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Opinión

Humberto García Larralde

La escalada en el precio de la divisa, su presión al alza de los precios internos, y el consecuente deterioro del poder adquisitivo de los asalariados y de quienes dependen de otras rentas fijas, pone de manifiesto el callejón sin salida a que Maduro ha conducido la economía. Quiso ganar méritos con la liberalización de precios y de la divisa, pero sin alterar la esencia del régimen de expoliación que instauró su mentor desmontando el Estado de Derecho. Un poquito de historia ayuda a poner el problema en perspectiva.

Chávez llegó al poder con una prédica populista y patriotera que prometía redimir al “Pueblo”. Su éxito requería allanar las condiciones para repartir la renta petrolera a discreción entre sus partidarios, sin restricciones de ningún tipo. Fue clave para superar las dificultades políticas que inicialmente provocó la acción de su gobierno. Por tanto, desmanteló sucesivamente aquellas instituciones que se interponían al ejercicio de su voluntad, pues ésta no era otra cosa que su “revolución”. El vacío de poder resultante lo llenó con su autoridad personal omnímoda, amparada en el carisma que arrojó su irreverencia ante normas y poderes establecidos, y la portentosa renta petrolera captada, sobre todo a partir de 2006, que alimentó el gasto populista. Desactivado el imperio de la ley, pudieron cobijarse bajo su ala protectora apetitos depredadores de toda laya. Su único compromiso era profesar lealtad a quien profesaba ser el hijo genuino del Libertador. Así Chávez pudo instrumentar su ascendencia y la prolífica renta que cayó en sus manos para forjar complicidades que consolidarían su apoyo, sobre todo entre militares corruptos.

Maduro, designado sucesor del “eterno”, no contó con el carisma de aquél ni con los montos de renta que alegremente dilapidó para granjearse apoyos. Ante la ausencia del poder personal de su mentor, optó por enfrentar el vacío institucional montando una institucionalidad paralela. La complicidad de un poder judicial corrupto le permitió violentar abiertamente el orden constitucional para desactivar un poder legislativo en manos de fuerzas democráticas y, con ello, alegar un régimen de emergencia permanente para gobernar por decreto, hacerse aprobar sus presupuestos ante el tsj abyecto y acentuar los controles sobre la economía. Y, frente las protestas, arreció con medidas de represión que dejaron centenares de muertos y consolidó un régimen implacable de terrorismo de Estado. Complementó su golpe poniendo a militares traidores al frente de responsabilidades políticas y económicas cruciales –incluida PdVSA—y trampeando el sistema electoral para instalar una supuesta asamblea constituyente y “reelegirse”. Es decir, contribuyó a “institucionalizar” el entresijo de intereses que conforman el régimen de expoliación. Con ello se llevó a la economía por delante, reduciéndola a menos de la cuarta parte de cuando llegó a la presidencia y desatando una cruel hiperinflación. Llevó a millones a la miseria, al destierro o la muerte.

La liberalización de algunos controles de precio, de la circulación del dólar y las medidas para abatir la hiperinflación –asesoradas por profesionales vinculados al expresidente ecuatoriano Rafael Correa--se montó sobre tal bagaje. Y, dada la enorme potencialidad de la economía venezolana, sofocada por años, estos respiros iniciales detuvieron la caída libre de la actividad productiva y esta empezó a crecer. A la par, la dolarización se reflejó en la proliferación de comercios de importación –los bodegones—y la revitalización de algunas construcciones en el este de Caracas. La hiperinflación cedió, al fin, al quemar divisas para retrasar el ajuste cambiario, reducir el gasto público –rebajando drásticamente los sueldos (reales) de los empleados—y secando el crédito bancario con encajes prohibitivos. Fueron los ingredientes de la tan cacareada “normalización” de la economía de la que alardeó Maduro.

Simular tal vitrina buscó tapar el colapso de los servicios públicos, incluyendo a la salud y la educación, la miseria de quienes no disponían de dólares, la destrucción de PdVSA y la escasez de gasolina, y el hecho de que la inflación todavía era de las mayores del mundo, sólo superada por la de Zimbabue. Bajo la superficie se imponía la realidad de una economía devastada, ingresos fiscales insuficientes, una corrupción desatada y una administración pública sin capacidad de respuesta.

Pero la pretensión de Maduro de cosechar réditos surfeando la ola de una promisoria liberalización incipiente se olvidó de lo más importante: sin garantías, no hay confianza, sin confianza no hay inversión y sin inversión la “normalización” hace aguas. En primer lugar, porque –como hemos explicado en otras oportunidades—intentar estabilizar una economía con niveles de desempleo tan altos solo con medidas de contracción monetaria, atenta contra la recuperación económica e impide, por tanto, incrementar la recaudación fiscal. Siendo que la República está en default desde 2017 e impedida, además, de acceder al sistema financiero de EE.UU. por las sanciones, tampoco tiene acceso al financiamiento externo. Todo aumento del gasto, bien sea para atender una mejora salarial o de los servicios públicos tropieza con la falta de recursos. Se financia, por ende, con emisión monetaria (dinero “inorgánico”), combustible de la inflación y de la disparada del dólar. En segundo lugar, sin inversión no hay crecimiento de la producción y de la capacidad exportadora, del empleo y de la productividad. Recurrir al dinero de Monopolio para incrementar los salarios, resultó una burla que hoy agota la paciencia de sectores crecientes.

