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Opinión

Fernando Mires

¿Son dos historias contrapuestas? Si es así, al leer «Personas Decentes» de Leonardo Padura podríamos decir que lo hacemos como si fueran dos novelas en una. Por un lado, leemos la que trascurre a comienzos del siglo XX. Por otro, la que se desarrolla en los comienzos del siglo XXI. Cada una marcada por un acontecimiento que concita la atención e incide en la vida de casi todos los habitantes de la isla. En la primera, el avance del cometa Halley (1916) que, según los astrónomos iba a terminar con el planeta Tierra, mientras los cubanos cantaban «a singar a singar, que el mundo se va a acabar». En la segunda, marzo del 2016, la visita de Obama y después la de Los Rollings Stones a la isla. Pero esta vez los cubanos no cantaban, hasta para eso habían perdido las ganas.

El primer acontecimiento trae consigo la posibilidad de «un fin de mundo». La segunda, la posibilidad del comienzo de una nueva era (mini Perestroika cubana, la llama Padura). Al final ninguna de las dos cosas. Tanto el cometa Halley, como Obama y Los Rolling Stones pasaron y siguieron de largo, sin dejar huellas detrás de sí. Dos estrellas fugaces que demuestran, de un modo no muy simbólico, que la historia de Cuba está hecha de materiales duros, a prueba de un tiempo que pasa y nunca se va, de ese pasado hecho presente que de modo subrepticio aparece en todas las novelas del ya famoso escritor.

Surgen entonces preguntas elementales ¿Por qué Padura escribió dos novelas en un solo libro? ¿Intentó jugar a Faulkner como lo han hecho casi todos los novelistas latinoamericanos? ¿O no son dos novelas ? Mi respuesta tentativa fue: depende de a quien veamos como personaje central. Y bien, desde un punto de vista narrativo, los dos «héroes» no pueden ser más diferentes.

En la primera novela (primera desde el punto de vista cronológico) el «héroe» es un proxeneta, Alberto Yarini y Ponce de León, aristocrático y multimilllonario devenido por su popularidad submundera en carismático político de masas. En la segunda es el ex inspector policial con sueños de escritor, el nostálgico y a veces depresivo Mario Conde a quien los que seguimos las novelas de Padura ya consideramos un viejo amigo.

Conde a su vez intenta escribir una novela sobre Yarini, de modo que Conde es también, de un modo muy indirecto, el narrador de la primera novela. Claro, existe también la otra mencionada posibilidad: que la narrada por Padura no sean dos historias sino dos episodios de una misma historia, la de la tortuosa historia moderna de Cuba. Bajo ese supuesto sería, la que he leído, una sola novela donde el actor principal no es ni Yarini ni Conde, sino Cuba. O podríamos también decir: Cuba en dos tiempos: el tiempo de la prerrevolución y el tiempo de la postrevolución, los dos sobredeterminados, en la imaginación de Padura, por el tiempo de la revolución, uno que se anuncia desde 1910, y que ya ha pasado sin pena ni gloria en el 2016. Si ese fue el propósito de Padura –y parece que ese fue– quiere decir que Padura procedió no solo como novelista sino como historiador. O, si usted prefiere, como un novelista-historiador.

La novelística y la historiografía son hermanas y algunas veces, gemelas. Quiero decir que la una se sirve de la otra. Una historia bien escrita –desde Homero a Orlando Figes– menos o más que una obra científica es también una obra literaria, aunque muchos historiadores que se las dan de «científicos» opinen lo contrario.

Una diferencia, aparte de los diálogos, es que en la novelística los hechos están puestos al servicio de la narración y en la historiografía la narración está puesta al servicio de los hechos. Por eso, desde el momento en que un historiador inventa un hecho, deja de ser historiador y se convierte automáticamente en novelista. No así si el novelista narra un hecho tal como ocurrió. En esa eventualidad, lo importante es que lo narre como si fuera imaginario.

Otra diferencia, quizás la esencial, es que la historiografía tiende a seguir una secuencia cronológica y la novelística suele permitirse la alteración de los tiempos. En ese sentido, aunque parezca raro, la novelística podría ser entendida como una expresión narrativa aún más realista que la historiografía. Para comprobarlo basta que nos conozcamos a nosotros mismos. ¿No nos pasamos gran parte de la vida recordando e imaginando?

Los recuerdos nos sobrevienen de repente, sin ninguna linealidad temporal. A su vez, las imaginaciones, dirigidas hacia el futuro, suelen carecer de un tiempo determinado. En efecto, pocas veces estamos situados de modo exacto en los momentos que nos otorga el presente. Como aduce el mismo Padura: «Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado. Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro. Si estás en paz, estás viviendo en el presente» (p.152). Entre la depresión que viene del pasado y la ansiedad que surge hacia el futuro, la paz del presente es un oasis.

Mario Conde, como cada uno de nosotros, vive en los tres tiempos partiendo del pasado. Pero además de vivir el pasado, trata de entenderlo. Ahora, solo podemos entender el pasado si entendemos al pasado de ese pasado. Esa es la razón que permite explicar por qué, esta vez con alma de historiador, Conde o Padura (da lo mismo) retrocede a un pasado ocurrido antes de que ellos hubieran nacido. Hacia esa Cuba del 1916, la del cometa Halley, la de quienes creían vivir en la Niza de América, la Isla de las Mujeres Bellas, y, por cierto, de los magnates cafiolos disputando territorios puteros como si fueran gangsters de Nueva York.

Pero la historia –es una novela– comienza con el futuro de ese pasado. Nada menos que con la visita de Obama y de Los Rollings Stones en marzo del 2016. A la vez comienza, no podía ser de otra manera, con un crimen. Con un crimen horrendo, con huellas de saña y odio: un cadáver con tres dedos menos y con el pene cortado.

El viejo Reynaldo Quevedo, el muerto, había sido un esbirro «cultural» del dictador al que –tal vez por algún pacto con la nomenklatura isleña– Padura nunca nombra por su nombre y, aunque no puede ni quiere ocultarlo, su fantasma aparece por todas partes determinando la biografía y el sufrimiento de muchos seres. Respetando a Padura lo llamaremos de aquí en adelante con el nombre de El Innombrable.

Bien, Quevedo fue un fiel perro de presa de El Innombrable. Un inmoral sin límites, perseguidor de artistas, literatos, entre ellos Lezama Lima, Virgilio Piñeira, Alberto Márquez, y muchos más a quienes les dio a elegir entre el exilio y el suicidio, en fin, un delincuente de tomo y lomo que actuaba, como muchos similares, en nombre de la revolución. Por si fuera poco, de una revolución que nunca hubo. Y lo que es peor, de una revolución a la que los grises dictadores de la Cuba de hoy siguen nombrando en tiempo presente en ese tiempo que pasa y nunca se va.

Hubo y hay muchos «quevedos» en la Isla, reflexiona Mario Conde. Con ello, sin proponérselo, está aplicando la teoría de la microfísica del poder según Foucault, la de ese poder atomizado que hizo decir a Adorno que el fascismo solo había sido posible debido a la existencia de “pequeños fascistas” cuyo cometido es controlar el poder desde los dormitorios de cada casa. De tal modo que, a través de sus pesquisas, el ex inspector Conde busca, si no hacer justicia –eso es imposible– mantener vivo el recuerdo de ese pasado que no se va y que no se irá mientras los cubanos sigan viviendo bajo la sombra siniestra de El Innombrable corporizado en los muchos «quevedos» que habitan en la Isla.

Sin embargo, y ahí reside la imaginación historiográfica de Padura, El Innombrable y su tiempo no llegaron de la nada. Por eso Padura retrocede en el tiempo y narra otra historia, la historia de un nombrable: Alberto Yarini, el rey de los puteríos habaneros.

