equilibrio inestable, que cuando se pierde ya no busca regresar, sino que se aleja más. Pero en realidad, nuestra economía perdió los equilibrios hace ya mucho tiempo y lo que realmente vivimos son pseudo equilibrios que comprenden solo un conjunto limitado de factores y que son los que nos dan esa sensación de equilibrio.

Entre agosto del 2021 y mayo del 2022, el precio del dólar se mantuvo relativamente estable, porque se había logrado una cierta disciplina monetaria y fiscal, y con los pocos ingresos que había, con las remesas semanales del BCV a la banca, se podía lograr esa sensación que llevó a que los optimistas acérrimos, acuñaran el concepto de “Venezuela ya se arregló”.

Mientras que los optimistas informados sabíamos que eso era algo transitorio y que las variables de la economía iban a alcanzar por su cuenta los verdaderos valores que tenían. Porque en una economía pequeña como la nuestra, con muy pocos recursos financieros que se aporten, ya se puede moldear su comportamiento pero cuando ese modelaje trata de mostrar algo que “no es”, pues entra en crisis y la solución que queda es la misma que el gobierno entendió que era la que funcionaba: dejar que el mercado trabaje sin intervención y que trate de optimizar los menguados recursos que se inyectan en la economía.

El salto que dio el precio del dólar en el último par de meses se debió a intervenciones de la tesorería, inyectando más poder de compra que los bienes y servicios que había para comprar. Y con esa presión extra de la demanda y con una oferta limitada y rígida, pues el sistema de precios de referencia se vio sobre exigido y se canalizó vía aumentos de precios, no solo de todo lo demandable, sino, principalmente, del dólar visto desde esta perspectiva como otro bien mas, cuya oferta es limitada, pero su demanda es infinita.

El comportamiento del precio del dólar lleva al sistema de precios de la economía a comportarse como escalones, con pisos a veces cortos y a veces largos, y con alturas a veces bajas y a veces, como lo que estamos viviendo, más altas que lo usual. Lo cual es previsible porque con ofertas limitadas por la recesión la demanda por pequeña que sea siempre va a terminar superándola.

Un tema que no hay que perder de vista es el atraso en la entrega de los dólares que se compran a la banca que tiene un mínimo de dos semanas y un máximo de seis semanas. El peligro de ese atraso, que comenzó en 15 días, es que se siga extendiendo y acumule una masa tal que se convierta o bien en deuda, o bien en corralito.

Porque lo que hay es un corralito parcial de seis semanas, el cual cuando ya se convierta en más tiempo, puede pasar a convertirse, o bien en deuda (tipo Cadivi) o bien en corralito permanente. Lo cual es poco probable porque atentaría contra el flujo normal de pagos que es esencialmente en dólares. Antes de llegar a eso, siempre están los dólares en custodia que desde hace tiempo están en la mira de las autoridades de la economía.

Las custodias están allí, son una masa importante y aun no encuentran la vía de utilizarlas sin crear un caos generalizado. Porque más allá del daño patrimonial para los tenedores de esos dólares, está el daño casi irreversible que se le haría a nuestra precaria economía. Y si eso ocurriera, pues sería un triunfo del ala radical del chavismo y un retroceso muy grave a lo que se ha dado en llamar el “plan Rivera”.

Para este fin de año se prevé que el dólar paralelo atrase su ritmo de devaluación y que el oficial se le acerque lo suficiente como para dar un mensaje de calma y estabilidad, con un nuevo piso para arrancar el año que debería estar entre los 17 y los 20 bolívares por dólar.

Lo anterior es importante porque incide en las expectativas de inflación, la cual, si bien ya no es del 500 mil por ciento y ahora está en el entorno del 200%, aun es hiperinflación y en esas condiciones, un salto es cuestión de horas o de días… por eso es que estos saltos como el del último mes y medio son peligrosos. Porque si la gente –que es el mercado- piensa que las cosas van a andar mal… pues andarán mal. Y los 180 millones de dólares que se inyectaron esta semana no serán suficientes para frenar expectativas negativas.

Internacional

El caso de Perú, con la salida de Pedro Castillo del poder y su reemplazo por su vicepresidente está dejando a la vista grietas conceptuales entre los miembros del resto de la izquierda latinoamericana, que en estos momentos históricos son mayoría en la región.