Las reservas internacionales están en su mínimo histórico y ya no es posible contener el alza del dólar. Desde principios de mes (diciembre), el bolívar se ha depreciado en casi un 40%. La inflación se acelera y aumenta el malestar. Los servicios públicos están cada vez peores y recrudece la escasez de gasolina. Se acabó la cuerda de la “normalización” de Maduro. Al aproximarse las elecciones presidenciales, ¿Qué va a hacer? ¿Volver a decretar aumentos salariales imprimiendo dinero, o renegar de éstas? La reversión a un proceso de hiperinflación es una posibilidad real. Zimbabue parece estar en camino.

No hay manera de estabilizar exitosamente la economía venezolana si no se crean condiciones para incentivar la inversión productiva. Pero para ello son menester las garantías y seguridades provenientes del ordenamiento constitucional, así como su observación estricta por parte de los distintos órganos del Estado. Ello es condición sine qua non, además, para concertar importantes créditos con los multilaterales y negociar la reestructuración de la cuantiosa deuda externa que agobia a la República. Pero cumplir con estas condiciones implica desmontar el régimen de expoliación, razón de ser de la “revolución” bolivariana. De ahí el callejón sin salida en que se encuentra Maduro. O restablece las garantías, arremete contra los corruptos y garantiza la realización de unas elecciones creíbles, que abran las puertas al restablecimiento pleno de los derechos ciudadanos, o se cierra tras el andamiaje del Estado de Terror y de la falta de garantías que ha erigido para capear el creciente temporal con base en la represión. El cierre reciente de unas 100 emisoras de radio de provincia no es muy alentador.

La apuesta de Maduro es lograr escapar de este desiderátum con el levantamiento de las sanciones que tanto han fastidiado la voracidad depredadora de sus cómplices. Cree que, así, podrá conservar el apoyo de éstos y lograr, a la vez, un mejor posicionamiento interno para enfrentar las elecciones con mejoras puntuales, sin hacer excesivas trampas. Ya ha confesado que, no habrá elecciones confiables si no se le concede su deseo. Y empiezan a salivar Diosdado Cabello y otros con la perspectiva de oportunidades que entrevén con la dispensa otorgada a la empresa Chevron para exportar petróleo venezolano y con los USD 3 mil millones para atender la emergencia humanitaria. Caimanes en boca de caño.

De ahí lo decisivo de una negociación sólida y coherente con los objetivos planteados. Liberar los presos políticos, recuperar las garantías básicas y garantizar unas elecciones confiables, deben ser condiciones para acceder al levantamiento progresivo –contra verificación de avances concretos—de las sanciones. Obviamente, ello dependerá de la sintonía lograda con quienes han instrumentado estas sanciones en torno a los objetivos buscados y la estrategia para logarlos. Esperemos que el liderazgo democrático esté a la altura.

Economista, profesor (j), Universidad Central de Venezuela

humgarl@gmail.com

 6 min


Jack Parrock

Un escándalo de grandes proporciones sacude al Parlamento Europeo. Cuatro personas fueron detenidas, acusadas de "participación en una organización criminal, lavado de dinero y corrupción”. Entre ellas se cuenta la vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili, removida entretanto de esa función, bajo la sospecha de haber recibido sobornos de Qatar.

Alimentan dicha sospecha sus encendidos discursos a favor de ese emirato en el Parlamento Europeo, el haber votado en asunto relacionados con ese Estado en comisiones a las que no pertenecía y haber acudido a varios eventos no registrados en ese país.

En una declaración publicada en línea, la misión diplomática de Qatar ante la UE afirmó que las acusaciones carecen de todo fundamento.

Entretanto, expertos de la UE se preguntan si las medidas anticorrupción existentes son suficientes. Jacob Kirkegaard, del German Marshall Fund, considera que cuando la formulación de políticas es tan compleja como en la UE, se vuelve más fácil la compra de influencias. "Se puede comprar un vicepresidente del Parlamento Europeo por 600.000 euros. ¿Realmente son tan baratos?" se pregunta en conversación con DW.

"Está claro que se trata de una mujer que no tenía miedo de que la pillaran. Eso indica que cualquiera sean las medidas y procesos del Parlamento Europeo, no tienen ningún efecto disuasorio", dice.

Medidas de transparencia

La UE tiene una base de datos, en la cual ONG, consultores, obras de beneficencia y cualquier otra organización que quiera ejercer influencia debe registrarse. Todos los inscritos en este Registro de Transparencia están obligados a declarar sus presupuestos, así como las donaciones superiores a 10.000 euros (unos 10.545 dólares) en el caso de las ONG.

Sin embargo, resulta significativo que la ONG Lucha contra la Impunidad, que está en el centro del actual escándalo de corrupción, no figure en el registro. Su presidente, el ex eurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri, también está detenido. Y la ONG en cuestión comparte oficina con la organización italiana sin ánimo de lucro No Peace Without Justice, cuyo director fue detenido igualmente.

"Con las lagunas del sistema, esto tenía que ocurrir", dijo a DW por su parte Paul Varakas, presidente de la Sociedad de Profesionales de Asuntos Europeos (SEAP), que ayuda a los grupos de presión a inscribirse en el Registro de Transparencia.