El provinciano policía Arturo Saborit, convertido en sirviente personal de Yarini, narra la historia de su amo. Una historia que, igual a la de Conde, está surcada por crímenes que el inspector se encarga de descubrir de modo fácil, tan fácil como para que uno entienda que la importancia de la narración no reside en los crímenes sino en la persona imponente de Yarini: un líder sexual, ciudadano y político. Una figura erótica y avasalladora a la vez. Un personaje destinado a ser seductor, amado y odiado. Una encarnación del carisma del poder. Ante esas descripciones, que Padura nos disculpe, es imposible no pensar en el Innombrable que vendría después. Y aunque parezca insolencia a más de algún beato de esos que hoy merman en la izquierda latinoamericana, entre el cafiche Yarini y El Innombrable hay no pocos paralelos.

Ambos siguen distintos códigos y para ambos esos códigos son inquebrantables. Yarini no viene de la lucha armada, pero muere como un combatiente heroico, acribillado por los pistoleros de la mafia del proxeneta rival. El otro, después de haber vivido como un dandy revoltoso, llegó de la Sierra, pero murió en su cama. Uno se decía conservador, el otro se decía revolucionario. Y, sin embargo, comparten principios similares, entre ellos los de una Cuba libre de incumbencias extranjeras, un sentido heroico de la vida, y un moralismo cuyo objetivo es trazar la raya que separa a sus amigos, las personas decentes, de sus enemigos, las personas indecentes.

No sé si lo hizo con intención, pero cuando Padura describe a Yarini después de su muerte, no estaba hablando precisamente de Yarini: «Yarini fue la exageración, la amplificación, la hipérbole macabra de un estado social enfermo y de una condición moral en crisis profunda» (p.408) Dicho en breve, al igual que El Innombrable, Yarini fue visto y amado como un redentor que nunca fue.

Uno viene de un mundo de putas, tolerante con los homosexuales. El otro ilegalizó a las putas y persiguió a homosexuales hasta el punto de mandarlos asesinar en masa. Pero a la postre, terminó más que Yarini, emputeciendo a Cuba. Y no solo en sentido figurado: bajo otros mantos ideológicos, la isla sigue siendo lo que era en 1910, un país donde, como en el pasado, muchas mujeres a fin de sobrevivir se ven obligadas a oficiar de jineteras.

Las diferencias es que en las de hoy –acota Padura– hay algunas que ostentan título universitario, lo que las hace más interesantes para los ávidos turistas. En fin, un país en donde se sigue rindiendo culto al hombre fuerte, y cuando no hay ninguno vivo (Díaz Canel es cualquiera cosa menos un hombre fuerte) a un hombre muerto, o a uno vivo pero lejano, como a ese genocida llamado Putin, quien, ante la presencia servil de su mediocre colega tropical, hizo levantar en Moscú una estatua a El Innombrable cubano.

Y en eso llegó Obama y La Habana fue una fiesta

Conde, mientras investigaba el crimen, no tenía ninguna esperanza ni en Obama ni en Los Rolling Stones. Conoce a los de arriba, sabe que no están dispuestos a ceder ni un solo pedazo de poder. Piensa que la que vivía en la Isla con tan honorables visitas solo eran unas breves vacaciones. Presiente que después de que las visitas se vayan, seguirán hundidos en el mismo charco de siempre. Sin un Yarini, sin un Innombrable, pero bajo el peso de la noche que ambos, y otros como ellos, dejaron detrás.

Un mundo donde el envilecimiento, la corrupción y la traición son las pruebas que permiten definir a una persona como «decente».

A pesar de todo, pensaba Conde, ese momento de felicidad, de aparente distensión, de asomo hacia una libertad que no tenían, lo merecían los cubanos. Se lo habían ganado después de tanto sufrimiento inútil. Podían entonces tomar las fiestas dedicadas a las visitas como un breve descanso “de los cuentos que nos metieron y nos meten, de las promesas que se hicieron polvo en el viento (…) «nos merecemos unas vacaciones por todo lo feo, lo malo, lo jodido» (…) «Qué historia la nuestra, mira que nos han jodido. (…..) «Y si ahora mismo nos sentimos felices, vamos a disfrutarlo porque lo hemos ganado, porque somos sobrevivientes, porque no nos hemos dejado tapar por la mierda» (…) «Y ahora que vengan» esos viejos flacos que todavía dicen que son Los Rollings Stones” (p. 382)

No agrego más. Eso fue lo que pasó en la historia reciente de Cuba. Conde, como si hubiera sido un Heródoto cubano, lo dijo todo. Padura también.

Fernando Mires es (Prof. Dr.), Historiador y Cientista Político, Escritor, con incursiones en literatura, filosofía y fútbol. Fundador de la revista POLIS.

Twitter: @FernandoMiresOl

 9 min


Alejandro J. Sucre

Quisiera felicitar a la Plataforma Unitaria, al Gobierno del presidente Maduro por firmar y por el apoyo de los presidentes de EE.UU., Francia, Colombia, Argentina, y a Noruega apoyado para que se llegué a un segundo acuerdo. También felicitar al presidente Biden como venezolano por haber comenzado a aliviar sanciones al petróleo por la vía de ampliar el marco de acción de Chevron.

Como era de esperar por parte de algunos en la oposición surgieron varias voces críticas estableciendo que Maduro no cedió en nada y que ahora va a recibir más recursos etc… Todas las críticas a la Plataforma Unitaria por haber firmado tienen fundamentos. Incluso Gerardo Blyde como negociador les ha propuesto que planteen alguna alternativa a los críticos para lograr los objetivos que plantean de un cambio de gobierno. Hasta ahora no conozco ningún planteamiento alternativo de los críticos a los acuerdos llegados entre el gobierno y la plataforma unitaria para mejorar la situación económica levantando sanciones al petróleo ni para retomar a la alternabilidad en el gobierno que la vía de los votos.

Debemos reconocer los venezolanos que nos perjudicamos por las sanciones al petróleo que somos todos menos unos pocos que están en la oposición y en el gobierno negociando, que las dos partes tienen razones para criminalizarse unos a otros. Por un lado ,el gobierno del presidente Maduro alega que la oposición busco “la salida” para sacarlo de Miraflores por marchas multitudinarias y guarimbas no por la vía electoral ni haciendo campaña pueblo a pueblo ni haciendo propuestas de mejores políticas económicas en la AN cuando eran mayoría. El gobierno de Maduro alega que ese planteamiento de Ramos Allup de que Maduro salía en 6 meses del poder, cuando asumió la presidencia de la AN, no seguía procedimientos constitucionales sino a empujones lo iban a sacar. Por otra parte, la oposición argumenta que las elecciones y el CNE dejo de ser transparente y que las instituciones estaban en poder del gobierno y que no hay manera legal de llegar al poder. Cada uno enfrascado en sus puntos de vistas y defendiéndose sin escrúpulos sometieron a toda Venezuela a la pobreza al caer el PIB de $300 a $60 mil millones por años, vía sanciones, corrupción y muertes en las marchas. Parte de la oposición se instaló en Washington a pedir sanciones con el objeto de arruinar al país y que el pueblo sufriera tanto que saliera a sacar a Maduro por protestas. El pueblo no reaccionó como preveía parte de la oposición y el gobierno de Trump cuando impuso las sanciones al petróleo. Mas bien las sanciones terminaron impidiendo los ajustes a PDVSA para capitalizarla luego de la gran corrupción de comienzos de la década y beneficiando a grupos de interés que viven de los fondos congelados al país.

Por otra parte, las sanciones fortalecen al mismo gobierno de Maduro, lo obliga a vender petróleo en forma secreta, y debilita a casi toda la oposición que quiere participar en elecciones pero no tienen recursos ya que la población se empobreció gigantescamente por la falta de empleo y poder adquisitivo. Hasta muchos vuelos directos perdió el país.