La disección del proceso peruano alineándolo con los preceptos constitucionales de cada país, siempre en el marco del derecho internacional y el respeto a los DD HH muestra una secuencia de eventos que en cualquier otro país no se hubieran sucedido con la velocidad de reacción de la institucionalidad peruana. Porque la velocidad de reacción marcó la diferencia y convirtió la presión social y política interna contra un mal gobierno en un autogolpe que fue conjurado casi inmediatamente y en cuestión de horas ya había un nuevo presidente.

Y las protestas de la calle, que poco a poco van amainando y siendo controladas no son reacciones a la salida de Castillo, sino esencialmente son protestas contra el gobierno por reivindicaciones pendientes.

Las posiciones de los diferentes presidentes de la región en realidad deben ser leídas basadas en sus propios riesgos y temores, así como en las conveniencias personales. Nada que ver con el estado de derecho y el manejo constitucional; y menos que menos con la consistencia conceptual en relación con otros casos.Habría que comparar las argumentaciones en el caso peruano con las que utilizaron para posicionarse en el caso de Bolivia, con la salida de Evo Morales. En Perú el presidente depuesto está preso, y en Bolivia, lo está la presidente emergente. Distinta vara frente a conceptos equivalentes.

El otro tema, también de la región, es el acuerdo previo a la preparación de la nueva Constitución chilena, el cual ya incluye los ajustes y adaptaciones que llevaron al fuerte rechazo popular al primer proyecto cooptado por la izquierda.

Una de las cláusulas dice “La soberanía tiene como límite la dignidad de la persona humana y los derechos humanos reconocidos en los tratados internacionales ratificados por el Estado de Chile y que se encuentren vigentes. La Constitución consagrará que el terrorismo, en cualquiera de sus formas, es por esencia contrario a los derechos humanos”.

Lo cual implica la expresa renuncia a que desde el exterior intervengan si, como está pasando en algunos países de la región, la población está siendo secuestrada por un sistema que viola los derechos humanos y somete a torturas y muerte a los que se le oponen, y al mismo tiempo destruye el patrimonio del país, degradando el PBI a niveles que solo generan hambre y llevan a la gente a abandonar el país por el medio que sea, aun a riesgo de la propia vida.

Si eso realmente se incorpora en la constitución, entonces la excusa de la soberanía y la autodeterminación se acabaría y se podría invocar la ayuda internacional, que en ese caso sería de liberación e independencia y no de intromisión en los asuntos internos.

La tortura, la pobreza y la destrucción nunca deberían ser “asuntos internos” …

Para poner en perspectiva la situación de las izquierdas gobernantes, la mitad y en algunos casos mucho más de la mitad de la población votante de esos países está en contra de sus gobiernos, limitando de esta forma que puedan repetirse los casos que en el pasado llevaron a las dictaduras de izquierda que aún permanecen en la región.

Por eso ya el mapa no es más rojo, sino que es de un rosado suave, y con el péndulo muy cercano a convertirse en azul. Ya queda solo un par de casos rojos en nuestro mapa Latinoamericano y caribeño…

Recomendación

  • Al gobierno: Que salga al rescate de la credibilidad de la estrategia de mercado dando señales concretas y comprobables de que casos, como el de los controles, las amenazas y las devaluaciones aceleradas no se repetirán. Más que nada porque la confianza que en forma precaria se va construyendo, se derrumba con cada uno de estos casos y hay que comenzar nuevamente, pero ahora sabiendo que el retroceso es una opción más posible que hace unos meses.
  • A la dirigencia opositora: Que genere un plan alternativo que postergue la democracia interna y se concentre en colocar un candidato aceptable por el mundo, adentro y afuera, como Guaidó, de forma tal de asegurarse que no se vota por él por simpatía o afinidad sino para lograr un cambio en el poder. Y, recién entonces, un par de años después, convocar las elecciones “verdaderas” en la tranquilidad de que aun perdiendo cualquier candidato el país siempre ganará… porque será siempre en democracia
  • A la dirigencia empresarial: Que ponga foco en las economías primarias del interior del país con énfasis en lo agropecuario. Caracas tiene el foco comercial y gerencial pero las verdaderas economías productivas están en el interior. Las giras de la dirigencia por el interior son importantes y deben resultar en acciones concretas, orientadas a las finanzas corporativas, alianzas, fusiones y adquisiciones considerando al mercado de capitales como una opción fuerte.

