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Opinión

Nos encontramos nueva, y afortunadamente, en las puertas de un proceso de elecciones primarias para elegir al candidato, pues lamentablemente no hay candidatas, quien representará a la oposición democrática, en las próximas elecciones a Gobernador del Estado Aragua. En esta oportunidad, este candidato tendrá la primera opción entre el electorado aragüeno, pues esta oposición democrática, aunque no es la única y exclusiva opción opositora, es la que representa la abrumadora mayoría de los venezolanos que queremos un cambio de gobierno, un cambio de rumbo en la conducción del país, para salir del desastre en que nos han sumergido las desacertadas políticas y acciones de la cúpula maduro-cabellista enquistada en el poder.

Sin embargo, tampoco esta vez, estas elecciones primarias serán, como deberían, abiertas a la participación ciudadana, donde los aragüenos promuevan y postulen a quién libremente consideren. Se impusieron nuevamente, en el calor de las circunstancias políticas sembradas desde el gobierno, y dictadas por el sumiso CNE, las candidaturas de las burocracias partidistas, impidiendo la libre postulación y permitiendo que un pre-candidato sea un diputado electo en las pasadas parlamentarias.

Un cambio es necesario, indudablemente, pero no solo en el color de la cúpula que nos pretenda gobernar. Este cambio debe comenzar en la manera de seleccionar a nuestros gobernantes, lo cual debe hacerse mediante elecciones libres, donde todos los venezolanos con derecho al voto, elijan realmente y no solo voten, donde el ciudadano ejerza su soberanía. Hay que rescatar el valor y el poder del voto ciudadano como un real y verdadero instrumento de cambio.

Para empezar a cambiar tenemos que comenzar por examinar a los candidatos postulados en el marco de sus propuestas del estado Aragua que queremos. Es absolutamente necesario que nos avoquemos al debate en vez de la campaña, muchas veces marcada por el descrédito del contrario más que en la propuesta propositiva. El candidato de la oposición democrática, quien muy probablemente sea el próximo Gobernador de Aragua, debe encarnar y representar el cambio que necesitamos.

Quienes a pesar la profunda crisis que padecemos, seguimos soñando una Venezuela democrática, solidaria, generosa y próspera, en la que podamos vivir con dignidad sin renunciar a la forma en que pensamos, tenemos la obligación ética y moral de apoyar la emergencia de los nuevos liderazgos. Basta ya del reciclaje de los representantes de la vieja partidocracia, de los “nuevos bueyes cansados”. Las elecciones primarias del próximo 10 de septiembre son una oportunidad para iniciar un nuevo comienzo. Participemos con conciencia y ética ciudadana. Propulsemos el cambio que Aragua y los aragüenos nos merecemos.

Aragua sin Miedo

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La historia narra que frecuentemente los pleitos entre grupos afines son más encarnizados que entre los disímiles. Así, los cristianos seguidores del papado se enfrentaron con otros cristianos considerados “herejes”. Judíos y musulmanes tienen raíces comunes y sin embargo no logran convivir. Sunitas y chiitas se matan entre ellos. En Venezuela, para salir de la dictadura de Maduro, los demócratas estamos encasillados en cuatro grupos que parecieran aferrados a dogmas religiosos: los partidarios de la intervención armada, los promotores de las protestas cívicas, los defensores a ultranza del voto y los que insisten en la negociación.

Por principios pensamos que una intervención de nuestra Fuerza Armada no es lo más deseable, pero se justificaría ante una dictadura con apoyo de Cuba, Rusia, China, de la izquierda del Foro de Sao Paulo e infiltrada por el narcotráfico y favorecedora del terrorismo internacional. Sin embargo, esta opción tiene rechazo en la esfera política que teme se cambie una dictadura por otra, lo cual pensamos no sería probable También por cierto prurito de que el problema lo debemos resolver los civiles. Este rechazo quizá impidió una deseable unión cívico-militar y explica la poca solidaridad con los militares presos. Hoy, con un alto mando servil es poco probable una intervención militar exitosa y aspirar que sea una fuerza foránea no solo es poco realista, sino ser ciegos ante sus indeseables consecuencias.

