Vladimir Villegas
Sombras en El Junquito
¿Por qué la Fiscalía ni Defensoría del Pueblo tuvieron un rol de primera línea en ese operativo, si se buscaba la rendición de los alzados?
Las circunstancias en las cuales fueron abatidos, como se dice en lenguaje policial, Óscar Pérez y su grupo, tienen que ser investigadas a profundidad. Tarde o temprano habrá de aflorar la verdad, cualquiera que sea. Por ahora, sólo hay dos versiones. La contada por el propio Óscar Pérez, quien dejó varios vídeos en los cuales mostró su disposición a rendirse y también denunció que la orden era matarlos. Y la versión del gobierno, según la cual respondieron con fuego a un ataque que produjo la muerte de dos funcionarios.
Son muchas las interrogantes que se desprenden de lo ocurrido. Una de las más protuberantes es por qué la Fiscalía General de la República ni la Defensoría del Pueblo tuvieron un rol de primera línea en ese operativo, si se buscaba la rendición de los alzados.
Por qué no se permitió la presencia de los medios de comunicación, ni se pregunta. Ya se ha hecho uso y costumbre. Otra interrogante tiene que ver con Heiker Vásquez, muerto en los hechos, y sobre su doble condición de integrante de un colectivo del Oeste de Caracas y de la División de Inteligencia de la Policía Nacional Bolivariana.
No queda muy claro por qué se frustra la negociación para la rendición del grupo. Tampoco si el proceso estuvo en manos de gente con experiencia en esos casos u obedeció a un procedimiento marcado por la improvisación, o la simulación, para terminar finalmente abatiendo a Pérez y su grupo. ¿Si había la orden del Presidente para garantizarle la vida a los alzados, qué o quién hizo cambiarla? ¿Acaso, aún después de la muerte de dos funcionarios, no había posibilidades de capturarlos con vida? ¿Si hay la orden de negociar, por qué no había siquiera un fiscal del Ministerio Público, un delegado de la Defensoría del Pueblo, o incluso un sacerdote, como se ve incluso hasta en las películas?
¿Por qué ni el Fiscal General de la República ni el Defensor del Pueblo han dicho nada al respecto? ¿Por qué no ha comisionado funcionarios para que investiguen lo ocurrido? ¿A qué obedece tanto hermetismo, si en casos de igual o menor repercusión no dejan de publicar mensajes en Twitter y otras redes sociales, convocar ruedas de prensa o emitir siquiera una lacónica declaración?
También es menester preguntarse por qué tanto temor a permitir que Pérez y su grupo pudieran ser velados, siquiera en mínimas condiciones de respeto a la dignidad y al dolor de sus familiares.
Esos entierros en solitario, con el cementerio tomado por la policía, y esa tardanza en entregar los cuerpos sólo alimentan la desconfianza en las versiones oficiales y la certeza de que hay muchas verdades ocultas, que tarde o temprano irán a aflorar.
Otro elemento digno de comentar es el contraste entre esos entierros en solitario y el funeral que se le hizo al funcionario que resultó muerto y que era al mismo tiempo agente de inteligencia y miembro de un colectivo armado. Las gráficas hablan por sí solas. Allí había funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana escoltando el féretro, que era cargados por encapuchados armados. Esa mezcla de irregulares armados junto a funcionarios policiales deja en evidencia el derrumbe institucional que vivimos. ¿Acaso ya tienen permiso para actuar estos grupos armados? ¿Se puede pertenecer a esos grupos y a la vez ser policías? ¿En qué se diferencian con los paramilitares colombianos? ¿El Alto Mando militar y el Alto Gobierno están cómodos y apoyan eso?
Ah, otra pregunta. ¿se le aplicará la llamada Ley contra el odio a quienes han escrito mensajes de burla y han hecho parodias sobre los vídeos en los cuales Pérez manifiesta su disposición a negociar y denuncia que, pese a ello, les están disparando y la orden es matarlos ? ¿O hacer mofa de la muerte y del dolor de los familiares de difuntos no es una forma de promover el odio? ¿O para castigar violaciones a esta Ley "ciertas condiciones aplican ", por ejemplo, que el infractor no sea partidario del gobierno?
22/01/2018
¿Traidores traicionados?
Es antigua la manía de llamar traidor a cualquiera que no convalide actos inaceptables, como por ejemplo, las violaciones a la constitución, la sustitución de una dirección política de un partido por un grupo cerrado que toma decisiones sin consultar, sin discutir, o lo que es peor, por un jefe político elevado a la condición de dios.
