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Opinión

Humberto García Larralde

Al final de una larga entrevista, el historiador argentino, Federico Finchelstein, especializado en el estudio del fascismo, tanto en sus expresiones clásicas como en las contemporáneas, y autor de varios libros sobre el tema, descarta el término, “fascismo de izquierda”, para referirse a regímenes como el de Maduro[1]. Siendo su ideología inherentemente de derecha, un fascismo de izquierda no tendría sentido.

Esta opinión contrasta con la de muchos otros analistas para quienes el fascismo --comoquiera que lo definamos-- no posee una ideología distintiva. Recordemos para empezar a Umberto Eco. Consideraba al fascismo como un fenómeno propio de la Italia de Mussolini, sin doctrina específica, sino guiado por un pragmatismo ecléctico. No existía ninguna “ideología fascista” que inspirase movimientos parecidos en otros países. Estas similitudes las englobó en su escrito, bajo la fórmula de “Ur-fascismo”[2]. Diversos movimientos “proto-fascistas” responderían a resentimientos particulares, enraizados en experiencias de sociedades distintas. No obedecerían a una doctrina única, común, como en el caso del comunismo. Sin embargo, compartieron construcciones simbólicas análogas para canalizar a su favor, políticamente, este resentimiento.

Ello permite a otros autores[3] hablar de un “fascismo genérico”, caracterizado por un conjunto de elementos comunes que aparecen, bajo formas distintas, en estos movimientos. Ha perdurado, empero, la definición estalinista del fascismo como enemigo antagónico del comunismo, a pesar de sus afinidades totalitarias, por lo que –también para Finchelstein-- no podía ser de izquierda.

¿Y a qué vienen estas disquisiciones teóricas? La perspectiva de un “fascismo genérico” contribuye mucho a entender el fenómeno chavista, aún cobijado de “izquierda”. Permite, a su vez, elaborar un argumento crítico sobre la actitud de algunos gobiernos de izquierda –hoy en auge en la región-- con respecto a su relación con los gobiernos de Maduro y de Daniel Ortega. Asimismo, un examen serio de este tema rescata al fascismo como categoría de análisis, que ha sido tan banalizado por la izquierda estalinista como simple epíteto descalificador de quienes esgrimiesen posiciones contrarias.

El liderazgo carismático de Chávez encaja claramente con la definición de fascismo genérico. Invocó la épica emancipadora para exacerbar fibras chauvinistas, cebando su discurso en la denuncia populista de las élites gobernantes --la oligarquía criolla-- que habían traicionado los sueños de Bolívar. Eran enemigos de Venezuela, al servicio del imperialismo de ayer y de hoy. Como heredero autoproclamado del Libertador, encabezaría la lucha redentora del Pueblo noble y patriota contra estos apátridas.

Su política tomó la forma de una guerra, salpicada de términos militares y de un lenguaje de odio para atizar la violencia contra aquellos por parte de sus bandas de choque camisa-roja. Buscó legitimar, ante sus partidarios, la discriminación, desde el Estado, de quienes no comulgaban con su prédica visionaria: al enfrentarse a Chávez, no podían ser Pueblo. Como en el fascismo clásico, su prédica se condimentó con el culto a la muerte, “patria, socialismo o muerte”, y propició la supremacía de lo militar. La obsecuencia y lealtad absoluta a su persona fue exigido como criterio sine qua non para participar en el destino glorioso que depararía su lucha –la construcción del Hombre Nuevo. Ello habría de eliminar toda manifestación ciudadana autónoma para subsumirla en una masa uniformemente “revolucionaria”.

La deriva de la prédica chavista hacia cánones comunistas, bajo la tutela de Fidel Castro, ejemplifica cómo discursos que pregonan “verdades” muy distintas a las del fascismo clásico --en este caso, la mitología comunista, pero también de inspiración religiosa o atávica—pueden alimentar fanatismos que desatan prácticas políticas muy parecidas. El neofascismo admite, por tanto, el concepto de “fascismo de izquierda” (la discusión de sí Chávez, en realidad, fue comunista, tendrá que esperar otro momento).

Un aspecto a destacar del fascismo es su necesidad de mantener la tensión del combate para galvanizar a sus partidarios en su lucha. La lucha es su razón de ser. Nunca el enemigo es totalmente derrotado; emergerán otras amenazas; no se puede bajar la guardia ni confiar en “los otros”, etc., etc. Esta vocación, por destructiva, es inherentemente revolucionaria. Le sirvió muy bien a Chávez para desmantelar la institucionalidad del Estado de derecho que constreñían su ambición de poder. Llenó el vacío resultante con su poder personal, omnímodo y discrecional, que no admitía disidencia alguna. La revolución era él.

Al ocupar la presidencia Maduro, continuó con la labor destructiva de su mentor. Se afincó en violentar el ordenamiento constitucional para anular a la Asamblea Nacional, en manos opositoras. A diferencia de aquél, empero, no gozaba ni del carisma ni de la ascendencia política (ni militar) para sustituirlo con su poder personal. Acudió a aquellos estamentos militares quienes, encandilados por el discurso patriotero de Chávez, habían adquirido creciente coprotagonismo en lo que resultó, en realidad, un proceso de traición a la patria. Terminaron por ocupar el poder. Pero como ya no les movían fantasías redentoras, bastante desprestigiadas, se fueron adueñando de importantes puestos sobre la economía. Los llevó a consolidar una institucionalidad paralela, afianzada en las jerarquías y estructuras castrenses, que proporcionase ciertas seguridades a sus empeños. Y, junto a los enchufados civiles, cual mafias de película, coincidían en la conveniencia de contar con un marco de “normalización” que permitiese lavar sus fortunas mal habidas. Fueron inclinándose hacia posiciones propias de las dictaduras militares tradicionales, interesadas en evitar zozobras que pudieran afectar su dominio. No obstante, al carecer de las garantías de un Estado de derecho capaz de generar confianza, estabilizar los precios, atraer inversiones y generar empleo productivo, el “arreglo” económico fue haciendo agua. Hoy estamos, de nuevo, a las puertas de un proceso hiperinflacionario, con terribles consecuencias para la población.