Los venezolanos debemos elevar nuestro discernimiento y no echarle mas leña al fuego criticando a los que firmaron el segundo acuerdo entre el gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria. Tenemos que superar esa práctica que nos impide progresar como nación como lo es criminalizar a los que no opinan igual. Nehemias dijo a los líderes insensibles: “¡Lo que están haciendo no está bien! . . . “pero ahora dejemos este asunto de cobrar intereses. Debemos restauramos los campos, viñedos, olivares y hogares”.

Si queremos ser respetados, debemos sacar lo mejor de los demás. No apelar a sus peores defectos, instintos, miedos o prejuicios. El gobierno de Maduro y la Plataforma Unitaria deben seguir concretando acuerdos y atender sus temores sin tener miedo a los críticos despiadados que en lugar de poner puentes ponen bombas. Es mejor un mal arreglo que un buen pleito. Sigan adelante que en el camino se enderezan las cargas.

Twitter: alejandrojsucre

 3 min


Carlos Raúl Hernández

“No confundamos estupidez con maldad. La estupidez es mucho más peligrosa”. Dietrich Bonhoeffer

El autor citado es un teólogo alemán ahorcado por los nazis poco antes de la liberación de Berlín, porque sacaba judíos clandestinamente de Alemania y conspiró para asesinar a Hitler. Aunque no tengo mayores luces de teología, me sedujo su valor, reciedumbre, agudeza, y que haya escrito Resistencia y sumisión: cartas y apuntes desde la cárcel, como su contemporáneo Antonio Gramsci, y tal vez por eso sus textos resuman pragmatismo y amor a las maravillas de la vida. Abandonó la cómoda residencia en EE. UU y regresó a su país en medio del terror, para enfrentar en el púlpito a las turbas nazis que asesinaban, golpeaban y humillaban a los judíos en las calles, en los prolegómenos de la kristallinacht (“noche de los cristales rotos”). Necesitó coraje y moral de acero, ya que la tendencia de muchos héroes es a pirarse cuando las papas se ponen duras, para aullar bien seguros en alguna colina extranjera. “La estupidez es más peligrosa que la maldad”. En nuestros días posmodernos, linchar físicamente no se usa y cede el paso a canalladas, denigraciones, escraches y “cancelaciones”. Acciones estúpidas.

El tarado es reptante, denigra, envía mensajes torcidos, chantajea, compone microbianas agitaciones de resentidos contra disruptores de sus letrinas conceptuales y morales. En prisión, Bonhoeffer se interroga por qué muchos intelectuales y demás élites devenían bribones de poca vergüenza, mentirosos, oportunistas y amorales. En cartas desde la cárcel a su mujer y amigos más queridos, expone esta idea: “algunos promovieron el horror nazi por malvados, pero la mayoría por estúpidos”. De ahí nace la hoy trillada tesis de la banalidad del mal. Hace unos 30 años en Venezuela, grupos de intelectuales, empresarios, periodistas, socavaron la democracia en respaldo a salvajadas políticas y económicas, tenían orgasmos con Ortega y Castro (firmaron vergonzosos apoyos), derrocaron al gobierno democrático y trabajaron para entregarse a sus propios aniquiladores. Luego se largaron del país, y me he hecho la misma pregunta: ¿eran estúpidos o malvados?

Caigo en un círculo vicioso: “no pueden ser tan malos; son brutos - a lo que me respondo- no pueden ser tan brutos; son malos”. Al analizar el fenómeno en la opinión pública, en las ofensivas políticas, consigues ambos componentes: designios de grupos de élite que hacen “estrategias” de calumnia, maldad, y aguas abajo las subsecuentes confusiones, desconocimientos y estupidez. Eso opera en esta guerra en la que los fautores usaron a Ucrania con fines económicos, y ahora sufren su propia tragedia ¿por maldad o estupidez? La planificaron con fines extraéticos y una legión bocachanclas menores la apoyan por tontos, sujetos de ambas pulsiones. Decir que Putin es Hitler, “occidente un jardín”, idealizar y promover la desgracia de millones con la destrucción, y ahora venta por piezas de Ucrania desde buena calefacción, es simplemente monstruoso. Siempre debieron saber que la única forma de acabar con Rusia es la guerra mundial que Zelensky propicia, pero el binomio maldad-estupidez lo ignoró.

Los “aliados” de Ucrania podían prever el resultado, pero querían, y quieren, destazarla y venderla por piezas como un pollo en brasas a las “potencias”. Bonhoeffer es un pensador poco conocido, sus tesis (es más peligrosa la estupidez que la maldad) fue fácilmente tomada por otros y en la actualidad la he visto con el nombre de “ley de Hanlon”, e incluso incorporada a la sicología para excelentes terapias. El estúpido primero te odia porque le llevas la contraria. Cuando queda desmentido por los hechos y en evidencia su mentecatez, te odia el doble, porque encima de que tenías razón, lo pusiste en evidencia. Si el bocachancla se atraviesa en tu camino, recomiendo buscar, enterarse y estudiar sus debilidades morales, intelectuales, su situación familiar, humana, sus problemas personales, su memez, y tal vez pasar de largo ¿Te molesta, te favorece o te da igual la retórica de un bocachancla? Actúa a conveniencia. Aristóteles escribió que hasta la ira (y también el amor) deben someterse a la racionalidad. Dice Bonhoeffer “…si los hechos irrefutables contradicen a un necio…este los ignorará y dejará de lado…”

“…así el necio, comparado con el canalla, estará satisfecho consigo mismo, pero puede ser peligroso porque se vuelve agresivo con rapidez. La locura y la estupidez requieren un manejo más complicado que la maldad. Toda revolución religiosa o política producen una explosión de estupidez en parte de la población, porque el jefe lo necesita”. Las revoluciones viven de simplismos, ideas de pacotilla, generalmente basadas en el resentimiento de mayorías contra minorías y de resultados infaliblemente fatales. El filósofo italiano Carlo Cipolla, autor de Allegro ma non troppo, inspirado en Bonhoeffer, afirma igual que “el estúpido es más peligroso que el malvado”. Y aunque el libro es humorístico, propone una interesante hipótesis que coincide con la que comentamos del caso venezolano. Cuando un grupo de gente así controla un país o una organización, indudablemente la arrastra al desastre, según demuestra la historiadora norteamericana Bárbara Tuchman.

Por el contrario, dice Cipolla, “todo país en ascenso tiene un porcentaje importante de ellos, pero también un porcentaje insólitamente alto de personas inteligentes que procuran tenerlos bajo control, y producen para ellos y para los demás éxitos suficientes para que el progreso sea un hecho”. No debe confundirse estulticia con ignorancia porque mucha gente inculta es prudente, y la alfabetización no redime de aquella y a veces la agrava. El estúpido más peligroso es aquél que estudió, pero su incompetencia para entender la realidad resultó invencible. Dos sociólogos norteamericanos, Dunning y Kruger, investigaron en su país con una amplísima muestra de estudiantes y descubrieron un “efecto” que lleva sus nombres: los más mediocres eran los más seguros de sí mismos, mientras los brillantes tenían más dudas metódicas que seguridades.

Aquellos ejercían liderazgos basados en popularidad, simpatía, aptitud deportiva o social, no en raciocinio. Los tontos se autoperciben más inteligentes de lo que se consideran a sí mismos los de verdad aptos. El sufrimiento de la cárcel hizo a Bonhoeffer comprender y valorar profundamente la vida, porque los humanos reciben su cuerpo de Dios y de la tierra y deben recibir esta gracia de con alegría y plenitud, en lo que disiente del misticismo. Debemos amar a Dios con todas las fuerzas sin desmedro del amor terrenal, un regalo del Cielo, idea que me recuerda una encíclica del Papa Benedicto. No se puede vivir confinado, constreñido, a la “esfera de existencia espiritual”, (“esfera de lo último”) ni tampoco a la “esfera de la existencia secular” (“esfera de lo penúltimo”) y la vida cristiana debe ser plenamente ambas.