En el grupo de promotores de las protestas cívicas incluimos no solo a los que predican las manifestaciones de calle, sino también a quienes promovieron paros y una actitud más frontal desde los inicios del régimen. Se logró desnudar a la dictadura. Lamentablemente, no conseguimos el cambio y, por ahora, la represión ha obligado a suspender las acciones de calle. Quienes critican esta salida han llegado al colmo de afirmar que la dictadura se impuso como reacción defensiva ante estos hechos e incluso que Maduro aprobó la constituyente cubana porque algunos dirigentes democráticos se opusieron al diálogo con Rodríguez Zapatero de intermediario.

Los electoralistas están convencidos de que el voto es la única vía válida para salir del régimen. Algunos llegan a sostener la necedad de que la lucha democrática y efectiva solo se inició en el 2006. Desde luego que votando hemos logrado importantes resultados, al evidenciar que somos mayoría y despertar la atención y apoyo internacional. Sí debemos reclamar a nuestra dirigencia que tardó mucho en calificar de dictadura al régimen actual, que durante los primeros años prefirió la vía del apaciguamiento y que no actuó unida.

Sin embargo, es injusto criticar a la MUD por no lograr lo que aprobamos en el referendo del 16 de julio, así como aseverar que por aceptar ir a la elección de gobernadores esa organización se apartó del mandato del pueblo. La MUD rechazó y desconoció la constituyente cubana y gracias a su trabajo los principales países democráticos también lo hicieron. Ha demandado reiteradamente a la Fuerza Armada y a los funcionarios públicos que deben obedecer y defender la Constitución de 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional. En cumplimiento de lo exigido, procedió a designar nuevos magistrados del TSJ. ¿Qué hizo la dictadura? Puso presos a quienes capturó y obligó al resto a auto exiliarse. Aprobamos la realización de elecciones libres y transparentes y la MUD lo ha estado requiriendo.

Cuando ninguna de las partes tiene la fuerza para imponerse, la negociación no es una entrega, sino una necesidad. El objetivo no puede ser una rendición incondicional de alguna de las partes. Ambas tienen que ceder algo. La Constitución de 1999 tiene que ser el punto de referencia. La presión nacional e internacional son imprescindibles y tiene que ser conducida por expertos en el tema, con avances graduales y sin micrófonos ¿Es difícil una salida negociada? Claro que lo es.

La dirigencia democrática ha intentado salir del régimen por las vías mencionadas. Si no se ha logrado es porque estamos ante gente sin escrúpulos, con un proyecto político perverso gestado durante años, apoyado en las armas y en jueces corruptos. De nuestro lado ha faltado cohesión. Los dirigentes de los cuatro grupos mencionados, los articulistas y usuarios de las redes sociales tenemos que cesar las descalificarnos mutuas, muchas de ellas sin fundamento. La votación para gobernadores es un escenario más de lucha, enfatizando las necesidades de la población y las promesas gubernamentales incumplidas. Ojalá elijamos nuevas caras. Claro que harán trampas, inhabilitarán a algunos y les quitarán atribuciones, pero no podemos doblegarnos.

Como (había) en botica: Gente el Petróleo no apoyará ningún candidato en las primarias, pero sí a quienes sean designados abanderados de la unidad. Atención médica y libertad para los estudiantes Kevi Rojas, Alex González y José Dávila, presos políticos en la ergástula de El Dorado. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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José Rosario Delgado

Es muy cierto que existe una gran cantidad de personas que desde diferentes trincheras y hacia distintos objetivos disparan a diestra, siniestra y a mansalva a través de las redes sociales, con o sin máscara, sin y con premeditación y alevosía, también es de verdad rigurosa que hay otros que mantienen un silencio impúdico, deshonesto e indigno ante los hechos que año a año, mes a mes, semana a semana, día a día y minuto a minuto se suceden aquí en Venezuela y que repercuten ya en el mundo.

Son los que se mantienen a la expectativa, agazapados en movimiento sigiloso, que no le tiran un disparo al gobierno ni otro a la oposición, esperando a ver qué pasa y cuadrarse a la hora de que todo esto caiga y se deshaga porque no les cabe, como a nosotros, ninguna duda de que esto en cualquier momento caerá y se hará pedazos, con el favor de Dios y la ayuda de todos.