Emerge, entonces, un equilibrio precario de poder entre quienes les interesa cierta estabilidad, con la esencia propiamente disruptiva del fascismo, en cuyo vértice intenta balancearse Maduro. Diosdado Cabello excita adrede reflejos fascistoides con el proyecto de ley en contra de las ONGs, para pescar en río revuelto ante la coyuntura presentada. Aparece una “Misión de Verdad” (¡!) para estigmatizarlas por no comulgar con la única verdad aceptable. Desde el Ejecutivo se acentúa la arremetida en contra de los medios de comunicación. Reaparecen bandas fascistas para amenazar a quienes salen a la calle exigiendo un salario digno porque no aguantan más. Y Maduro, tratando de complacer a todos, vuelve a denunciar a las sanciones impuestas por EE.UU. como escapatoria. El desbarajuste de las fuerzas opositoras, notoria luego de la defenestración --sin estrategia alternativa-- de la presidencia interina, le tiende la cama a quienes piensan que es el momento propicio para “aniquilar al enemigo”.

La idea de la política como una guerra contrasta con la estabilidad procurada por quienes buscan salvaguardar sus intereses. Estas contradicciones deben ayudar a asentar una estrategia más efectiva para la recuperación de la democracia. De reactivarse la negociación en México, ¿Podrá aspirarse a que surjan posturas más abiertas al retorno al ordenamiento constitucional dentro del oficialismo? ¿Qué hace falta para que ocurriese? Suponiendo el interés de un chavismo no fascista en estabilizar su situación, ¿Estaría dispuesto a acompañar a la oposición en la restitución de la institucionalidad democrática? ¿Cómo combinar ello con las aspiraciones de mejora y de justicia de las mayorías?

Finalmente, es menester denunciar que, detrás de ese antiimperialismo pleno de clichés revolucionarios, se ampara una dictadura primitiva que, en reacción a las conquistas de la democracia liberal en el mundo de hoy, busca aliarse con despotismos criminales, negadores de derechos humanos fundamentales, como los de Putin, Cuba e Irán. No es posible que algunos gobiernos de la región que se consideran de izquierda continúen alcahueteando regímenes represivos y torturadores, verdugos de la libertad.

[1] Los populismos de extrema derecha, ¿una vuelta al fascismo? https://gatopardo.com/noticias-actuales/federico-finchelstein/

[2] ECO, Umberto, “Ur-fascismo”, New York Review of Books, June 22, 1995

[3] PAYNE, Stanley (1997), A History of Fascism 1914-45, Routledge, London and New York; PAXTON, Robert O. (2005), Anatomía del fascismo, Ediciones Península, Barcelona, España.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

 6 min


Julio Castillo Sagarzazu

La decisión de María Corina Machado de participar en las elecciones primarias es un hecho político mayor de este periodo.

Lo es por varias razones. Primero porque es una decisión que va en la vía de incrementar la fuerza de una salida política a la crisis de Venezuela y luego porque ha puesto, en el desalentado panorama de la oposición venezolana, una referencia que no estaba en el tablero.

Por supuesto que es demasiado pronto para lanzar el sombrero al aire y declarar que el camino para presentar una opción electoral competitiva ya está recorrido.

Venezuela no es un país normal y el régimen de Maduro aun conserva los poderes facticos que pueden hacer naufragar cualquier iniciativa democrática para salir de nuestra pesadilla.

Para que tal perspectiva cuaje, entonces, son necesarias muchas cosas. Una muy importante es que la realidad geopolítica mundial y los intereses de los aliados de la democracia venezolana y los aliados de Maduro, puedan coincidir para auspiciar ese proceso. Para ello la presión interna y externa no solamente no debe cesar, sino que debe ir “in crescendo”.

Sobre este ultimo particular hay varias noticias auspiciosas. La movilización social en el país, es una de ellas. Las manifestaciones del magisterio y los funcionarios públicos no han sido derrotadas y administran sus fuerzas con inteligencia para no desgastarse y conservar sus activos en buenas condiciones. La dirigencia social, tendrá un papel importante en mantener el clima de lucha y la unidad de los factores sociales.

La otra noticia interesante, esta referida a la fotografía que hoy muestran los estudios de opinión: En efecto, la intención del voto de los venezolanos sigue siendo alta y contrasta con la poca adhesión simultánea a los partidos políticos. Dicho de otra manera: la crisis de representatividad de los partidos políticos, no ha sido óbice para que nuestros compatriotas pierdan la esperanza en el valor de su voto para expresarse políticamente. Incluso, aun mas sorprendente, es el alto numero de voluntades que se expresan a favor de participar en un proceso de primarias de la oposición.

Estos mismos estudios de opinión revelan que la principal recipiendaria de esa confianza electoral es María Corina Machado. Ello esta, sin duda, ocasionado por el reconocimiento a su trayectoria y a las cualidades intrínsecas de su liderazgo, pero también al hecho de que haya tomado la decisión de participar en el proceso político y electoral.

Es natural que un elector premie por sus cualidades a un líder, pero cuando percibe que ese líder va más allá de una postura testimonial y le percibe resolución par a alcanzar una victoria, no hay dudas de que ese reconocimiento crece y se fortalece.

No obstante, esta realidad, aún hay demasiados desafíos pendientes y mucha necesidad de investigar cuales son los resortes que en definitivamente dispararan la voluntad de los venezolanos para culminar con éxito esta tarea de recobrar la democracia.

Podríamos, sin embargo, a aventurarnos a decir cuales otras cosas nos revelan los estudios de opinión. Veamos:

1. La polarización como la conocimos hace años, ya no existe. El chavismo no es la mitad del país, sino una minoría.

2. Cualquier minoría, en efecto, puede ganar unas elecciones, incluyendo a la minoría chavista.

3. Hay que cohesionar una alternativa, pero a la vez hay que superar la practica del frentismo tradicional y la unidad de las cupulas que no necesariamente es interpretada como una unidad eficaz.

4. El balance de la frustración de los intentos de la plataforma opositora, pesa con fuerza en la construcción de esa alternativa. Pareciera que ninguna fuerza que reivindique esos esfuerzos fallidos, puede convertirse en la alternativa que aglutine a ese 70% que quiere un cambio.

5. Los mecanismos que se utilicen para determinar quien encarna una alternativa competitiva, pasan a tener una importancia capital. Los números que revelan la alta aceptación de las primarias parecieran sugerir que este es un tema que si interesa a los electores.