@CarlosRaulHer

 5 min


Ismael Pérez Vigil

Se avecina, muy pronto, una elección presidencial; sin necesidad de especular o sacar el trapo rojo de un adelanto de elecciones, 2024 es una fecha muy próxima, más de lo que podemos imaginar. Sobre todo, porque ya el sector oficialista tiene a su candidato en la calle, el actual mandatario del régimen gobernante o alguien que se le parezca mucho y represente a ese sector del país; mientras que el candidato de la mayoría del país, es decir, de la oposición democrática, está aún por definirse.

Candidatos y Primaria.

En efecto, no será hasta el próximo año, probablemente hacia mediados de año, cuando se decida y esté en la calle el candidato de la oposición democrática. Tiempo suficiente para desplegar una campaña, que si es lo suficientemente asertiva podrá entusiasmar a una población opositora, que es largamente la mayoría del país, inmensa mayoría, que quiere un cambio político, pero que luce adormecida, poco entusiasmada, decepcionada de años de lucha, con pocos resultados tangibles, que en realidad no son pocos y no son desestimables, pero sabemos que el único resultado al que aspira la mayoría del país es a que se acabe este régimen de oprobio y como eso no ha ocurrido, lo considera un fracaso y hay decepción, apatía e incluso fuga de venezolanos hacia el exterior.

2023 es también un año electoral y vale la pena hablar de lo que se está haciendo para que sea un éxito; porque es mucho lo que se está haciendo y no se percibe fácilmente, porque sus logros no van a ser inmediatos, fulgurantes, como todos quisiéramos.

Simplificación y Complejidades.

Algunos dejándose llevar por sus deseos, entusiasmo, o quien sabe que agenda política o personal, creen que en realidad el país lo controla la oposición y por lo tanto, ésta es la que decide las normas electorales de una elección que debe ser limpia, justa, equilibrada, equitativa y no aceptan menos que eso, lo que sea que para ellos signifiquen esos términos. O que la agenda de las negociaciones con el régimen, sea en México, en Venezuela o donde sea, es algo que también decide la oposición, con una fuerza que en realidad no tiene, para imponer condiciones de acuerdo con su lógica, sus deseos, lo que le parece racional o que “está de anteojito”, como decimos en criollo, y tampoco aceptan menos; cualquier cosa que no sean los deseos que tienen en la cabeza, les parece una estafa, un engaño, peor aún, algunos lo consideran una traición.

Reglamento, primer paso.

Pero la realidad es más compleja y debemos caminar firme, aunque no sea a la velocidad de vértigo que algunos esperan. El primer paso importante ya fue dado: la oposición democrática decidido participar en la elección presidencial de 2024 y resolvió hacerlo con un candidato “unitario”. Pero además, decidió que ese candidato unitario no fuera designado en un “conciliábulo”, en un acuerdo “cupular”, mediante algún procedimiento oscuro para muchos, sino que se hiciera a plena luz del día, a los ojos, literalmente hablando, de todo el mundo, mediante un proceso de elección primaria, en “condiciones de igualdad, sin discriminación alguna”, como dice el artículo 3 del Reglamento de la Primaria (Reglamento, de ahora en adelante), donde todo aquel que reúna las condiciones que señala la constitución nacional vigente y el propio Reglamento, se puede presentar a competir; sobre todo si cumple con una condición fundamental: “Haber demostrado un compromiso inequívoco con la lucha por la libertad, el rescate de la democracia, el respeto de los derechos humanos, la libertad de los presos políticos y el regreso de los exiliados.” (artículo 8.3 del Reglamento)

No está dicho en el Reglamento, pero claramente se infiere del enunciado anterior y de todo el artículo 8 y varios más, que el candidato unitario será aquel que elija el pueblo, obviamente, entre aquellos que se presenten a la contienda y hayan manifestado claramente que quieren un “cambio político” en el país.

CNP, segundo paso.

Tras ese paso fundamental la oposición democrática dio otro, designar una Comisión Nacional de Primaria (CNP), que se aboque a la tarea. Comisión integrada por diez miembros, independientes, libres de vinculación partidista. Corresponde a esa Comisión, tal como lo señala el Reglamento bajo el cual se constituyó, no solo dar los pasos necesarios y organizar todo para que ese candidato unitario surja del proceso, sino también resolver algunos cabos sueltos e interpretar la norma −el Reglamento− que les fue entregado para que todo fluya exitosamente.

Consulta, tercer paso

Como primera tarea la CNP se autoimpuso realizar una consulta con los factores políticos, asociaciones civiles, personas y fuerzas vivas del país, que tengan algún interés en el tema y aspiren a ese “cambio político”, bien sea que presenten o no a algún candidato a la elección primaria. Ya han transcurrido más de tres semanas desde que se inició esa consulta, que se fue llevando en paralelo con otras actividades: análisis de experiencias anteriores, revisión y escenarios de cronogramas, empaparse de las tareas ya realizadas por equipos técnicos que tienen tiempo trabajando sobre el tema, empaparse también de los diferentes problemas que están presentes y que afectan a la realización de la primaria, etc.

Un primer paso importante de la CNP, que el próximo 12 de diciembre rendirá su primera cuenta pública, fue definir los criterios que tomará en cuenta para seleccionar las Juntas Regionales (JR), que apoyarán el proceso en todos los estados del país y en el exterior.

Juntas Regionales, cuarto paso.

Los criterios que la CNP tomará en cuenta para decidir la integración de las JR −que de acuerdo al Reglamento le corresponde designar− se pueden resumir de la siguiente manera: Procurar la equidad de género, que sus integrantes tengan independencia política, que representen a diversos sectores de la sociedad civil en cada región, que tengan autoridad moral y capacidad de interlocución con las fuerzas políticas y la sociedad civil de la zona, que tengan capacidad técnica y organizativa y que se logre la mayor presencia posible de jóvenes en las mismas.

Las JR serán el brazo motor y ejecutor de la primaria, como órganos subalternos de la CNP, serán su presencia, viva y activa, en las diferentes regiones del país y en el exterior; su forma de integración y sus funciones están claramente expresadas en los artículos 18 al 20 del Reglamento y les corresponderá una doble tarea, por una parte el papel importante, fundamental, de motivar a los electores a concurrir al proceso; y por otra parte, algunas tareas más técnicas y de organización, como: participar activamente en la “nucleación” de los centros electorales y la disposición de las mesas; proponer, designar, capacitar, acreditar y dar apoyo a los miembros de esas mesas; acreditar a los testigos de los candidatos; distribuir y asegurar el material electoral; velar especialmente por la preservación de la confidencialidad de la identidad de los electores; y otras que la CNP les asigne para la mejor marcha del proceso. Lo ya dicho, serán el “brazo ejecutor” de la Primaria. Se espera que entre diciembre y enero, estén designados los diez integrantes −cinco principales y cinco suplentes− de cada una de las JR en los 24 estados del país y del exterior.

Tareas pendientes.

La CNP emprendió y continua el proceso de consulta y sobre todo trabajando activamente en solucionar algunos de los puntos más álgidos de este proceso, en donde hay varios que destacan y son de preocupación de muchos venezolanos, sobre los que hay ideas y propuestas diferentes y hasta contradictorias: la fecha de la realización de las elecciones primarias −por supuesto− y algunas fechas conexas con la misma, como por ejemplo la fecha para la inscripción de los candidatos, las fechas de inicio y finalización de la campaña electoral; las modalidades bajo las cuales se llevará a cabo la elección; la asistencia técnica de organismos internacionales y sobre todo nacionales; los temas y cifras que afectan el registro electoral, que la CNP debe elaborar para esta elección; cómo afrontar y garantizar que los venezolanos en el exterior, mayores de 18 años, puedan votar en las elecciones primarias, y más aún, que se movilicen en función de las elecciones presidenciales de 2024; y otros temas que rondan en la mente de los venezolanos, preocupados por la suerte del país y el cambio político y sobre los cuales aún es imposible adelantar algún criterio de manera responsable.