En 2021, los diputados del Parlamento Europeo se negaron a aplicar el principio de "condicionalidad estricta" vinculado al Registro de Transparencia, que los habría obligado a reunirse únicamente con grupos de presión registrados. También rechazaron una propuesta que los obligaba a revelar todas sus reuniones.

Inmunidad parlamentaria

Los miembros del Parlamento Europeo gozan de inmunidad. En consecuencia, no pueden "ser buscados, detenidos ni procesados por las opiniones o los votos emitidos en el ejercicio de sus funciones".

Sin embargo, esto no rige "cuando un diputado sea hallado en flagrante delito y no impedirá que el Parlamento Europeo ejerza su derecho a suspender la inmunidad de uno de sus diputados."

Los eurodiputados tienen derecho a solicitar el mantenimiento de su inmunidad, pero la oficina de prensa del Parlamento Europeo dijo que hasta ahora Eva Kaili no había presentado ninguna solicitud de ese tipo. Tampoco los jueces que investigan el caso han solicitado el levantamiento de la inmunidad.

"Si no hay una petición de retirada de la inmunidad, eso sugiere que el juez ha llegado a la conclusión de que se cumplen los criterios para que la inmunidad no siga operando", dijo el portavoz del Parlamento Europeo Jaume Duch en Estrasburgo.

12 de diciembre de 2022

 2 min


José Ramón Briceño

En el 2019 me enteré del Petro, debo admitir que según lo que había leído sobre las bondades de la criptoeconomía estaba casi eufórico, al fin el gobierno estaba haciendo algo que en realidad nos beneficiaría a todos, especialmente a la economía. Lamentablemente (como siempre) mataron una buena idea aun antes de ponerla en práctica, lo único que puedo hacer para poder entrever la razón de ello es que con eso perdían total control y eso es nefasto para quienes , como el gobierno, sueñan con un país dominado por la pobreza, eso no les funciona y por tanto lo hicieron impracticable.

Ahora bien, estamos a finales del 2022 y parece ser que regresamos en el tiempo hacia una hiperinflación descomunal en la que nadie quiere ofrecer más soluciones que levantar unas sanciones, negándose de plano a explorar otras posibilidades, otra vez por la manía del control. Veamos, el principal problema de la inflación es que nos manejamos con una dolarización de facto, usamos como medida una moneda sin permiso ni posibilidad de hacer nada con ella, de paso el estado no ofrece divisas para importar todo lo que consumimos, recordemos que un altísimo porcentaje de los productos (medicinas y alimentos) que usamos son importados y deben ser cancelados en divisas, el bolívar ha quedado para cancelar las minucias del día, nadie con dos dedos de frente acumula Bolívares por el riesgo de devaluación siempre presente, eso de perder el 30% del valor de tu dinero a diario no lo aguanta nadie.

El estado desinteresado

Viendo en retrospectiva, si el estado estuviese realmente preocupado por el estatus de la economía nacional hace rato hubiese dado pasos en firme hacia la adopción de la criptoeconomía, bien sea abriendo un Exchange donde el Petro pueda ser comprado con Bolívares e intercambiado con otros criptos sin la necedad de tener que estar atado al banco Venezuela o cualquier plataforma gubernamental, imaginemos por un momento que todos los venezolanos dejamos de usar el dólar para resguardar nuestro capital en USDT (o cualquier otro cripto estable) , el problema del acceso a divisas seria innecesario puesto que la ley permite comprar y vender con criptomonedas sin límites ni trámites administrativos, el acceso a las divisas seria cosa del pasado, el mismo dólar languidecería en las bóvedas de los bancos forzando a la baja. Ciertamente hay muy mala publicidad para los criptoactivos, todo el mundo tiene como referencia el Bitcoin, sin embargo hay otras monedas que podrían ser la salvación.

Por fortuna no soy economista pero si eliminamos el problema inflacionario ya es un drama menos, eso permitiría al país empezar a pensar en volver a los créditos, impulsar la economía desde el vendedor de perros calientes hasta el gran inversionista podría tener la seguridad de que la inversión presentará frutos y entraríamos directo en una economía globalista donde todos puedan hacer negocios con todos sin que sea asunto de mafias, bancos, partidos ni ideólogos.

Cada vez que abro la boca para recomendar a alguien evitar los bancos me miran como si hablase de viaje a las estrellas, peor aún, cuando hablo con algún cliente y le pido que por favor me deposite en bolívares que para mí es menos complicado por aquello de que no guardo nada en bolívares y los dólares son un incordio pues toca irse al mercado paralelo y allí a verdad hay demasiado estafador suelto, sin hablar de los que siempre andan buscando a quien estafar, usando los criptos simplemente hago una compa en P2P, me olvido de cuanto ira a subir mañana, de buscar quien me compre los dólares en efectivo y de salir disparado a gastarlo todo antes que vuelva a subir, de paso si necesito comprar o pagar algo con tarjeta internacional (sí, tengo una tarjeta visa prepagada) vendo esos criptos que me pagan directamente en Dólares a mi tarjeta para hacer las diligencias que toque hacer, sin ir al banco ni pasar por esa espantosa burocracia de la necedad oficial.