Mail: btripier@ntn-consultores.com

Instagram: @benjamintripier

Twitter: @btripier

 14 min


Fernando Mires

En sentido literal Zeitenwende se traduce como «cambio de los tiempos», expresión que tiene cierta resonancia bíblica. La idea, sin embargo, es otra. Tiene que ver con un nuevo capítulo de esa novela interminable que es la historia universal. Punto de inflexión lo llaman otros. Como sea: la intención parece ser clara: hemos entrado a otra fase del desarrollo histórico, marcada pero no creada, por la guerra de invasión de Putin a Ucrania.

El concepto Zeitenwende ha sido usado por el canciller alemán Olaf Scholz en diversas ocasiones. No obstante, faltaba afinarlo. En un reciente artículo, titulado precisamente Zeitenwende, Scholz lo hizo. Ese artículo publicado en Foreign Office, será documento de referencia cuando llegue el momento de escribir la historia de los momentos que estamos presenciando. Como toda argumentación, la de Scholz generará controversias. Lo que nadie podrá adjudicarle es falta de claridad. De acuerdo a ese estilo, Scholz caracteriza «el cambio de los tiempos» y luego intenta ubicarlo en sus relaciones de tiempo y de lugar.

¿Cuándo comenzaron a cambiar los tiempos?

El punto de origen de los cambios de los tiempos está puesto por Scholz en las relaciones de poder configuradas después de las revoluciones democráticas que pusieron fin a la URSS (1990) y con ello a la dualidad determinada por la existencia de dos bloques geopolíticos antagónicos. Según Scholz, ese gran acontecimiento abrió la transición que lleva desde un mundo bipolar a uno multipolar.

Desde un comienzo Scholz establece que, en ese nuevo orden, China ocupará un lugar decisivo, pero no determinante ya que tanto EE UU como China no conformarán una nueva bipolaridad, pero sí serán partes principales de una multipolaridad emergente.

Interpretando a Scholz, la que está siendo confirmada es una multipolaridad no solo económica sino, además, tecnológica, militar, digital, y no, por último, con tendencias hacia una democratización creciente al interior de diversas naciones.

Luego, la visualizada por el canciller alemán no solo sería una realidad multipolar sino, además, polifacética. En palabras que no son las de Scholz, estaríamos nada menos que frente a una revolución global de carácter multidimensional.

Pero como todo gran proceso histórico, el iniciado en la última década del siglo XX deberá contar con una reacción también mundial. Así se explica por qué el nuevo orden propuesto por Putin después de la invasión a Ucrania es visto como una reacción en contra del orden multipolar y polifacético que se avecina. Por eso no debe extrañar que Putin, más que en Rusia, sea seguido por las derechas y por las izquierdas más reaccionarias de Europa. Para las primeras, aparece como un baluarte de la tradición patriarcal, religiosa y nacionalista de la premodernidad. Para las segundas como un representante de las autocracias antioccidentales del ayer llamado tercer mundo, ya sea en Asia, África y América Latina.

Visto así, el nuevo orden de Putin, según Scholz, no sería más que un intento del gobernante ruso para revertir la, por la llamada, «catástrofe geopolítica» que llevó al fin del imperio soviético. Un intento desesperado por reconstruir el imperio ruso, aunque sea bajo otro nombre y otras formas. Scholz: «el brutal ataque de Rusia contra Ucrania en febrero de 2022 marcó el comienzo de una realidad fundamentalmente nueva: el imperialismo había regresado a Europa».

En el marco del nuevo orden mundial, Alemania, según Scholz, deberá ser un garante de la seguridad europea, incluso más allá de la guerra de Ucrania. Ese nuevo rol implica asumir responsabilidades hegemónicas no solo en los espacios económicos, sino también en los políticos y militares. ¿Por qué tardó tanto Scholz en darse cuenta de esa nueva realidad? Es una pregunta que a menudo nos hacemos quienes seguimos el día a día de los acontecimientos políticos.

Aprendiendo de la historia

Para responder a la pregunta planteada, hemos de tener en cuenta que Scholz hoy, como Merkel ayer, es un «Realpolitiker», es decir, alguien que no da un paso más allá de la realidad inmediata. Rusia, primero con Yelzin, después con Putin, aparecía como un muy confiable socio semi-europeo, a quien le fue ofrecido incluso la posibilidad de que ingresara a la OTAN. Lo que no captaron los gobernantes y políticos alemanes, Scholz entre ellos, es que en Rusia coexistían dos tendencias históricas, y esas a su vez cruzaban la mente de Putin: las llamaremos, una tendencia liberal y una tendencia despótica.