Conclusión.

Siendo aun prematuro adelantar criterios, si es importante, sin embargo, divulgar estos puntos de vista e informar lo que está haciendo la CNP, para que la gente, el ciudadano común, comience a pensar en algunas de las complejidades de este proceso, que van más allá de una fecha para ir a votar y elegir un candidato entre las opciones que se le presenten.

Todos los temas que rodean una elección primaria, son de naturaleza compleja y no es responsable proponer alternativas sin considerar la forma de resolverlas y analizar los recursos necesarios para ello. Al elector y a los candidatos hay que darles suficientes garantías para que concurran a un proceso limpio y con suficiente equidad para todos.

https://ismaelperezvigil.wordpress.com/

 7 min


Benjamín Tripier

Cuando hay dudas sobre cómo interpretar las posiciones de los actores políticos y económicos para la realidad venezolana, sugiero volver a las bases y poner las cosas en la perspectiva del tiempo.

A un año de asumido Hugo Chávez, sin que aún se supiera a ciencia cierta cuál iba a ser el posicionamiento internacional del gobierno de Venezuela, nos encontramos con la terrible tragedia del deslave de Vargas, que conmocionó al mundo.

Estados Unidos mandó, sin pensarlo dos veces, la ayuda logística que consideraron necesaria, y Chávez, los rechazó casi llegando a costas venezolanas: los mandó de regreso a su casa, pese a que realmente hubieran hecho la diferencia, y hubieran aliviado mucho del daño y el dolor infligido por la naturaleza.

Esa fue la primera señal concreta de que, para él, y para su gobierno, EE UU era el enemigo; iba a ser el referente negativo de la revolución en la que estábamos entrando: de allí en adelante, todo, absolutamente todo, iba a ser antimperialista; es decir, anti EE UU.

Iban a venir otros eventos, cada vez menos sorprendentes, pero sí más agresivos con los americanos; vendría lo del azufre en la ONU y, ya saltando al futuro con Maduro al frente de la revolución, la expulsión de la embajada de EE UU.

Fueron declarados como enemigos, y como complemento, la revolución se hizo íntima amiga de todos los enemigos reales de EE UU, generando un espacio de aislamiento progresivo que consolidó la presidencia de Trump con sanciones muy fuertes.

Pero esa enemistad era por parte del gobierno, y nunca fue por parte del pueblo venezolano que había logrado una simbiosis con la cultura de los americanos que ya formaba parte de la cultura del venezolano. Todo, absolutamente todo, en este país, estaba, directa o indirectamente vinculado con EE UU; desde el deporte, hasta la moda; desde la música, hasta las películas; desde la educación, hasta nuestra fuente principal de ingresos, que, en esos momentos, era el petróleo.

Y allí comenzó una relación cruzada del pueblo de Venezuela manteniéndose como amigo de siempre de EE UU, mientras el gobierno lo trataba como enemigo; haciendo lo posible por volverlo una realidad. Trató de importar amigos nuevos, como Rusia, China o Irán, pero siempre se quedaron como amigos del gobierno, y nunca llegaron a hacer click con el pueblo venezolano, que no los entendía, y los rechazaba. Aunque lo intentaron, nunca pudieron hacer que los iraníes se incorporaran, ni los rusos y bielorrusos, y menos que menos los chinos. Todos, absolutamente todos, terminaron yéndose del país.

La introducción anterior fue para poner en perspectiva por qué los gobiernos sucesivos de EE UU, cuando llegó el momento, apoyaron a la Asamblea Nacional que representaba al pueblo amigo, y reconocieron que el gobierno siempre iba a intentar imponer su antimperialismo.

Por eso es que es difícil pensar que los americanos van a aceptar ayudar al gobierno y permitirle hacerse de recursos económicos que puedan luego usar en su contra; al pueblo sí, pero al gobierno, no.

Por eso la ayuda humanitaria, y por eso las sanciones. Y es por eso también que las sanciones no se levantarán mientras la revolución antimperialista siga en el poder. Porque está claro que el objetivo principal, sigue siendo sacar del poder al chavismo. Hay quienes dicen que no; que con que salga Maduro ya estaría bien, así la revolución continúe bajo otros mandos. Pero no; nada mejorará mientras el gobierno mantenga a EE UU como su enemigo estratégico; mientras mantenga al antimperialismo como su carta de presentación, militar y política.

A partir de allí, se puede entender que EE UU apele a diferentes métodos para el cambio de gobierno en Venezuela. Trump lo intentó con amenazas militares nunca cumplidas, y Biden estimulando el diálogo; pero agregando que la “paciencia de EE UU no es infinita”. Por lo que, si lo del diálogo se convierte (tal como ya se ve que está ocurriendo) en una estrategia dilatoria más, pues entonces, seguramente buscarán otra manera, que no será tan suave como las dos anteriores.

Político

El diálogo (o el método de interacción que se decida) en México está detenido; por ahora es hasta enero, pero la experiencia indica que, como hay tanto en juego para el gobierno chavista, posiblemente se dilate entre idas y venidas, otro año más para conseguir algún resultado. Porque la liberación de los fondos y el waiver a Chevrón, perfectamente pueden frenarse si no se ve voluntad política por parte del gobierno. Y hoy, no se ve… o por lo menos, no se ve con claridad esa voluntad.

Mientras tanto la oposición sigue avanzando con sus primarias, pese a que ya hay avisos de varios aspirantes que no quieren ser eliminados en primarias, y adelantaron que ellos van por fuera. Porque si hay algo que tiene la oposición es exceso de candidatos. Cada uno cree tener lo que hace falta para manejar el país.

Y el otro tema es que se manejan con una fecha rígida de mediados del 2023, cuando el chavismo sigue amenazando con adelantar las elecciones a 2023, inclusive haciendo coincidir la fecha del adelanto con las primarias. En fin. Pareciera que falta flexibilidad y –tal vez principalmente- tienen mucho yoismo que les hace perder de vista que no están en una situación democrática normal, sino que se trata de un estado de excepción, que ellos perciben como normalidad. A veces pareciera que tienen una disociación con la realidad.

Y una muestra tangible de la excepcionalidad, es que esta misma semana Maduro y Cabello, ambos, condicionaron la realización de elecciones libres, a que sean libres de sanciones… y que si no era así, pues no habría elecciones… o al menos, que no serían libres. O sea, que no son un derecho constitucional sino una concesión graciosa… y una concesión graciosa no se hace para perder.

Y en un nivel más operativo, tampoco está claro cuál será la aproximación a un proceso electoral cuando 25% de la población ahora reside en el exterior… no por voluntad migratoria, sino impulsados por las circunstancias. Tampoco en qué consistirán las garantías electorales, las proscripciones de personas y partidos, y en general cuáles serán las reglas de juego… en qué se diferenciarán de los casos anteriores.

Lo otro que no se puede perder de vista es la reunión de Maduro con los partidos, que siendo de oposición, fueron intervenidos y entregados a simpatizantes del chavismo. Son los que se han dado en llamar los alacranes, quienes juntos con la mesita componen una oposición que realmente no se opone.

Pero no perdamos de vista que lo anterior también lo saben los americanos quienes son, en definitiva, los que, sin estar sentados formalmente en la mesa, son quienes manejan el juego. Y, así haya elecciones y gane el chavismo, si no hay una declaración concreta, y la presentación de un plan que le muestre al mundo que ya no serán más una “amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad interna de EE UU”, pues las sanciones no solo no se levantarán, sino que se corre el riesgo de entrar en un ambiente más complicado para nosotros.