Más allá de las palabras complicadas que usan los expertos en criptoeconomía, en realidad la solución está al alcance de todos, es solo cuestión de educación. Como buen opositor siempre ando en busca de cómo hacer para evitar todas las alcabalas gubernamentales, desde el necio impuesto a las grandes transacciones y acá debo hacer un aparte, claro que es necio, gastar treinta dólares en el supermercado no aplica como gran transacción ni siquiera para los niños , sin embargo debo pagar un arbitrario impuesto solo por pagar con la única moneda que me asegura que no se devaluará, por otra parte, el estado en su inmensa sabiduría obliga a los comerciantes a querer vender con la cotización del banco central sin que este le venda divisas por lo que debe irse al mercado negro, eso los obliga a subir los precios en dólares para enmascarar que en realidad vende a precio paralelo, una espiral que solo podría cortarse si se eliminan las sanciones o volcándose a la criptoeconomía.

Como hacer resistencia económica

En resumen en realidad a quienes le interesa no sufrir con la inflación es a los ciudadanos, nosotros somos los llamados a impulsar medidas para evitar el descalabro de nuestros ingresos, eso empieza por evitar recurrir a una moneda extranjera con la cual no podemos hacer más que ver cómo nos estafan todos (comerciantes forzados por las circunstancias y un estado empeñado en mantenernos miserables para lograr sus fines de control), seguramente la banca está activa prohibiendo y censurando a quienes como yo andamos en la campaña pero igualmente sabemos que hay modos de saltarse todas las formalidades que nos llevan a sufrir la peor devaluación desde el año horribilis (2016). Si el estado tuviese intenciones de resolver el problema solo con impulsar el uso de los criptoactivos en poco tiempo tendríamos una economía estable, pero las evidencias demuestran que el estado no quiere resolver nada, todo lo contrario, no solo necesita una ciudadanía miserable, también necesitan tener el control para poder hacer todos los malabares necesarios para seguir siendo los vampiros económicos que con arengas tuits y falsas noticias siga enriqueciéndose a costa de los ciudadanos.

Caracas 12/12/2022

 4 min


Eddie A. Ramírez S.

El 14 de diciembre de 1922 se produjo una erupción en el Zulia. No fue de lava, sino de un producto que ha signado la vida de los venezolanos durante los últimos cien años y que acaparó la atención de un mundo que, después de la primera Guerra Mundial, se había percatado de la importancia geopolítica de esa fuente de energía. Ya no eran los pocos barriles de petróleo que producía la Petrolia del Táchira desde 1878. Tampoco los algo más de doscientos barriles por día del pozo Zumaque, perforado en 1914. Esta vez, la enorme presión de gases en el pozo Los Barrosos, hizo brotar miles de barriles del llamado oro negro antes de ser controlado. ¿Qué hicimos con ese regalo que nos dio la naturaleza y que fue posible extraer y refinar por el ingenio y trabajo de unos pocos? ¿Aprendimos alguna lección?

El negocio petrolero empezó mal para los venezolanos. La zarabanda de las concesiones, como las llamó Betancourt, no fue el inicio de la corrupción en estos lares, pero la misma llegó a niveles nunca vistos. De un lado, un grupo de allegados a Juan Vicente Gómez se enriqueció, al traspasar a las compañías extranjeras las concesiones obtenidas solo por jalar mecate al dictador. Del otro, las empresas invadieron tierras de nuestros compatriotas de la tribu barí, eludieron pagos de impuestos y trataron mal a sus trabajadores.

Gradualmente, las compañías extranjeras cambiaron positivamente sus políticas. Ello fue posible no solo por la evolución de los tiempos, sino también por presión de sus trabajadores y de un grupo de profesionales encabezado por el ministro Gumersindo Torres y, posteriormente, por muchos otros. Sin mezquindad, hay que reconocer que cuando esas empresas abandonaron el país en 1975, dejaron un legado importante. Formaron recursos humanos, crearon una cultura de dedicación al trabajo, realizaron donaciones para la construcción de escuelas y vías de comunicación, construyeron hospitales y Medicaturas Rurales, crearon Fundaciones y aportaron cuantiosos recursos al fisco en impuestos y regalías.

Casi todos aplaudimos cuando las obligamos a irse. Pensamos que ya no las necesitábamos para explorar, extraer y refinar el crudo. Lo cual era cierto. Teníamos debilidades en tecnología y comercialización, pero eso se solucionó con convenios, mientras adquiríamos esas experticias. Nos frotamos las manos al creer que habíamos hecho un buen negocio, ya que solo las compensamos con unos 117 millones de dólares en efectivo y 937 millones en bonos de la deuda a cinco años. Lo que pocos advirtieron era que, en manos del Estado, la industria petrolera era un manjar demasiado atractivo para muchos.

Recordemos que, antes de la nacionalización o estatización, estaban operando 19 empresas extranjeras y tres venezolanas. Reducir gradualmente estas empresas a solo Maraven, Lagoven y Corpoven fue un trabajo bien hecho y la transición no fue traumática. Sin embargo, por ser empresa del Estado, se protegió a los trabajadores y, cuando posteriormente se fusionaron las tres operadoras citadas, era todavía más notorio el exceso de personal. Se diseñaron incentivos para que algunos se retiraran voluntariamente, pero eso no fue suficiente y, además, se retiraron algunos que no convenía. La situación se manejó muy bien desde el punto de vista humano, no así desde la perspectiva de negocio. Se esté o no de acuerdo, una empresa privada hubiese hecho recortes drásticos. De todas maneras, en esta etapa meritocrática Pdvsa funcionaba bien. Creaba valor.