Tal silencio de los indecentes es aberrante porque, agachaditos, hacen negocios y obtienen pingües ganancias a la luz y la sombra de millones de familias que no pueden ni tienen qué comer ni medicamentos para paliar sus graves males crónicos o agudos, viejos o de nueva data, las enfermedades modernas generadas y potenciadas por esta crisis que nos acogota y nos agobia día y noche con tormentosos pensamientos irresolubles.

Algunos aportan cifras sobre ingresos y egresos oficiales y/o empresariales, pero no muestran posibles medidas para afrontar la difícil situación ni por lo menos alertan o exigen con valentía lo que gobierno y oposición deben hacer, tienen que hacer y están obligados a hacer en atención a los principios y fundamentos de la Constitución de la República.

Otros, por supuesto, simplemente cantan la lotería, pasan la raqueta y guardan en casa las ganancias y no dicen ni pío, ni esta boca es mía, cuando hay gente que desde el mismo montaje de obras teatrales, con dramas o comedias, sí se ponen al lado del pueblo y reclaman atención de la comunidad nacional e internacional para que volteen su mirada hacia Venezuela, hacia nosotros, que vean que no es mentira lo que está pasando ni es culpa del supuesto imperio o de la inexistente burguesía criolla, sino de la oligarquía bolivariana y comunista, es decir, el grupito inferior a diez capitostes con o sin soles ni estrellas que mancillan al noble pueblo venezolano.

Criticamos a los que nos atacan y atacamos a los que nos critican, pero no nos percatamos de que hay un sector que guarda silencio incorrecto y cómplice, una caterva de indecentes que esperan, como sucede en los recovecos de toda dictadura, con obscena cautela y sucio disimulo, el instante de asomarse como mártires y hacerse de espacios y bienes que les reportarán importante presencia en el venidero gobierno o en la periferia…

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Si algo ha caracterizado al liderazgo opositor ha sido la facilidad con que cambia de estrategia, en su afán por intentar de salir del gobierno antes de que el gallo cante tres veces. Desde los días del paro petrolero y el llamado sin retorno a Miraflores hasta la última convocatoria al boicot electoral que pondría fin a la constituyente, los líderes de la oposición en su versión Coordinadora Democrática y ahora Mesa de la Unidad Democrática, han variado sus objetivos políticos tantas veces como sus deseos de salir ¡YA! del gobierno; eso sí, sin darle explicación alguna a sus seguidores de las ofensivas y retrocesos, como si quienes sufren los embates de sus dislates, fuesen contratados para una marañita rapidita y no el pueblo mismo.

No hay que hacer leña del árbol caído, pero ya bastantes ramas y hojas han ardido en estos avatares colmados de errores. Nadie debe olvidar los estragos realizados por las corrientes abstencionistas dentro del concierto opositor; ellas se han alimentado del discurso radical, “del Chávez y ahora Maduro vete ya”. Recordar, siempre será útil, los llamados de no ir a votar en las parlamentarias del 2005. De aquellos polvos son estos lodos de supra poderes asfixiantes que todavía se pavonean en el TSJ, CNE, Fiscalía y Contraloría Nacional. También del llamado a descargar la arrechera con su consabido recule, nos vino la abrumadora abstención en las elecciones municipales del 2013 cubriendo de rojo el mapa político del país.

No deja de tener razón la cantaleta oficialista en cuanto a que la Constituyente trajo la paz, la gente no es tonta y sabe que los objetivos no se cumplieron. Ni se pudo evitar el fraude y tampoco Maduro se fue de Miraflores; esas son verdades tan grandes como los equívocos cometidos y no reconocidos por quienes se abanderaron de estas iniciativas políticas.

Ahora bien, será pertinente insistir machaconamente en la autoflagelación y no buscarle salida al marasmo creado; es evidente que no, hay que seguir adelante asumiendo como la mejor autocritica, el no regresar nunca a las posiciones vanguardistas, de pretender sustituir la participación ciudadana por la acción heroica del radicalismo individualista.

No todo está perdido y me opongo rotundamente a repetir la predica desmoralizante de que nuestros esfuerzos por salir de Maduro a través de las luchas de calle fueron en vano. Después de los 120 días de intensos combates populares, tenemos a un gobierno acorralado y aislado internacionalmente, por los graves crímenes cometidos en las protestas y por tener repletas las cárceles venezolanas con prisioneros por causas políticas. El fraude constituyente se le ha convertido en un espanta pájaro, intimidando a quienes ellos consideran sus enemigos, pero sin la fuerza institucional para cambiar ni a un solo representante de los poderes públicos. No en balde, sus primeros 30 días se le han ido como si no existiesen.