Insisto en que es muy peligroso jugar con países que se están preparando para una guerra, y que una vez que entren en ese camino, intentarán resolverlo todo por esa vía. La guerra, como la continuación de la política, pero por otros medios…

Social

Inclusión social significa dejar de ser pobres; incluirse en la economía como sujetos activos capaces de generar su propio sustento a cambio de su contribución al producto, visto como actividad económica retributiva, orientada al bienestar.

La diferencia entre 10% más rico y 10% más pobre es de casi 70 veces, con un ingreso promedio per cápita del más rico de 553,2 dólares, mientras el más pobre es de unos 8 dólares al mes.

El desbalance anterior solo se podrá remediar mediante el aumento de la actividad empresarial privada, y ya no se puede contar con que el estado genere oportunidades, pues los empleos que vienen desde ese lado no contribuyen al PIB, y los subsidios van perdiendo continuidad, en cuanto a frecuencia, y en cuanto a calidad y contenido de las ayudas alimentarias.

Lo que sí es importante reconocer es la creación del Sistema Patria, plataforma capaz de asignar subsidios directos a las personas, sin la necesidad de subsidiar a los productos. El tema es que esa plataforma, que es muy poderosa, no está transportando valores de calidad, sino que transporta bolívares que no solo de devalúan a mucha velocidad diaria, sino que, en el proceso de protección del ingreso, se orientan a demandar dólares, haciendo que la devaluación aumente, y que eso, de una u otra forma, incida en el aumento de la inflación. La cual, a su vez, empobrece más a quienes reciben esos subsidios.

La consecuencia de lo anterior es la nueva ola de migrantes que según Encovi pasó de un rango de edades de 15 a 29 años en la primera, a ser de 30 a 49 en esta segunda; que se explica, medianamente, en la reunificación familiar, la cual, si realmente las cosas hubieran mejorado aquí adentro, podría haberse convertido en retornos; los cuales están en el orden de 6%: de cada 100 que se van, retornan 6.

Económico

El deslizamiento del valor del dólar referencial, que es el paralelo, no se detendrá hasta que se haya completado la inyección de bolívares en la economía, producto de los necesarios bonos de fin de año. Y como se trata de un dólar de mercado, está influido, no solo por la disponibilidad de bolívares, sino también por las expectativas de la gente y la confianza en la continuidad de las medidas flexibles por las que, desde hace más o menos un año, transita el gobierno de Venezuela.

Esta situación podría ser atenuada si hubiera información disponible que permitiera a los actores económicos (p. ej. cada uno de nosotros como consumidores) tomar mejores decisiones. Pero, seguramente, explicitar una situación “de hecho” de libre mercado, podría acarrear problemas a lo interno de la revolución, que no termina de convencerse que la solución está en el mercado y no en el Estado: “Tanto mercado como sea posible, y tanto Estado como sea necesario”.

Porque, lejos de mejorar las expectativas, si no se dan mensajes concretos y directos en contrario, tanto el regreso de la Sundde a la calle como la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, traen reminiscencias de las épocas más oscuras de la revolución, que llevaron a la brutal caída del PIB y de la producción petrolera.

Si la gente piensa que algo similar pudiera ocurrir, pues seguramente ocurrirá; es la profecía autocumplida, o una de las leyes de Murphy. Y que ese 8% de crecimiento que anunció Fedecámaras en esta semana, pues podría ser el punto de partida para una nueva caída.

Es una situación muy delicada, porque si bien la economía está cada vez más en manos privadas, aún no es suficiente como para que lo político no influya fuertemente en lo económico. Es bueno considerar que aún no hemos llegado al nivel del Perú, donde caen gobiernos y presidentes, y la economía sigue sólida y estable. En nuestro caso, lo político puede cambiarlo todo, de un momento para otro.

En nuestro caso, la economía está en manos privadas porque el gobierno así lo decidió, y no por mérito o conquistas propias del sector privado. Y es por eso que, así como decidió para un lado, también puede hacerlo para el lado opuesto. Claro que ya no le resultará tan fácil retroceder completamente, pero mandará mensajes confusos que pueden afectar los cimientos de esta incipiente economía de mercado.

Estamos en un momento crítico en el cual la actividad empresarial privada debe sostenerse y mostrar fortaleza, porque la baja de la pobreza depende esencialmente de la actividad privada.

Internacional

Con diferencia de horas, en Perú destituían al presidente por corrupción, y condenaban a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua a la vicepresidente argentina, por la misma razón: corrupción… miles de millones de dólares en el caso de Cristina, mientras aún no se ha cuantificado la estafa de Pedro Castillo.

Lo del Perú era una muerte política anunciada, mientras que en el caso de Argentina había dudas de cómo resultaría, porque Cristina estaba en el poder y con una capacidad de castigo y daño a sus enemigos, muy grande: inspecciones de impuestos, amenazas personales a ellos y sus familias y amigos, y en general todo el poder del estado atacando a la justicia, último baluarte de defensa de la institucionalidad.

Claro que, si bien el poder ejecutivo estaba cooptado por el kirchnerismo gobernante, el Congreso tenía fuerzas para compensar, y solo quedaba la justicia, la cual, aun con jueces y fiscales nombrados por el kirchnerismo, pudieron mantener la independencia, y así lograr la condena. Tomó muchos años, pero finalmente se logró.

Por supuesto, como aún hay anillos de defensa y protección para los corruptos en Argentina, quedan instancias de apelación que pudieran tomar varios años más, hasta el punto que, tal vez nunca se llegue a una sentencia firme por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El caso referencial es el del expresidente Carlos Menem, que llegó a estar preso, y logró, no solo ser senador hasta su fallecimiento, sino que nunca se terminó su caso; y por supuesto, una vez fallecido, pues se extinguió… y su familia y herederos pudieron disfrutar del dinero mal habido, sin sufrir ninguna pérdida. Excepto tal vez la reputacional. Pero en los países de nuestra región, esa corrupción, en el imaginario colectivo, se asimila a viveza criolla, y termina siendo aceptada e internalizada.

Recomendación

  • Al gobierno: que genere un escenario de ampliación del uso del dólar y que se pueda incluir a la administración pública entre los beneficiarios. Solo imaginarse asignación de dólares vía el Carnet de la Patria, ya no solo se recuperaría un alto nivel de confianza en la economía, sino que se sinceraría una situación negativa que conlleva altos costos transaccionales. Habría mucho que cambiar, comenzando con la unificación cambiaria y las leyes del trabajo, pero se lograrían grados importantes de estabilidad que hoy no existen.
  • A la dirigencia opositora: que se prepare para repensar su estrategia, porque van cambiando las situaciones del entorno, pero ellos mantienen la rigidez de sus acciones. Hoy, que deberían “poner a bailar al elefante” se mantienen aferrados a situaciones que de hecho ya no existen más.
  • A la dirigencia empresarial: que el mercado de valores es el ámbito propicio para la construcción del fondo de apoyo a empresas con problemas, no solo por la estructura de los métodos de participación, sino principalmente, para la fluidez del manejo de las participaciones, ya sea para incorporarse, como para salir del fondo. Y que todo eso pueda transarse en la Bolsa.
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 11 min


Ignacio Avalos Gutiérrez

Hubo un tiempo en el que los partidos de futbol se llevaban a cabo sin que nadie se encargara de poner orden en la cancha. Se jugaban, así pues, a la buena de Dios, en modo caimanera. Pero, hacia finales del siglo XIX apareció el árbitro, consecuencia lógica de la existencia de ciertas reglas que, con modificaciones más bien menores, pautan el juego hasta nuestros días. Lo hizo acompañado de dos jueces, uno de cada equipo, cosa que no fue, desde luego, una buena idea, visto que muchas veces ocurría que costaba ponerlos de acuerdo en la apreciación de determinadas jugadas.