6. De allí que las primarias no deben convertirse en un nuevo episodio de desmoralización del elector opositor, sino en un momento de potenciar su entusiasmo. Para ello es necesario realizar un proceso transparente, sin exclusiones y donde se garantice el voto de todos los venezolanos estén donde estén.

7. Estas últimas son condiciones materiales obvias, pero es que, además, las primarias en si mismas deben ser un acto de rebeldía cívica, un acto de reafirmación de la lucha democrática y para ello deben parecerse a eso. De allí, que el tema del CNE tiene que ser tratado con cuidado extremo porque este organismo electoral no es un órgano independiente y autónomo, sino una oficina electoral del régimen. Es cierto que, en un país como el nuestro, esa es, una variable que debemos tomar en cuenta porque hay muy pocas posibilidades (al menos hoy) de que esa situación varie. De manera que la oposición tiene que saber que va a jugar en campo rival y con un árbitro de dudosísima independencia. Por ello, aceptar condiciones absurdas o presiones indebidas, podría desnaturalizar el proceso. Para seguir usando el símil, valdría decir que una cosa es saber que vamos a jugar un partido de futbol con el árbitro en contra, pero otra muy distinta es que aceptemos que ellos pongan nuestra alineación y que cambién las reglas del jugo 5 minutos antes de comenzar el partido.

La escena esta servida para comenzar una nueva etapa en esta lucha cívica. La entrada de María Corina Machado a la escena, como dijimos al principio, cambia muchos términos de esta ecuación. Queda un largo camino por delante y muchas tareas pendientes para convertir este fenómeno en una realidad estable y que trascienda el impacto del momento. Un reto importante.

Vale la pena asumirlo.

 4 min


Acceso a la Justicia

Ha sido el que ha acaparado más titulares, pero el Registro Nacional de Organizaciones No Gubernamentales es apenas uno de los obstáculos que deberán superar las organizaciones sin fines de lucro (OSF) nacionales para operar o continuar operando en Venezuela.

El polémico proyecto de Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines, que la Asamblea Nacional (AN) aprobó en primera discusión el pasado 24 de enero, también obliga a estas entidades civiles a inscribirse en otros registros como el de Defensa Integral. Así figura en el numeral 4 del artículo 14 del texto que presentó el diputado oficialista Diosdado Cabello.

¿Cuál es el objeto de ese registro, qué ley lo crea y a qué obligará a las organizaciones civiles a las que se les aplica el proyecto de ley?

Primero, el Registro de Defensa Integral está previsto en la Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral de la Nación, dictada por el Parlamento en 2014 y publicada en Gaceta Oficial n.º 40.440 del 25 de junio de ese año. Segundo, «es un servicio público, permanente, gratuito, automatizado y obligatorio, orientado a la inscripción de la persona natural en situación etaria y la persona jurídica, así como la actualización de sus datos», como lo establece el artículo 35 de esa ley.

En tercer lugar, el artículo 2 del instrumento citado señala que sus disposiciones son aplicables «a los venezolanos por nacimiento o por naturalización en situación etaria (18 a 60 años se agrega en el artículo 4)» y a las «personas jurídicas, entes públicos y privados». En este punto hay que advertir que la norma no hace ninguna distinción ni excepción entre asociaciones, sociedades, fundaciones, institutos autónomos, universidades, sindicatos o gremios, entre otros.

Por su parte, en el artículo 3 se precisa que el registro busca garantizar «las cuotas de reemplazo (de tropas)» para la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y «la capacitación y adiestramiento de los venezolanos por nacimiento o por naturalización durante la prestación del servicio militar».

Además, la Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral obliga a los órganos y entes públicos o privados a exigir como requisito indispensable para la inclusión en nómina o contratación el certificado de inscripción de la persona natural en el Registro de Defensa Integral o constancia de haber cumplido con el servicio militar (artículo 44).

Adicionalmente, en el caso de las personas jurídicas, la constancia de inscripción en este registro es condicionante para la obtención de solvencias laborales (artículo 46), mientras que los particulares no podrán obtener una licencia de conducir (artículo 45) ni un título universitario si no la presentan (artículo 47).

Así, de aprobarse el proyecto de ley que estudia el Parlamento contra las organizaciones no gubernamentales (ONG) y afines, la obligación de inscribirse en el Registro de Defensa Integral convertirá a todos los integrantes, trabajadores, miembros y voluntarios de las distintas organizaciones civiles que operan en Venezuela en potenciales reservistas de la FANB y, por lo tanto, podrán ser convocados por el presidente de la República, en su condición de comandante en jefe de la institución castrense, a realizar entrenamientos y capacitaciones en materia militar o a incorporarse a los cuarteles en caso de guerra, conmoción o desastre nacional.

El artículo 39 de la Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral da a las personas naturales un plazo de 60 días, una vez cumplidos los 18 años, para registrarse. Por su parte, el artículo 40 les da a las personas jurídicas un plazo de 60 días a partir de la fecha de su formalización ante el registro respectivo. Es decir, una vez que las organizaciones a las que se les aplica el proyecto de ley se constituyan ante el Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren) y sean autorizadas para funcionar, deberán inscribirse en un plazo de 60 días en el Registro de Defensa Integral.

El artículo 103 de esta ley también obliga a las organizaciones notificar el cambio del domicilio fiscal, modificación del objeto de la razón social o cualquier otra circunstancia que pueda modificar su condición inicial en el Registro para la Defensa Integral.

Más multas y sanciones

La Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral de la Nación prevé sanciones en caso de que alguna individualidad o institución incumpla el deber de inscribirse en el registro. Así, los artículos 100 y 101, respectivamente, prevén multas de hasta 15 unidades tributarias en el caso de las personas naturales, y entre 50 y 150 en el caso de las personas jurídicas que no se inscriban en el tiempo establecido en la ley.

Además, el artículo 99 del instrumento señala que

«los órganos o entes de la administración pública y privada, el patrono o patrona de empresas de derecho público o privado, los representantes de las cooperativas o consejos comunales, antes de celebrar el contrato de trabajo, que no exijan la documentación que acredite la inscripción o actualización de datos en el registro permanente o prestación del servicio militar, serán sancionados con multa entre 30 Unidades Tributarias (30 U.T.) y 40 Unidades Tributarias (40 U.T.), sin menoscabo de las demás sanciones administrativas correspondientes».