Se avecina una nueva coyuntura política, la misma es una conquista de las protestas en estos últimos cuatro meses, ofrendada incluso con la sangre de nuestros jóvenes asesinados. El gobierno se ha enredado al adelantar las elecciones regionales. La MUD con acertada sagacidad ha resuelto participar y, debemos acompañar masivamente este nuevo llamado al redil de la participación, pacífica, democrática y electoral, por ella se inició esta lucha. Solo a Maduro le interesa el lamento y la ira contra las elecciones de gobernadores. Ellos juegan a que, por ese camino de rosas, tendido por el abstencionismo desmoralizante, volverán como en el 2012 a ganar la mayoría de las gobernaciones del país.

En estas primarias para designar al futuro candidato a la gobernación de la oposición el enemigo a vencer es la abstención y, quienes se anden frotando las manos porque una alta dosis de este perverso fenómeno, les pueda ayudar a ganar la contienda candidatural interna, están echándole gasolina al fuego. Las maquinarias electorales son útiles tan solo para evitar fraudes. La participación masiva de la sociedad civil en las primarias de la MUD debe ser la antesala de la gran victoria contra Nicolás Maduro y todos los candidatos impuestos a dedos al activismo del PSUV. Nuestro enemigo es la abstención y ese es el punto.

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¿Planificado o improvisado? Lo cierto es que desde el año 2013 el régimen ha venido implementando estrategias de movilización política para reagrupar a sus seguidores y cohesionarlos en función de un proyecto político, que en la práctica se va alejando significativamente de la democracia y sus valores.

La primera estrategia fue el Plan Estratégico Comuna o Nada 2013-2016, que junto a la activación de la Comisión Presidencial para el Impulso de las Comunas, pretendió fortalecer e incentivar la movilización política y social para afianzar las bases y los espacios comunales, vendiendo la idea de resolver junto al pueblo lo que se pueda resolver y romper la lógica asistencial[1]. En este sentido el tiempo habla por sí solo y entre Comuna o Nada, el resultado es “nada”.

Desde diciembre 2010, una Asamblea Legislativa ilegítima pretendió imponer el modelo comunal vía el paquete de leyes que desarrolló el modelo del Poder Popular. Esas leyes se complementaron en el 2014 con otros instrumentos normativos, que a través de una Habilitante, facilitó el recorrido para el financiamiento del modelo comunal y la transferencia de bienes y servicios hacia el denominado Poder Popular.

El tejido legislativo no ha sido suficiente y en el 2015 aparece una nueva estrategia a través de los llamados Consejos Presidenciales del Poder Popular, regulados por un Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, publicada en Gaceta Oficial extraordinaria No. 6.209 del 29 de noviembre de 2015.

El Decreto mencionado presenta a estos Consejos como una instancia de agrupación sectorial, mediante el cual el Gobierno intenta simular un modelo de Gobierno Popular, participativo y protagónico, que propone una relación directa con el Presidente[2] en los asuntos públicos.

Esos Consejos fueron creados, supuestamente, con la finalidad de contribuir con la formulación, evaluación y seguimiento de políticas públicas; pero en la práctica no fue más que otro ejercicio de movilización para la reagrupación de las fuerzas políticas del oficialismo, con la excusa de un llamado a consulta nacional para la rectificación, reimpulso y renacimiento del proyecto socialista[3].

En aquél momento el Gobierno habló de la conformación de unos 12 Consejos Presidenciales, a saber: Comunas, Personas con Discapacidad, Juventud y Estudiantes, Mujeres, Trabajadores Culturales, Educación, Clase Obrera, Campesinos y Pescadores, Salud, Adultos Mayores, Sexo diversidad y Expresiones de Género, Pueblos Indígenas.

En diciembre 2015, esos Consejos Presidenciales presentaron al Presidente Maduro un informe en el cual alertaban que los cimientos sobre los cuales estaba montado el proceso revolucionario estaban débiles, o simplemente, ya no estaban en las mismas condiciones como los había dejado el liderazgo de Chávez[4].