Mucho menos pudieron darse cuenta de que esas tendencias estaban inclinadas desde el primer momento hacia el lado despótico. Fue así que la toma abierta de posiciones de Yelzin a favor de la Serbia mini-imperial de Milosevic en la guerra de los Balcanes, no pareció preocupar a los geoestrategas de occidente.

Después de todo, como consecuencias del 11 de septiembre, Putin parecía respaldar la lucha en contra del terrorismo internacional y por lo mismo dio su apoyo a la guerra en Afganistán e incluso a las descerebradas aventuras de Bush en Irak. Más todavía: Putin parecía unir sus fuerzas a la campaña militar en contra del ISIS. Recordemos como Obama quiso creer que la ocupación de Siria por Rusia fue llevada a cabo en contra del extremismo islamista. Cuando los ejércitos de Putin comenzaron a arrasar Siria en defensa de la dictadura de Bashar al Assad, y convirtieron a ese país en un protectorado militar ruso, ya era demasiado tarde.

Hizo bien Scholz al recordar estos hechos. Sin ellos no podríamos entender las razones que llevaron a Putin a invadir a Ucrania el 2022. También hizo bien al recordar el inesperado discurso pronunciado por Putin en la conferencia de seguridad en Munich (2007) dirigido abiertamente en contra de EE UU y de los países del pacto atlántico. Putin, visto ahora en retrospectiva, ya había cambiado de línea. Un año después de ese discurso, Putin iniciaría una carnicera guerra en contra de Georgia a la que arrebataría importantes territorios. Y hacia el interior de su país, Putin convertía a la incipiente democracia legada por Yelzin, en una autocracia. Entre el liberalismo y el despotismo, de acuerdo a la tradición rusa, Putin ya había tomado partido por el despotismo.

Fue a partir de esos años cuando inició una sistemática campaña de aniquilamiento en contra de opositores. Muchos de ellos fueron asesinados. La mayoría, envenenados.

Las sangrientas tres guerras a Chechenia (que Scholz no menciona) y a Georgia, obligaron a las naciones que limitaban con Rusia a solicitar su ingreso a la OTAN. Fue la expansión rusa, por lo tanto, el hecho que llevó a la ampliación de la OTAN el año 2009 y no la ampliación de la OTAN la que llevó a la expansión rusa, como intentan tergiversar políticos antioccidentales de Occidente. A la vez, fue precisamente en esos años cuando la mayoría de los gobiernos europeos, sobre todo el alemán, intensificaron su dependencia energética con respecto a Rusia, creyendo tal vez que estas apaciguarían los proyectos imperiales que ya Putin ni se molestaba en ocultar. Ese fue el gran error de la política alemana, reconoce con honestidad, Scholz. Error que sería remachado el 2014 con la invasión de Rusia a Crimea y la ocupación militar de los territorios del Donbas en el Este de Ucrania.

La guerra a Ucrania comenzó el 2014, reconoce Scholz sin decirlo de modo textual. De otra manera no se entiende cuando afirma que en los ocho años que median entre las anexiones del 2014 y las del 2022, la política alemana (y europea) se orientó a impedir el escalamiento de la guerra. En ese contexto, tuvo lugar el «formato de Normandía» (2014) destinado a impedir la continuación de los enfrentamientos militares entre Rusia y la resistencia ucraniana, así como los acuerdos de Minsk (2014 y 2015), que Putin nunca cumplió. La política de contención de la UE y de los EE UU fracasó estrepitosamente. De esa verdad hay que partir.

Sin embargo, Scholz –y tal vez esta sea la diferencia que lo separa de gobernantes como Orban, Erdogan y Macron– parece haber sacado las conclusiones correctas de sus indecisiones. Scholz, en efecto intentó, al igual que Macron, un retorno al periodo prebélico. Pero más tarde comprendió que no se puede bailar en dos bodas a la vez. Que no se podía apoyar a Ucrania y a la vez pagar a Putin por el gas para que invirtiera ese dinero en armas en contra de Ucrania, que la que tenía lugar en Ucrania era el comienzo de una guerra en contra del occidente político, que Alemania debía adaptar su economía a las nuevas condiciones y que había que erigirse en un adalid de la unidad política y militar europea.