Adicionalmente, si la persona jurídica no notifica algún cambio al registro, será sancionada con multa entre 50 y 100 unidades tributarias, sin menoscabo de las demás sanciones administrativas correspondientes (artículo 103). Y si la persona jurídica es reincidente en el incumplimiento de las normas para la actualización de datos en el Registro para la Defensa Integral, será sancionada con multas entre 150 y 250 unidades tributarias, que debe cancelar dentro de los primeros 30 días continuos, a la fecha de imposición de la sanción (artículo 104). En caso de incumplir con este lapso, la sanción será entre 250 y 350 unidades tributarias, sin menoscabo de las demás sanciones administrativas correspondientes.

Estas medidas que se suman a las que también establece el borrador presentado por el chavismo contra las OSF y no solo las ONG, pueden llevar a la imposibilidad de funcionar de cualquier agrupación de este tipo, pues parece imposible cumplir con toda la avalancha de trámites burocráticos que el proyecto contempla.

La obligatoriedad de la inscripción en el registro militar a las personas naturales y jurídicas, así como las sanciones antes mencionadas, vulneran los derechos al libre desenvolvimiento de la personalidad, a la progresividad de los derechos, a la asociación, al trabajo y hacen nula la prohibición del reclutamiento forzoso.

En 2016 un grupo de organización demandaron la nulidad del primer texto ante la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Sin embargo, en su sentencia n.º 1.084 del 13 de diciembre de ese mismo año el máximo juzgado desechó la petición escudándose en la falta de representación de los accionantes.

¿Discriminación?

La Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral nunca ha sido aplicada a las personas jurídicas y tampoco se ha dado el registro de las personas naturales como condición para un empleo. Tampoco se creó un sistema de registro para las personas jurídicas. Así, si se creara el registro solo para las organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro a las que el proyecto de ley califica como ONG, ¿no sería discriminatorio? Sin duda, ya que la Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral no lo prevé de esa manera, es para todas las personas jurídicas del sector público y del sector privado.

Sin embargo, el proyecto de Ley contra las ONG y afines sí lo establece, lo que no solo dificulta aún más su funcionamiento, sino que las ubica en una situación de minusvalía respecto de las demás formas asociativas reguladas por ley especial.

La justificación del Estado venezolano para crear todos estos requisitos es contar con un registro especial para las ONG, pero ya existe el registro civil, lo que habría es que ponerlo en funcionamiento, ya que, paradójicamente, desde hace un tiempo se han paralizado los registros de las ONG o de sus actas, lo que ha llevado a una ilegalización de hecho de las mismas.

Y a ti venezolano, ¿cómo te afecta?

La eventual combinación de la Ley de Registro y Alistamiento para la Defensa Integral y la Ley de Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales y Afines parece formar parte de una estrategia del Gobierno Nacional que busca exacerbar la ya amplia militarización de la sociedad. La convergencia de ambos textos forzará a defensores de derechos humanos, educadores, trabajadores humanitarios, entrenadores deportivos, ambientalistas, entre otros, a formar parte del mundo castrense. También, obligará a las OSF, sin importar su forma jurídica ni su objeto a registrarse bajo la forma de ONG, salvo aquellas regidas por una ley especial.

El texto que estudia la AN parece ser el último ladrillo del muro que las autoridades vienen levantando para impedir el ejercicio de los derechos fundamentales a la asociación y a la participación en los asuntos públicos.

14 de febrero de 2023

https://accesoalajusticia.org/proyecto-venezolano-ley-contra-ong-afines-...

 7 min


Eddie A. Ramírez S.

La historia narra sobre dos triunviratos famosos en la Roma anterior a Cristo. La petite histoire local de nuestra época cita también dos, el de la Junta Militar de 1948 y el G3 integrado por los dirigentes de los partidos Acción Democrática, Primero Justicia y de Un Nuevo Tiempo, que no tiene poder real. Todos se constituyeron por intereses personales. Los triunviros romanos tenían prestigio, aunque no fuesen ciudadanos ejemplares. Los nuestros, no tienen prestigio y como ciudadanos dejan mucho que desear.

El primer triunvirato romano unió circunstancialmente a Julio César, Pompeyo y a Craso. Los tres fueron valientes guerreros. Craso era quien tenía el dinero para comprar votos. Pompeyo tenía cierto arraigo popular y César el que tenía más prestigio militar. César y Pompeyo murieron asesinados. Craso en el campo de batalla. El segundo triunvirato lo integraron Octavio, Marco Antonio y Lépido. El primero derrotó al segundo, que se suicidó. Lépido tuvo fama de ladrón y de pusilánime. De los seis triunviros dos sucumbieron ante una mujer extranjera. Quizá los otros cuatro no tuvieron oportunidad de conocer a Cleopatra. Todos fracasaron en lograr paz y prosperidad para sus súbditos.

En Venezuela tuvimos el triunvirato de la Junta Militar de Gobierno que derrocó a Rómulo Gallegos en 1948. Carlos Delgado Chalbaud era el indeciso y honesto del grupo; de no haber sido asesinado, seguramente habría hecho elecciones limpias en 1952. Marcos Pérez Jiménez era el ambicioso del triunvirato. Llovera Páez era más amigo del bonche que del poder. Se ha dicho que Delgado fue asesinado por órdenes de Pérez Jiménez, pero lo cierto es que lo baleó un secuaz de Rafael Simón Urbina, aunque la intención era obligarlo a renunciar. Los tragos condujeron al magnicidio. Tarugo, como le decían al dictador de Michelena, tiene en su haber otros asesinatos, por ser el eslabón final de la cadena de mando. Estuvo preso por ladrón y murió en el exterior. Germán Suárez Flamerich sustituyó a Delgado y se comportó como un pelele. Al triunvirato le decían el 101. Suárez era el cero.

El otro triunvirato local, el G3, es muy sui generis. No tiene legiones, ni batallones que lo apoyen. Tampoco pueblo. Por lo tanto, solo tiene algo de poder mediático. Decide, pero tiene pocos que acaten y menos que cumplan. Sin embargo, por esas circunstancias de nuestro realismo mágico, entorpece el cese de la usurpación. Es injusto acusarlo de colaboracionista del régimen, solo lo es indirectamente al tomar decisiones que lo favorecen. En aras de la unidad, siempre habíamos defendido a estos triunviros de papel. La decisión de eliminar el gobierno interino, sin escuchar las recomendaciones de destacados juristas que advirtieron sobre las nefastas consecuencias, obligan a dejarlos a un lado. No son adecuados para seguir dirigiendo la oposición. Deben apartarse o los electores los castigarán en las primarias, que ojalá se realicen. Está dando pancadas de ahogado, aunque se dice que en política las resurrecciones son frecuentes.