Entregado el informe, una nueva estrategia apareció en el tablero del juego político, denominada: Congreso de la Patria, presentado por el Presidente Maduro como una estrategia para reorganizar las denominadas “fuerzas de la Patria” a través de la activación de unas asambleas patrióticas constituyentes de base en cada espacio territorial.

Los objetivos propuestos por ese Congreso de la Patria fueron: 1) Construir un nuevo bloque histórico. 2) La promoción de nuevas formas de organización que atiendan a la realidad territorial y articulación con el Poder Popular. 3) La Construcción de una nueva hegemonía cultural basada en valores de patriotismo, humanismo y justicia social. 4) La construcción de un nuevo modelo económico productivo buscando la independencia del país. 5) La profundización de distintas vías de lucha, más allá de la electoral.

Ese Congreso de la Patria presentó un balance de las 100 propuestas elevadas en el marco de la Agenda Económica Bolivariana: el Plan Económico-Productivo, asumiendo los motores socio-productivos; la Agenda Educativa, Saber y Trabajo, la Agenda Tributaria, las Tres R; la Agenda de la Suprema Felicidad; la Agenda Política para la Unión Cívico-Militar; y la lucha contra la guerra económica y los bachaqueros[5].

Luego de esos ejercicios de movilización y organización, orientados claramente a la defensa del régimen, se concreta la idea de la Asamblea Constituyente. ¿Planificado o improvisado? Lo cierto es que hay un proceso político ilegítimo e inconstitucional que ha asumido los poderes absolutos del Estado y ahora amenaza a la mayoría electoral con la discusión de un proyecto de reforma constitucional que deberá ser consultada en un referendo[6].

La Constituyente representa la ruptura del orden constitucional y democrático, es la expresión de un golpe de Estado, promovido u orquestado desde las propias instituciones públicas, tal y como lo ha advertido, denunciado y reclamado la Asamblea Nacional desde el año 2016, a través de sus distintos Acuerdos Políticos.

Frente a ese supuesto debate constitucional la Unidad sólo plantea, hasta la fecha de este artículo, una estrategia electoral, que además se presenta incompleta. No es fácil de entender la pasividad con la cual dirigentes, partidos y sociedad civil en general han aceptado la omisión de convocar a elecciones para legisladores regionales. El Poder Público Estadal son los gobernadores y los legisladores, ambos son necesarios e indispensables.}

Transcurridas las elecciones de gobernadores, nuevamente el ¿ahora qué? romperá la pasión electoral. Por lo tanto, es urgente que la Unidad plantee una estrategia complementaria a la electoral, que vaya en paralelo al proceso de elecciones de gobernadores y que busque cohesionar a los venezolanos en función de la restitución del orden constitucional y democrático.

El desafío es pensar más allá de lo electoral y no condicionarnos a la simple protesta por una realidad que ya nadie puede esconder.

Tal vez Mario Briceño Iragorry en su obra Mensaje Sin Destino, nos dejó una reflexión útil y oportuna para valorar el rol que ciudadanos y dirigentes políticos tenemos en el presente, cuando afirmó: Ayudar al pueblo es por lo tanto nuestro deber presente….Debemos ayudarle, no a que grite, como aconsejan los demagogos, ni a que olvide sus desgracias, como indican los conformistas del pesimismo, sino a que reflexione sobre sí mismo, sobre su deber y su destino.”[7]

[1]Radiomundial.com.ve Con el Plan Comuna o Nada la articulación del movimiento comunero avanzó. 29 de abril 2014. Online en: http://www.radiomundial.com.ve/node/741

[2]Albaciudad.org. 16 de diciembre 2015. Online en: http://albaciudad.org/2015/12/en-videos-todas-las-intervenciones-de-los-...

[3]AVN. Consejos del Poder Popular abriran consulta para el renacimiento bolivariano de la Patría. 15 de diciembre 2015. Online en: http://www.avn.info.ve/contenido/consejos-presidenciales-del-poder-popul...

[4]Sirtrame. Documento suscrito por 12 Consejos Presidenciales y entregado al Presidente Maduro. 19 de diciembre 2015. Online en: https://sirtrame.wordpress.com/2015/12/19/documento-suscrito-por-los-12-...

[5] Minci. Congreso de la patria tiene como objetivo consolidar un nuevo poder popular. 19 de abril de 2016. Online en: http://minci.gob.ve/2016/04/congreso-de-la-patria-tiene-como-objetivo-co...