Ese calificativo sirve para escurrir el bulto, eludir el debate sobre el fondo de los asuntos de la política y de la vida. Y sobre todo sirve para que los verdaderos traidores acusen a otros, como el carterista que grita ¡al ladrón, al ladrón! Pero además, pone de relieve la paranoia de quienes, sabiendo que cometen errores, que se saltan las reglas de juego, que desvían el camino de proyectos originales, temen que cada vez crezca el número de individuos que dejan de acompañarlos.
Por estos días de truculenta Constituyente es muy frecuente escuchar nuevamente en boca de dirigentes del oficialismo la palabra traidor. Ante la falta de voluntad pares discutir abierta y ampliamente su enrevesada Iniciativa vuelven a insistir con sustituir argumentos por descalificaciones .Y entonces surge otro calificativo , el de saltador de talanquera . Ese da para un tratado completo .
En lo personal creo que el parámetro perfecto para determinar si alguien ha traicionado o no un proyecto es el documento base que le sirve de sustento . En el caso de Venezuela, tenemos una Carta Magna nacida de un amplio proceso de consultas y debates . Y de paso es la primera en haber sido sometida al veredicto del pueblo, que la aprobó en referendo el 15 de diciembre de 1999.
Esa Constitución de 1999 unifica la inmensa mayoría de las voluntades en Venezuela..Opositores, chavistas, no alineados, independientes, políticos, no políticos, dicen defenderla. Y si vamos a los liderazgos de gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática, ambos dicen actuar en su nombre, apegados a su contenido. Es decir, se trata de una Carta Magna legitimada, luego de que en 2002 el breve gobierno de facto de Pedro Carmona la defenestrara, y en 2007, el propio Hugo Chávez y su partido intentaran modificarla sustancialmente, cosa que fue rechazada en referendo popular .
Ahora de nuevo el liderazgo psuvista, con Nicolás Maduro a la cabeza, quiere cambiar la Constitución. No conforme con venir actuando al margen de ella convocan una Asamblea Nacional Constituyente de espaldas al espíritu de participación protagónica que caracterizó la experiencia de 1999, cuando se realizó un amplio debate nacional sobre la nueva Carta Magna, luego de que se le preguntara al soberano si quería o no una Constituyente y si aceptaba las bases propuestas.
No quieren, o mejor dicho, temen preguntarle al soberano si desean o no una Asamblea Constituyente. Ignoran el principio constitucional del voto universal, directo y secreto, y de paso municipalizan la elección de los candidatos con el propósito de igualar en nùmero de constituyentes a las grandes ciudades del país con pequeñas poblaciones. Por ejemplo, municipios del Estado Amazonas con poblaciones que no pasan de 3 mil habitantes, tendrán igual o más representantes que Caracas, Maracaibo, Valencia o Barqusimeto. Toda una ingeniería destinada a lograr que una fuerza con un porcentaje entre el 20 y el 25 por ciento de apoyo se asegure una amplia mayoría.
Desde el Presidente Maduro hasta voceros medios psuvistas han negado la posibilidad de consultar al soberano. Algunos hasta llegaron a afirmar que no es obligatorio someter a referendo el resultado del trabajo de esa Constituyente pret a porter. Ya en los últimos días, ante la evidencia de que está en marcha la usurpación de una competencia exclusiva del soberano, el propio Jefe de Estado anunció que la Asamblea Constituyente sì someterá a consulta sus decisiones. Pero, vaya detalle, eso aun no aparece en las llamadas bases comiciales. Días antes, había dicho que " la Constituyente puede hacer lo que le dé la gana " ... Y si escuchamos todo lo que ha dicho Diosdado Cabello, el panorama que le espera a los derechos conquistados por nuestro pueblo es sencillamente aterrador. Hasta el amigo Isaías Rodríguez habla de aniquilar a la oposición...
Entonces, volviendo al tema de la traición, si nos remitimos a los hechos, quienes quieren cambiar la Constitución a lo "Juan Charrasqueado" están acusando de traidor a todo aquel que, desde las filas del chavismo,,o desde la disidencia interna, reaccione contra ese despropósito y alce la voz contra la represión y las políticas del gobierno madurista. Aquí cachicamo le está diciendo "conchùo" a quien no lo es. La traición, entonces, está por los lados de quienes ahora le temen al pueblo y pretenden modificar la Constitución apelando a todo tipo de estratagemas para no someterse a su voluntad. Los traidores a la Carta Magna se sienten traicionados por quienes no quieren acompañarlos en su aventura . La Constitución, hoy casi moribunda, es la verdadera talanquera . Ellos son quienes la saltan. Y al colocar la palabra traición en su boca quedan en evidencia, como el cachicamo frente al espejo.