Agradecemos a los triunviros de ese G3, Henry Ramos, Manuel Rosales y Borges-Capriles, sus aportes en el pasado a la lucha por la democracia, pero no han entendido que el momento no es el de sus partidos, sino el de Venezuela. La última pifia fue haber designado a tres triunviras, sin ningún poder, para presidir la Asamblea Nacional desde el exterior, seguramente para echarles la culpa de lo que inevitablemente está sucediendo por la defenestración del gobierno interino. Una de ellas, Dinorha Figuera, seguramente siguiendo instrucciones, ha tenido el descaro de endosarle la pérdida de nuestras sedes diplomáticas a Gustavo Tarre Briceño y a Carlos Vecchio, embajadores en la OEA y Washington, respectivamente. Los acusó de haber abandonado sus cargos, cuando fue ese triunvirato del G3 quien los cesó en sus funciones. Los citados y otros embajadores, como María Teresa Belandria y Orlando Viera Blanco, cumplieron una excelente labor y corrieron riesgos al aceptar esos cargos. Antes, perdimos a nuestro embajador en Colombia, el distinguido Humberto Calderón Berti, aunque en este caso fue un error inexcusable de Guaidó y de Leopoldo López, no del triunvirato.

Ante la crisis existente en la oposición, no queda otra opción que apostar a las primarias. Los candidatos que pareciera que tienen menos rechazo son María Corina, Andrés Velásquez y César Pérez Vivas, citados sin orden de preferencia. Guaidó debería esperar otros tiempos.

Como (había) en botica:

Complace cuando se reciben noticias del éxito de venezolanos en el exterior. Angélica Marcano es una joven ingeniera residenciada en España y en estos momentos trabajando en un proyecto en Arabia Saudita. Angélica es hija de mi colega Luis Marcano González y nieta de ese gran constructor de instituciones sin fines de lucro del sector agrícola, que fue el doctor Luis Marcano Coello.

Continúa el éxito de la violinista Daniela Padrón, hija de Paciano. El 23 de este mes dará un concierto en Miami.

El gorila Diosdado Cabello arremetió contra la chocolatera Savoy porque la valiente periodista Carla Angola le hace propaganda.

Lamentamos el fallecimiento de José Gregorio Matheus, compañero de Gente del Petróleo y de Unapetrol.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


Javier Vivas Santana

El país está ávido de liderazgo. Hemos estado en una disputa política que en la última década ha dejado como resultado una nación destruida en su economía, como producto de la quiebra de la industria petrolera que generaba la mayoría de divisas, y que aunado con la pérdida de la constitucionalidad como efecto de la implantación de un neototalitarismo, la sociedad terminó siendo víctima de una espantosa pobreza y miseria, y que a su vez desencadenó la emigración de más de 7,1 millones de venezolanos, según datos de la Organización de Naciones Unidas.

Y así como hemos tenido, una casta política desde Miraflores que ha socavado la institucionalidad, incluso con cientos de presos políticos, y que ha aislado a Venezuela del contexto internacional, también ha existido una oposición que plagada de errores y pésima dirigencia ha generado una autodestrucción de la confianza del voto como esencial espacio para salir de esta trágica realidad, lo cual más allá de los inevitables ventajismos que imponen regímenes de este tipo para concretar sus deseos, sigue siendo el sufragio el único instrumento que nos queda para cambiar el malogrado presente que continuamos viviendo lleno de dificultades y tristezas.

Ante tal contexto, la oposición con un grupo de precandidatos que dicen asumirán unas elecciones primarias para elegir a uno solo de ellos, y otros más arrogantes que dicen serán candidatos porque sus egos superan la racionalidad, solo una candidatura de consenso, y que cuente con el respaldo mayoritario del país, no solo podría destrabar las ambiciones presidenciales de otros, sino que sería la lógica opción que no daría ni un ápice de posibilidades de triunfo a quienes detentan el poder en Venezuela.

Ante ello, diversos sectores han propuesto la candidatura del empresario e industrial Lorenzo Mendoza como única forma de encontrar un camino, que permita superar este agotador e intransigente camino de empobrecimiento y destrucción de un país que ha visto cómo se sigue hundiendo sin que las esperanzas puedan revitalizarse en una población que yace con resignación un sistema implacable de sometimiento humano, con una pérdida terrible de derechos fundamentales en las áreas de alimentación, educación, salud y servicios públicos, y con nulas posibilidades de encontrar desde sus acciones laborales un futuro de crecimiento socio-económico, y por ende, donde haya mejor calidad de vida.

Lorenzo Mendoza, sin que sea desmentido hasta por sus más acérrimos adversarios, tiene de lejos la mayor aceptación del pueblo venezolano en todas las encuestas, lo cual simplemente lo coloca en una posición invencible en unas hipotéticas elecciones, así estas vayan con el control del madurismo desde el propio Consejo Nacional Electoral, porque simplemente no habría forma ni manera de alterar unos resultados en los que las diferencias serían abismales, a la par que semejante candidatura disminuiría los niveles de abstención a mínimos históricos como una fortaleza del exitoso empresario nacional.

Venezuela no puede seguir por un barranco social y económico con una industria petrolera paralizada, con servicios públicos convertidos en cenizas, donde el agua y la electricidad se han convertido en migajas sociales, con un salario mínimo y pensiones ancladas en menos de 0,5 dólares diarios, y en el mejor de los casos con salarios generales que ni siquiera superan las dos cifras mensuales en la mayoría de trabajadores del sector público y privado. Continuar por este camino sería condenar a una nación al ostracismo social y demostrar que estamos viviendo una barbarie política en la que una dirigencia política autodenominada «revolucionaria» es la responsable directa de ver liquidado a un país que en otrora época fue pujante y generador de bienestar, sin ocultar sus problemas y debilidades, que siempre han existido, y que también deben ser corregidos en su integridad.