Los críticos «economicistas» al apoyo europeo a Ucrania arguyen que Alemania y las economías europeas se dispararon un tiro en el pie con las sanciones económicas a Rusia. Pero ¿cuál era la otra alternativa? ¿Financiar a Putin en contra de Ucrania? Hay que ser definitivamente muy limitado para sostener esa tesis, sobre todo cuando se hace en nombre de una paz que nunca ha buscado Putin.

La Europa democrática sabe que de la guerra no obtendrá ganancias, pero también que, si no apoya a Ucrania, las pérdidas serán inconmensurables. En razón de esa conclusión se explica la terminante decisión de Scholz: «Alemania mantendrá sus esfuerzos para apoyar a Ucrania durante todo el tiempo que sea necesario». Para los que quieran leer entre líneas, un claro mensaje a Macron.

Cuatro puntos cardinales

No por casualidad el artículo de Scholz fue publicado el mismo día en que el presidente francés, en una de sus ya clásicas jugadas en posición adelantada, abogaba por dar a Putin garantías sin especificar el carácter de esas garantías, aunque todo el mundo sabe que en una guerra territorial toda garantía debe ser territorial.

Para Scholz, el curso de los nuevos tiempos parece estar más claro que antes. Frente a esos tiempos que ya llegaron, Scholz propone una política de cuatro puntos. Sintetizando, son los siguientes:

  1. Europa ha entrado definitivamente a una época de rearme militar. Si Rusia es imperial, como la caracterizó el canciller alemán, Europa deberá protegerse frente a un imperio. Es por esa razón que los presupuestos militares han sido elevados notablemente en Alemania. En el mismo sentido, la alianza atlántica deberá ser fortalecida e incluso ampliada. La ayuda militar de EE UU es y será irrenunciable, pero Europa debe estar en condiciones de enfrentar a sus enemigos sin depender de terceros.»Crucial para esa misión» –agrega Scholz apuntado otra vez a Macron– «es una cooperación cada vez más estrecha entre Alemania y Francia, que comparten la misma visión de una UE fuerte y soberana».
  2. Alemania no puede volver a caer en una dependencia energética con países gobernados por dictaduras. En esa línea plantea Scholz una nueva política con relación a China cuyo objetivo deberá ser mantener todo tipo de relaciones económicas sin caer en una dependencia similar a la que cayó frente a Rusia.
  3. La guerra en Ucrania ha mostrado la necesidad de que Alemania reoriente su política energética, estimulando en un corto plazo, como ya lo venía haciendo antes de la guerra, las inversiones en energía solar y eólica. En plazos más largos –plantea Scholz– «(hacia) el 2030, al menos el 80 por ciento de la electricidad que usan los alemanes será generada por energías renovables, y para 2045, Alemania logrará emisiones netas de gases de efecto invernadero cero, o «neutralidad climática».
  4. Las relaciones internacionales no deben apuntar a favorecer una reedición del bipolarismo. En ese punto Scholz no comparte en su totalidad las posiciones del gobierno y de la oposición republicana en los EE UU, en el sentido de que la contradicción principal del futuro deberá ser dirimida entre China y los EE UU. China es un actor global muy importante, pero, a diferencia de Rusia, favorece a la globalidad y no a la regionalidad. La historia, enfatiza Scholz, no se repite. Los conflictos de occidente con China son de índole predominantemente económico. Eso no lleva por cierto a reeditar la «política de cerrar los ojos», practicada por Europa frente a Rusia. Occidente está formado por «sociedades abiertas» (Scholz usa la expresión de Popper) y naturalmente está obligado a solidarizar con todos los movimientos democráticos de diferentes zonas de la tierra. «Ningún país está obligado a ser el patio trasero de otro».

El valor de las palabras

Zeitenwende, Cambio de los Tiempos, artículo escrito por Olaf Scholz, un documento cuyo valor es haber surgido de las peores experiencias por las cuales atraviesan las naciones: las de la guerra. Su significado es testimonial. Pero, además, diseña una estrategia militar, política y económica en dirección al futuro inmediato. Nadie debe esperar que los puntos allí ordenados serán cumplidos de modo exacto. La historia es una caja de sorpresas y nunca se ha dejado regir por textos o por planes. Pero al menos son, las de Scholz, palabras que reflejan el propósito de un gobernante por aprender de la historia, buscando alternativas, sin perseguir un objetivo ideológico, ni una utopía, ni un fin de mundo. Deben ser por lo tanto leídas, estudiadas, discutidas y pensadas.