[6] Noticiasaldia.com ANC inicia esta semana redacción de la nueva Constitución. 28 de agosto de 2017. Online en: http://noticiaaldia.com/2017/08/anc-inicia-esta-semana-redaccion-la-nuev...

[7] Briceño Iragorry, Mario. Mensaje Sin Destino. Pág.

PolitiKA UCAB, 2 de septiembre 2017

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​José E. Rodríguez Rojas

En este artículo continuamos discutiendo la visión de la constituyente venezolana que varios analistas entrevistados, en ediciones recientes del programa CNN Dinero, han planteado. En esta oportunidad discutimos la contradictoria posición del presidente colombiano en relación a los regímenes dictatoriales en América Latina. Según el periodista de CNN Xabier Serbiá y el analista entrevistado, Carlos Alberto Montaner, esta posición de Santos es parte de la actitud que ha caracterizado a los gobiernos latinoamericanos en relación a la dictadura cubana, la cual ha oscilado entre la tolerancia y la condena. Ellos plantean que el régimen de Maduro continúa haciendo de las suyas, confiando en que la actitud de los gobiernos de la región frente a Cuba se extienda a la dictadura venezolana.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos arremetió, en un artículo titulado “Lloramos por ti, Venezuela”, en términos bastante duros contra el régimen de Maduro y su deriva autoritaria, señalando al final que no se puede aceptar una dictadura en el centro de América Latina. Según Serbiá, esta actitud del cachaco Santos es contradictoria, pues el presidente colombiano legitimó a la dictadura cubana al incorporarla como facilitadora y anfitriona de las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). De este modo, Santos contribuyó a la legitimación de la dictadura de los Castro, tal como han hecho otros países, incluido los Estados Unidos.

Según Carlos Alberto Montaner, Estados Unidos también ha contribuido a la actitud de tolerancia frente a la dictadura de los Castro. Desmanteló la política de aislamiento establecida por la OEA, a partir del gobierno de Gerald Ford, quien autorizó la venta a Cuba de vehículos de la compañía Ford hechos en Argentina. Posteriormente, Jimmy Carter dio luz verde a la apertura de una especie de embajada en la Habana, llamada “oficina de intereses”, dando fin así a la política de aislamiento.

Pero el cachaco Santos fue más allá que los Estados Unidos y otros países de la región, al darle a Raúl Castro un rol protagónico en las negociaciones con las FARC. Como consecuencia de la decisión del cachaco colombiano, el grupo guerrillero, ahora transformado en partido político, tiene las puertas abiertas para tejer una madeja de alianzas en el hermano país con el apoyo del gobierno forajido de Venezuela y de la dictadura castrista. Adicionalmente a ello, Santos, integró de hecho a la dictadura cubana como parte de los aliados de Colombia en su política exterior. Ello se reflejó en la reciente reunión que el laureado nobel sostuvo con Raúl Castro solicitándole que intercediera ante Maduro a fin de que éste desistiera de sus intentos de instaurar una dictadura en Venezuela.

La actitud de Santos solicitando la mediación de Castro es asombrosa e ingenua, según Montaner, pero conociendo la astucia del líder colombiano es algo difícil de creer. Santos tiene información privilegiada de sus servicios secretos y de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos, sobre los detalles de la relación de Maduro con la dictadura de los Castro. Debe saber que Maduro es un hombre de La Habana. Según Montaner, fue formado en la escuela de cuadros del partido comunista cubano y está copiando el modelo cubano a fin de instaurarlo en Venezuela. En este sentido, la constituyente busca establecer las bases legales del tinglado autoritario de Maduro y su mafia, siguiendo las instrucciones del dictador cubano.

¿Por qué Santos parece ignorar lo que es conocido por todos los analistas políticos que han centrado su atención en Venezuela y su relación con Cuba en los últimos años? La actitud de Santos es un caso extremo de la posición de los gobiernos de la región con respecto a la dictadura cubana. Esta posición, según Montaner y Serbiá, ha oscilado entre la condena y la tolerancia. Pero en el caso de Santos llega a la complicidad. El gobierno de Maduro, bajo la asesoría cubana, está confiando en que la actitud de los gobiernos latinoamericanos frente a La Habana se extienda a Venezuela, según el periodista y el escritor cubano mencionados. La condena al régimen de Maduro por parte de 11 presidentes de la región puede ser parte de este juego de los países de América Latina, que llevan ya varias décadas condenado a la dictadura de los Castro, pero tolerando sus desatinos y en ocasiones siendo cómplices de los mismos.