Ahora bien, debemos reconocer que los gobiernos que han administrado los cuantiosos recursos que han ingresado no lo han hecho bien. Nunca han entendido que su misión es atender la educación, salud, seguridad e infraestructura, así como crear las condiciones de seguridad jurídica y de incentivos fiscales para promover la inversión privada nacional y extranjera.

Cierto que no todo ha sido malgastado. Se invirtió en la construcción de escuelas, universidades y vías de comunicación. Se formaron recursos humanos y mejoró el área de salud preventiva. Sin embargo, el medio rural no fue bien atendido; escuelas y liceos no contaron con los recursos necesarios para impartir una buena educación. Ni los estudiantes, ni las maestras disponían de medios de transporte. Los pacientes debían llevar las medicinas a hospitales y medicaturas. Todavía hay estados en los que hay muy poca actividad económica y dependen de los aportes del gobierno central.

Los gobiernos, unos más, otros menos, favorecieron un capitalismo de Estado. Crearon empresas y las quebraron. Al respecto, hay que recalcar que en nuestro sistema educativo prevalecen maestros y profesores que enseñan que el sector privado es malo y, por ello, el Estado debe manejar empresas propias y establecer todo tipo de controles para el resto. Desde luego que no todo lo privado es bueno, pero es asunto de establecer reglas claras. Tradicionalmente, el sector gubernamental ha sido fuente de corrupción al establecer peajes para el otorgamiento de permisos o contratos.

Tenemos la oportunidad de cambiar. Los demócratas disponemos de un Plan País para un nuevo gobierno. También de recursos humanos calificados, aunque estos están disminuyendo por efecto de la edad y migración. El petróleo seguirá siendo importante por unas dos generaciones. Si no aprovechamos ese tiempo para formar buenos ciudadanos, incentivar que el sector privado participe en petróleo, otras fuentes de energía, hierro, aluminio y telecomunicaciones, así como en favorecer el desarrollo de la agricultura y otros sectores de la economía, corremos el riesgo de seguir como estamos, es decir, de vuelta al año en que el Barroso creó una ilusión de riqueza.

Como (había) en botica:

Como respetamos y apreciamos a la gente de ANCO y de Vente, nos permitimos sugerirles que moderen sus descalificaciones hacia otros grupos de la oposición. Recuerden que después de las primarias seremos un solo equipo.

Rechazamos la decisión del tribunal rojo que impuso a Laidy Gómez una compensación de doce millones de dólares por supuestos daños morales a Freddy Bernal.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

eddiearamirez@hotmail.com

 4 min


​José E. Rodríguez Rojas

La situación económica ha mejorado con respecto a 2019. Este año Guaidó fue reconocido como presidente por Estados Unidos y un numeroso grupo de países. Sin embargo en los últimos años su liderazgo se ha deteriorado y el apoyo internacional se ha resquebrajado. Su base constitucional para reclamar algún poder se ha debilitado. En contraste Maduro se ha reforzado en el poder después de 9 años. En los últimos años el péndulo de la geopolítica ha girado en su favor impulsado por la guerra de Ucrania, que ha hecho que la mayor preocupación de los actores internacionales sobre el suministro de petróleo haya incrementado los costos de aislar a Venezuela.

La administración Biden ha enviado misiones a Venezuela a cambio de la decisión del gobierno venezolano de reiniciar conversaciones con la oposición en México. Otras iniciativas del régimen han contribuido a resquebrajar su aislamiento. En la cumbre del clima Maduro se entrevistó con el presidente de Francia y John Kerry. La elección de gobiernos de izquierda en Latinoamérica también ha contribuido a sacar del congelador al régimen venezolano.

Sin embargo los gobiernos foráneos están corriendo un riesgo coqueteando con Maduro debido a la calamitosa situación de la industria petrolera venezolana que no se espera que cambie en el corto plazo. Pero los Estados Unidos y sus aliados están pensando en el largo plazo.

El resultado de las negociaciones es otra apuesta riesgosa pues el historial de Maduro sugiere que no jugará limpio en la mesa de negociación. Un escenario posible es que Maduro crea que tiene los votos para ganar, dado el disminuido rol de la oposición generado por la represión gubernamental y la atomización producto de la ambición de sus líderes. Otra posibilidad es que el régimen se plantee estar preparado para participar en unas elecciones sin someterse a los deseos de los votantes.

Está la posición de aquellos que plantean que es mejor cualquier discusión, que mantener distancia de algunos temas en los cuales los dos bandos podrían llegar a acuerdos. Uno de estos es el de los fondos congelados en los bancos europeos y americanos sobre lo cual se llegó a un acuerdo de crear un fondo administrado por la ONU. Un acuerdo sobre el formato de las elecciones no forma parte de la primera ronda de negociaciones, pero una vez que ello se decida surgirá el tema de las candidaturas donde de parte del oficialismo la candidatura de Maduro aparece como incuestionable. En contraste en la oposición todo el mundo quiere ser candidato, lo que elevó el número de precandidatos a 80, cifra que descendió luego a 20.

La fecha de las elecciones es otro tema en discusión. Un representante del oficialismo sugirió la posibilidad de adelantarlas lo cual pudiera ser una táctica para desconcertar a una oposición que requiere tiempo para organizarse, pero ello favorecería a Maduro y sus compinches.