Twitter: @FernandoMiresOl

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

 10 min


Alejandro J. Sucre

El gobierno y la población están angustiados y en ánimo de reproches una vez más, y justo en diciembre, debido a la fuerte devaluación de la moneda nacional en las últimas semanas. Habiendo reducido la hiperinflación de más de seis años se había producido cierta estabilidad económica en 2022, pero sin crédito y con alto desempleo y muy bajos sueldos. El petro y las monedas digitales se hicieron polvo cósmico en estos meses también debido al colapso de las criptomonedas. El euro y todas las monedas han caído aunque en pequeños porcentajes en comparación con el bolívar a finales de 2022. La única moneda fuerte es el dólar estadounidense.

Estados Unidos tiene una combinación de factores que la hace una superpotencia de moneda dura como lo era la Venezuela de la primera mitad del siglo XX. Estos factores son, primero, que tienen unos recursos naturales abundantes, tierras agrícolas de las más fértiles del planeta y ríos fluviales que hacen muy económico el transporte interno y que cruzan toda la nación facilitando la movilización de productos en su interior; tienen políticas que promueven el emprendimiento y la propiedad privada y no el colectivismo; celebran, incentivan e invierten en los descubrimientos y la investigación; los profesores y los empresarios son héroes porque crean puestos de trabajo, escriben libros y el Estado entiende que son la fuente de riquezas y no pueden ser sustituidos o atacados por el Estado; desde el Estado no se promueve la envidia al exitoso sino que estimulan a todos los ciudadanos en todas las áreas; controlan sin tanta corrupción el gasto fiscal para que sea productivo y enfocado en las áreas de mayor impacto en el PIB; tienen una democracia con políticos que se alternan en el poder y hacen su dinero en otras profesiones como ciudadanos, no se convierten en dueños y amos de la nación como ocurre en Rusia y China o muchas veces en América Latina porque crea competencia desleal entre el Estado y los ciudadanos, una especie de guerra civil. En EEUU hay un acuerdo social de atraer ahorros y talento humano excepcional de otras naciones para impulsar la actividad económica, como hace un equipo de beisbol o de fútbol atrayendo a los mejores talentos para ganar partidos.

La única defensa del mercado cambiario venezolano es la productividad y el manejo del gasto fiscal y de la política monetaria que se alinee con el crecimiento del PIB. La devaluación siempre es consecuencia de un crecimiento monetario por encima de la producción nacional. Venezuela, por hacer todo lo contrario a lo que hace EEUU en los últimos años, se ha llenado de necesidades de su población y no de producción. Lo que presiona al gobierno de turno a inyectar dinero inorgánico como papelillo para calmar el hambre con billetes de monopolio, lo que genera la devaluación, y para tapar sus errores, culpan a los pocos empresarios que quedan.

Los gobiernos venezolanos desde 1970 no han tomado medidas contundentes para reducir la corrupción del gasto fiscal, e imponen impuestos que desincentivan la inversión privada.
También hay que agregar a este panorama que además las sanciones de EEUU hacia la actividad petrolera venezolana ahora hace imposible controlar la devaluación. Venezuela es un país cuya principal industria es el petróleo, y aunque tiene potencial en otros sectores, no habrá inversiones en ninguna otra industria si hay antagonismo con EEUU y con Europa. Hugo Chávez intentó atraer inversión rusa y china y no llegó a tener el impacto positivo en la sociedad que tuvieron las inversiones alemanas, inglesas, suizas, italiana, españolas y estadounidenses. Eliminar la corrupción y las sanciones a la economía venezolana son pasos esenciales que no deben ser diluidos en el engaño.

El impacto de la corrupción en Venezuela es de más de $1,5 trillones en el PIB anual. Este número lo sacamos al comparar la economía venezolana con la de Texas que produce $2 trillones de PIB anuales con el de Venezuela que producía $500 mil millones antes de las sanciones. Hace unos cuarenta años Venezuela tenía la sexta o séptima economía más grande del mundo. Está toda dentro de los trópicos, sin desierto o semidesierto como el tercio occidental de Texas. En consecuencia, cuenta con vastos recursos hídricos, enormes ríos importantes, bosques y riquezas minerales además del petróleo.

