Petróleos de Venezuela (Pdvsa) asumió en 1976 las operaciones de los hidrocarburos. A partir de esa fecha de estatización, la extrema izquierda castro-comunista la sometió a descalificaciones. Como ya no podía alegar que era una actividad del imperio que explotaba a los venezolanos, predicaron que los gerentes y directivos eran voceros de las transnacionales, que la empresa era una caja negra, un Estado dentro del Estado, indiferente a las necesidades de la población, con trabajadores con sueldos exorbitantes y apáticos al acontecer nacional.