Un señor vestido de luto riguroso

Tiempo después cambió el esquema: el árbitro paso a ser la figura central y era el único que sentenciaba, mientras los dos jueces se transformaban en sus asistentes, con la limitada función de ayudar al árbitro principal, ubicándose en cada línea de la cancha, responsabilizándose, sobre todo, de la difícil tarea de sentenciar el “orsai”.

Al árbitro, siempre de negro, aunque últimamente se le permite alguno que otro color en la camiseta, se le ha dado, nada manos, que el encargo civilizatorio de regular la competencia en la cancha a fin de que no haya desigualdades ni violencia. Es, así pues, el custodio del “fair play” predicado por los fundadores del balompié, cosa que hace armado, apenas, con un silbato y dos tarjetas, una roja y una amarilla.

Encima de áspero e ingrato, su oficio es más complicado de lo que se suele reconocer. Su jurisdicción se extiende a lo largo de un enorme rectángulo y se prolonga durante noventa minutos en los que debe generar varias decenas de decisiones, en muchas ocasiones sin disponer de la información necesaria (puede tocarle el ángulo más inadecuado para percatarse de un empujón, por decir algo), aparte de que los jugadores siempre tratarán de engañarlo, simulando una falta, por ejemplo, un “piscinazo” dentro del área o un puntapié en la rodilla.

Su dictamen es observado por millones de personas que desde el estadio y en especial la televisión, lo miran mediante una lupa empañada por el prejuicio propio del fanático. Por otra parte, debe anunciar su veredicto al instante, no puede dejar pasar ni siquiera un nanosegundo a partir del momento en que se produjo la zancadilla o el planchazo. Se trata, finalmente, de una sentencia inapelable, nadie puede echarla para atrás, ni siquiera él mismo, no importa que el televisor demuestre, con ventaja y alevosía, que se confundió.

Por si fuera poco lo anterior, el referí es con frecuencia el perfecto chivo expiatorio que justifica, desde el punto de vista técnico y emocional, la derrota del equipo con el que se simpatiza.

El Futbol milimétrico

Desde hace un buen tiempo el arbitraje ha venido dando lugar a no pocas controversias, frente a las que se han planteado las ventajas que traería consigo el empleo de dispositivos tecnológicos en la administración de la justicia en el campo. Así las cosas, la FIFA se montó en la ola de las actuales transformaciones tecnológicas y aprobó el uso del VAR (video assistant referee) en el Mundial de Rusia (2018). Las malas lenguas, que en el ambiente futbolístico casi siempre dan en el blanco, señalan que con ello la organización pretende limpiarse la cara, luego del escándalo conocido como el FIFA(Gate) y mantener, como he dicho en distintas ocasiones, su rostro de inocente ONG. Gianni Infantino, su actual presidente, declaró sin siquiera pestañear, que “El VAR no está cambiando el fútbol, sino que lo está haciendo más limpio, más honesto, más transparente y más justo”.

El que se tiene en Qatar es una versión mejorada respecto al utilizado en Rusia. Según la descripción oficial, se apoya en doce cámaras instaladas bajo la cubierta del estadio que recaban desde distintos ángulos una gran cantidad de imágenes sobre los hechos que ocurren en el campo. E, igualmente, cuenta con un balón que incluye un sensor capacitado para enviar un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala de vídeo, lo que permite detectar con precisión el momento en el que se chuta el balón.

Sin embargo, la aceptación del sistema no es unánime. Hay, desde luego, fervientes partidarios del VAR y de otras medidas tecnológicas, convencidos de que garantizan la imparcialidad, mientras que otros, tildados de nostálgicos, sostienen que, al eliminar el error arbitral, concebido como parte esencial del juego, pierde uno de sus encantos, motivo importante de las tertulias, condimento de un espectáculo que trasciende ampliamente lo ocurrido a lo largo del partido, además de que le quita dinamismo al juego, cargándolo de interrupciones que lo “beisbolizan”.

Adicionalmente se alega en su contra, entre otros factores, que infringe el espíritu del offside, una regla, concebida, dicho en pocas palabras, para proteger al portero de la ventaja desmedida de los delanteros. En efecto, la capacidad del VAR para apreciar una uña o el dedo gordo del pie del atacante, traspasando la invisible línea que comprueba si sobrepasa la posición del defensa contrario, además de hacer alarde de una exactitud milimétrica casi frívola, se brinca a la torera el sentido con el que se pensó dicha norma.

La Mano de Dios

Escribo estas líneas desde la añoranza por un episodio imborrable. Y lo hago sabiendo que como dijo el Gabo García Márquez, “la vida no es lo que uno vivió, sino lo que uno recuerda y como lo recuerda para contarlo”.

En junio del año 1986, estaba yo sentado en las tribunas del Estadio Azteca, como uno más de los 80.000 espectadores del partido entre Argentina e Inglaterra, en el que se disputaba, en medio del contexto de la guerra de las Malvinas, el pase a las semifinales en el Campeonato Mundial de Fútbol, celebrado en México. Transcurría el segundo tiempo cuando Maradona hizo el primer gol, mediante un “puñetazo”, superando a Peter Shilton, el arquero inglés, notablemente más alto que él. El referí concedió el gol alegando que desde donde estaba, no pudo ver los detalles de la jugada, y el seleccionado albiceleste su fue arriba 1 a 0. Posteriormente y desde la otra cara de la moneda, el Pelusa marcaría el segundo tanto, tras recibir el balón en el centro del campo y driblar a media docena de rivales, inermes ante los quiebres del argentino, marcando el que aún sigue figurando como el mejor gol en la historia de los campeonatos mundiales.

Entrevistado al final del partido, cuyo resultado final fue 2x1 favorable a la selección albiceleste, Maradona señaló que el gol “fue un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”. Por su parte el arbitro declaro que desde el lugar donde se encontraba, no pudo apreciar la acción y por tanto concedió el tanto.

En la historia del Futbol esos dos goles de Maradona, ambos extraordinarios en medio de su contradicción quedaron grabados a tal punto que la historia del futbol no puede ser contada sin mencionarlos. Y los refiero no sólo para presumir de que estuve presente en el Estadio Azteca, sino porque suelen formar parte del alegato que fundamenta la necesidad del VAR.

La inteligencia artificial vigila la cancha

A partir de lo anterior trato ahora de examinar la experiencia de la nueva versión del VAR, a lo largo de esta primera mitad del Campeonato que transcurre en Qatar y pienso, antes que nada, en la digitalización como parte de la rutina que teje la vida en el mundo de hoy, en todos sus ámbitos.

De diversas maneras y en diferentes aspectos la inteligencia artificial ha llegado también a la cancha, con el fin de asegurar el estricto apego a las reglas que gobiernan sobre la alfombra verde, bajo la convicción de que disminuirán y casi se eliminarán, los gazapos en los que incurre el señor del silbato.

Sin embargo, no han sido pocos los reclamos al VAR durante este Mundial. El más emblemático ha sido el gol japonés frente a España. El mismo fue revisado en la sala de cámaras y quienes las operaban determinaron que el balón no había cruzado totalmente la línea de fondo y que en consecuencia el gol era válido, contradiciendo las imágenes de televisión que mostraban más bien lo contrario.

En suma, algunos especialistas advierten que el VAR no evita todas las pifias arbitrales, que los dispositivos tecnológicos que lo constituyen no se encuentran exentos de fallos y que pueden hacerse manipulaciones en la revisión de las jugadas e incluso en la selección o evaluación de las jugadas sometidas a su jurisdicción.

Más allá del debate estrictamente técnico, entendamos que el VAR es un sistema que depende de la FIFA. Difícil, entonces, que se maneje en función de otra racionalidad, distinta de aquella que caracteriza el gobierno de una institución cuyo oscuro expediente, elaborado casi a partir de su fundación, alimenta todas las sospechas imaginables y no creo exagerar demasiado.