A pesar de la posición menos hostil de la administración Biden, el mito de que “Venezuela se arregló” podría aclararse. La inflación se frenó, pero se está incrementando nuevamente y el Banco Central carece de los recursos para estabilizar el dólar. La oposición ha estado solicitando el adelanto de las elecciones, Maduro podría estar tentado a calificar esto como un engaño y tomar la iniciativa, basándose en las encuestas, antes de que la burbuja estalle.

Nota: este escrito es un resumen de la traducción libre del artículo: The Economist. 2022. Venezuela: oil be back. Nov 27th. A continuación insertamos una versión casi completa del artículo en cuestión.

Las cosas han cambiado en Caracas, las trancas en el tráfico han vuelto. Los posters políticos con el lema “socialismo o muerte” han sido sustituidos por propaganda comercial de whisky y cirugía cosmética. El estruendoso ruido de las motocicletas es más probable que anuncien el arribo de un delivery alimenticio que un asalto.

Hoy Venezuela es muy diferente de lo que era en el 2019, año plagado por los controles de precios y tipo de cambio, la contracción económica, la hiperinflación y la emigración de millones de venezolanos. En ese momento Guaidó fue reconocido como Presidente por Estados Unidos y numerosos países, sobre la base de que Nicolás Maduro había ganado en unas elecciones fraudulentas.

Pero Guaidó y sus seguidores han juzgado mal la fidelidad de los altos mandos militares al régimen y subestimado la capacidad represiva de éste. Su liderazgo ha sido tomado desprevenido por la guerra de Ucrania, que obligó a los Estados Unidos a repensar sus relaciones con los productores de petróleo como Venezuela.

En los días que corren Guaidó, que todavía es reconocido como presidente por los Estados Unidos y Gran Bretaña, carece de poder. Su base constitucional para reclamar algún poder se ha debilitado. La Asamblea Nacional (AN) que él dirigió ha sido reemplazada por una fiel al régimen, su término como presidente de la AN expira el 5 de enero. Luce poco probable que sus colegas de la oposición lo reelijan de nuevo.

En contraste Maduro se ha reforzado en el poder después de 9 años. En los pasados seis años el péndulo de la geopolítica ha girado en su favor impulsado por la guerra de Ucrania, que ha hecho que la preocupación de los actores internacionales sobre el suministro de petróleo haya incrementado los costos de aislar a Venezuela. Después de décadas de mala gestión y corrupción la industria petrolera venezolana luce demasiado deteriorada a la vista del mercado global en una perspectiva de corto plazo, pero los Estados Unidos y sus aliados están pensando en el largo plazo.

Bajo la administración de Donald Trump los Estados unidos impusieron sanciones a la industria petrolera, el sector financiero y la industria minera venezolana. En contraste la administración de Biden ha estado, cautelosamente, estableciendo nexos con Venezuela. Ha enviado misiones en dos oportunidades al país caribeño que lograron la liberación de varios presos americanos a cambio de la liberación de dos familiares de Maduro.

En noviembre 26 la administración de Biden hizo un notable cambio cuando le concedió una licencia a Chevron, una empresa petrolera americana, para producir y exportar petróleo venezolano a los Estados Unidos nuevamente.

Cruda diplomacia

Esta decisión se produce en respuesta a la decisión del régimen venezolano de reiniciar negociaciones con la oposición, las cuales había suspendido en el año 2021. Estas se reiniciaron en México el mismo día del anuncio por parte de Estados Unidos. Maduro no asiste a las mismas (pero si lo hace su hijo Nicolás Maduro Guerra).

Sin embargo el régimen ha dado pasos que han aliviado el status de paria de Maduro. Una muestra de ello ocurrió en noviembre cuando Maduro hizo una extraña visita a la reunión del cambio climático (Cop 27) en Egipto, donde el presidente Enmanuel Macrón lo saludó al margen de la reunión. Los dos hablaron menos de 2 minutos, pero rompió años de barreras. Macrón se dirigió a Maduro como “Presidente”, a pesar de que Francia no reconoce su legitimidad. Las cosas han mejorado” señaló el venezolano.

Maduro también hizo gestiones para asegurar una breve conversación con John Kerry, el enviado de Biden a la cumbre del clima. Esta fue una pequeña victoria para el autócrata venezolano dado que Estados Unidos ha acusado a Maduro de “narcoterrorista” y está ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares por información que conduzca a su captura. Más tarde el Departamento de Estado señaló que él había tomado a Kerry por sorpresa.

Eventos cercanos al país caribeño en Latinoamérica han ayudado al tirano a salir del congelador. La victoria de Lula en Brasil significa que las principales economías de la región serán dirigidas por gobiernos de izquierda, menos hostiles a Maduro que los previos regímenes de derecha. Cuando Lula tome posesión en enero se espera que reasuma sus relaciones diplomáticas con el régimen venezolano.

El gobierno de Colombia bajo Gustavo Petro, el nuevo presidente de izquierda ha comenzado a reparar las dañadas relaciones. El primero de noviembre Petro se convertió en el primer líder colombiano en una década recibido en el palacio presidencial de Caracas. Maduro declaró “Colombia y Venezuela tienen un destino común”. Él lo señaló como un elogio.

Pero los gobiernos foráneos están asumiendo un riesgo coqueteando con Maduro dado el calamitoso estado de la industria petrolera venezolana. Incrementar la producción requerirá de un enorme flujo de inversiones y la participación de empresas petroleras como la española Repsol y la italiana Eni, lo que a estas alturas parece improbable dado el historial del régimen maltratando inversores.