Y el impacto económico de las sanciones al petróleo venezolano es de otros $300.000 millones en PIB. Venezuela, aún con corrupción y con los precios del petróleo menores, llegó a producir un PIB en 2014 de casi $500.000 millones. Hoy, después de las sanciones, produce solo $60.000 millones. Ese es el costo de las sanciones de EEUU al petróleo venezolano. Entre corrupción en el gasto fiscal Venezuela hoy produce 33 veces menos que Texas con la misma población. Esto hace inevitable que el gobierno de turno inyecte dinero inorgánico en la economía: las necesidades son muy altas y la producción muy baja. Es hora de crear un círculo virtuoso de reorientar el gasto fiscal eficaz y levantar las sanciones para levantar el PIB per cápita y dejar atrás la economía del lamento, del reproche y de la venganza para encaminarnos hacia una economía de celebraciones.

Twitter: @alejandrojsucre

 4 min


Carlos Raúl Hernández

Argentina fue el país más rico del mundo, gracias a la Constitución de apertura (1853), concebida por Juan Bautista Alberdi en su obra Bases y puntos de partida…, y a los primeros presidentes, Mitre, Sarmiento y Avellaneda, cuyos efectos positivos duran hasta mediados del siglo XX. Sarmiento, ante la inmensidad territorial despoblada de Martín Fierro y Facundo Quiroga, plantea la lucha de civilización contra barbarie y traza línea de fuego contra esta. Pobre y primitiva, con apenas dos millones de habs., aislada del mundo, sin metales preciosos, capitales, infraestructura, seguridad jurídica, ni derecho de propiedad y libertad de empresa, inician la modernización social y políticar contra el atraso. Al llegar el siglo XX, Argentina es ya el principal productor de alimentos del mundo que contaba el progreso por millones: doce millones de hectáreas sembradas, 5 millones de toneladas de granos al año, 20 millones de cabezas de ganado. Y 28 mil kms. de vías férreas para exportarlos.

Salarios tres veces más altos que en Europa atrajeron migración masiva y la población creció más que en Canadá y Australia. Para la fecha, ocho países competían en prosperidad. Inglaterra, Bélgica, Suiza, EE.UU. Australia, Canadá, Nueva Zelanda. Y Argentina, la primera exportadora mundial de trigo, maíz y carne. Julio Roca estableció educación primaria gratuita y universal y redujo el analfabetismo a un tercio de la población, mientras en Europa andaba en dos tercios. Desde los años cincuenta del siglo XX que aparece el peronismo, todo se derrumbó y hoy está en el triste número sesenta en el ranking internacional de bienestar, y entre los países más corruptos, con la tercera inflación del planeta y miseria que afecta 45% de la población. Según la Universidad Católica 16 millones son pobres, tres millones indigentes. Apenas ocho millones de trabajadores productivos sostienen a 46 millones de argentinos y en ocho departamentos la mayoría de la mano de obra son empleados públicos.

Los impuestos suman más de la mitad del precio de un carro, que cuesta tres veces más que en EE. UU, el doble que en España; y 45% de la canasta de alimentos. A 80 años del primer gobierno de Perón, sus sucesores protagonizan el “caso de los cuadernos” que condena a Cristina Kirchner por corrupción (12.000 millones de dólares), con un grupo de empresarios. Es el más escandaloso caso en la región, aunque Odebrecht se lleva la palma porque involucra varios países. Se revela un plan ejecutado directamente desde las presidencias Kirchner entre 2003 y 2015. La trama revienta por Oscar Centeno, quien distribuía las coimas y que por hábitos ejemplares de trabajo anotaba en cuadernos meticulosamente, direcciones, nombres, conversaciones y número de maletines que entregaba a los interesados.

Como las sumas eran incontables, la unidad era el maletín de billetes de cien dólares que contenía 800 mil, cuántos maletines recibía cada quien. Resulta que un tal José López tenía 9 millones de dólares en su casa para cigarrillos y chucherías, pensó que iban a allanarlo, y corrió a ocultarlos en el convento de las asustadas Monjas orantes y penitentes de Nuestra Señora de Fátima, donde lo pillaron. Pero ya la cúpula kirchnerista se desmoronaba desde 2017. A Omar “Caballo” Suárez, jefe de los sindicatos portuarios, lo agarran por fraude, estafa agravada y cuentas multimillonarias sin justificación. Juan Pablo “Pata” Medina, jefe del sindicato de la construcción, preso por extorsionista, asociación para delinquir y operaciones por diez millones de dólares no justificados. A ese humilde dirigente popular, la vida lo premió con ciento nueve automóviles, un avión y un helicóptero. Marcelo Balcedo, de los educadores y traficante de armas, tenía cuentas por veinte millones de dólares, y era feliz propietario de dos aviones, un yate, cuatro porches, un Ferrari, un Mercedes McLaren (valorado en 500.000 dólares) y un zoológico privado.