Conclusión (mientras tanto)

En el marco de lo planteado cabe señalar que las actuales herramientas tecnológicas son, sin duda, de enorme utilidad, pero según lo sugiere el filósofo Daniel Innenarity, “… tienen una gran inexactitud social y puede estar ocurriendo que nuestras sociedades estén midiendo muy bien algo que no saben que es. La matematización de la realidad social es un instrumento indispensable pero tanto más útil cuanto más consciente se sea de sus limitaciones…”

No sé si este filósofo vasco haya pisado alguna vez una cancha, pero lo que escribe me suena que también vale cuando hablamos del fútbol.

El Nacional, jueves 8 de diciembre de 2022

 7 min


Edgard Benarroch

MÁS SOBRE PERÚ

La salida del señor Pedro Castillo de la Presidencia de la Republica de Perú, es un paso muy importante en la regularización de la política de ese país, pero ello en nada significa que la honda crisis política que confronta ese pueblo se haya superado. El pueblo peruano en más del 75% no tiene ninguna confianza en sus instituciones públicas, el actual Congreso Nacional apenas tiene el 5% de aceptación ciudadana y la administración de justicia está seriamente cuestionada.

A la señora Dina Boluarte, recién designada y juramentada Presidente de la Republica de Perú, le corresponde atender, Dios quiera sea con éxito, el inmenso desafío que plantea respetar la Constitución y acatarla y estar a la altura de la inmensa exigencia popular.

El compromiso para ella no es nada fácil, no tiene partido político, fue expulsada de Perú Libre y por lo tanto carece d fracción parlamentaria en el Congreso Nacional y además muchos dudan de su capacidad política para manejar y salir con bien de la escabrosa situación en que están . Como si fuera poco, el actual Congreso apenas tiene un 5% de reconocimiento popular, lo que agrava más aún la situación.

La consigna generalizada del pueblo y lo que piensa la inmensa mayoría del país es “QUE SE VAYAN TODOS”, lo que denota con mucha claridad la grave desconfianza del pueblo en sus instituciones públicas y particularmente en los gobernantes de turno.

La recién juramentada Presidente dijo en su intervención inicial que gobernaría hasta 2026, fin del periodo constitucional, lo que se contrapone a la mayoritaria corriente popular de elecciones adelantadas. Veremos si corrige esa apreciación, que debe ser a muy corto plazo por el bienestar público.

No soy profeta del desastre pero pronostico que si a muy corto plazo el pueblo no recibe suficientes muestras de cambio, puede sobrevenir otro inconveniente político, cuyas consecuencia conoceremos después de su desarrollo.

Deseamos que la clase dirigente peruana se coloque del lado correcto de la historia y esté, en el marco constitucional, acompañando el inmenso clamor popular que demanda cambios urgentes de todo lo que existe.

9 de diciembre 2022

PERÚ

El ahora ex-presidente de Perú, Pedro Castillo, tomó la insólita decisión de disolver el Congreso Nacional de su país de un plumazo y declaró Estado de excepción nacional con suspensión de garantías constitucionales. En Perú, el Presidente de la Republica está facultado constitucionalmente para disolver el Congreso siempre y cuando éste haya censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros.

Como está condición no se efectuó, el resto de los Poderes Públicos nacionales declararon inconstitucional la decisión del Presidente y la Fuerza Armada y Policía Nacional de ese país declararon su adhesión firme a la Constitución de la República, también la vice-presidente se manifestó contra la decisión presidencial y muchos Ministros, entre ellos el de Defensa, Canciller y Relaciones Interiores y altos funcionarios renunciaron a sus cargos.

Horas después del inconstitucional anuncio se reunió el Congreso quien, con 101 votos a favor (se requerían 87) declaró la “Vacancia presidencial por incapacidad moral” (así lo establece la Constitución peruana creo que es el único país democrático que le atribuye al Poder Legislativo nacional facultades para ser censor y juez de la moralidad) y también juramentó a la señora Dina Boluarte, vice-presidente, como titular de la primera magistratura nacional.

Se informa que Pedro Castillo fue detenido y trasladado a una cárcel donde también purga condena Alberto Fujimori, a la espera del juicio que le abrirán por corrupción, rebelión, conspiración e intento de golpe de Estado. Todo indica, hasta ahora, que los órganos del Poder Público respaldan la decisión del Congreso y aceptan al nuevo Presidente siempre y cuando adelante las reformas necesarias y reclamadas por la inmensa mayoría nacional.

Perú ha tenido muy mala suerte, al menos con los últimos Presidentes: Alejandro Toledo, está exiliado en los Estados Unidos y reclamado por la justicia; Alan García se suicidó en medio de un juicio que se sospechaba lo condenaría, Alberto Fujimori, está preso cumpliendo una condena y ahora este señor Castillo. En los últimos cinco años Perú ha tenido seis Presidentes.

Vi y escuché en televisión la declaración y decisión del señor Castillo, “cerrando el Congreso” y pensé que esa decisión estaba conversada y aceptada por la Fuerza Armada y Policía Nacional; me equivoqué en pensamiento, no fue así. Eso dice lo trastocado y fuera de sitio y realidad y carente hasta de sentido común del señor Castillo. Por todo ello se quedó solo en su locura y cuando intentó con su familia escapar, fue interceptado por funcionarios de la Fuerza Armada y detenido. Se hizo, como dicen, el harakiri.

Deseamos que el hermano país peruano supere cuanto antes esta crisis política y retome sus cauces democráticos y de bienestar.

7 de diciembre

ERNESTO SAMPER

Ernesto Samper es abogado, economista y político colombiano, miembro del partido liberal de su país, nació en 1950. Fue Presidente de Colombia desde 1994 a 1998. En la campaña electoral colombiana de 1989, Samper se preparaba para viajar a Cúcuta. Al llegar al aeropuerto se encontró con José Antequera, político y activista de izquierda también colombiano y mientras se abrazaban se escuchó una lluvia de disparos. Samper calló al suelo boca arriba con trece disparos que perforaron su cuerpo y Antequera boca abajo muerto en el acto.

Samper fue llevado al hospital más cercano y le dijo al doctor “no me deje morir”. En su gravedad afirma que se desdobló y veía todo el procedimiento que le practicaban, a los médicos y personal para médico e instrumental quirúrgico. También dice haber visto y escuchado a su padre fallecido que desde un valle le decía que lo acompañara. Recordó que su padre moribundo le dijo que su papá, abuelo de Ernesto, lo estaba llamando desde un valle.

Ante el llamado del padre le respondió “ahora no puedo acompañarte, tengo muchas cosas por hacer”. Samper conserva en su cuerpo cuatro plomos de los disparos y por ello un hermano le dice a son de chiste que es “el colombiano más aplomado”. Estas vivencias que Samper cuenta, han sido vividas también por otras personas que afirman que en estado de extrema gravedad, cercano a la muerte, han visto un túnel de rosas blancas y una luz incandescente también blanca, a diferencia de Samper que vio a su padre desde un valle. También existen testimonios de personas que dicen haber presenciado y visto su propia intervención quirúrgica. Son muchos y variados los testimonios en ese sentido, hasta ahora no conozco una explicación convincente de este inmenso misterio.

Samper compitió la Presidencia de su país con otros seis candidatos, cuatro fueron asesinados durante la campaña electoral y él se mantuvo hasta el final y ganó la primera magistratura. Era la época de alta vigencia de la criminal organización de Pablo Escobar que desaparecía físicamente a quien se le atravesara en el camino.

Samper vive, tiene 72 años y cuenta esta historia diciendo que cada año va a la Iglesia para agradecerle al “Divino Niño” su intermediación ante Dios Padre para aún estar con vida.

6 de diciembre 2022

 5 min