La candidatura de Lorenzo Mendoza se está proponiendo desde los más altos niveles políticos de distintas naciones. El problema de Venezuela se ha convertido en geopolítico, y eso implica que mientras no sea solucionado en su espacio territorial, los demás países del continente no podrán ver que se detenga el fenómeno migratorio, y por el contrario, este seguirá multiplicándose en los años por venir, es decir, que será imposible encontrar un desarrollo común hasta que en Venezuela no haya solución al conflicto político.

No es ficción la candidatura de Lorenzo Mendoza. Tampoco aún es realidad. Pero sí es cierto que el régimen controlado por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y la cúpula del PSUV están muy preocupados en que la candidatura del empresario sea concretada durante el 2023 porque eso sería el fin de una hegemonía política que ha sumergido a la nación en una profunda e interminable crisis que simplemente ha sido una condena para los venezolanos.

Lorenzo Mendoza tiene el (re)conocimiento nacional e internacional, así como el apoyo de presidentes y líderes del mundo para decidir dar un paso al frente que pueda volver a tener a Venezuela como puntal de desarrollo político, económico y social, y sobre todo que una avalancha de inversiones y confianza retorne al país con una velocidad inusitada de capitales, en donde la reinstitucionalización de los poderes públicos, así como el equilibrio y la sindéresis sean en lo sucesivo el eje en la reconstrucción nacional.

El país está a la expectativa. El madurismo no tiene fuerza política y ni siquiera en sus secuestradas instituciones para intentar detener la eventual candidatura de Lorenzo Mendoza si finalmente este decide asumir el enorme compromiso. Lorenzo Mendoza está ante las puertas de convertirse en el próximo líder político que una a los venezolanos. El reto está por delante y el compromiso con el país es más que una condición de identidad nacional y rescate por la patria. Lorenzo Mendoza tiene la palabra y sabe que en sus manos la historia podrá escribir la nueva Venezuela.

@vivassantanaj_

jvivassantana@gmail.com

 4 min


Luis Antonio Espino

Una de las preguntas que se plantean con más frecuencia en el mundo de la política es cómo construir un discurso que contrarreste la fuerza de la propaganda populista. Presentar argumentos, evidencia, cifras y hechos para persuadir sigue siendo muy importante. Pero desde hace tiempo se sabe que los votantes no eligen con la cabeza, sino con una combinación de intuición, emoción y razón.

El reto entonces es hacer discursos que apelen a la intuición, la emoción y la razón, cada una en su justa medida. Discursos que planteen narrativas que capturen la imaginación de los votantes, pero que no usen los trucos sucios del populismo: falacias, mentiras, ataques personales, insultos, deshumanización del contrario, incitación a la ira y al odio, deslegitimación del disenso, teorías de la conspiración y un largo etcétera.

Es un reto difícil, pero no imposible, tal como lo demostró el presidente Joe Biden en su segundo informe de gobierno, conocido en Estados Unidos como el discurso del estado de la Unión. Este ha sido tal vez el mejor discurso pronunciado por Biden como presidente y toda una cátedra de retórica por cinco razones:

Primero, el manejo de la energía. Joe Biden comenzó su discurso con alta energía. Sonriente, confiado, seguro de sí mismo, llegó al podio y comenzó felicitando al líder de la oposición –y presidente (speaker) de la Cámara de Representantes– Kevin McCarthy, un trumpista que no se ha caracterizado por ser precisamente amable con el presidente. “No quisiera arruinar su reputación, señor speaker, pero espero trabajar con usted en el futuro”, bromeó Biden. Las risas del público y la sonrisa espontánea de McCarthy relajaron el ambiente, y mostraron a Joe Biden en control de la audiencia desde el primer momento.

Segundo, el lenguaje asertivo. El discurso estuvo muy bien redactado como una sucesión de ideas conectadas con frases cortas, orientadas a la acción y redactadas con lenguaje coloquial. “Enfrentemos la realidad”. “Terminemos el trabajo”. “Debemos hacer lo correcto”. “Eso ya no pasará”. “No permitiré que eso pase”. “Tenemos mucho qué hacer”. “Ya no más”. Eso le ayudó al orador a darle ritmo al discurso, así como a comunicar liderazgo con enunciados que llaman a la acción.

Tercero, definir una narrativa clara que muestra en contra de qué y a favor de qué está, pero sin polarizar. Biden dejó muy claro que él es un militante del partido Demócrata de la vieja escuela que ve en la acción del gobierno un antídoto contra el caos y el abuso del poderoso contra el débil. En su discurso, Biden arremetió contra los súper ricos (“ningún billonario debe pagar una tasa menor de impuestos que un profesor o un bombero”), así como contra las empresas que cobran cuotas excesivas al consumidor (“detengamos a las empresas que nos timan”), las que abusan de los precios de las medicinas (“cobran injustamente cientos de dólares a la gente y logran ganancias récord”) y las que coartan los derechos de los trabajadores (“estoy asqueado y cansado de las empresas que impiden que los trabajadores se organicen”). Al mismo tiempo, Biden elogió la legislación que se aprobó con el apoyo de la oposición republicana, y en repetidas ocasiones a lo largo del discurso habló de sus opositores como “mis amigos republicanos”. Cuando criticó sus posturas, no fue agresivo o humillante. Esto es marcar un claro contraste ideológico y político sin polarizar.

Cuarto, el manejo hábil de un público hostil. Tal vez el momento más notable del discurso fue cuando Biden provocó a los republicanos al decir que “algunos, no todos, tal vez ni siquiera una mayoría”, estaban proponiendo desaparecer la seguridad social y el programa Medicare. Al escuchar esta acusación, los republicanos comenzaron a gritarle a Biden que no era cierto. Los más radicales –alineados con Trump– lo llamaron “mentiroso”. Entonces, Biden dio clase de cómo se maneja a una audiencia hostil. Sin perder la calma, les dijo: “es cierto, revisen la información, contacten a mi oficina y les mando la iniciativa de ley”. Cuando le siguieron reclamando que no era cierto que ellos estaban proponiendo eso, Biden les reviró un “muy bien, me gustan las conversiones”. Y luego, los comprometió a no tocar esos programas: “Tenemos unanimidad. Levántense y muéstrenles a los ancianos que no habrá recortes a Medicare ni a la seguridad social”.