Estos líderes populares apoyaron todo lo que depauperó a sus dirigidos. El procedimiento kirchneriano era el siguiente: el ministro, más bien superministro, de planificación, Julio de Vido, creó un “comando” con las grandes empresas constructoras, que oficiaba el presidente de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner. Allí decidían el plan de obras públicas y adjudicaban quien ganaría cada licitación. Una vez “licitadas” e iniciadas las obras, duplicaban o triplicaban el costo inicial, aunque con frecuencia ni siquiera se concluían. De ahí sobraban dólares para varias capas de funcionarios del gobierno y empresarios, y todo el mundo contento. Estos cuadernos llegaron a manos del poder judicial y comenzó el corre-corre. El supermagnate Carlos Wagner, en compungidas “confesiones”, revela que los Kirchner recibían 3 millones de dólares diarios, 90 al mes, 12 mil millones durante sus tres gobiernos, suficiente para una vida modesta, pero sin privaciones.

En 1943 es el golpe de Estado que hace Ministro del trabajo al teniente coronel Juan Domingo Perón, quien usó el cargo para repartir prebendas y vincularse a los sindicatos, tal como había aprendido de Mussolini. Creció su popularidad y los superiores lo forzaron renunciar en 1945. Se despidió en un dramático discurso de alerta sobre el peligro que corrían los beneficios laborales que él había concedido. Lo detuvieron por su provocación, pero lo excarcelaron las masas con el esfuerzo de Evita y ganó las elecciones de 1946. Su programa revolucionario echaba abajo lo que había formado la prosperidad, con la conocida jerga populista: “soberanía política, independencia económica y justicia social”, oleadas de expropiaciones que convirtieron a los trabajadores en su nómina personal. Nacionaliza transportes, energía, comunicaciones, restringe el comercio exterior y aprisiona la banca privada; controla precios de los servicios públicos por debajo de los costos, infla las nóminas del Estado.

Eso convierte a Perón en patrón universal, produce déficit fiscal, multiplica los controles, para acaba con la productividad y quebrar la economía. Para financiar el gasto gigante que produce, emite dinero inorgánico y desata la inflación. Una ilusión de bienestar insostenible porque la inversión privada se desploma, la balanza internacional pasa a negativa, quiebra al país, quema las reservas y naturalmente se declaró víctima de guerra económica, de los especuladores, el imperialismo, e hizo escasear el pan en el granero del mundo. Como la constitución le impedía reelegirse, hizo otra que declaraba al Estado centro de la sociedad. En 1955 lo derrocan los generales Aramburu y Leonardi, en una nación arruinada, cuesta abajo hasta hoy. La revolución populista pervirtió demasiado la cultura política latinoamericana nos condenó a la pobreza, la, corrupción, el atraso, mientras el síndrome de Perón siga vivo.

Por ejemplo, el rechazo al FMI es una comedia en el país que desde los años 50 vive del FMI, porque no produce para sostenerse. Arturo Frondizi (1958), Juan Carlos Onganía (1966-70) Jorge Rafael Videla (1975) Raúl Alfonsín (1983-89) Carlos Menem (1989) Fernando De La Rúa (1999) Macri (2015) y Fernández- Kirchner (2019) recibieron su beca para equilibrar la economía, pero no lo hicieron y despilfarraron los recursos, iniciaron crisis tras crisis, para pedir reiteradamente. Fernández -Kirchner hacen el último ajuste, no para racionalizar y adecentar el Estado sino para que la gente de a pie pague por la indecencia de los gobernantes. En vez de corregir el despilfarro en ferraris, agreden el ingreso de los ciudadanos, suben impuestos, retienen producto de las exportaciones, reducen renglones no imponibles, gravan la compra de dólares y controlan los cambios. Proteccionismo, devaluaciones, regulaciones e impuestos entre los más altos del planeta, hicieron un Estado parásito y una economía inepta, paciente crónica de endeudamiento externo. Cuando llegaron los Kirchner al poder en 2003 el gasto fiscal era de 23% del PIB y cuando medio sale Cristina en 2015, había ascendido a 40%.

@CarlosRaulHer

 5 min