Segundo, el historial de Maduro sugiere que no jugará limpio en la mesa de negociaciones. El acuerdo que se busca es, en términos generales, que el régimen acepte llevar a cabo elecciones presidenciales con suficientes salvaguardas que puedan ser consideradas libres y la oposición acepte participar. La administración de Biden pudiera ofrecer más de lo que describe como “alivio de sanciones” si se dan los pasos hacia el retorno a la democracia en Venezuela. Pero es improbable que Maduro acepte unas elecciones lo suficientemente limpias que él podría eventualmente perder.

Sin embargo un escenario probable es que él crea que puede tener los votos necesarios para ganar limpiamente, dado que según Datanalisis su tasa de aprobación es de 26% la cual es baja pero superior a la de la de los líderes opositores que podrían competir con él, incluido Guaidó.

Otra posibilidad es que el régimen se plantee estar preparado para tomar parte en unas elecciones limpias, pero nunca se someta a los deseos de los votantes. Maduro está jugando duro con los Estados Unidos. El 30 de noviembre él dijo que las elecciones libes solo serán posibles si “todas las sanciones son removidas”.

Sin embargo están aquellos que dicen que cualquier discusión es mejor que mantener distancia de algunos temas electorales en los cuales los dos bandos podrían llegar a acuerdos. Uno es el relacionado con los fondos estimados en 3 mil millones de dólares congelados en bancos europeos y americanos. En el inicio de las conversaciones en México los dos bandos acordaron establecer un fondo manejado por la ONU orientado a mejorar la infraestructura eléctrica y educativa.

Un acuerdo sobre el formato de las elecciones no se espera en la primera ronda de negociaciones. Pero una vez que ello se decida el tema de las candidaturas surgirá. Por el lado gubernamental la candidatura de Maduro como candidato del PSUV luce incuestionable. Sin embargo del lado de la oposición la lista de precandidatos es de 20, originalmente era de 80. Un diplomático expresó “que el problema con la oposición es que todo el mundo quiere ser candidato”.

La fecha precisa de las elecciones es un tema en discusión. Un dirigente del gobierno insinuó la posibilidad de adelantar las elecciones. Tal decisión debe ser tomada por el consejo electoral bajo el control gubernamental. Esto podría ser una táctica para desconcertar a una oposición que necesita tiempo para organizarse. Pero ello ayudaría a Maduro y sus compinches.

A pesar de la posición menos hostil de la administración Biden, el mito que “Venezuela se arregló” podría ser aclarado. La inflación ha sido frenada por el uso del dólar pero se está incrementando nuevamente. La devaluación del bolívar en relación al dólar fue del 43% en las 4 semanas de noviembre y el Banco Central carece de los recursos para estabilizar el dólar paralelo.

Por años la oposición respaldada por los Estados Unidos ha estado solicitando elecciones adelantadas. Maduro podría estar tentado a calificar esto como un engaño y tomar la iniciativa basado en las encuestas antes de que la burbuja estalle.

Profesor UCV

 9 min


Alberto Jordán Hernández

Con voz propia

Jesús Rafael Sevillano Ferraz, el popularizado con su primer nombre y primer apellido, nació el 8 de septiembre de 1932 en la parroquia San José, en el humilde hogar de Antonio Sevillano Ruíz y Francisca Ferraz. Revela que “éramos muy pobres desde el punto de vista material y riquísimos millonarísimos en lo espiritual.

Nunca soñé con ser cantante, porque considero que eso es innato, que cada uno nace con algún talento. Indiscutiblemente mi madre y mi tía Narcisa tenían voz maravillosa; mi papá también tenía muy buena voz, aunque era más que todo bailarín.

Estudió la primaria en la Escuela “República de Paraguay”. Se graduó de bachiller en Ciencias en el Liceo Andrés Bello. Inició la carrera de Medicina en la Universidad Central de Venezuela, pero la dictadura de Marcos Pérez Jiménez le obligó a mudarse a Salamanca, España, donde se graduó en 1960. Revalidó su título en la primera casa de estudios en 1962. Efectuó Postgrado en Ginecología y Obstetricia en la Maternidad “Concepción Palacios” de Caracas.

De su vocación y sobre todo su donaire de asistencia a quienes necesitaban, puede ser merecedor de confianza y a quien comenta le honró el contar con su amistad y fueron muchos los que auxilió sin interés lucrativo. En mi caso, primero acudió a su hijo médico en general y después a la ejecución de una delicada operación que ejecutó Luis A Russian, me visitaba y lo hacía acompañado de doña Lola.

Otras manifestaciones, las evidenció con el cáncer que terminó de llevarse al periodista Alí Bret Martínez. En sus consecuentes visitas coincidió con mi tío Román Antonio González, afamado compositor, autor de entre las cuales destacan Adelante Venezuela, canción icónica para unir a los venezolanos, Urupagüa y Pañuelito de seda, que le entonó a Sevillano quien la grabó uno de sus LPs, que me sorprendió con la entrega en donación.

“Estoy muy contento porque estamos celebrando los 90 años del maestro Jesús Sevillano, una de esas voces que son emblemáticas de la música más hermosa del mundo que es la música venezolana”, expresó uno de admiradores asistentes.