Y quinto, y tal vez el más importante, la preparación. El New York Times destacó en un artículo cómo el equipo de redactores de discursos de Biden comenzó a trabajar desde hace semanas en este texto y cómo Biden instruyó a que estuviera redactado en los términos más claros posibles para la gente. El discurso fue revisado muchas veces por el equipo político y de comunicación del presidente y él lo practicó de manera disciplinada. Biden tiene tartamudez desde niño, y por eso se prepara con anticipación antes de dar un mensaje, para repasar las frases y detectar las palabras difíciles de pronunciar. Claramente, practicó mucho este discurso, pues se notaba cómodo y ágil para improvisar ahí donde las circunstancias lo requerían. En retórica, no hay sustituto para la preparación.

9 de febrero 2023

Letras Libres

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Benjamín Tripier

El centro de la discusión es cuán lejos o cerca estamos del gobierno de EE UU, que es el centro alrededor del cual orbita casi 100% de la vida de los venezolanos. Y tal vez hoy, muchos años después de comenzar a echarlos del país, primero a los militares, luego a las empresas y finalmente a los diplomáticos (todos de una u otra manera expulsados), dependemos de ellos más que nunca antes.

Y la última expulsión fue la llevada a cabo por la dirigencia opositora, la cual decidió sacarlos del juego, al desmantelar el interinato que fue una arquitectura que ellos habían armado para poder seguir en contacto, para mantener una conexión activa que permitiera preservar y rescatar activos, representar en juicios, mantener diplomacia, manejar ayudas humanitarias, y, en general, funcionar como el contrapeso necesario que todo gobierno debería tener contando con una fuerza opositora. Porque, en definitiva, ese es el peso y el balance de una democracia.

Y eso se notó cuando la comisión de la AN 2015, decidió arrancar por Europa, como si ellos tuvieran alguna fuente de legitimidad propia; como si el reconocimiento internacional fuera por su propia legitimidad… ¿de dónde habrán sacado eso? La realidad es que esa figura tenía solo la legitimidad que le había dado el gobierno de EE UU a través de la figura del interinato. Por eso es que ahora se encuentran con que, en el propio Washington, les toman las embajadas, porque seguían activas solo por el interinato.

Y al irse a Europa sin consultar con EE UU antes, seguramente se encontraron con que antes de responderles nada, debieron consultar con EE UU, los que, con un mínimo de seriedad, los siguen reconociendo, pero como una figura retórica incapaz de realizar ninguna acción ejecutiva. Por eso es que crearon el interinato: para tener un “poder ejecutivo” que pudiera actuar fronteras afuera de Venezuela, como efectivamente lo había venido haciendo.

Bueno… pero ya eso es historia… que sirve para explicar cómo es que llegamos a dónde estamos; y también para explicar los comportamientos que tiene ahora el mundo con nosotros. Retrocedimos al 2017, y comenzaremos a golpearnos, una vez más, con la misma piedra.

Porque todo este tema de México, pudiera parecer solo un capítulo más de República Dominicana, Barbados y Oslo. Pero no lo es… es algo nuevo… es una nueva etapa que no estamos reconociendo como tal. El mundo cambió para nosotros (inducidos por nosotros mismos) y seguimos pensando y actuando como si nada hubiera cambiado.

Nos quedamos solos, y el gobierno, al verse sin oposición, se encontró con sus oposiciones internas. Las cuales, al ser astillas del mismo palo, pues le resultan más dañinas porque éstas realmente tienen peso en las diferentes estructuras del gobierno; y pueden frenar, como de hecho lo hacen, los avances positivos que se estaban logrando con los dólares y con el mercado. Porque en definitiva el gobierno es liberal, y su oposición interna es radical.

Neo chavismo de mercado, versus Plan de la Patria socialista. Y dependiendo de quién se imponga en esta pulseada, es que quedará más clara la forma que tomará la vida de los venezolanos que nos quedamos en el país; porque los otros, los que se fueron… bueno… ellos tienen ahora otras prioridades. Y lo anterior es válido tanto para los trabajadores privados, como para los políticos opositores; porque al quedarse sin interinato, pues se quedaron sin sueldos, y ahora tendrán que ganarse la vida de otra manera… trabajando.

Hoy estamos más lejos de llegar a acuerdos con EE UU, pues, al haber quedado claro que ni con el petróleo ni con el gas se proveerán recursos, entonces la solución está en el campo político. Y debería haber una manifestación concreta de voluntad de cambiar, que no parece estar presente ni en la mente ni en las declaraciones del gobierno y de los políticos de afinidad.Político

El gobierno está comenzando a reacomodar sus piezas para enfrentarse a esta nueva etapa en la cual comenzaremos a sentir con crudeza la falta de ingresos petroleros (porque ese es el único ingreso sólido que recibe el estado a través de Pdvsa), y encontrarnos con que las flexibilizaciones económicas que fueron impactantes en su momento, ya no son suficientes. Ahora deben profundizar y formalizar los cambios, y mostrarles a los actores económicos que las reglas del dólar y el mercado, no son transitorias, sino que llegaron para quedarse.

El chavismo sigue mostrando una cara vertical y unificada, muy disciplinada, que funciona como una placa translúcida que dificulta mirar hacia adentro. Pero está claro que no las tienen todas consigo, y están buscando solucionarlo, lo cual no está resultando fácil, porque cada dirigente relevante del chavismo, de los de antes y de los de ahora, con cada declaración van mostrando un lado positivo, y dejan colar críticas… de mucha cortesía, pero críticas al fin.

Declaraciones desde adentro: hay “distorsiones en el proceso” y, refiriéndose a Maduro, hay que “ayudarlo a recuperar el afecto de las mayorías nacionales”.

Porque el tema político relevante hoy pasa 100% por dentro del chavismo. La oposición se extinguió y con eso perdió la capacidad de influir, aunque fuera desde el exterior, que la supo caracterizar desde el 2019 hasta finales del 2022. Hoy el chavismo está solo en el escenario político, lidiando ahora con sus propios demonios.

Social

La imposibilidad del estado de hacer frente a algún aumento de salarios, pensiones y bonos o misiones, se debe al corte de ingresos, los cuales en los próximos meses se verán disminuidos aún más, porque la única fuente que está quedando es la que proviene de EE UU, y de aquellas empresas u organizaciones que EE UU permite que lo hagan. Y las relaciones con EE UU se están tensando cada vez más, lo cual es malo para nuestras posibilidades económicas.