Sin embargo, hay que acotar que el caso venezolano es diferente al cubano. Como lo ha planteado el historiador Antonio Herrera-Vaillant, el régimen cubano ha tenido, al menos durante sus primeros quince años, una respetabilidad de la cual ha carecido el régimen chavista. Por el contrario, el Estado venezolano se ha convertido en un Estado delincuente cuyos miembros están acusados de tener fuertes conexiones con el narcotráfico. Ello representa un problema para sus vecinos, que han colocado el tráfico de narcóticos y las organizaciones relacionadas, como uno de los principales problemas a combatir. La respetabilidad de Cuba en la región y el mundo, ha surgido de sus avances en materia de seguridad social, que han sabido mercadear muy bien. Como lo ha planteado el historiador Herrera-Vaillant, el régimen venezolano carece de esa imagen, la mayoría de los gobiernos y organizaciones están conscientes de que ha sumido a Venezuela en una crisis humanitaria sin precedentes, mientras sus dirigentes viven un estilo de vida privilegiado financiado por la corrupción con los dineros públicos.

Las diferencias señaladas podrían llevar a la comunidad internacional a una posición más firme, y a presionar en forma más efectiva al régimen venezolano para que restaure los mecanismos democráticos y ceda en sus alianzas con los grupos criminales. Probablemente esto sea lo que el cachaco colombiano tuvo en mente a la hora de reunirse con Raúl Castro.

Nota: el artículo de Santos “Lloramos por ti, Venezuela” se publicó en el diario El País, el 17 de agosto del presente año.

Profesor UCV

josenri2@gmail.com

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A la una de la tarde del día 17 de diciembre de 1830, los rayos de un sol brillante incidían perpendicularmente sobre el tejado de la Quinta de San Pedro Alejandrino. El calor era insoportable. En una de sus habitaciones agoniza Simón Bolívar. Le acompañan Mariano Montilla, José María Carreño, José Laurencio Silva, Cruz Paredes, Fernando Bolívar, Belfort Wilson y su médico Alejandro Próspero Reverend.

Paradójicamente, junto a aquel hombre que tanto las había amado no hay en aquella hora suprema ni una sola mujer. De repente y en impecable castellano, se le oyó decir al Libertador:

En este instante culminante de mi existencia, solo me embarga un deseo irresistible por hundirme hasta mis hombros en las aguas cristalinas del Lago Titicaca. Un baño en esas aguas debe tener el sabor de la Grecia de Pericles y el saber inmortal de la Grecia de Sócrates, Platón y Aristóteles”.

Inexplicablemente, sobre uno de los ventanales de la habitación apareció un Cóndor de los Andes que desplegó sus inmensas alas y encima de ellas se instaló cómodamente el gran hombre. De inmediato, el Cóndor alzó el vuelo y llevó a Bolívar a desandar los caminos por donde había sembrado de Repúblicas soberanas todo el territorio que había ocupado la América hispana.

Cuando el Cóndor divisó el altiplano de lo que hoy es la República Multiétnica de Bolivia, disminuyó considerablemente su velocidad de desplazamiento y comenzó a descender hasta posarse sobre una alfombra

de verdes musgos que a orillas del Titicaca, los aguardaba.

Allí se bajó Bolívar y con su habitual altivez, comenzó a caminar hasta que las aguas lo cubrieron todo. Enseguida se hicieron presentes miles de peces multicolores que con delicadeza e inocultable amor, lo condujeron hasta una hermosa y confortable gruta que había sido esculpida en la zona más profunda, inaccesible y abismal del lago.

Allí, en esa gruta inexpugnable permanecerá El Libertador hasta que la moral y las luces sean los polos de la República Bolivariana de Venezuela.

Cuando ello ocurra, entonces el Cóndor regresará al Lago de Titicaca a buscar al Libertador para llevarlo hasta un lugar que se encuentra más allá del universo, más allá de las estrellas, más allá del pensamiento y hasta más allá del más nunca….

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