En Televisión realizó “Así Canta Sevillano” (años 70); “Lo cotidiano con Sevillano”, 1989)”; y “Patrimonios”, en la TV del Oriente.

Fue miembro fundador, en 1962, del afamado Quinteto Contrapunto. Ha cantado en varios escenarios a nivel mundial y tiene un disco grabado íntegro en la Sala Sinfónica del imponente Auditorio de Tenerife, Islas Canarias de España.

Como solista, ha grabado más de 30 álbumes, y es considerado uno de los tenores más destacados de la historia musical venezolana. Entre los géneros más destacados se perfilan: la música llanera, bolero.

Como diplomático, Jesús Sevillano representó al Gobierno en el Consulado General de Santa Cruz de Tenerife, España, y como Embajador, cinco años (noviembre 2004-septiembre 2009); fue Cónsul de Venezuela en la isla de Puerto Rico.

Su forma de ser y su historia personal lo definen como de izquierda. "No soy nada conservador, pero si conservador en muchas ideas sobre todo en la parte moral y en lo referente al país".

También se confiesa agradecido de la vida por la familia, se casó con Felicia Dolores Rodríguez, con quien tiene tres hijos y nietos.

Orgulloso debe sentirse el nonagenario tal le dicen a los 90, ubicado en la generación Z, también conocida como Zillennials, millennials para dar paso a la generación Alpha.

Bienvenida le decimos su traída al mundo en el 9 de septiembre de 1932. Repetimos lo que le expresó a quien pensó interrumpir cuando tocaba una bella melodía: Cállate el irrumpe y sigue cantando. Interpretamos que es sentir de los venezolanos

(IN) Memoria: Colombiano Alex Saab, testaferro de su paisa Nicolás Maduro, sigue liderando dialogo en México aplazado por negativa a incluirlo como diplomático. Ahora lo hace con su esposa Camilla Fabri, prófuga de Italia. Antes logró liberación de narcosobrinos de NM.

jordanalberto18@ yahoo.com

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Laureano Márquez

En la edición del 6 de diciembre del diario El Nuevo Herald aparece una información cuyo protagonista es el señor Alejandro Andrade, ex tesorero general de la nación (venezolana). El personaje se declara culpable de “robar” 1.000.000.000,00 (puesto así, en números, para que se note más claramente) de dólares a Venezuela. Se imagina uno que redondeó para simplificar las cosas, a lo mejor no fueron 1000, millones sino 1034, o 976, pero para evitar «decimillones», mil. Son 500 escuelas de dos millones de dólares, 50 ambulatorios de 20 millones de dólares, 16.666 máquinas de diálisis, el sueldo de un profesor titular durante casi siete millones de años, o de siete millones de profesores durante un año. No se asombre el lector de esta última cifra, los profesores universitarios venezolanos son los peores pagados del continente (lo que debe ubicarlos también entre los peores pagados del planeta).

Este señor, sobre cuya conciencia sabe Dios cuántos miles de estudiantes que no pudieron graduarse, o cuántos dializados que fallecieron, o cuántos pacientes de hospitales que perdieron la vida pesarán (lo de «sobre cuya conciencia» es un decir), ya se encuentra en libertad en los Estados Unidos y ponga usted que haya podido rescatar del botín un par de milloncejos, de modo que, aunque no tenga ya caballos, bien podrá cabalgar cómodamente el resto de vida que le quede.

Los mil millones que declara haberse robado fueron pagados como multa por Andrade al gobierno de los Estados Unidos, más 250 millones de los verdes que estaban «ocultos» en Suiza.

En otras palabras, este prócer revolucionario y antiimperialista transfirió al gobierno del detestado imperio lo robado al pueblo venezolano. Son las contradicciones de una revolución corrupta que termina financiando a su enemigo para que construya las escuelas, hospitales y servicios con los que el pueblo venezolano no contará por su culpa.

El susobicho es testigo del Departamento de Justicia de los EEUU en el juicio contra otra ex tesorera general de la nación (venezolana) y su esposo que se sigue en los tribunales de la Florida. Se trata de Claudia Díaz Guillén y Adrián Velásquez Figueroa. Esta linda parejita, según los fiscales recibió sobornos por 100 millones de dólares (millón más, millón menos). Es decir, que a los ojos del testigo deben aparecer como unos simples aficionados de la trama de corrupción más impactante de la historia universal. Porque este es solo un caso de tantos miles similares, ocurridos durante estos tiempos de lucha contra la «podredumbre del pasado».

La señora Díaz Gillén fue la enfermera del fallecido presidente anterior y su marido escolta del mencionado líder revolucionario, quien, quizá para recompensar las capacidades terapéuticas de la primera, le asigno la tesorería de la nación, para cuya dirección son imprescindibles habilidades de asistencia sanitaria, como tomar el pulso de los sobornos, revisar la presión arterial de las comisiones y medir la temperatura para determinar la fiebre de divisas.

Curiosidades de esta contradictoria tierra nuestra que cuenta, simultáneamente, con la enfermera mejor pagada del planeta y un hospital, como el J.M de los Ríos, que otrora fue emblema internacional de calidad, donde hasta el mes de febrero se registraron 66 niños y adolescentes fallecidos en los últimos cinco años por el cierre del sistema de procura de órganos de trasplante.

Twitter @laureanomar

Laureano Márquez P. es humorista y politólogo, egresado de la UCV.

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