Lo cual significa que, si se llegara a algún aumento, este sería en bolívares y no habría compromiso de algún ancla… aunque tal vez continuarían con la referencia al petro. Pero al ser en bolívares, serán sometidos a depreciación por inflación y tipo de cambio, ambos afectando el poder de compra de todas aquellas personas que dependen, de una forma o de otra, del estado.

Para un país modelado para que el Estado financie todo, lo que nos está pasando nos lleva a un quiebre del paradigma, el cual, como pasa con los paradigmas, no cambian de un día para otro. El estado tal como lo conocíamos ya no está más. Pero allí, en el Estado, aún no se han dado cuenta… siguen con un aparato gigantesco que ya se hace insostenible, que cada día cuesta más, y cuyos servicios han perdido eficacia.

Lo que se está gestando es una bomba social, la cual, pese a que se hayan desplegado estrategias sociales de control para administrarlas, no deja de ser una bomba… la cual, en el momento menos pensado, y con el disparador menos esperado, podría explotar. Porque la explosión sería de chavistas contra chavistas, que son los que mayormente protestan en la calle.

Y por más que se pongan en la calle encuestas novedosas y tendenciosas que muestran realidades fantásticas, la realidad, es algo muy diferente. Ya no se trata de ver el vaso medio lleno o medio vacío, sino de ver el verdadero nivel de líquido que este tiene.

Económico

La participación del Estado en la economía se ha ido transformando, con énfasis en el repliegue de su faceta de control e intervencionismo, lo cual le está dejando a la empresa privada todo el peso de las soluciones.

Pero como por diseño, el Estado es omnipresente, aun no consigue adoptar definitivamente la línea liberal por la que ha ido avanzando, la cual significa más mercado, y menos Estado. Aún no han llegado a la conclusión interna de si continuarán por ahí, o si regresarán al Plan de la Patria… en eso andan

Si la decisión es continuar, pues les ha llegado el momento de tomar decisiones profundas. Porque esta etapa de “dejar hacer” ya se agotó. No podremos salir de esta pre hiperinflación, si no se toman decisiones de fondo que permitan hacer crecer el producto, único remedio para esta inflación estructural que nos tiene atrapados.

Las medidas pasarían por dejar flotar al dólar unificado, incorporarlo formalmente como una moneda de curso legal, poner en venta masivamente las acciones de empresas del Estado, no como una inversión individual financiera, sino como una vía de traspaso de la propiedad.

Hemos explorado vías para el traspaso de empresas en manos del Estado, que las desintoxican y las hacen más potables para alejarlas del impacto de las sanciones. Necesitamos hacerlo para que entre inversión fresca, especialmente en el tema energético, especialmente la electricidad.

Internacional

Parece ser que, en la relación con EE UU, somos la única excepción en Suramérica, donde tenemos cortadas las relaciones diplomáticas, nos consideran una amenaza para su seguridad interior, y nos tienen arrinconados con sanciones que nos dejan un margen bajo de maniobra. No quieren que el gobierno tenga acceso a financiamiento ni a ingresos, pues creen que los podrían usar en contra de EE UU. Y el hecho de que tengamos a Irán manejando la refinería de Amuay, no ayuda mucho… porque esa zona es tal vez la más cercana al territorio continental de EE UU.

Porque ellos se han ocupado de llevar sus guerras lo más lejos posible de sus fronteras… excepto por nuestro caso que tenemos al enemigo de EE UU instalado formalmente en nuestro territorio. Y eso no es bueno… para nosotros. Porque cuando nos decían que ellos no tenían una paciencia infinita, pues seguramente se referían a eso; ahora… qué es lo que pasará cuando la paciencia se les agote; no puede saberse… pero seguramente no será bueno para nosotros.

Ya quedó claro que a corto y mediano plazo nuestro petróleo le causa más problemas que soluciones a EE UU. Y como el largo plazo está aún muy lejos, ellos podrían tener sus propias ideas de cómo integrar ese petróleo en sus propias estrategias regionales. Pero eso no es ahora, con eso no se puede contar.

EE UU dejó claro que no quiere en la región ni a Rusia ni a China, que son los que podrían competir con ellos por el uso de los recursos naturales. La general Richardson mencionó país por país, y el tipo de recurso que tiene cada uno; y que no están dispuestos a que nadie diferente de ellos tenga acceso a su explotación. Siempre en el convencimiento de que ninguno de los países tiene capacidad o tecnología propia como para explotarlos por sí mismos. Siempre necesitarían a uno de los grandes, y ese papel lo jugará EE UU.

Por eso es tan importante el hecho de estar nosotros en Venezuela en el lado equivocado de la ecuación. Nuestra burbuja ya está aislada, y la pueden aislar aún más. Siempre hay que recordar la estrategia de la fruta madura, que se toma solo cuando todas las condiciones están dadas… y eso para nosotros, tal vez sea la guerra lo que lo detone.

Recomendación

  • Al gobierno: que esta etapa de manejo híbrido de la economía ya llegó a su extremo. Desde ahora en adelante habrá que decidir cuál es el camino que seguiremos entre el mercado y el Plan de la Patria. Siempre hay que recordar que la opción de revolución radical ya no es posible con el estado económico de la situación. O sea que solo nos queda avanzar y formalizar el mercado; o decidirnos a una pobreza extrema peor que la de Cuba o Haití. Por eso la recomendación es profundizar el mercado.
  • A la dirigencia opositora: que reconozca que la AN 2015 está infiltrada por escorpiones, que la mesa de México no tiene mucha razón de ser, y que el buen trabajo de la comisión de primarias tal vez deba guardarse para algún momento en el futuro. Porque los únicos que han demostrado oposición real y transparente, son María Corina Machado y Juan Guaidó, ambos luchando desde adentro, y poniendo su cara y su cuerpo en todo momento. Mientras que los escorpiones, están muy cómodos desde afuera… y los que están adentro, tienen arreglos que les dan seguridad.
  • A la dirigencia empresarial: que impulse la creación de fondos de financiamiento para el rescate de empresas que siendo viables no tengan la capacidad de financiarse. Esos fondos deberían proveer apoyo gerencial y estratégico, y apuntar a que no se cierre ni una empresa más en 2023. Y el mercado de capitales, es sin duda, el ámbito y la plataforma donde se resolverá el reacomodo de piezas dentro de la economía venezolana.

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